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Salmos 99:3 La Biblia de las Américas (LBLA)

Alabad al Señor por su fidelidad para con Israel

 

99 El Señor reina[a], estremézcanse los pueblos;
sentado está sobre los querubines, tiemble la tierra.
El Señor es grande en Sion,
y exaltado sobre todos los pueblos.
Alaben tu nombre grande y temible;
El es santo.
El poder del Rey ama la justicia[b];
tú has establecido la equidad[c];
has hecho juicio y justicia en Jacob.
Exaltad al Señor nuestro Dios,
y postraos ante el estrado de sus pies;
El es santo.

Moisés y Aarón estaban entre sus sacerdotes,
y Samuel entre los que invocaron su nombre;
ellos clamaron al Señor, y El les respondió.
Les habló en la columna de nube;
guardaron sus testimonios,
y el estatuto que El les dio.
Oh Señor, Dios nuestro, tú les respondiste;
fuiste para ellos un Dios perdonador,
mas también vengador de sus malas obras.
Exaltad al Señor nuestro Dios,
y postraos ante su santo monte,
porque santo es el Señor nuestro Dios.

 

 

 

UN ENCUENTRO CON A PALABRA

· 

REFLEXION

Dios Siempre Va Un Paso por Delante de Nosotros
Publicado por: Devocionales en Devocional Diario 0


“ANTES QUE CLAMEN, YO RESPONDERÉ; MIENTRAS AÚN ESTÉN HABLANDO, YO HABRÉ OÍDO” (Isaías 65:24)

Cuando el marido de Wilda Lahmann se despertó una madrugada respirando con gran dificultad y apretándose el pecho, no había tiempo para esperar una ambulancia. Ella lo subió al coche y él se desplomó contra la puerta. Wilda escribió: “25 kilómetros hasta el hospital … no llegamos. ‘Por favor, socórrenos, ¡Señor!’ A poco más de un kilómetro vi algo. ¿Me engañaban mis ojos? Era una ambulancia con un enfermero al lado. ¿Nos estaban esperando? ¿Quién lo habría sabido y llamado? Frené de golpe y corrí pidiendo ayuda a gritos. En seguida se pusieron a tratar a Randy y lo llevaron a prisa al hospital. Los siguientes tres días se debatió entre la vida y la muerte.

No me separé de su lado y oraba para que se despertara. Cuando lo hizo, preguntó: ‘¿Qué ha pasado?’. ‘Tuviste un infarto gravísimo. Uno o dos minutos más y ¡quién sabe!’. ‘¿Llamaste a la ambulancia?’, preguntó Randy. ‘No’, respondí, ‘habían acudido a un aviso de accidente en el mismo cruce. Incluso llamaron a la central para confirmar que estaban en el lugar correcto y justo llegamos unos segundos después’. 25 kilómetros de carretera vacía en plena noche; el infarto de Randy habría sido funesto de no haber estado allí la ambulancia. Pero allí estaba, en el lugar preciso”.

En muchas emergencias no hay tiempo de llamar al pastor o al compañero de oración y entonces es cuando debes saber que Dios dijo: “Antes que clamen, Yo responderé; mientras aún estén hablando, Yo habré oído” (Isaías 65:24). Él está activo día y noche y es “el que rescata del hoyo tu vida” (Salmos 103:4) mucho antes de que tú sepas que estás en apuros.

Dios siempre va un paso por delante aunque no lo Sepas
“…SU FIDELIDAD TE PROTEGERÁ COMO UN ESCUDO” (Salmos 91:4 DHH)

En una feria, un vendedor ambulante le dio a Mavis Gustafson Pigford una Biblia de los Gedeones. Mavis la guardó en el bolso y se olvidó de ella. Más tarde, mientras caminaba, se acercó un coche, el conductor la apuntó con una pistola y le ordenó subirse. Ella relata: “Hice como dijo. El hombre se acercó e intentó forzarme ahí contra el asiento. Forcejeé … y al final me ordenó salir del coche. Antes de que mis pies tocaran suelo, oí un disparo y sentí un dolor agudo en mi costado. Sufrí un colapso y el hombre se aproximó … cogió mi monedero … me tiró el bolso a la cabeza y disparó en la misma dirección. Sentí un impacto espantoso.

Aun consciente … oí cómo se alejaba el coche y dando traspiés me dirigí a un caserío cercano. La mujer pidió ayuda … y mientras me llevaban corriendo al hospital, la policía capturó al conductor drogado que me había atacado. Antes de la operación para extraerme la bala del costado, vino a verme mi hermana. ‘¿Sabes qué te salvó la vida?’, preguntó. Sacó la Biblia de mi bolso y me la dio. Allí se había incrustado una bala cuya cabeza apuntaba precisamente al Salmo 37:14-15: “Los malvados sacan la espada … para matar a los que viven con rectitud. Pero su propia espada les atravesará el corazón, y su arco quedará hecho pedazos (Salmos 37:14-15 CST)”.

