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Lucas 24:53 La Biblia de las Américas (LBLA)

 

Jesús se despide de sus discípulos

50 Entonces los condujo fuera de la ciudad, hasta cerca de Betania, y alzando sus manos, los bendijo. 51 Y aconteció que mientras los bendecía, se separó de ellos y fue llevado arriba al cielo. 52 Ellos, después de adorarle, regresaron a Jerusalén con gran gozo, 53 y estaban siempre en el templo alabando[w] a Dios.

 

 

LUN ENCUENTRO CON LA PALABRA

 

REFLEXION.

 

 

 

El Señor Te Cuidará. ¿Lo Crees? Lee Esta Historia
Publicado por: Devocionales en Devocional Diario 0


EL SEÑOR TE SOSTENDRÁ (Salmo 55:22)
El Señor te cuidará.

Gladys Aylward, misionera en China hace más de 50 años, se vio forzada a huir cuando los japoneses invadieron Yuncheng. Ayudada sólo por otra persona, condujo un grupo de cien huérfanos a través de las montañas hacia la China libre. Durante el viaje, fue presa del temor. Tras pasar una noche sin dormir, la mañana se presentaba sin esperanza de alcanzar un destino seguro. Una niña del grupo de trece años le recordó la historia de Moisés y el Mar Rojo. “Pero yo no soy Moisés”, suspiró Gladys en desesperación. “Claro que no lo eres” dijo la joven, ¡pero Dios sigue siendo Dios! Cuando Gladys y los huérfanos consiguieron llegar a un lugar seguro, fueron una prueba fehaciente más de que no importa lo impotentes que nos sintamos, Dios es siempre Dios y podemos seguir confiando en Él.
A veces Dios calma la tormenta, otras, deja que la tormenta se enfurezca y nos da calma en medio de ella. En cualquier caso, siempre nos sostiene y nos saca adelante. Podemos elegir: o bien damos nuestras cargas a Dios o bien las llevamos nosotros mismos.

¿Cómo provee Dios? Día tras día.

¿Recuerdas a los israelitas en el desierto? Día tras día Dios los alimentó con el maná del cielo. Fíjate cómo lo hizo. La cantidad de maná que recibían dependía del número de personas de cada familia, ni más ni menos. Y Dios sólo les permitía recoger la cantidad de un día; si recogían más, se podría. ¿Te das cuenta? Así que confía en Dios hoy y deja el día de mañana en sus manos.
“Echad toda vuestra ansiedad sobre Él, porque Él tiene cuidado de vosotros” (1 Pedro 5:7).

 

 

UN ENCUENTRO CON LA PALABRA
 
 

REFLEXION

Pelea por tu bendición.

Cuando leo la historia de Jacob y Esaú en Génesis 27, no deja de asombrarme las distintas y peculiares reacciones de ambos. Esaú era el primogénito y en el contexto bíblico esto le daba preeminencia y autoridad sobre aquellos que venían después de él en su familia. Sin embargo y como sabemos, Esaú no valoró este privilegio y se lo vendió a su hermano a cambio de un simple plato de lentejas.

Si profundizamos un poco más en esta historia, podríamos decir que Esaú representa a las personas que pese a tener el derecho legal de ocupar una posición, no lo hacen o la desprecian. Dejan pasar las oportunidades que otros estarían muy felices de aprovechar. Son personas a las que Dios le has dado mucho, dones, talentos y hasta posición de liderazgo, sin embargo caminan por la vida como si nada hubieran recibido. Muchas veces suelen ser quejosos y desagradecidos ya que no son capaces de ver y disfrutar de todo lo que Dios les ha dado.

En el otro extremo de esta historia se encuentra Jacob, quien usando de su astucia y en confabulación con su madre, engañó a un anciano Isaac que difícilmente podía distinguir con certeza entre un hijo y otro. Sin embargo y a pesar de nuestro desacuerdo con la mentira, Jacob puede darnos un ejemplo positivo, él supo pelear por lo que quería, aunque claro está usando de malas artes, pero también es cierto que estuvo atento para tomar lo que su hermano despreció.

Jacob representa a otro grupo de personas, aquellos que luchan incansablemente por conseguir las metas que se proponen. Ellos no se quedan con la palabra no como si fuera una ley inalterable, sino que pelean por su bendición hasta obtenerla. Son aquellos que legalmente no son los primogénitos pero actúan como si lo fueran.
Al igual que Jacob hay muchas personas que tienen metas y trabajan esforzadamente para conseguirlas, pero sus métodos no son lícitos, son aquellos que pregonan el fin justifica los medios. Jacob y su madre parecían adherir a esta manera de pensar, sin embargo la mentira, el engaño y el pecado, pronto traerían sus dolorosas consecuencias.

Jacob representa a los que toman atajos, a los que se creen más astutos que los demás y hasta cierto punto parecen obtener una buena retribución a su comportamiento. Sin embargo muchos años de enemistad y persecución tuvieron que ser padecidos por causa de su engaño.

Un momento especialmente importante y del cual podemos sacar enseñanza se da cuando Jacob pelea contra el ángel del Señor: "Y dijo: Déjame, porque raya el alba. Y Jacob le respondió: No te dejaré, si no me bendices". (Génesis 32:26). Algo muy importante que podemos sacar de esta historia es la tenaz persistencia de Jacob en ser bendecido. Entonces podríamos preguntarnos ¿Tenemos la misma determinación para lograr lo que anhelamos?. Te animo en este tiempo a que al igual que Jacob, sigas peleando incansablemente en oración, dejando de lado todo desánimo para obtener tu bendición.

 
 
 

Daniel Zangaro
cvclavoz