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Mateo 5 :28 La Biblia de las Américas (LBLA)

 

Enseñanza de Jesús sobre el adulterio

 

 

27 Habéis oído que se dijo: “No cometeras adulterio.” 28 Pero yo os digo que todo el que mire a una mujer para codiciarla ya cometió adulterio con ella en su corazón. 29 Y si tu ojo derecho te es ocasión de pecar[s], arráncalo y échalo de ti; porque te es mejor que se pierda uno de tus miembros, y no que todo tu cuerpo sea arrojado al infierno[t]30 Y si tu mano derecha te es ocasión de pecar, córtala y échala de ti; porque te es mejor que se pierda uno de tus miembros, y no que todo tu cuerpo vaya al infierno[u]31 También se dijo: “Cualquiera que repudie a su mujer, que le de carta de divorcio.” 32 Pero yo os digo que todo el que se divorcia de[v] su mujer, a no ser por causa de infidelidad, la hace cometer adulterio; y cualquiera que se casa con una mujer divorciada[w], comete adulterio.

 

 

 

Un Encuentro Con la Palabra

REFLEXION

 

 

Jovenes Cristianos – ¿SANTO MOISES?

Pasaje clave: Éxodo 1 y 2.

 

 

Seguramente habrás escuchado alguna vez el nombre de Moisés. Y seguramente habrás visto una o varias películas acerca de él, especialmente cuando divide las aguas del mar, o cuando recibe de Dios las tablas con los mandamientos. ¡El gran Moisés! Capaz de enfrentar a los hechiceros del Faraón, o ser líder de casi 1.000.000 de personas guiándolas por el desierto hasta la tierra prometida. Dispuesto a hacer polvo un becerro de oro o a suplicarle a Dios para que no destruyera al pueblo idólatra. Capaz de pegarle a una roca con su vara y hacer salir agua de ella, o de sentarse, el día entero, a escuchar los problemas de las personas y aconsejarlos con muchísima sabiduría. Capaz de estar solo con Dios 40 días sin necesidad de comer, hablando con Él como con un amigo. Capaz de organizar, dirigir, enseñar, aconsejar o disciplinar. Capaz de soportar las rebeliones de algunos celosos y violentos sin descontrolarse ni perder la paz. Y contar con el apoyo de Dios diciéndole: “Yo voy a ir contigo”. ¡Genio total! ¡Maestro de maestros! Me encantaría parecerme un poquito a Moisés.

PERO… (¿en qué historia no hay un pero?), el gran Moisés no fue siempre un “santo”. Hubo una época de su vida, antes de ser el gran Moisés, que fue de todo menos santo.

Moisés creció en el ambiente pagano de Egipto, y a pesar de que su propia madre lo crió y educó los primeros años de su vida, él fue formado en el conocimiento de las ciencias y de la magia de ellos (Hechos 7:22).

Vivió los primeros ¡40 años! de su vida rodeado de un ambiente en el que no se honraba a Dios sino a los ídolos. Donde la práctica de la magia, la brujería y el curanderismo, era algo de todos los días y era parte de la “sabiduría” egipcia que él aprendió.

Pero, además de todo esto, el “no tan santo Moisés” la hizo muy, muy fea, cuando quiso “solucionar” problemas raciales según sus propias ideas personales

¿¡Moisés ASESINO!? Lamentablemente sí.
¿¡Moisés conocedor de la magia y la hechicería!? Sí.
¿¡Moisés impulsivo y descontrolado!? Sí y sí.
A los 40 años, Moisés el príncipe terminó siendo Moisés el forastero (2:21- 22).

Piénsalo.

Si alguien te contara que una persona como Moisés sería elegido para llegar a ser el gran Moisés (y santo), ¿le creerías?

Mírate a ti mismo por un momento, con tus arrebatos, con tus pecados “secretos”, con tus crisis personales, con tus actitudes descontroladas, o con tus diarias depresiones. Si alguien dijera que puedes llegar a ser alguien totalmente distinto (santo, útil, renovado), ¿le creerías?

