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Juan 9:7 La Biblia de las Américas (LBLA)

Curación de un ciego

 

 

Al pasar Jesús, vio a un hombre ciego de nacimiento. Y sus discípulos le preguntaron, diciendo: Rabí[a], ¿quién pecó, éste o sus padres, para que naciera ciego? Jesús respondió: Ni éste pecó, ni sus padres; sino que está ciego para que las obras de Dios se manifiesten en él. Nosotros debemos[b] hacer las obras del que me envió mientras es de día; la noche viene cuando nadie puede trabajar. Mientras estoy en el mundo, yo soy la luz del mundo. Habiendo dicho esto, escupió en tierra, e hizo barro con la saliva y le untó el barro en los ojos, y le dijo:Ve y lávate en el estanque de Siloé (que quiere decir, Enviado). El fue, pues, y se lavó y regresó viendo. Entonces los vecinos y los que antes le habían visto que era mendigo, decían: ¿No es éste el que se sentaba y mendigaba? Unos decían: El es; y otros decían: No, pero se parece a él. El decía: Yo soy. 10 Entonces le decían: ¿Cómo te fueron abiertos los ojos? 11 El respondió: El hombre que se llama Jesús hizo barro, lo untósobre mis ojos y me dijo: “Ve al Siloé y lávate.” Así que fui, me lavé y recibí la vista. 12 Y le dijeron: ¿Dónde está El? El dijo*: No sé.

13 Llevaron* ante los fariseos al que antes había sido ciego. 14 Y era día de reposo el día en que Jesús hizo el barro y le abrió los ojos.15 Entonces los fariseos volvieron también a preguntarle cómo había recibido la vista. Y él les dijo: Me puso barro sobre los ojos, y me lavé y veo. 16 Por eso algunos de los fariseos decían: Este hombre no viene[c]de Dios, porque no guarda el día de reposo. Pero otros decían: ¿Cómo puede un hombre pecador hacer tales señales[d]? Y había división entre ellos. 17 Entonces dijeron* otra vez al ciego: ¿Qué dices tú de El, ya que te abrió los ojos? Y él dijo: Es un profeta. 18 Entonces los judíos no le creyeron que había sido ciego, y que había recibido la vista, hasta que llamaron a los padres del que había recibido la vista, 19 y les preguntaron, diciendo: ¿Es éste vuestro hijo, el que vosotros decís que nació ciego? ¿Cómo es que ahora ve? 20 Sus padres entonces les respondieron, y dijeron: Sabemos que este es nuestro hijo, y que nació ciego; 21 pero cómo es que ahora ve, no lo sabemos; o quién le abrió los ojos, nosotros no lo sabemos. Preguntadle a él; edad tiene, él hablará por sí mismo. 22 Sus padres dijeron esto porque tenían miedo a los judíos; porque los judíos ya se habían puesto de acuerdo en que si alguno confesaba que Jesús[e] era el Cristo[f], fuera expulsado de la sinagoga. 23 Por eso sus padres dijeron: Edad tiene; preguntadle a él.

24 Por segunda vez llamaron al hombre que había sido ciego y le dijeron: Da gloria a Dios[g]; nosotros sabemos que este hombre es un pecador.25 Entonces él les contestó: Si es pecador, no lo sé; una cosa sé: que yo era ciego y ahora veo. 26 Le dijeron entonces: ¿Qué te hizo? ¿Cómo te abrió los ojos? 27 El les contestó: Ya os lo dije y no escuchasteis; ¿por qué queréis oírlo otra vez? ¿Es que también vosotros queréis haceros discípulos suyos? 28 Entonces lo insultaron, y le dijeron: Tú eres discípulo de ese hombre; pero nosotros somos discípulos de Moisés. 29 Nosotros sabemos que Dios habló a Moisés, pero en cuanto a éste, no sabemos de dónde es. 30 Respondió el hombre y les dijo: Pues en esto hay algo asombroso, que vosotros no sepáis de dónde es, y sin embargo, a mí me abrió los ojos. 31 Sabemos que Dios no oye a los pecadores; pero si alguien teme a Dios y hace su voluntad, a éste oye. 32 Desde el principio jamás se ha oído decir que alguien abriera los ojos a un ciego de nacimiento. 33 Si éste no viniera[h] de Dios, no podría hacer nada.34 Respondieron ellos y le dijeron: Tú naciste enteramente en pecados, ¿y tú nos enseñas a nosotros? Y lo echaron fuera.

35 Jesús oyó decir que lo habían echado fuera, y hallándolo, le dijo:¿Crees tú en el Hijo del Hombre[i]? 36 El respondió y dijo: ¿Y quién es, Señor, para que yo crea en El? 37 Jesús le dijo: Pues[j] tú le has visto, y el que está hablando contigo, ése es. 38 El entonces dijo: Creo, Señor. Y le adoró. 39 Y Jesús dijo: Yo vine a este mundo para juicio; para que los que no ven, vean, y para que los que ven se vuelvan ciegos. 40 Algunosde los fariseos que estaban con El oyeron esto y le dijeron: ¿Acaso nosotros también somos ciegos? 41 Jesús les dijo: Si fuerais ciegos, no tendríais pecado; pero ahora, porque decís: “Vemos”, vuestro pecado permanece.

