http://unencuentroconlapalabra1.jimdo.com/

facebook un encuentro con la palabra

http://www.amigosporisrael.org/

 

Santiago 3:12 La Biblia de las Américas (LBLA)

El poder de la lengua

 

 

 

Hermanos míos, no os hagáis maestros muchos de vosotros, sabiendo que recibiremos un juicio más severo[a]. Porque todos tropezamos[b] de muchas maneras. Si alguno no tropieza en lo que dice[c], es un hombre perfecto, capaz también de refrenar todo el cuerpo. Ahora bien, si ponemos el freno en la boca de los caballos para que nos obedezcan, dirigimos también todo su cuerpo. Mirad también las naves; aunque son tan grandes e impulsadas por fuertes vientos, son, sin embargo, dirigidas mediante un timón muy pequeño por donde la voluntad[d] del piloto quiere. Así también la lengua es un miembro pequeño, y sin embargo, se jacta de grandes cosas. Mirad, ¡qué gran bosque se incendia con tan pequeño fuego! Y la lengua es un fuego, un mundo de iniquidad. La lengua está puesta entre nuestros miembros, la cual contamina todo el cuerpo, es encendida por el infierno[e] e inflama el curso[f] de nuestra vida[g]. Porque todo género[h] de fieras y de aves, de reptiles y de animales marinos, se puede domar y ha sido domado por el género[i] humano, pero ningún hombre puede domar la lengua; es un mal turbulento y lleno de veneno mortal. Con ella bendecimos anuestro Señor y Padre, y con ella maldecimos a los hombres, que han sido hechos a la imagen de Dios; 10 de la misma boca proceden bendición y maldición. Hermanos míos, esto no debe ser así. 11 ¿Acaso una fuente por la misma abertura echa agua dulce y amarga? 12 ¿Acaso, hermanos míos, puede una higuera producir aceitunas, o una vid higos? Tampoco la fuente de agua salada puede producir agua dulce.

 

 

 

UN ENCUENTRO CON LA PALABRA

REFLEXION

¿Qué Hacer Cuando Sientes Ansiedad y Angustia?
Posted by: Devocionales in Preguntas y Respuestas Cristianas, Respuestas Cristianas 0

 

POR NADA ESTÉIS ANGUSTIADOS… (Filipenses 4:6)
La ansiedad comienza como un hilito de agua en nuestra mente que después se convierte en un río, por el cual discurren todos nuestros pensamientos. La mayoría de nuestras angustias y ansiedades pueden ser clasificadas en tres categorías:

1) Ansiedad por las cosas que todos enfrentamos, tales como el envejecer, las discapacidades, la jubilación, la soledad, la incertidumbre financiera, los accidentes, las enfermedades, la pérdida de un ser querido y la muerte.

2) Ansiedad por las cosas que todos tenemos que hacer: tomar decisiones, empezar y acabar una relación, adelgazar, cambiar de trabajo, equivocarnos.

3) Ansiedad que refleja nuestro estado de ánimo interno: éstas revelan nuestro sentir de si nos vemos o no capaces de enfrentar las cosas. Por ejemplo, el miedo al rechazo puede incidir negativamente en todas tus relaciones. Para evitar que te hieran, te encierras en ti mismo, tu mundo se hace cada vez más pequeño y disminuyen las oportunidades de desarrollarte como persona.

Muchas de nuestras angustias pueden resumirse en una pregunta:

¿Qué pasa si no puedo enfrentar eso? Tu mente es un campo de batalla donde hay victoria o derrota. Pregúntate: ¿Me sentiría igual de angustiado si supiera de cierto que soy capaz de hacer frente a todo lo que venga? La respuesta es negativa. La ansiedad no puede paralizarte y robarte el gozo si sabes que podrás hacer cara a lo que venga. Seguro que dices: “Eso es demasiado simplista”. Pero no lo es si incluimos a Dios en la ecuación. Mira dos versículos que deberían eliminar la angustia y que puedes reclamar cuando estés pasando por momentos difíciles:

1) Todo lo puedo en Cristo que me fortalece (Filipenses 4:13).

