Esdras 7:27 La Biblia de las Américas (LBLA)

 

 

 

 

 

Llegada de Esdras a Jerusalén

 

 

 

Después de estas cosas, en el reinado de Artajerjes, rey de Persia, subióEsdras hijo de Seraías, hijo de Azarías, hijo de Hilcías, hijo de Salum, hijo de Sadoc, hijo de Ahitob, hijo de Amarías, hijo de Azarías, hijo de Meraiot, hijo de Zeraías, hijo de Uzi, hijo de Buqui, hijo de Abisúa, hijo de Finees, hijo de Eleazar, hijo de Aarón, sumo sacerdote. Este Esdras subió de Babilonia, y eraescriba experto en la ley de Moisés, que el Señor, Dios de Israel, había dado; y el rey le concedió todo lo que pedía[a] porque la mano del Señor su Dios estabasobre él. También algunos de los hijos de Israel y de los sacerdotes, levitas, cantores, porteros y sirvientes del templo subieron a Jerusalén en el año séptimo del rey Artajerjes. Y él llegó a Jerusalén en el quinto mes; era el año séptimo del rey. Porque el primer día del mes primero comenzó a subir[b] de Babilonia; y el primer día del mes quinto llegó a Jerusalén, pues la mano bondadosa de su Dios estaba sobre él. 10 Ya que Esdras había dedicado su corazón a estudiar[c] la ley del Señor, y a practicarla, y a enseñar sus estatutos y ordenanzas en Israel.

11 Esta es la copia del decreto que el rey Artajerjes dio al sacerdote Esdras, el escriba, instruido en[d] las palabras de los mandamientos del Señor y de sus estatutos para Israel: 12 [e]Artajerjes, rey de reyes, al sacerdote Esdras, escriba de la ley del Dios del cielo: Paz perfecta. Y ahora 13 yo he proclamado un decreto de que cualquiera del pueblo de Israel, de sus sacerdotes y de los levitas en mi reino que esté dispuesto a ir a Jerusalén, puede ir contigo. 14 Por cuanto eres enviado por el[f] rey y sus siete consejeros para investigar acerca de Judá y de Jerusalén conforme a la ley de tu Dios que está en tu mano, 15 y para llevar la plata y el oro que el rey y sus consejeros han ofrendado voluntariamente al Dios de Israel, cuya morada está en Jerusalén, 16 y toda la plata y el oro que halles en toda la provincia de Babilonia, con la ofrenda voluntaria que el pueblo y los sacerdotes hayan ofrecido voluntariamente para la casa de su Dios que está en Jerusalén. 17 Con este dinero, pues, comprarás diligentemente novillos, carneros y corderos, con sus ofrendas de cereal y sus libaciones correspondientes, y los ofrecerás sobre el altar de la casa de vuestro Dios que está en Jerusalén. 18 Y lo que a ti y a tus hermanos os parezca bien hacer con la plata y el oro que quede, hacedlo conforme a la voluntad de vuestro Dios. 19 También los utensilios que te son entregados para el servicio de la casa de tu Dios, entrégalos todos delante del Dios de Jerusalén. 20 Y lo demás que se necesite para la casa de tu Dios, para lo cual tengas ocasión de proveer, provéelo del tesoro real. 21 Yo, el rey Artajerjes, proclamo un decreto a todos los tesoreros que están en las provincias más allá del río[g], que todo lo que os pida el sacerdote Esdras, escriba de la ley del Dios del cielo, sea hecho puntualmente, 22 hasta cien talentos[h] de plata, cien coros[i] de trigo, cien batos[j] de vino, cien batos de aceite y sal sin medida. 23 Todo cuanto ordene el[k] Dios del cielo, sea hecho con esmero para la casa del Dios del cielo, no sea que venga la ira contra el reino del rey y sus hijos. 24 También os hacemos saber que no se permite cobrar[l] tributo, impuesto o peaje a ninguno de los sacerdotes, levitas, cantores, porteros, sirvientes, o ministros de esta casa de Dios. 25 Y tú, Esdras, conforme a la sabiduría de tu Dios que posees[m], nombra magistrados y jueces para juzgar a todo el pueblo que está en la provincia más allá del río, a todos los que conocen las leyes de tu Dios; y a cualquiera que lasignore, le enseñarás. 26 Y todo aquel que no cumpla la ley de tu Dios y la ley del rey, que la justicia se le aplique severamente, sea para muerte o destierro o confiscación de bienes o encarcelamiento.

27 Bendito sea el Señor, Dios de nuestros padres, que ha puesto esto en el corazón del rey, para embellecer la casa del Señor que está en Jerusalén, 28 y que me ha extendido misericordia delante del rey y de sus consejeros y delante de todos los príncipes poderosos del rey. Así fui fortalecido según estaba la mano del Señor mi Dios sobre mí, y reuní a los jefes de Israel para que subieran conmigo.

 

 

 

 

Un Encuentro Con la Palabra

Jovenes Cristianos – CAMBIOS QUE VALEN LA PENA

 

 

 

Pasaje clave: Lucas 5.

 

 

 

Cuando el Señor nos llamó para ser parte de su reino, fue un momento muy especial en nuestras vidas. Pudimos experimentar un poderoso cambio que comenzó de adentro hacia afuera.