 

 

 

UN ENCUENTRO CON LA PALABRA
 

REFLEXION

¿Cómo Pedir A Dios Una Idea Poderosa Para Impactar Al Mundo?
Publicado por: Devocionales en Preguntas y Respuestas Cristianas, Respuestas Cristianas 0


TODAS LAS FAMILIAS DE LA TIERRA SERÁN BENDITAS EN TI (Génesis 28:14)

Las buenas ideas provienen de Dios, así que pídele que te dé una. El mundo ha sido bendecido por esos que lo hicieron. Consideremos, por ejemplo, la anestesia; ¿te gustaría que te operaran sin ella? Así era como se hacían las operaciones hasta que un médico escocés, llamado James Young Simpson, inventó algo que llamó “sueño artificial”. Durante su época de estudiante en la Universidad de Edimburgo, se había sentido atraído por la cirugía, porque le preocupaba el dolor y la alta tasa de mortalidad durante las operaciones. Un día leyó en la Biblia: “El Señor Dios hizo caer un sueño profundo sobre Adán” (Génesis 2:21), lo que le inspiró a considerar que el cloroformo podría ser la respuesta. Primero lo experimentó en sí mismo. Y por fin, en 1847, se llevaron a cabo las tres primeras operaciones con cloroformo. A uno de los pacientes, un soldado joven, le gustó tanto que agarró la esponja y lo inhaló dos veces. “Era demasiado bueno para dejarlo”, explicó. Al principio Simpson se enfrentó a oposición. Algunos pensaban que era pecado interferir con la naturaleza. “Pasame la Biblia” dijo el doctor. “Así es como Dios operó a Adán”. Simpson dio discursos, escribió cartas y panfletos y trató de convencer a sus detractores de que ése era el camino a seguir. Sus planes sufrieron un revés cuando se hicieron públicas tres muertes en otros hospitales, atribuidas al cloroformo. No obstante, Simpson llegó a demostrar que la razón de los tres fallecimientos no había sido la anestesia sino su aplicación incorrecta. Y por fin el reconocimiento llegó cuando la Reina Victoria dio a luz a su octavo hijo bajo los efectos de cloroformo y declaró que estaba “muy satisfecha con sus efectos”. Pide a Dios hoy que te dé una idea que bendiga a los demás. Cuando la tengas ¡manos a la obra!.

Las Ideas Inspiradas por Dios
Las Ideas de Dios Y La Biblia.
El Poder de las Ideas que Provienen de Dios. Las ideas provenientes de Dios producen cambios importantes.

¡Braille fue un gran agente de esos cambios! Luis Braille, que era cristiano, inventó un sistema de puntitos abultados en el papel para que los ciegos pudieran leer. Inventó 63 símbolos usados en todas las lenguas y gracias a eso, los visualmente impedidos pudieron leer la Palabra de Dios por primera vez. ¿Y en el área de las comunicaciones? En parte, le debemos el teléfono móvil y el ordenador a un cristiano llamado Samuel Morse. El mundo era muy diferente antes de él. Las noticias importantes tardaban dos semanas en llegar a los Estados Unidos. Y los informes de una gran victoria podían tardar seis semanas en alcanzar Gran Bretaña. Una vez le preguntó un amigo: Samuel, cuando estabas en la etapa experimental, ¿te encontraste alguna vez en un callejón sin salida, sin saber cómo seguir? Morse replicó: “Más de una vez”. ¿Y qué hacías en esas ocasiones? continuó su amigo. Entonces Morse le reveló un secreto: “Me arrodillaba y oraba pidiendo luz, y la luz llegaba”. Cuando mis inventos fueron reconocidos en América y en Europa y se me brindaron honores halagadores, yo decía: “No a mí, Señor, no a mí, sino a Tu Nombre da la gloria”. Por eso, el primer mensaje trasatlántico enviado por cable decía: “Ved lo que ha hecho Dios” (basado en Números 23:23). Otro cristiano, el científico francés Luis Pasteur, demostró que las infecciones están causadas por cosas que no vemos como las bacterias y los virus. Inventó métodos de esterilización que habrían de salvar la vida de multitudes. ¿Piensas que a Dios se le han acabado las buenas ideas? ¡En absoluto! Pídele una para aplicarla a tu vida, tu ministerio o tus negocios.

En su libro Lo que el mundo debe a los cristianos, el Doctor Victor Pearce, erudito de la Universidad de Oxford, expone la historia de la máquina de escribir, precursora del moderno procesador de texto. ¿Pero cómo llegó un cristiano a inventarla? Escribiendo sermones. ¡En serio! Cristóbal Sholes estaba preocupado por su pastor, quien pasaba toda la semana visitando a las víctimas de una epidemia, confortando a los familiares y oficiando entierros. Por consiguiente, no tenía tiempo para escribir los sermones del domingo. Un día Sholes, hablando con un amigo de lo que se podría hacer para ayudar, dijo: “Es una pena que no haya algún método rápido de escribir para personas tan ocupadas como los pastores”. Su amigo le contestó: ¿Y por qué no inventas una máquina?. Sholes respondió: “Lo intentaré”. Aquella tarde lluviosa fue el principio de muchos meses de dedicación a tal proyecto.

