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36 Entonces continuó Eliú, y dijo:
2 Espérame
un poco, y te mostraré
que todavía hay más que decir en favor de[a] Dios.
3 Traeré mi
conocimiento desde lejos,
y atribuiré justicia a mi Hacedor.
4 Porque en
verdad no son falsas mis palabras;
uno perfecto en
conocimiento está contigo.
5 He aquí, Dios
es poderoso pero no desprecia a
nadie,
es poderoso en la fuerza del entendimiento.
6 No mantiene
vivo al impío,
mas da justicia al afligido.
7 No aparta sus
ojos del justo,
sino que, con los reyes sobre el trono,
los ha sentado para siempre, y son ensalzados.
8 Y si están
aprisionados con cadenas,
y son atrapados en las cuerdas de aflicción,
9 entonces les
muestra su obra
y sus transgresiones, porque ellos se han engrandecido.
10 El abre sus
oídos para la instrucción,
y ordena que se vuelvan del mal.
11 Si escuchan
y le sirven,
acabarán sus días en prosperidad
y sus años en delicias.
12 Pero si no
escuchan, perecerán[b] a
espada,
y morirán sin conocimiento.
13 Mas los impíos
de corazón acumulan la ira;
no claman pidiendo ayuda cuando El los ata.
14 Mueren[c] en
su juventud,
y su vida perece entre los sodomitas de cultos paganos.
15 El libra al
afligido en medio de su aflicción,
y abre su oído en tiempos de opresión[d].
16 Entonces, en
verdad, El te atrajo de
la boca de la angustia,
a un lugar espacioso, sin limitaciones, en lugar de aquélla;
y lo que se puso sobre tu mesa estaba lleno de grosura[e].
17 Pero
tú estabas lleno de juicio sobre el malvado;
el juicio y la justicia se apoderan de ti.
18 Ten
cuidado, no sea que el
furor te
induzca a burlarte;
no dejes que la grandeza del rescate te extravíe.
19 ¿Te protegerán
tus riquezas[f] de
la angustia,
o todas las fuerzas de tu poder?
20 No anheles la
noche,
cuando los pueblos desaparecen[g] de su lugar.
21 Ten cuidado, no
te inclines al mal;
pues has preferido éste a la aflicción.
22 He aquí, Dios
es exaltado en su poder,
¿quién es maestro como El?
23 ¿Quién le ha
señalado su camino,
y quién le ha dicho: “Has hecho mal”?
24 Recuerda
que debes ensalzar su obra,
la cual han cantado los
hombres.
25 Todos los
hombres la han visto;
el hombre desde lejos la contempla.
26 He aquí, Dios
es exaltado, y no le conocemos;
el número de sus años es inescrutable.
27 Porque El atrae
las gotas de agua,
y ellas, del[h] vapor[i], destilan lluvia,
28 que derraman
las nubes,
y en abundancia gotean sobre
el hombre.
29 ¿Puede alguno
comprender la extensión de las nubes,
o el
tronar de su pabellón[j]?
30 He aquí, El
extiende su relámpago[k] en
derredor suyo,
y cubre los abismos del mar.
31 Pues por
estos medios El
juzga a
los pueblos,
y da
alimento en abundancia.
32 El
cubre sus manos[l] con
el relámpago[m],
y le ordena dar en el blanco.
33 Su trueno
anuncia su presencia[n];
también el ganado, respecto a lo que se levanta.
REFLEXION
¿Continuas Siendo Probado? ¡Acción De Gracias!
Publicado por: Devocionales en Devocional Diario 1 Comentario
“TODAS ESTAS COSAS PADECEMOS… PARA QUE… LA ACCIÓN DE GRACIAS SOBREABUNDE PARA GLORIA DE DIOS” (2 Corintios 4:15)
¿Recuerdas que cuando fuiste pequeño, te enfadabas cada vez que tu programa favorito de televisión era interrumpido durante unos momentos para dar paso a los anuncios? Eso se parece mucho a las pruebas que entran en nuestras vidas. Son interrupciones no programadas, y por lo general inoportunas, que vienen siempre en el peor momento posible. Pero a diferencia con los anuncios de televisión, las experiencias duras de la vida no siguen unos momentos y luego desaparecen. No, pueden continuar durante días, semanas, y hasta años. Y es posible que la razón exacta del porqué nunca la tengamos totalmente clara. Las pruebas pueden hacernos sentir desprotegidos, pero es posible controlar un elemento vital de una “vía crucis”, y es éste: la manera en la que nos enfrontamos a ella. Entiende lo siguiente: las experiencias difíciles son indispensables para nuestro crecimiento espiritual. De hecho, no podemos crecer como deberíamos sin ellas, aunque quisiéramos de todo corazón que fuese lo contrario. La prueba conduce hacia tu testimonio personal. Pablo escribió: “Todas estas cosas padecemos… para que… la acción de gracias sobreabunde para gloria de Dios. Por tanto, no desmayamos; antes, aunque este nuestro hombre exterior se va desgastando, el interior no obstante se renueva de día a día…” (2 Corintios 4:15-16). Y Job dijo: “Mas Él conoce mi camino: si me prueba, saldré como el oro” (Job 23:10). Se precisa mucho más calor para producir oro que estaño. Ahora bien, ¿cuál de los dos quieres ser tú?