Otro ejemplo más de que Dios siempre va un paso por delante: “Sólo Él puede librarte de trampas … te cubrirá con Sus alas, y bajo ellas estarás seguro. ¡Su fidelidad te protegerá como un escudo! … mandará que Sus ángeles te cuiden por dondequiera que vayas” (Salmos 91:3-4, 11 DHH). El Señor dice: “Yo lo pondré a salvo … porque él Me ama y Me conoce” (Salmos 91:14).

Dios siempre va un paso por delante para nuestro cuidado
“NINGÚN MAL HABRÁ DE SOBREVENIRTE…” (Salmos 91:10 CST)
Para Keith Pulles, de nueve años, preparar la piscina de casa para el invierno marcaba el fin del verano. Escribió: “Observaba con tristeza desde la ventana cómo abría mi padre un bote y empezaba a echar productos químicos en la piscina. Luego cogía otro y seguía echando más. ‘¡Pero cuántas cosas echa en la piscina!’, pensaba yo. Justo entonces sonó el teléfono y corrí a ver el número registrado; en la pantalla se leía: “Nombre desconocido, número desconocido”.

Mis padres me habían advertido de no hablar con desconocidos, pero ese día una voz en mi interior me incitaba a cogerlo. El ansia era tal que levanté el aparato y respondí. ‘¿Podría hablar con Steve Pulles, por favor?’ Salí con el teléfono en la mano y grité: ‘¡Papá! ¡Teléfono!’. Mi padre vino desde el jardín bordeando el garaje y cogió el inalámbrico que yo sostenía. ‘¿Sí, diga? ¿Sí? ¿Quién llama?’, voceó. Unos segundos después, se alejó el teléfono del oído y colgó. ‘Nadie’, dijo. De repente se produjo una enorme explosión en el jardín. ‘¡La piscina!’, exclamó mi padre. Resultó ser que había mezclado dos químicos incompatibles. La mezcla explotó en el agua desprendiendo gases tóxicos … si mi padre hubiera estado ahí en ese momento, podría haber muerto. ¿Número desconocido? Lo dudo. Aquel día, quien fuera que llamó tenía indiscutiblemente nuestro número”.

El salmista afirmó: “Ningún mal habrá de sobrevenirte, ninguna calamidad llegará a tu hogar” (Salmos 91:10 CST). Hoy, Dios te está protegiendo a ti y a tus seres queridos

 

 

 

UN ENCUENTRO CON LA PALABRA

 

REFLEXION

¡Cuidado!

En una de las publicaciones de la revista Selecciones de Reader’s Digest, Clarence W. Hall, cuenta una historia que le fue relatada por un amigo suyo:

“Vino a vivir en nuestro pueblo una mujer viuda, de gran belleza, madre de tres hijos; a las pocas semanas era la comidilla de todo el vecindario. Decían que era demasiado hermosa, que la visitaban hombres, que tenía muy poco de ama de casa, que sus hijos vagabundeaban por las calles y comían en casa de los vecinos, que pecaba de perezosa y se pasaba la mayor parte del tiempo tendida en un sofá entregada a la lectura.

Una mañana nuestra linda vecina se desmayó en la oficina de correos y no tardó en saberse la verdad. Padecía una incurable enfermedad que le impedía hacer las labores de la casa. Enviaba a los chiquillos a la calle cuando los medicamentos no bastaban para aliviar su dolor. “Quería – explicó- que me viesen siempre feliz y alegre”. Los hombres que la visitaban eran el antiguo médico de la familia, el abogado que cuidaba de sus bienes y el hermano de su marido.

Los vecinos del pueblo se portaron muy bien con ella durante los restantes meses de su vida, pero los murmuradores nunca se perdonaron su ligereza”.

A todos nos ha pasado que en alguna oportunidad nos apresuramos a juzgar a alguien, por su apariencia, actitud, por lo poco que vemos o creemos conocer de esa persona, buscamos conocer su vida o detalles de ella que llenen nuestra curiosidad.

Cuántas vidas y familias han sido destruidas por los chismes, por gente que sin saber la situación real de la persona, tomaron lo poco que conocían de ella, agregaron suposiciones y esparcieron esa información falsa, lastimando a más de uno; y cuando quisieron remendar los daños ya era prácticamente imposible porque ese chisme había pasado de uno a otro desconociendo su alcance.
No asumamos el papel de jueces con los demás, si realmente te interesa la vida de esa persona, busca conocerla, pregúntale qué necesita o cómo podrías ayudar, pero no saques conclusiones basado en suposiciones.

Romanos 14:13 dice: “Así que dejemos de juzgarnos unos a otros. Por el contrario, propónganse vivir de tal manera que no causen tropiezo ni caída a otro creyente”. (NTV)

Cuida mucho lo que dices de los demás, recuerda que podrías causar un daño irreparable. Por algo es que Jesús hace la siguiente advertencia: “Les digo lo siguiente: el día del juicio, tendrán que dar cuenta de toda palabra inútil que hayan dicho. Las palabras que digas te absolverán o te condenarán”. Mateo 12:36,37 (NTV)

Busquemos que nuestras palabras sean portadoras de ánimo y que edifiquen a los demás, marquemos la diferencia.

 


Ana María Frege Issa
CVCLAVOZ