Pedro, Jacobo y Juan fueron los primeros llamados por Jesús. No cambiaron instantáneamente, les llevó tiempo, pero comenzó ese día cuando “dejándolo todo le siguieron”.

¿Qué otros cambios poderosos sucedieron en la vida de las personas? (vs.12-13, 18-25).

El deseo del paralítico, la actitud de sus amigos y el encuentro con Jesús, produjo el milagro. Pero si no hubiera sido por la insistencia de los amigos el paralítico hubiera muerto paralítico. La actitud marcó la diferencia: el paralítico quiso ser sanado, los amigos trabajaron para que tuviera un encuentro con Jesús, y finalmente, Jesús lo sanó y restauró.

Tú y yo, somos “los amigos”. Tus amigos que no conocen a Jesús son como “el paralítico”. Y Jesús ya sabes quién es.

Si invitas a tus amigos y te animas a compartirles de Jesús, y si ellos quieren y deciden conocer a Jesús, entonces Jesús los salvará, los perdonará y los sanará. ¿Y sabes qué? Habrá un “paralítico” menos, un pecador menos, un condenado menos, y será un salvado más, un discípulo más, un líder más, un amigo más con quien puedas compartir la misma fe y el mismo amor por el Señor.

¿Cómo reaccionaba la gente ante esos poderosos cambios? (vs.15 y 26).

Lo que Jesús hace siempre es increíble, y salvo que seamos muy mal llevados, no podemos menos que reconocerlo y adorarlo.

¡Eso sí es fama y popularidad! Aunque Jesús nunca la buscó ni le importó porque Él no venía buscando el reconocimiento de la gente. Y acuérdate que muchos de los que lo admiraban y lo seguían para oírle hablar, fueron quienes después le gritaron “¡crucifíquenlo!”.

Jesús no se dejaba influenciar por la opinión de la gente, ¿sabes por qué? Porque la opinión de las personas cambia, y cambia, y cambia. Hoy te dicen que eres el mejor y mañana que no sirves para nada. Hoy te tratan de princesa y mañana de “gorda fea”. Hoy te dicen que eres “comprometido” porque no faltas a ninguna reunión y mañana te tratan de irresponsable porque llegas tarde.

No vivas tu vida ni tomes tus decisiones por la opinión de los demás. Busca consejo y pregunta todo lo que necesites saber, pero cuando tengas que decidir métete en la presencia de Dios y consulta con el Señor.

La fama y popularidad de Jesús iban en aumento pero, ¿Él qué hacía? (vs.16).

Piénsalo.

Tenemos tiempo para un montón de cosas, menos para orar en serio.

Tenemos tiempo para todo lo que nosotros queremos, pero no para orar de verdad.

Para orar siempre nos falta tiempo, ¿por qué nos asombramos entonces de nuestra pobreza espiritual y de nuestra falta de poder y autoridad?

¿Por qué nos asombramos de nuestra escasez de frutos y de resultados?

 

 

 

Extracto del libro: “Desafíos Para Jóvenes y Adolescentes: Lucas”

Por Edgardo Tosoni

 

 

 

 

 

Un Encuentro Con la Palabra

REFLEXION

 

 

 

¿Quieres agradar a Dios?

 

 

 

Hace tiempo atrás preguntaba a Dios: ¿cómo puedo agradarte, cómo puedo ser esa persona que de la cual tú te sientas feliz y puedas estar contento con lo que hago?

Eran días en los que le preguntaba insistentemente y buscaba una respuesta, entre ellas se me venía a la mente:

 

 ¿servir? lo hago,

 

 ¿hablo de él a mis amigos?

 

También, ¿obedezco a mis padres?

 

 Sí; ¿leo la biblia? Correcto,

 

 ¿estoy orando? Cada día.

 

 

Con mi vida, yo quería agradarle, pero ¿qué más podía hacer? y fue un día cuando leí Hebreos 11:6, entonces hallé la respuesta “Pero sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan.” (RVR-1960) Es un versículo donde imperativamente dice que es inverosímil o irreal complacer a Dios sin fe.


Entonces comprendemos que para agradar a Dios es necesario ser un hombre y una mujer de fe, y ¿qué es la fe? La biblia declara que es la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve. (Hebreos 11:1)

Recuerda que esa fe no es hasta que alcances lo esperado, trasciende aun tu vida misma, los personajes descritos en Hebreos 11, son exaltados por Dios por esa fe inquebrantable que mostraron a pesar de que sus ojos no vieron lo que pidieron pero en su corazón jamás dudaron de su fe en el Señor.

¿Quieres agradar a Dios?

 

Sólo ten fe, en plena convicción y certeza cree, más allá de lo difícil que parezca la situación que estás viviendo, ten fe. A pesar de que las personas te desanimen con sus palabras o no confíen en ti, ten fe; a pesar de que estás esperando años por un milagro y aun no sucede; ten fe; a pesar del silencio de Dios en tu vida; ten fe; a pesar de que pareciera que nada te sale bien; ten fe. Esa actitud de pensamiento y convicción de corazón basada en la fe es la que le agrada a Dios y se complace de aquel que declara “Mi fe está puesta en ti hasta el último suspiro de mi vida.”

Tu fe tiene su recompensa sea aquí en la tierra o allá en los cielos; pero la tiene porque dice que Él es galardonador de los que los buscan con sinceridad.

 

 

 

Claudia Carvajal
CVCLAVOZ