Salmos 37:16

 

 

 

 

 

 

 

El justo y el problema del mal

 

 

 

 

 

37 No te irrites a causa de los malhechores;
no tengas envidia de los que practican la iniquidad.
Porque como la hierba pronto se secarán[a],
y se marchitarán como la hierba verde.
Confía en el Señor, y haz el bien;
habita en la tierra, y cultiva la[b] fidelidad.
Pon tu delicia en el Señor,
y El te dará las peticiones de tu corazón.
Encomienda al Señor tu camino,
confía en El, que El actuará;
hará resplandecer[c] tu justicia como la luz,
y tu derecho[d] como el mediodía.

Confía callado en[e] el Señor y espérale con paciencia;
no te irrites a causa del que prospera en su camino,
por el hombre que lleva a cabo sus intrigas.
Deja la ira y abandona el furor;
no te irrites, sólo harías lo malo.
Porque los malhechores serán exterminados,
mas los que esperan en el Señor poseerán la tierra.
10 Un poco más y no existirá el impío;
buscarás con cuidado su[f] lugar, pero él no estará allí.
11 Mas los humildes poseerán la tierra,
y se deleitarán en abundante prosperidad[g].

12 El impío trama contra el justo,
y contra él rechina sus dientes.
13 El Señor se ríe de él,
porque ve que su día se acerca.
14 Los impíos han sacado la espada y entesado el arco,
para abatir al afligido y al necesitado,
para matar a los de recto proceder.
15 Su espada penetrará en su propio corazón,
y sus arcos serán quebrados.

16 Mejor es lo poco del justo
que la abundancia de muchos impíos.
17 Porque los brazos de los impíos serán quebrados;
mas el Señor sostiene a los justos.
18 El Señor conoce los días de los íntegros[h],
y su herencia será perpetua.
19 No serán avergonzados en el tiempo malo,
y en días de hambre se saciarán.
20 Pero los impíos perecerán,
y los enemigos del Señor serán como la hermosura[i] de los prados[j];
desaparecen, se desvanecen como el humo.
21 El impío pide prestado y no paga,
mas el justo es compasivo y da.
22 Porque los que son bendecidos por el Señor[k] poseerán la tierra,
pero los maldecidos por El serán exterminados.

23 Por el Señor son ordenados[l] los pasos del hombre,
y el Señor[m] se deleita en su camino.
24 Cuando caiga, no quedará derribado,
porque el Señor sostiene[n] su mano.
25 Yo fui joven, y ya soy viejo,
y no he visto al justo desamparado,
ni a su descendencia[o] mendigando pan.
26 Todo el día[p] es compasivo y presta,
y su descendencia[q] es para bendición.

27 Apártate del mal y haz el bien,
y tendrás morada para siempre.
28 Porque el Señor ama la justicia[r],
y no abandona a sus santos;
ellos son preservados para siempre,
pero la descendencia[s] de los impíos será exterminada.
29 Los justos poseerán la tierra,
y para siempre morarán en ella.
30 La boca del justo profiere sabiduría
y su lengua habla rectitud.
31 La ley de su Dios está en su corazón;
no vacilan sus pasos.
32 El impío acecha al justo
y procura matarlo.
33 El Señor no dejará al justo[t] en sus manos,
ni permitirá que lo condenen cuando sea juzgado.
34 Espera en el Señor y guarda su camino,
y El te exaltará para que poseas la tierra;
cuando los impíos sean exterminados, tú lo verás.

35 He visto al impío, violento[u],
extenderse como frondoso árbol en su propio suelo[v].
36 Luego pasó[w], y he aquí, ya no estaba;
lo busqué, pero no se le halló.
37 Observa al que es íntegro[x], mira al que es recto;
porque el hombre de paz tendrá descendencia[y].
38 Pero los transgresores serán destruidos a una;
la posteridad de los impíos será exterminada.
39 Mas la salvación de los justos viene del Señor;
El es su fortaleza en el tiempo de la angustia.
40 El Señor los ayuda y los libra;
los libra de los impíos y los salva,
porque en El se refugian.