2) Por nada estéis angustiados, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús (Filipenses 4:6-7).

POR NADA ESTÉIS ANGUSTIADOS… (Filipenses 4:6)

Todos pasamos por momentos donde tenemos que elegir entre la fe y la ansiedad. La mujer atrapada en una relación abusiva que tiene que escoger entre pedir ayuda, acabar con la misma o quedarse estancada. El joven que se siente presionado a tomar droga debe elegir entre ceder ante la presión o decir “no” e irse. Una persona a quien le angustia la idea de la muerte puede leer la Palabra de Dios, hablar con un amigo o consejero, o seguir con esa ansiedad. La Biblia dice: ...El justo está confiado como un león (Proverbios 28:1). Pero tú dices: Ahora mismo no me siento como un león. ¡La valentía no elimina la ansiedad, sino que se sobrepone a ella! Decía David: ¡Espera en Jehová! ¡Esfuérzate y aliéntese tu corazón!… (Salmo 27:14). Cuando tu causa es justa y estás a bien con Dios, Él te dará la valentía necesaria para actuar. Pero debes aprender a dominar tus temores. Quizás eso implique dar la cara por tus creencias, hacer una llamada que has estado posponiendo, expresar tus opiniones, reconocer alguna debilidad de tu carácter y pedir a Dios que te ayude a cambiar. Lo que siempre debes tener en cuenta es que la acción precede al sentimiento de mayor seguridad en ti mismo.

Cada vez que confrontas tus angustias y ansiedades, das un paso adelante. Pero cuando permites que éstas te controlen, entonces te retraes a esa “zona de seguridad” y empiezas a verte como alguien que no es capaz de encarar la vida. Un buen consejo:
“analiza la situación sin miedo y trata de imaginar lo peor que podía ocurrir. Una vez que hayas aceptado eso, experimentarás una descarga de energía y podrás empezar a hacer algo al respecto, incluso cuando tu única alternativa sea ésta” dejarlo en las manos capaces y amorosas de Dios.

POR NADA ESTÉIS ANGUSTIADOS… (Filipenses 4:6)
El apóstol Juan escribe: Amado, yo deseo que tú seas prosperado en todas las cosas y que tengas salud, así como prospera tu alma (3 Juan 2). ¿Por qué dijo eso? Porque hay una relación entre la salud física y la salud espiritual. Los médicos dicen que la ansiedad inhibe el sistema inmunológico, incrementa la presión arterial y produce colesterol que obstruye las arterias. De hecho, ¡provoca justo la condición médica que estás temiendo! ¿Sabías que un gran porcentaje de los alumnos de medicina de primer año revelan síntomas de las enfermedades que están estudiando? Algunos hasta se desmayan cuando son expuestos a ellas por primera vez. Job dijo: Porque me ha venido aquello que me espantaba… (Job 3:25). La ansiedad es una de las armas más efectivas de Satanás. Y lo que le da acceso a tus pensamientos es tu ignorancia de las artimañas que él usa para hacer que te angusties; de esa manera consigue acceder a tus pensamientos y robarte las bendiciones a las que tienes derecho, incluidas tu salud.

¿Estás excesivamente preocupado por tu salud? Escribe los siguientes versículos bíblicos en tarjetas y llévalos contigo:

1) Pero serviréis al Señor, vuestro Dios, y Él bendecirá tu pan y tus aguas. Yo apartaré de ti toda enfermedad… alargaré el número de tus días (Éxodo 23:25-26).

2) Mas yo haré venir sanidad para ti, y sanaré tus heridas, dice el Señor (Jeremías 30:17).

