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Salmos 69:30 La Biblia de las Américas (LBLA)

Oración del justo perseguido

Para el director del coro; según Sosanim[a]. Salmo de David.

69 Sálvame, oh Dios,
porque las aguas me han llegado hasta el alma.
Me he hundido en cieno profundo, y no hay donde hacer pie;
he llegado a lo profundo de las aguas, y la corriente me anega.
Cansado estoy de llorar; reseca está mi garganta;
mis ojos desfallecen mientras espero a mi Dios.
Más que los cabellos de mi cabeza son los que sin causa me aborrecen;
poderosos son los que quieren destruirme[b],
sin razón son mis enemigos,
me hacen[c] devolver aquello que no robé.

Oh Dios, tú conoces mi insensatez,
y mis transgresiones no te son ocultas.
¡No se avergüencen de mí los que en ti esperan, oh Señor, Dios[d]de los ejércitos!
¡No sean humillados[e] por mí los que te buscan, oh Dios de Israel!
Pues por amor de ti he sufrido vituperio;
la ignominia ha cubierto mi rostro.
Me he convertido en extraño para mis hermanos,
y en extranjero para los hijos de mi madre.
Porque el celo por tu casa me ha consumido,
y los vituperios de los que te injurian han caído sobre mí.
10 Cuando lloraba afligiendo con ayuno mi alma,
eso se convirtió en afrenta para mí.
11 Cuando hice de cilicio mi vestido,
me convertí en proverbio para ellos.
12 Hablan de mí los que se sientan a la puerta,
y soy la canción[f] de los borrachos.

13 Pero yo elevo a ti mi oración, oh Señor, en tiempo propicio;
oh Dios, en la grandeza de tu misericordia,
respóndeme con tu verdad salvadora[g].
14 Sácame del cieno y no dejes que me hunda;
sea yo librado de los que me odian, y de lo profundo de las aguas.
15 No me cubra la corriente de las aguas,
ni me trague el abismo,
ni el pozo cierre sobre mí su boca.

16 Respóndeme, oh Señor, pues buena es tu misericordia;
vuélvete a mí, conforme a tu inmensa compasión,
17 y no escondas tu rostro de tu siervo,
porque estoy en angustia; respóndeme pronto.
18 Acércate a mi alma y redímela;
por causa de mis enemigos, rescátame.
19 Tú conoces mi afrenta, mi vergüenza y mi ignominia;
todos mis adversarios están delante de ti.

20 La afrenta ha quebrantado mi corazón, y estoy enfermo;
esperé compasión, pero no la hubo;
busqué consoladores, pero no los hallé.
21 Y por[h] comida me dieron hiel[i],
y para mi sed me dieron a beber vinagre.

22 Que la mesa[j] delante de ellos se convierta en lazo,
y cuando estén en paz[k], se vuelva una trampa.
23 Núblense sus ojos para que no puedan ver,
y haz que sus lomos tiemblen continuamente.
24 Derrama sobre ellos tu indignación,
y que el ardor de tu ira los alcance.
25 Sea desolado su campamento,
y nadie habite en sus tiendas.
26 Porque han perseguido al que ya tú has herido,
y cuentan del dolor de aquellos que tú has traspasado.
27 Añade iniquidad a su iniquidad,
y que no entren en tu justicia.
28 Sean borrados del libro de la vida,
y no sean inscritos[l] con los justos.

29 Pero yo estoy afligido y adolorido;
tu salvación, oh Dios, me ponga[m] en alto.
30 Con cántico alabaré el nombre de Dios,
y con acción de gracias le exaltaré.
31 Y esto agradará al Señor más que el sacrificio de un buey,
o de un novillo con cuernos y pezuñas.
32 Esto han visto[n] los humildes y se alegran.
Viva vuestro corazón, los que buscáis a Dios.
33 Porque el Señor oye a los necesitados,
y no menosprecia a los suyos que están presos.

34 Alábenle los cielos y la tierra,
los mares y todo lo que en ellos se mueve.
35 Porque Dios salvará a Sion y edificará las ciudades de Judá,
para que ellos moren allí y la posean.
36 Y la descendencia[o] de sus siervos la heredará,
y los que aman su nombre morarán en ella.

 

 

 

 

LUN ENCUENTRO CON LA PALABRA

REFLEXION

Míralos Bien Otra Vez Según La Biblia
Publicado por: Devocionales en Articulos Cristianos 0

 

“…DE AQUÍ EN ADELANTE A NADIE CONOCEMOS SEGÚN LA CARNE…” (2 Corintios 5:16)
¿Qué quiso decir Pablo cuando escribió “…De aquí en adelante a nadie conocemos según la carne…”? Sencillamente lo siguiente: en lugar de centrarte en las faltas y los defectos de los demás creyentes intenta verlos como espíritus regenerados en cuerpos no regenerados. Han sido hechos justos en Dios por medio de Cristo (véase 2 Corintios 5:21), y por lo tanto tienen el potencial de alcanzar grandes cosas. Por supuesto que cuando se trata de entablar relaciones o amistades debes discernir bien. Las personas no apropiadas pueden herirte y las apropiadas pueden ayudarte. Pero no te corresponde a ti ir por ahí vetando a nadie basado en el conocimiento limitado que tienes de ellos. Si pudieras verlos a través de los ojos de Dios y supieras los planes de Dios para sus vidas tal vez serías menos crítico y más halagador.

