Génesis 1:27-28

La Biblia de las Américas (LBLA)

 

 

 

Creación del hombre y de la mujer

 

 

 

 

26 Y dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza; y ejerza[r] dominio sobre los peces del mar, sobre las aves del cielo, sobre los ganados, sobre toda la tierra, y sobre todo reptil que se arrastra sobre la tierra. 27 Creó, pues, Dios al hombre a imagen suya, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó. 28 Y los bendijo Dios y les dijo[s]: Sed fecundos y multiplicaos, y llenad la tierra y sojuzgadla; ejerced dominio sobre los peces del mar, sobre las aves del cielo y sobre todo ser viviente que se mueve[t] sobre la tierra. 29 Y dijo Dios: He aquí, yo os he dado toda planta que da semilla que hay en la superficie[u] de toda la tierra, y todo árbol que tiene fruto[v] que da semilla; esto os servirá de[w] alimento. 30 Y a toda bestia de la tierra, a toda ave de los cielos y a todo lo que se mueve[x] sobre la tierra, y que tiene vida[y], les he dado toda planta verde para alimento. Y fue así. 31 Y vio Dios todo lo que había hecho, y he aquí que era bueno en gran manera. Y fue la tarde y fue la mañana: el sexto día.

 

 

Un Encuentro Con la Palabra

 

 

Promesas – Milagros

La única manera de saber qué semilla alberga un árbol en su interior es sembrándolo. Cuando se siembran actos de bondad y generosidad hacia los demás, uno nunca llega a saber qué poderoso árbol puede crecer de esa pequeña semilla.

Cuando damos lo mejor de nosotros mismos, no sabemos los milagros que pueden operarse en nuestra vida o en la vida de otro.

 

 

Colosenses 3:23
Y todo lo que hagáis, hacedlo de corazón,
como para el Señor y no para los hombres.

Eclesiastés 9:10
Todo lo que tu mano halle para hacer, haz lo según tus fuerzas; porque no hay actividad ni propósito ni conocimiento ni sabiduría en el Seol adonde vas.

Efesios 6:7
Servid de buena voluntad, como al Señor y no a los hombres,

Eclesiastés 11:6
De mañana siembra tu semilla y a la tarde no des reposo a tu mano, porque no sabes si esto o aquello prosperará, o si ambas cosas serán igualmente buenas.

Eclesiastés 9:10
Todo lo que tu mano halle para hacer, haz lo según tus fuerzas; porque no hay actividad ni propósito ni conocimiento ni sabiduría en el Seol adonde vas.

Eclesiastés 11:7
Agradable es la luz, y bueno para los ojos ver el sol.

 

 

 

 

 

 

Un Encuentro Con la Palabra

REFLEXION

DEVOCIONALES – “NO SE QUEDE AHÍ, ¡LEVÁNTESE!”
Publicado por: Pastor Carlos Vargas Valdez en Cristianos, Devocional Cristiano

 

 

 

 



Había a la entrada de la puerta cuatro hombres leprosos, los cuales dijeron el uno al otro: 

¿Para qué nos estamos aquí hasta que muramos?

Se levantaron pues al anochecer…

No importa cuán difícil sea la situación en la que usted esté, no importa cuán metido esté en algún problema, en 24 horas usted podría superar esas cosas.
“Oh, hermano Copeland, eso es imposible”.

Eso es lo que los samaritanos pensaron en 2 Reyes 7. Su tierra estaba siendo asolada por el hambre. Las tropas enemigas tenían sitiada la ciudad y habían cortado toda ruta de suministro. Las madres se comían a sus propios hijos para poder subsistir.

Pero en medio de toda esa tragedia, el Señor le dijo al profeta Eliseo que en 24 horas todo iba a cambiar.

La harina y la cebada se venderían por unos cuantos centavos y habría abundancia para todos.

¿De qué se valió Dios para cambiar la situación?

¡De cuatro leprosos! 

En lugar de sentir lástima de sí mismos y esperar hasta morirse, estos leprosos decidieron levantarse y arriesgarse en el campo enemigo. Cuando llegaron, lo encontraron abandonado.

Los ángeles de Dios habían hecho que el ejército entero huyera, y en el campo había quedado suficiente alimento para toda la ciudad de Samaria.

Algunas veces actuamos como lo hicieron los líderes de Samaria. 

Nos concentramos en el problema en lugar de concentrarnos en la Palabra de Dios. 

Ponemos tanta atención a la voz del mundo que perdemos la visión de nuestra victoria. Cuando eso sucede, la fe y el poder comienzan a disminuir y la vida se nos derrumba por todos lados.

Si a usted le ha pasado eso, deje de lamentarse, deje de fijarse en el problema y de sentir lástima de sí mismo porque esas cosas no podrán cambiar nada.

Así como Dios dio palabra por medio de Eliseo, también le ha dado a usted palabra: le ha prometido darle la victoria y hacerlo vencedor.

No se quede ahí sentado esperando hasta que muera.

No acepte la derrota, sino levántese en fe, afírmese en la Palabra de Dios y pelee por su vida. Enójese con Satanás y échelo fuera.

Enójese con la enfermedad y enfurézcase con la pobreza y empiece a dar más.

¡Levántese y reciba la liberación del Señor!