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UN ENCUENTRO CON LA PALABRA

 

 

 

Apocalipsis 21:14 La Biblia de las Américas

 

La nueva Jerusalén

 

 

 

 

Y vino uno de los siete ángeles que tenían las siete copas[g] llenas de las últimas siete plagas, y habló conmigo, diciendo: Ven, te mostraré la novia, la esposa del Cordero. 10 Y me llevó en el Espíritu[h] a un monte grande y alto, y me mostró la ciudad santa, Jerusalén, que descendía del cielo, de Dios, 11 y tenía la gloria de Dios. Su fulgor[i] era semejante al de una piedra muy preciosa, como una piedra de jaspe cristalino. 12 Tenía[j] un muro grande y alto con[k] doce puertas, y en las puertas doce ángeles; y en ellas había nombres escritos, que son los de las doce tribus de los hijos de Israel. 13 Había tres puertas al este, tres puertas al norte, tres puertas al sur y tres puertas al oeste. 14 El muro de la ciudad tenía doce cimientos, y en ellos estaban los doce nombres de los doce apóstoles del Cordero. 15 Y el que hablaba conmigo tenía una vara de medir de oro[l], para medir la ciudad, sus puertas y su muro. 16 Y la ciudad está asentada en forma de cuadro, y su longitud es igual que su anchura. Y midió la ciudad con la vara[m], doce mil estadios[n]; y su longitud, anchura y altura son iguales. 17 Y midió su muro, ciento cuarenta y cuatro codos[o], según medida humana, que es también de ángel. 18 El material del muro era jaspe, y la ciudad era de oro puro semejante al cristal puro. 19 Los cimientos del muro de la ciudad estaban adornados con toda clase de piedras preciosas: el primer cimiento, jaspe; el segundo, zafiro; el tercero, ágata; el cuarto, esmeralda; 20 el quinto, sardónice; el sexto, sardio[p]; el séptimo, crisólito; el octavo, berilo; el noveno, topacio; el décimo, crisopraso; el undécimo, jacinto; y el duodécimo, amatista. 

 

 

 

 

UN ENCUENTRO CON LA PALABRA

 

 

REFLEXION

¿Cuál debe ser mi actitud frente a la injusticia?

Reflexiones cristianas diarias por CVCLAVOZ

 

 

 

 

Cualquiera que mira el mundo de hoy puede llegar a la conclusión de que la justicia no existe, porque estamos rodeados por la corrupción y la injusticia. Y al parecer no vale la pena seguir el buen camino porque los malos prosperan más que los buenos.

¿Qué hacer frente a una injusticia?

La injusticia no debe sorprendernos, Jesús habló del camino ancho y angosto. El camino más transitado es el que lleva a la perdición y muchos lo escogen porque creen que es el mejor. Sin embargo, Jesús nos aconseja tomar el camino angosto.

Entren por la puerta angosta. Porque la puerta y el camino que llevan a la perdición son anchos y espaciosos, y muchos entran por ellos; pero la puerta y el camino que llevan a la vida son angostos y difíciles, y pocos los encuentran.

Mateo 7:13-14 (DHH).

Frente a la injusticia

En lugar de enojarnos o buscar venganza, Dios nos ordena concentrar nuestra atención en hacer el bien. «Confía en el Señor y haz el bien…» (Salmos 37:3). Recuerda que del Señor es la venganza y Él pagará conforme a lo que se merecen. Por lo tanto, nuestra única responsabilidad frente a una injusticia es hacer el bien, aunque no lo merezcan.

La recompensa del injusto

Hacer injusticia parece ser bueno, sin embargo tiene su recompensa. Todos, un día estaremos delante de Dios y seremos juzgados. La Biblia dice que esto les sucederá a los malvados:

Pues los perversos serán destruidos, pero los que confían en el Señor poseerán la tierra. Pronto los perversos desaparecerán; por más que los busques, no los encontrarás. entonces vivirás seguro en la tierra y prosperarás.

Salmos 37:9-10 (NTV).

La promesa de Dios para los justos

Confiar en el Señor y hacer el bien, tiene recompensas buenas. Por esa razón, no debemos inquietarnos ni tener miedo a los que hacen el mal porque Dios es soberano y hará justicia en su tiempo.

Deja todo en manos de Dios y sigue adelante, confiando en el Señor y haciendo el bien.

Él hará resplandecer tu inocencia como el amanecer, y la justicia de tu causa brillará como el sol de mediodía.

Salmos 37:6 (NTV).

Diego Jora

CVCLAVOZ