Hay alguien que piensa en ti y no quiere dejarte así como estás. Él quiere hacerte aún mejor. No importa lo que hoy eres, importa lo que serás si te dejas tratar y guiar por Dios, como el santo Moisés.

 

 

 

Extracto del libro: “Desafíos Para Jóvenes y Adolescentes: Éxodo/Levítico”

Por Edgardo Tosoni

 

 

 

Un Encuentro Con la Palabra

REFLEXION

 

 

Permite que Dios resucite tus sueños

 

 

 

Todos hemos escuchado alguna vez la historia de la resurrección de Lázaro, que se encuentra en el capítulo 11 de Juan.

El relato dice que Lázaro enfermó y sus hermanas Martha y María mandaron a llamar a Jesús. En el versículo 3 dice que el mensaje era: “Señor, he aquí el que amas está enfermo”.

No mucha gente se animaría a mandar un mensaje así, salvo que hayan tenido una relación cercana con el Maestro.

Martha, María y Lázaro habían sido testigos de los milagros que Jesús había estado haciendo y compartieron con Él, eran sus amigos. Probablemente estaban seguros de que Jesús vendría inmediatamente al escuchar la noticia y haría un gran milagro como los que habían visto.

Lejos de lo que podrían haber creído, Jesús deliberadamente demoró y llegó 4 días después de que Lázaro había muerto. Y seguramente puedes pensar que Jesús era un mal amigo o que no le importaba realmente lo que sentían pero no es así, más adelante dice que Jesús lloró y que estaba conmovido pero Él tenía un plan más grande para la vida de sus amigos, los haría protagonistas de algo nunca antes visto.

Cuando Jesús llegó al lugar, Martha salió a su encuentro y le dijo: “Señor, si hubieses estado aquí, mi hermano no habría muerto.”

A veces creemos que hemos llegado al final de nuestras vidas. Tal vez estás enfrentando una enfermedad por la que pediste tanto tiempo a Dios que te sanara o quizás sientes que ya no podrás salir de la dura situación económica en la que te encuentras o tu familia está en la crisis más grande que jamás atravesó y tal vez te has resignado y estás abandonando tus sueños y tu oración es parecida a la de Martha y le dices: Señor, si hubieses estado aquí, si hubieras llegado a tiempo…

No importa cuánto tiempo llevas pidiéndole a Dios un milagro, ni cuán mala sea tu situación económica, familiar o si el diagnóstico que te dieron es irreversible. Dios está en control y Él siempre llega a tiempo, no en nuestro tiempo, si no en Su tiempo.

Imagina lo que es que Lázaro llevara 4 días de muerto. Tal vez, si Lázaro llevara media hora de muerto todavía la esperanza de María y Martha estaría a flote pero cuatro días no daban lugar a dudas de que Lázaro estaba muerto.

Hay ocasiones en las que Dios nos pone en un tiempo de espera tan largo que estamos seguros de que es el final, que Jesús no llegó a tiempo y bueno, que hay que enterrar nuestras esperanzas, nuestros sueños y seguir adelante, conformándonos con lo que hay.

Pero es ahí, cuando ya no puedes más que Jesús llega y resucita aquello que dimos por muerto. Y es que cuando nosotros nos rendimos es Dios quien mueve su mano y le da vida a lo que enterramos y hace posible lo imposible.
Dios quiere glorificarse en tu vida, quiere bendecirte y sin importar cuánto tiempo llevas esperando por un milagro, Dios llegará a tiempo.

No entierres tus sueños, no te des por vencido, deja que Dios haga un gran milagro en tu vida y si por alguna razón ya los enterraste corre a Sus brazos y dale la oportunidad de resucitar lo que está muerto.

Recuerda que Él es especialista en imposibles.

“porque nada hay imposible para Dios” Lucas 1:37 (RVR1960).

 

 

 

 


Ana María Frege Issa 
CVCLAVOZ