 

 

 

 

 

 

Un Encuentro Con la Palabra

 

 

 

 

 

 

 

REFLEXION

Programando tu mente con la Palabra de Dios
Publicado por Devocionales 

 

 

 



“…GUARDO TU CORAZÓN, PORQUE DE ÉL MANA LA VIDA” (Proverbios 4:23b)

¡Detrás de cada cosa que haces… hay un pensamiento! 

Por eso, si quieres cambiar tu vida, tienes que cambiar tu modo de pensar. 

Imagínate que vas en una lancha motora con piloto automático programado hacia el este. 

Si de repente decides ir al oeste, tienes dos opciones: una es tomar el timón y forzarlo para que vaya en la dirección opuesta a la programada. 

Con verdadera fuerza de voluntad podrías dominar el piloto automático, pero notarías resistencia constante. 

Los brazos se te cansarían finalmente, dejarías el timón y ¿qué pasaría? 

Inmediatamente, la lancha volvería hacia el este, en la dirección programada.

Eso es lo que pasa cuando intentas cambiar tu vida con la fuerza de tu voluntad: 

“Me esforzaré a comer menos, hacer más ejercicio, dejar de ser desordenado, etc.”. 

Sí, la fuerza de voluntad puede llevar a cambios a corto plazo, pero crea estrés constante porque no has tratado la raíz del asunto.

El cambio no se produce de modo natural, por lo que al final te rindes, dejas la dieta, el ejercicio, y vuelves a tus hábitos de siempre.

Gracias a Dios, ¡hay una manera mejor!

Cambia el piloto automático… ¡tu modo de pensar! Escucha: 

“No os conforméis a este mundo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál es la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta” (Romanos 12:2).

El cambio comienza siempre en la mente.

El modo de pensar determina el modo de sentir, y el modo de sentir determina el modo de actuar.

Pero, te preguntarás, ¿cómo puedo cambiar mi modo de pensar? 

Programando tu mente con la Palabra de Dios.

 

 

 

 

 

Un Encuentro Con la Palabra

 

 

 

 

 

 

 

Promesas de Dios – No Voy a Perdonar

 

 

 

 

 



Promesas de Dios-> Puedo perdonar, pero no olvidar, es solo otra forma de decir: No voy a perdonar.

El perdón debe ser como una nota de cancelación, rota en dos pedazos y quemada, así nunca se podrá mostrar en contra.

Cuando haga un compromiso de perdonar a otra persona, pida al señor que le sana del impacto que el hecho hizo en su vida.
Perdone, olvide y empiece de nuevo.

Efesios 4:32
Antes sed benignos unos con otros perdonándonos unos a otros como Dios también nos perdonó a nosotros en Cristo.

Mateo 6:14 Porque si perdonáis a los hombres sus transgresiones, también vuestro Padre celestial os perdonará a vosotros.

Mateo 18:33 “¿No deberías tú también haberte compadecido de tu consiervo, así como yo me compadecí de ti?

1 Corintios 13:4 El amor es paciente, es bondadoso; el amor no tiene envidia; el amor no es jactancioso, no es arrogante;

2 Corintios 2:7 así que, por el contrario, vosotros más bien deberíais perdonar lo y consolar lo, no sea que en alguna manera éste sea abrumado por tanta tristeza.

2 Corintios 2:10 Pero a quien perdonéis algo, yo también lo perdono; porque en verdad, lo que yo he perdonado, si algo he perdonado, lo hice por vosotros en presencia de Cristo,

Efesios 5:1 Sed, pues, imitadores de Dios como hijos amados;

Colosenses 3:12 Entonces, como escogidos de Dios, santos y amados, revestíos de tierna compasión, bondad, humildad, mansedumbre y paciencia;

Colosenses 3:13 soportándoos unos a otros y perdonándoos unos a otros, si alguno tiene queja contra otro; como Cristo os perdonó, así también hacedlo vosotros.

1 Pedro 3:8 En conclusión, sed todos de un mismo sentir, compasivos, fraternales, misericordiosos y de espíritu humilde;