Hebreos 9:1,6 La Biblia de las Américas (LBLA)

 

 

 

 

 

 

El santuario terrenal

 

 

 

Ahora bien, aun el primer pacto tenía ordenanzas de culto y el santuario terrenal.Porque había un tabernáculo[a] preparado en la parte anterior[b], en el cual estaban el candelabro, la mesa y los panes consagrados[c]; éste se llama el Lugar Santo. Y detrás del segundo velo había un tabernáculo llamado el Lugar Santísimo, el cual tenía el altar de oro del incienso[d] y el arca del pacto cubierta toda de oro, en la cual había una urna de oro que contenía el maná y la vara de Aarón que retoñó y las tablas del pacto; y sobre ella estaban los querubines de gloria que daban sombra al propiciatorio; pero de estas cosas no se puede hablar ahora en detalle. Así preparadas estas cosas, los sacerdotes entran continuamente al primer[e] tabernáculo para oficiar en el culto; pero en el segundo, sólo entra el sumo sacerdote una vez al año, no sin llevar sangre, la cual ofrece por sí mismo y por los pecados del pueblo cometidos en ignorancia[f]Queriendo el Espíritu Santo dar a entender esto: que el camino al Lugar Santísimo[g] aún no había sido revelado en tanto que el primer tabernáculo permaneciera en pie; lo cual es un símbolo para el tiempo presente, según el cual se presentan ofrendas y sacrificios que no pueden hacer perfecto en su conciencia al que practica ese culto, 10 puesto que tienen que ver sólo con comidas y bebidas, y diversas abluciones[h] y ordenanzas para el cuerpo[i], impuestas hasta el tiempo de reformar las cosas.

 

 

 

 

Un Encuentro Con la Palabra

REFLEXION

Reflexiones - Demasiado Lodo

 

 

 

 

Ya hay demasiado fango en el sendero, no le amontones más.
Es ingrata tarea el hacer resbalar a los demás.

Ya hay demasiado barro por la vida para que tú eches más.
Sé tú de los que aparten ese barro para no salpicar a los demás.

Ya hay demasiadas sombras por el mundo, ya no le pongas más.
Haz tu vida tan clara y luminosa que evites tropezar a los demás.

Hay tanta podredumbre dondequiera que no es justo que tú la aumentes más;
echa a andar tu pureza sin temores, y entonces vivirás ...

Francisco Estrello

Somos luz y sal en la tierra. Con sólo decidir no ser parte del grupo que de todas maneras lo hace, ya es suficiente. Estás llamado para marcar diferencia.

Salmo 97:11
Luz está sembrada para el justo, Y alegría para los rectos de corazón.

Salmo 102:4
Resplandeció en las tinieblas luz a los rectos; Es clemente, misericordioso y justo.

 

 

Un Encuentro Con la Palabra

REFLEXION
Jovenes Cristianos – COMO PERROS Y GATOS

Pasaje clave: Génesis 25:19-34.

 

 

 

Todos los días nos relacionamos con cristianos y no cristianos. Y no siempre de las mejores maneras.

Entre Hermanos.

Desde antes de nacer, Esaú (el primogénito porque salió primero) y Jacob (que como no pudo salir primero se agarró del pie del hermano), se trataron como perros y gatos (25:22-23).

Había enormes diferencias entre ambos hermano (25:24-27). Es importante reconocer nuestras diferencias con los hermanos (los de la familia y los de la iglesia). No somos iguales. Pero nuestras diferencias de habilidades, talentos, capacidades, gustos, ideas, dones, conocimiento, autoridad, etc., nunca deberían ser causa de peleas, discusiones y rivalidades ¡Somos hermanos!

Pero la rivalidad entre Esaú y Jacob, lamentablemente, también estaba alimentada por sus propios padres. Isaac prefería a Esaú, y Rebeca a Jacob. (Gn.25:28).

Muchas veces son los propios padres quienes “prefieren” a uno más que a otros, o hacen comparaciones entre hermanos. O siempre se la agarran de punto con uno de ellos permitiéndole al otro hacer o decir cualquier cosa. Si algo así pasa en tu casa lo mejor es que hables con ellos tratando de explicarles cómo te sientes, ora intensamente por sus vidas y procurar, en la medida de tus posibilidades, mantener la paz.

Pero la rivalidad continuó. ¿De qué tipo fue la ayuda que Jacob le “ofreció” a su hermano? (Gn.25:29-34).

En ese tiempo “ser primogénito” era un honor. Significaba ser el heredero principal, recibir la mejor parte de todas las cosas, tener la autoridad sobre todo. Está claro entonces, por qué Jacob deseaba tanto la primogenitura. Sin embargo, no era lo único que él quería. Había algo más, y lo obtuvo en complicidad con su madre (Gn.27:26 y 36).

Es cierto que Dios había elegido a Jacob para realizar sus propósitos, y es cierto también que Esaú no valoró su primogenitura cambiándola por un guiso de lentejas; pero Jacob estaba haciendo todo mal, sin tener en cuenta para nada la voluntad de Dios. Jacob, con todas sus malas actitudes de ladrón y mentiroso, solo conseguía que su hermano lo odiara más y más (Gn.27:41).

Piénsalo.

Esaú no valoró el privilegio de su primogenitura. ¿Qué cosas valiosas tienes tú que no valoras, o desprecias, o de las cuales vives quejándote? ¿Qué nueva actitud deberías comenzar a tener?

Jacob con sus actitudes daba más problemas que soluciones. Tus actitudes, comentarios o reacciones, ¿aumentan los problemas entre tú y tus hermanos, complican las cosas? ¿Qué deberías corregir o intentar cambiar?

Aunque Dios te haya escogido para mejores cosas que a tu hermano tienes que esperar tú tiempo. Que sea Dios mismo quien te levante en el momento oportuno.

Extracto del libro: “Desafíos Para Jóvenes y Adolescentes: Génesis”

 

Por Edgardo Tosoni