En lugar de mirarlos por encima del hombro míralos como superiores. Así invertirás tiempo, amor y energía en ellos. ¿Por qué? Porque Dios cumple siempre la ley de la reciprocidad: “…El bien que cada uno haga, ése recibirá del Señor…” (Efesios 6:8). Nos damos por vencidos con las personas porque no vemos lo que Dios ve ni entendemos lo que está haciendo. Dios observa lo que Él colocó en tu interior, algo que tú no puedes ver. Y Él no ha acabado todavía con ellos, así que guárdate el juicio y la crítica. ¿Qué pensarías si Dios te hubiera desechado a causa de los errores que has cometido? En lugar de ver lo peor de la gente, busca lo mejor. Y cuando lo encuentres, nútrelo e intenta que salga a la luz. En otras palabras: dales una segunda mirada.

“MIRÁIS LAS COSAS SEGÚN LA APARIENCIA” (2 Corintios 10:7)
Pablo deja claro que hay cualidades que todavía no hemos descubierto o discernido en las personas que nos rodean. La mayoría de nuestras conclusiones se basan en información limitada y a menudo imperfecta. Dios vio cualidades en David que su propia familia no reconocía. Para ellos era simplemente un pastorcillo. De hecho, cuando apareció en el frente de batalla y se ofreció para luchar contra Goliat, su hermano mayor Eliab le pidió que se volviera a casa y que se ocupara de sus tareas. Pero unas horas más tarde David mató a Goliat y su nombre se hizo famoso en Israel. Los hermanos de José se ofendieron por el sueño que Dios le había dado y por gozar del favor de su padre. No obstante, llegó a ser primer ministro de Egipto y acabó cuidando de toda su familia durante una época de hambruna.

Lo que se puede aprender de todo esto es que debemos tener cuidado con cómo tratamos a las personas que nos irritan. Aprendamos a pasar por alto las apariencias. ¿Te acuerdas de Rut, una campesina que recogía cebada y que acabó convirtiéndose en la esposa del jefe? Quizá un día alguien así te firme la nómina, así que bendícela y trátala bien. Y aprende a ver más allá de la distracción de la belleza. Acuérdate de Ester y del necio Amán, quien menospreció a la hermosa muchacha que se sentaba junto al rey. Ella sabía algo que él desconocía: tenía acceso divino a la información que salvaría a su pueblo y ocasionaría el final de Amán. Sólo fue cuestión de tiempo. Conclusión: Nunca sabes plenamente lo que sucede en la mente de los demás, así que no te apresures a desecharlos. Míralos bien otra vez.
“…EL SEÑOR NO MIRA LO QUE MIRA EL HOMBRE…” (1 Samuel 16:7)
Mira bien otra vez esa situación que no entiendes.

Imagínate a María, la madre virgen de Jesús a punto de dar a luz al Hijo de Dios, quien un día redimirá al mundo. Necesita un lugar en el que pasar la noche. Hay quien tiene la oportunidad de su vida pero, tristemente, consta en la Biblia que “no había lugar para ellos en el mesón” (Lucas 2:7). La oportunidad llama a la puerta, pero los mesoneros están demasiado ocupados para abrir la puerta y aprovecharla.

Mira bien otra vez a esa situación apremiante. Imagínate a un chico entre la multitud siguiendo a Jesús. ¿Lo ves en un rincón? Mira otra vez. La cesta de su almuerzo contiene cinco panecillos y dos peces, lo justo para dar de comer a una persona. Andrés le pregunta a Jesús: “¿Qué es esto para tantos?” (Juan 6:9). Aun así, el Señor lo bendice y eso fue más que suficiente para dar de comer a cinco mil personas. Como dice la canción “Si tuvieras fe como un grano de mostaza…”.

Mira otra vez al enemigo que parece inmutable. Saulo de Tarso te está atacando. ¿Por qué? Porque todavía no ha llegado a tener ese encuentro con Jesús en el camino a Damasco que le cambiará la vida. Todavía no le ha revelado Dios lo que a ti sí y se apasiona por las causas equivocadas. No contrataques y tampoco lo des por caso perdido. Dios está a punto de hacer cosas grandes por él y a través de él. La gente pocas veces es como parece a priori y con el tiempo casi todos cambian. Cuando Dios empieza a obrar en la vida de tus conocidos, estos pueden dar un giro de 180 grados, a veces hasta de forma inmediata.

 

 

 

 

 

UN ENCUENTRO CON LA PALABRA

REFLEXION

Vive sabiamente

 

 

Y vio la mujer que el árbol era bueno para comer, y que era agradable a los ojos, y árbol codiciable para alcanzar la sabiduría; y tomó de su fruto, y comió; y dio también a su marido, el cual comió así como ella. Génesis 3:6 (RVR1960)

El enemigo siempre llamará nuestra atención y nos tentará con cosas que sean agradables a nuestra vista, nunca actuará de manera contraria; por esa razón no podemos estar desprevenidos porque eso podría costarnos la vida e incluso nuestra salvación. Al igual que un soldado que está en la guerra, debemos permanecer firmes y alertas todo el tiempo, vestidos con la armadura de Dios (Efesios 6:10-18) para desviar cualquier ataque y proteger a los que nos rodean en vez de exponerlos al peligro y ser causantes para que pequen.

Porque no tenemos un sumo sacerdote incapaz de compadecerse de nuestras debilidades, sino uno que ha sido tentado en todo de la misma manera que nosotros, aunque sin pecado. Hebreos 4:15 (NVI)

Todos los días tenemos que pedirle al Espíritu Santo que renueve nuestros pensamientos y fuerzas para enfocarnos en hacer la voluntad de Dios y no apartarnos de Él por ningún motivo. Necesitamos pedirle a nuestro Señor Jesús que nos ayude a reflejar su carácter en todo momento y lugar, para obtener la victoria sobre todas las pruebas que nos toque enfrentar.
Esfuérzate por ser un hijo(a) de Dios que lo ame, tema y obedezca; que viva de tal manera que agrade su corazón.

 

 

 


Brisna Bustamante
CVCLAVOZ