Por fin llegó el día en que un grupo se reunió para verlo teclear sobre papel, en mayúsculas: “C. LATHAM SHOLES, NOV 1867”. Seis años más tarde, los empresarios Remington reconocieron que la máquina de escribir era algo que podría revolucionar el comercio. En ese tiempo la mayoría de los oficinistas eran hombres, pero la YWCA (Asociación De Jóvenes Cristianas) comenzó a impartir clases de mecanografía a mujeres. Al principio eso fue muy polémico, pero dado que las primeras mecanógrafas fueron del sexo femenino, los empresarios se apresuraron a contratarlas. Y de esa manera, la máquina de escribir y la YWCA establecieron que el lugar de una mujer no sólo estaba en su casa sino que también podía ser en la oficina. ‘¿Es correcto orar para que Dios bendiga mis negocios? ¡Por supuesto! El Señor quiere bendecir tus negocios para que ayudes a llevar a cabo el suyo, que no es otro que alcanzar el mundo con el Evangelio.

 

 

 

UN ENCUENTRO CON LA PALABRA

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REFLEXION

El perdón

Cuenta una historia, que un esclavo en las Indias Occidentales fue puesto por su amo en una posición de alguna importancia, en la administración de su ingenio, a causa de su integridad y buena conducta.
En cierta ocasión, deseando comprar veinte esclavos más, empleó a su esclavo para que los eligiese. El hombre fue al mercado de esclavos y empezó a escoger. De repente fijó sus ojos en un anciano decrépito, y dijo a su amo que este hombre mayor debía ser uno de los elegidos. El amo quedó muy sorprendido y protestó contra ello.
El esclavo siguió rogando que fuese indulgente; cuando el traficante notó su afán dijo que si le compraban veinte, les regalaría el anciano con los demás.
La compra fue hecha y los esclavos fueron conducidos al ingenio de su amo; pero ninguno de los escogidos tuvo tanto cuidado y atención del criado como el anciano africano.
Sorprendido el amo por las atenciones que prodigaba sobre el esclavo privilegiado, le preguntó la causa:

- Tú no tomarías tanto interés en este anciano si no fuera algún pariente. ¿Es tu padre?
- No, mi amo, - repuso el criado- Él no es mi padre.
- ¿Entonces es tu hermano o algún pariente?
- No mi amo, nada de eso.
- Entonces – dijo el amo - ¿Por qué lo cuidas tanto?
- Es mi enemigo. Él me vendió en el mercado de esclavos y mi Biblia me dice que debo perdonar a mis enemigos, y que cuando tuvieren hambre les dé de comer, y cuando tuvieren sed les dé de beber.
No es nada fácil amar a quienes nos lastiman, hacerles el bien no está en nuestros pensamientos, es más, en ocasiones si podemos evitar a esa persona que nos causó dolor, lo haremos. Sin embargo, si queremos vivir de acuerdo a los mandamientos de Dios y agradarlo con nuestra vida, tenemos que seguir sus mandamientos.
“A los que están dispuestos a escuchar, les digo: ¡amen a sus enemigos! Hagan bien a quienes los odian. Bendigan a quienes los maldicen. Oren por aquellos que los lastiman. Si alguien te da una bofetada en una mejilla, ofrécele también la otra mejilla. Si alguien te exige el abrigo, ofrécele también la camisa. Dale a cualquiera que te pida; y cuando te quiten las cosas, no trates de recuperarlas. Traten a los demás como les gustaría que ellos los trataran a ustedes. Si solo aman a quienes los aman a ustedes, ¿qué mérito tienen? ¡Hasta los pecadores aman a quienes los aman a ellos! Y si solo hacen bien a los que son buenos con ustedes, ¿qué mérito tienen? ¡Hasta los pecadores hacen eso! Y si prestan dinero solamente a quienes pueden devolverlo, ¿qué mérito tienen? Hasta los pecadores prestan a otros pecadores a cambio de un reembolso completo. ¡Amen a sus enemigos! Háganles bien…” Lucas 6:27 – 35 (NTV)
No siempre los mandamientos de Dios son de nuestro agrado, humanamente hablando, nos cuesta cumplirlos, nos confrontan, nos llevan a dejar de lado nuestro orgullo, nos exigen un esfuerzo mayor; pero todo lo que nuestro Padre nos ordena, tiene una razón de ser y siempre traen bendiciones para nuestras vidas.
No permitas que la falta de perdón, el rencor y la amargura te hagan su prisionero y te roben el gozo y la paz que Dios tiene para ti.

 


Ana María Frege Issa
CVCLAVOZ