3) Está atento a mis palabras Que no se aparten de tus ojos; guárdalas en lo profundo de tu corazón, porque son vida para los que las hallan y medicina para todo su cuerpo (Proverbios 4:20-22).
4) Por tanto, os digo que todo lo que pidáis orando, creed que lo recibiréis, y os vendrá (Marcos 11.24).
“POR NADA ESTÉIS ANGUSTIADOS…” (Filipenses 4:6)
¿Te sientes angustiado hoy? Programa tu mente con estas promesas. O aún mejor, llévatelas contigo y léelas a menudo:

1) “Esforzaos y animaos; no temáis ni tengáis miedo… con nosotros está el Señor… para ayudarnos…” (2 Crónicas 32:7-8).
2) “…Yo te libraré, dice el Señor, y no serás entregado en manos de aquellos a quienes tú temes” (Jeremías 39:17).
3) “…No temas… cuando pases por las aguas… no te anegarán. Cuando pases por el fuego,no te quemarás…” (Isaías 43:1-2).
4) “…No temáis ni os amedrentéis…porque no es vuestra la guerra, sino de Dios” (2 Crónicas 20:15).
5) “…En el mundo tendréis aflicción, pero confiad, yo he vencido al mundo” (Juan 16:33).
6) “En paz me acostaré y asimismo dormiré, porque sólo tú, Señor, me haces vivir confiado.”
7) “Claman los justos, y el Señor oye y los libra de todas sus angustias” (Salmo 34:17).
8) “Tendrás confianza, porque hay esperanza; mirarás alrededor y dormirás seguro” (Job 11:18).
9) “…Pelearán contra ti, pero no te vencerán, porque yo estoy contigo para guardarte y para defenderte…” (Jeremías 15.20).
10) “…Ni principados ni potestades, ni lo presente ni lo por venir… ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios…” (Romanos 8:38-39).
11) “En ti confiarán los que conocen tu nombre… Tú… no desamparaste a los que te buscaron.” (Salmo 9:10).
12) “El Señor es tu guardador… es tu sombra a tu mano derecha… te guardará de todo mal, guardará tu alma… guardará tu salida y tu entrada…” (Salmo 121:5-8

 

 

 

UN ENCUENTRO DE LA PALABRA

REFLEXION

La discusión

 

 

 

Un hombre sordo contaba a un amigo suyo acerca de una discusión de unos amigos de ambos.
- ¿Sobre qué? – Le preguntó a gritos aquel a quien se lo contaba.
- No lo sé, no pude oír una palabra.
- ¿Y quién tenía la razón, Juan o Pedro?
- ¡Juan! Contestó el sordo con firmeza.
- ¿Cómo puedes saberlo, si no pudiste oír una sola palabra? – inquirió el amigo.
- Pues… porque Pedro gritaba tanto y amenazaba mientras que Juan, con paciencia y sonriendo parecía que le decía: “¡No lo tomes así… seamos amigos… no peleemos, querido Pedro!. El que sabe vencerse a sí mismo es el que más probablemente tiene razón.Cuántas veces por tener ideas diferentes, ante los nervios, la impaciencia y hasta ofuscados por el enojo hemos permitido que una cosa sin importancia nos robe la paz e incluso nos enfrente con las personas que amamos.
Existe una frase que dice: “Sé selectivo en tus batallas, a veces es mejor tener paz que tener la razón” y es verdad, no todas las cosas merecen que se rompan amistades, negocios e incluso familias por una pelea o discusión que muchas veces no tienen razón de ser y que en otras circunstancias, el motivo de la pelea sólo hubiera sido un intercambio de ideas sin que llegara a más.
Gálatas 5:22, 23 nos muestra los frutos que deben reflejar nuestras vidas: “En cambio, la clase de fruto que el Espíritu Santo produce en nuestra vida es: amor, alegría, paz, paciencia, gentileza, bondad, fidelidad, humildad y control propio. ¡No existen leyes contra esas cosas! (NTV)
Antes de buscar contender o tener la razón, evalúa si realmente vale la pena que pierdas la paz por eso y si es algo verdaderamente importante que necesitas que la otra persona entienda, siempre es bueno recordar el consejo que hallamos en Proverbios 15:1 “La respuesta apacible desvía el enojo, pero las palabras ásperas encienden los ánimos”. (NTV)
No permitas que una diferencia de ideas, un mal día, el enojo, el orgullo y las circunstancias adversas te lleven a pelear y destruir tu relación con quienes más amas e incluso sus vidas. Busca siempre la paz.

 

 


Ana María Frege Issa
CVCLAVOZ