Proverbios 22:14 La Biblia de las Américas (LBLA)

 

 

 

 

22 Más vale el buen nombre que las muchas riquezas,
y el favor que la plata y el oro.
El rico y el pobre tienen un lazo común[a]:
el que hizo a ambos es el Señor.
El prudente ve el mal y se esconde,
mas los simples siguen adelante y son castigados.
La recompensa de la humildad y el temor[b] del Señor
son la riqueza, el honor y la vida.
Espinos y lazos hay en el camino del perverso;
el que cuida su alma se alejará de ellos.
Enseña al niño el camino en que debe andar[c],
y aun cuando sea viejo no se apartará de él.
El rico domina a los pobres,
y el deudor es esclavo del acreedor.
El que siembra iniquidad segará vanidad,
y la vara de su furor perecerá.
El generoso[d] será bendito,
porque da de su pan al pobre.
10 Echa fuera al escarnecedor y saldrá la discordia,
y cesarán también la contienda y la ignominia.
11 El que ama la pureza de corazón
tiene gracia en sus labios, y el rey es su amigo.
12 Los ojos del Señor guardan el conocimiento,
pero El confunde las palabras del pérfido.
13 El perezoso dice: Hay un león afuera;
seré muerto en las calles.
14 Fosa profunda es la boca de las mujeres extrañas;
el que es maldito del Señor caerá en ella[e].
15 La necedad está ligada al corazón del niño;
la vara de la disciplina la alejará de él.
16 El que oprime al pobre para engrandecerse,
o da al rico, sólo llegará a la pobreza.

 

 

 

 

Un Encuentro Con la Palabra

REFLEXION

 

 

Jóvenes Cristianos – RELACIONÁNDOME CON DIOS 6

 

 


Continuemos aprendiendo a orar con el modelo de oración del Padre nuestro que Jesús les enseñó a sus discípulos.

Lee ahora los vs.12, 14-15. “Y perdona nuestras deudas, como también nosotros perdonamos a nuestros deudores”.

Jesús nos enseña a orar para Confesar pecados y para Perdonar a otros.

Ora confesándoles tus pecados a Él. Pídele perdón por lo que hiciste. Él te va a perdonar y a limpiar. Mientras tu corazón no esté limpio, Él no te oirá. Y recuerda lago muy importante: Tú Papá celestial perdona todos tus pecados, TODOS. El único pecado que Él no te perdonará será el que no quieras confesarle. ¿Entiendes?

Practícalo.

Para orar CONFESANDO tus pecados y estar limpio delante de Dios, necesitas tomar importantes decisiones. Lee los siguientes versículos bíblicos y marca cuál es la decisión correcta que tienes que tomar:

1. Salmo 32:5.
A. Contarles a todos los pecados que hiciste.
B. Hacerte el “distraído” y decir: “¿Yooooo? Noooo, yo jamás peco. Pero él es repecador.”
C. No esconderle tu pecado a Dios y reconocer que lo que hiciste está mal delante de El.

2. Mateo 4:17.
A. Arrepentirte es llorar mucho, mucho y quedarte bajoneado todo el día.
B. Arrepentirte es darte cuenta que tu pecado entristece a Dios y es destructivo para tu vida y por ese motivo tomas la decisión de no volver a mezclarte con el pecado.
C. Arrepentirte es poner cara de “yo no fuí” y decirle a Dios: “Dios te proomeeeeto que no lo voy a hacer nunca más.”

3. 1º Juan 1:9.
A. Confesar tus pecados es decirle a Dios: “Dios, he pecado.”
B. O, tal vez, será decirle: “Dios perdoname por todos los pecados que hice hoy. Amén.”
C. Confesar tus pecados a Dios es decirle cuál fue el pecado y contra quién fue para que El te perdone.

4. 1º Juan 1:7 y 9.
A. Finalmente, y después de haber confesado tu pecado, cree que Jesucristo te ha perdonado y limpiado.
B. Finalmente, y después de haber confesado tu pecado seguí sientiéndote culpable por la metida de pata que tuviste.

Ora para PERDONAR a los que te lastimaron o trataron mal. ¿Cómo podrá perdonarte Dios a ti, si tú no los perdonas a ellos? Perdonalos cuando ores. No dejes que tu corazón se llene de dolor, rencor o violencia. Dile a Dios que los perdonas por lo que te hicieron o dijeron. Y pídele a Dios que sane tu corazón de todo lo feo que sientas hacia ellos. Vale la pena hacerlo.
¿Estás dispuesto a perdonar para vivir mejor?

Esta es una de las oraciones más importantes que tienes que hacer. Cuando no perdonamos nos llenamos interiormente de resentimientos, de tristeza y de dolor contra las personas. Por lo tanto, aprende a perdonar cuando estés orando.

Practícalo.

A. ¿Quién o quiénes te lastimaron (o te lastiman)?
B. ¿De qué manera lo hicieron? (¿con palabras? ¿sexualmente? ¿con golpes? ¿con burlas? ¿con mentiras? ¿con indiferencias? con abandonos? ¿con actitudes de desamor?)