“…GOZAOS PROFUNDAMENTE CUANDO OS HALLÉIS EN DIVERSAS PRUEBAS…” (Santiago 1:2)
Pues bien, ¡sé honesto! Si has leído el versículo de hoy, tal vez te has preguntado si Santiago vivía en el mismo planeta que tú… Es posible que ésta sea una de las pruebas más difíciles de obedecer en todas las Escrituras. Santiago dijo que debemos reaccionar a las pruebas con gozo (lee Santiago 1:2), y esto no deja lugar para las quejas… Cuando tu vida es interrumpida por un problema o una circunstancia que no habías planeado ni anticipado, comienza a alabar a Dios. ¿Que por qué? Porque la realidad es ésta: ahora mismo estamos pasando por una prueba, estamos saliendo de otra o nos estamos dirigiendo hacia la siguiente…
Santiago habló de “…diversas pruebas…” (Santiago 1:2b). Créeme, no te aburrirás con las experiencias duras que afrontas, porque te llegarán en todas las variedades que te puedas imaginar. Se parecen a algunas cartas que recibimos, a ésas que están dirigidas “al inquilino”. Todo lo que tienes que hacer para experimentar pruebas es ocupar un lugar en este planeta. Date cuenta que Santiago no dijo: “…si…” llegan, sino “…cuando…”. Una vez, Will Rogers leyó un titular en un periódico que decía: “Un inocente transeúnte es disparado en Nueva York”. “¿Qué te parece?”, dijo, “Todo lo que tienes que hacer para que te peguen un tiro en Nueva York es ser inocente y transeúnte…”. Lo mismo pasa con las pruebas. Sólo por estar ahí, te golpean. ¿Pero por qué? Santiago nos lo dijo bien claro: “…la prueba de vuestra fe produce paciencia. Pero tenga la paciencia su obra completa, para que seáis perfectos y cabales, sin que os falte cosa alguna” (Santiago 1:2-4). La adversidad produce madurez. La verdad es que no la podremos conseguir de ninguna otra manera…
REFLEXION
¡Una llamada puede cambiarlo todo!
Una mujer anciana determinó terminar con su vida, se encontraba deprimida y solitaria, ya que su esposo había fallecido unos meses atrás y sus hijos tenían sus hogares establecidos en diferentes países. Ella pensó que su tiempo había concluido, entonces tomó una soga y la preparó, se subió a una silla y la puso sobre su cuello, cuando estaba a punto de saltar de la silla recibió una llamada, era una de sus hijas quién le dijo: “mamita no sabes cuánto te necesito, iré a verte muy pronto y espero que esta vez puedas volver conmigo”.
La anciana cambió de semblante y tomó una nueva decisión: ¡ver crecer a sus nietos!. Su final fue diferente ya que dejó un vacío muy grande cuando se fue.
Es increíble como una llamada no sólo cambió el futuro de esta mujer, sino que salvó su vida. Muchos ignoramos los efectos que puede producir una llamada cuando alguien se encuentra en un
conflicto, solo, deprimido, o hasta incluso enojado. ¿No te ha pasado? Son una inyección a nuestro dolor, es un alivio al malestar, y al que está feliz le duplica la alegría.
“Hermanos míos, si alguno de entre vosotros se extravía de la verdad y alguno le hace volver, sepa que el que hace volver a un pecador del error de su camino salvará su alma de muerte, y cubrirá
multitud de pecados” Santiago 5:19-20.
En este momento existen tantas personas que se encuentran desorientadas ante lo que enfrentan, por lo que es probable que se encuentren en un camino errado y a punto de tomar una decisión equivocada.
La palabra de Dios nos muestra lo importante que es para el Señor una vida y nos pide que ayudemos a alguien a cambiar su rumbo, te animo a hacerlo por medio de una llamada. En este momento recuerda a un amigo que ha dejado de asistir a clases, al trabajo, o a la iglesia, aquel que tal vez un día lo viste preocupado, que está diferente, o simplemente aquel que estimas mucho y llámalo ¡podrías estar salvando su vida!
¡Ellos precisan saber que son importantes, que su vida tiene un propósito y alguien se preocupa por ellos! Sé obediente al Señor.
Shirley Chambi
CVCLAVOZ