Mateo 19

 

Jesús bendice a los niños

 

13 Entonces le trajeron algunos niños para que pusiera las manos sobre ellos y orara; y los discípulos los reprendieron. 14 Pero Jesús dijo: Dejad a los niños, y no les impidáis que vengan a mí, porque de los que son como éstos[f] es el reino de los cielos. 15 Y después de poner las manos sobre ellos, se fue de allí.

 

 

Un Encuentro Con la Palabra

 

 

 

Promesas

 

 

– Mantenga la Actitud Correcta



No importa cómo o dónde uno haya iniciado la vida, siempre es posible usar las circunstancias en beneficio propio.

Las circunstancias difíciles pueden ser determinantes para alcanzar el éxito, si uno mantiene la actitud correcta.

La experiencia no es lo que le sucede a un hombre sino lo que el hombre hace con lo que le sucede.

1 Juan 5:4
Porque todo el que es nacido de Dios vence al mundo;
y esta es la victoria que ha vencido al mundo: nuestra fe.

Juan 1:13
que no nacieron de sangre, ni de la voluntad de la carne, ni de la voluntad del hombre, sino de Dios.

Juan 3:3
Respondió Jesús y le dijo: En verdad, en verdad te digo que el que no nace de nuevo no puede ver el reino de Dios.

1 Corintios 15:57
pero a Dios gracias, que nos da la victoria por medio de nuestro Señor Jesucristo.

1 Juan 2:13
Os escribo a vosotros, padres, porque conocéis al que ha sido desde el principio. Os escribo a vosotros, jóvenes, porque habéis vencido al maligno. Os he escrito a vosotros, niños, porque conocéis al Padre.

1 Juan 2:29
Si sabéis que El es justo, sabéis también que todo el que hace justicia es nacido de El.

1 Juan 3:9
Ninguno que es nacido de Dios practica el pecado, porque la simiente de Dios permanece en él; y no puede pecar, porque es nacido de Dios.

1 Juan 4:4
Hijos míos, vosotros sois de Dios y los habéis vencido, porque mayor es el que está en vosotros que el que está en el mundo.

1 Juan 5:1
Todo aquel que cree que Jesús es el Cristo, es nacido de Dios; y todo aquel que ama al Padre, ama al que ha nacido de El.

1 Juan 5:18
Sabemos que todo el que ha nacido de Dios, no peca; sino que aquel que nació de Dios lo guarda y el maligno no lo toca.

 

 

Un Encuentro Con la Palabra

 

 

REFLEXION



¿Me perdonas?

 



Santiago 5:16 nos dice: “confiésense unos a otros sus pecados”.

Este consejo es esencial para todo aquel que sinceramente se propone dejar atrás los comportamientos deshonestos.

¿Quieres mejorar tu promedio de decir la verdad? 

Oblígate a la disciplina de la confesión. Decide hoy mismo que cada vez que ocultes la verdad o falles en vivir de acuerdo a tus palabras, se lo confesarás a la persona a la que le has fallado. 

Y no asumas que es suficiente con confesar sólo las mentiras más descaradas y los engaños intencionales. 

¿Qué pasa con las ocasiones en que dices que iras a un lugar y no lo haces? 

¿O cuando prometes que serás puntual y llegas tarde? 

¿O cuando quedas de acuerdo en llamar a alguien y no lo haces?

¿Es esa una manera honesta de vivir? 

¿Le permite eso a la gente confiar en tus palabras?

Imagínate como serían nuestras familias, escuelas, barrios, trabajos, comunidades e iglesias si la gente se comprometiera a decir solamente la verdad en amor.

Esto es posible, pero tiene que comenzar por ti y por mí. No podemos controlar la elección que otros hacen de decir la verdad o mentir, pero sí podemos hacer esa elección por nosotros mismo.

Podemos dar los pasos necesarios para convertirnos en amorosos habladores de la verdad.

Tal vez deberías aprovechar el momento en que termines de leer esta meditación y abrir tu corazón delante de Dios.

Tal vez necesites hacer el compromiso de hablar menos para prestarle más atención a tus palabras y estar seguro de que cada una de ellas es necesaria y verdadera. 

Quizás necesites comprometerte a aprender el delicado equilibrio entre la verdad y el amor; quizás necesites establecerte firmemente entre los extremos de la brutalidad y el sentimentalismo.

Tal vez necesites dar una paso que todavía no diste, que es el de comprometerte a la disciplina diaria de la confesión.

¿Porque no hablas con Dios del asunto? 

Si mientras lo haces escuchas una voz interior que te desaprueba, te critica y hace sentir indigno, no es la voz de Dios. 

Si escuchas una voz que dulcemente te convence de cuan bueno eres y solo trae a tu mente las grandes cosas que dijiste e hiciste, esa probablemente tampoco sea la voz de Dios.

Pero si escuchas una voz que te expresa amor incondicional, que te acepta como eres, con todas tus fortalezas y debilidades, que es absolutamente honesto tanto sobre tus dones como en aquello que necesitas cambiar, ese es verdaderamente Dios hablándote. 

El es el único que nos ofrece el inapreciable regalo de verdad y gracia porque es el único que sin igual combina estas cualidades en si mismo. Entonces podemos escucharlo con alegría porque Él es honesto y porque nos ama como ningún otro lo hace.

Dios te bendiga!

Palabras de Vida