Génesis 15

 

 

Pacto de Dios con Abram

 

 

12 Y sucedió que a la puesta del sol un profundo sueño cayó sobre Abram, y he aquí que el terror de una gran oscuridad cayó sobre él. 13 Y Dios dijo a Abram: Ten por cierto que tus descendientes[n] serán extranjeros en una tierra que no es suya, donde serán esclavizados y oprimidos[o] cuatrocientos años. 14 Mas yo también juzgaré a la nación a la cual servirán, y después saldrán de allí con grandes riquezas[p]15 Tú irás a tus padres en paz; y serás sepultado en buena vejez. 16 Y en la cuarta generación ellos regresarán acá, porque hasta entonces no habrá llegado a su colmo la iniquidad de los amorreos. 17 Y aconteció que cuando el sol ya se había puesto, hubo densas tinieblas, y he aquí, apareció un horno humeante y una antorcha de fuego que pasó por entre las mitades[q] de los animales. 18 En aquel día el Señor hizo un pacto con Abram, diciendo:

A tu descendencia[r] he dado esta tierra,
desde el río de Egipto hasta el río grande, el río Eufrates:

19 los ceneos, los cenezeos, los cadmoneos, 20 los hititas, los ferezeos, los refaítas, 21 los amorreos, los cananeos, los gergeseos y los jebuseos.

 

 

 

Un Encuentro Con la Palabra

 

 

 

Promesas de Dios

 

 

– Mi Tesoro Especial

 



No trates de huir de mí. 

A donde vayas ahí estaré. 

Mi presencia y mi espíritu está en todo lo que te rodea. Yo nunca te dejaré, porque eres mi especial tesoro.

Salmo 139: 7-14

¿A dónde podría alejarme de tu Espíritu?
¿A dónde podría huir de tu presencia?
Si subiera al cielo,
allí estás tú;
si tendiera mi lecho en el fondo del *abismo,
también estás allí.
Si me elevara sobre las alas del alba,
o me estableciera en los extremos del mar,
aun allí tu mano me guiaría,
¡me sostendría tu mano derecha!
Y si dijera: «Que me oculten las tinieblas;
que la luz se haga noche en torno mío»,
ni las tinieblas serían oscuras para ti,
y aun la noche sería clara como el día.
¡Lo mismo son para ti las tinieblas que la luz!
Tú creaste mis entrañas;
me formaste en el vientre de mi madre.
¡Te alabo porque soy una creación admirable!
¡Tus obras son maravillosas,
y esto lo sé muy bien!

 

 

Un Encuentro Con la Palabra

 

 

 

 

REFLEXION

 



¿QUÉ ES LO QUE TE FALTA ENTREGAR?

 



En una ocasión un joven rico se presento delante de Jesús y le pregunto: 

“Entonces vino uno y le dijo: Maestro bueno, ¿qué bien haré para tener la vida eterna?” Mateo 19:16 (Reina-Valera 1960). 

Nuestro Señor Jesús le contesto citándole los mandamientos que tenia que guardar, sin embargo este joven era un practicante de esos mandamientos y por eso le contesto:

“El joven le dijo: Todo esto lo he guardado desde mi juventud. ¿Qué más me falta?” Mateo 19:20 (Reina-Valera 1960). Fue allí en donde nuestro Señor Jesús entendió que se trataba de un joven que tenia la intención de agradar a Dios, pero había algo en él que no le permitía a totalidad ser ese hombre que él pensaba o quería ser, por eso nuestro Señor le dice:

“Jesús le dijo: Si quieres ser perfecto, anda, vende lo que tienes, y dalo a los pobres, y tendrás tesoro en el cielo; y ven y sígueme.” Mateo 19:21 (Reina-Valera 1960).

El joven al escuchar las palabras del Maestro se entristeció, la Biblia lo relata de la siguiente forma:

“Oyendo el joven esta palabra, se fue triste, porque tenía muchas posesiones.” Mateo 19:22 (Reina-Valera 1960).

Al igual que el joven de la historia bíblica muchos de nosotros hemos decidido agradar a Dios en todo y a veces hemos considerado que lo estamos logrando, pero muchas veces hay cosas que sin darnos cuenta no hemos entregado al Señor.

Si este día le preguntarás al Señor:

“¿Qué me falta para agradarte?”

Y Él te respondiera señalando alguna área de tu vida, ¿Serías capaz de dejar de hacer eso?, ¿Serías capaz de entregar a Dios esa área?, ¿Serías capaz de renunciar a esa amistad o relación?, ¿Serías capaz de deshacerte de ese ídolo que has construido?, ¿Serías capaz de tomar esa decisión tan difícil pero necesaria?

No vamos a negar que todos tenemos áreas de nuestra vida que muy bien sabemos que tenemos que mejorar. 

La gran mayoría de nosotros sabemos que es aquello que nos está causando tropiezos o sentirnos indignos delante de Dios, sin embargo muchas veces no hacemos nada por solucionar ese problema, no hacemos nada por dejar ese mal hábito, no hacemos nada por decir NO a ese pecado y seguimos viviendo con eso en nuestra vida.

Hoy te hago una pregunta directa:

¿Qué es lo que te falta entregar?

Sé sincero contigo mismo, examina este día tu vida, tu corazón, tus pensamientos y detecta aquello que hasta este día no le has entregado al Señor y con toda humildad reconoce tu falla y entrega en las manos del Señor eso que tanto te ha estado afectando.

Ya no es tiempo de seguir viviendo con esas piedras en los zapatos que te impiden caminar correctamente. 

Es hora de detenerse, detectarla, sacarla y comenzar a caminar como Dios se merece que caminemos.

La clave para ser agradables a Dios esta en la suficiente humildad que tengamos para reconocer que tenemos un problema o una área que no le hemos entregado al Señor. 

Desde el momento que reconocemos que tenemos un problema comienza el Espíritu Santo de Dios a obrar en nuestra vida dándonos la capacidad para salir adelante y solucionarlo, dándonos el valor que necesitamos para tomar las decisiones que haya que tomar.

¿Estas dispuesto a entregar a Dios todo?

Autor: Enrique Monterroza