C. ¿Estuviste diciéndote a ti mismo o pensando cosas como:

“No puedo perdonarlo por lo que me hizo.”
“Ya lo perdoné, pero acordarme de lo que pasó me sigue haciendo mal.”
“Voy a vengarme cuando pueda.”
“No me importa lo que me hicieron, ya pasó y no pienso más en eso”.
“Me las vas a pagar”.
“Nunca olvidaré lo que me hiciste”.
“Te voy a odiar toda mi vida. Eres despreciable”.
Si piensas o sientes algunas de éstas cosas necesitas aprender a orar para perdonar, de la misma forma en la que Jesús te perdona a ti. Aquí te enseñamos un modelo de oración que puedes usar:

“Señor Jesús, en éste momento, en tú poder y en tú nombre, yo perdono a ……………………………… por lo que me ha hecho (nómbralo específicamente: me abusó, me traicionó, me mintió, me abandonó, etc.) ……………………………………………………………… y te entrego todo mi dolor y mi bronca contra él (o ella). Lo perdono en tu nombre. Perdóname también mi pecado de amargura y de resentimiento. En tu nombre, Jesús. Gracias por ayudarme a perdonarlo. Sana completamente mi corazón. Yo recibo, ahora, tu perdón y creo que tu amor me llena.”

 

 

(CONTINÚA…)

 

 

Por Edgardo Tosoni

 

 

Un Encuentro Con la Palabra

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REFLEXION

Tallado de madera

Un pedazo de tronco caído en medio de la selva recordaba con nostalgia cuando era un firme árbol robusto de frondoso follaje y ramas levantadas al cielo, muchas aves venían a posarse entre sus hojas, animales de varias especies comían de sus frutos y se cobijaban en sus sombras. Pero ahora sólo eran recuerdos que le hacían añorar el pasado.

En medio de su pena escuchó de un hábil artesano que podía convertir cualquier pedazo de madera en una pieza de arte. Aunque esa parecía una buena alternativa, encontrarlo era un sueño imposible ya que en aquel espeso bosque nadie se acordaría de él. Pero cuando parecía que la esperanza se había perdido, vio a lo lejos a un hombre se acercaba hacia él, lo miró y tomándolo entre sus brazos, lo cargó a lo largo del bosque.

Al llegar a su cabaña, el árbol rompió el silencio comentando su pena y que estaba buscando al artesano que lo convertiría de tronco inservible a obra de arte. Aquel hombre lo miró y le dijo que no tenía que buscar más. Yo soy, dijo con una voz penetrante y firme.

Al escuchar el árbol caído se alegró y con todo su entusiasmo, empezó a comentarle ideas que tenía y que quería que haga; quizás convertirme en una réplica del David de Miguel Ángel pero en madera, la estatua de la libertad, la Torre de Pisa, el Taj Mahal en miniatura…

Aún continuaba hablando de ideas para verse esplendoroso, hasta que el artista echó una carcajada y le dijo: ¿quieres ser realmente grande?, deja todo en mis manos y confía. El árbol dudoso de lo que decía, aceptó con recelo su propuesta.

El artista sacó varias herramientas llamadas gubias, cada una con distinta punta metálica, una azulea, cepillos, martillos, mazos, limas y escofinas. Al mirar todos esos instrumentos el árbol preguntó: ¿Esto va a doler, verdad? El artesano respondió: Quizás, pero en cada golpe para tallar que yo haga, tú debes confiar en mí y en la obra que hago en ti.

El árbol le pidió que le mostrara un modelo de lo que haría con él y al verlo, se puso completamente en sus manos.

Mientras el artesano tallaba, el tronco no dejaba de dar algunas sugerencias de lo que podía añadirle o quitarle, en ocasiones se quejaba por cada cincelada dolorosa que recibía, a veces se ponía a llorar porque le habían quitado un pedazo del que no quería soltarse, otras veces solo se molestaba porque parecía que nunca se escuchaban sus sugerencias. El artesano no dejaba de escucharlo, pero solo guardaba silencio y continuaba con su trabajo.
Por fin llegó el día en el que se terminó el tallado, un poco de barniz y aquel pedazo de tronco inservible, ahora era una pieza única en su clase, tallada a la perfección y convertida en una obra de arte.

Al igual que el árbol, nosotros sólo estuvimos tirados en el olvido, fue Dios quien nos buscó primero. Cuando llegamos a los pies de la cruz, recibimos su perdón y en ese momento comenzó un proceso de transformación en nuestras vidas. Pero contrariamente a lo que nos hayamos podido imaginar antes, todos tenemos un solo destino en manos del artesano puesto que el modelo ya fue dado hace mucho tiempo y es perfecto.

Aunque constantemente podríamos dar sugerencias al trabajo que Dios hace en nosotros, nuestra imaginación casi siempre está alejada de lo que realmente necesitamos e incluso podríamos quejarnos de las herramientas que se están usando para transformar nuestra vida. Pero una vez más debemos recordar que no se trató nunca de convertirnos en un modelo terrenal, sino que el objetivo de Dios siempre fue tallarnos a imagen de Jesús.

“Estoy seguro de que Dios, que comenzó a hacer su buena obra en ustedes, la irá llevando a buen fin hasta el día en que Jesucristo regrese.” Filipenses 1:6 Versión Dios Habla Hoy.

 

 

 

Héctor Colque
CVCLAVOZ