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Génesis 29:35 La Biblia de las Américas (LBLA)

 

Hijos de Jacob

31 Vio el Señor que Lea era aborrecida, y le concedió hijos[n]; pero Raquel era estéril. 32 Y concibió Lea y dio a luz un hijo, y le puso por nombre Rubén[o], pues dijo: Por cuanto el Señor ha visto[p] mi aflicción, sin duda ahora mi marido me amará. 33 Concibió de nuevo y dio a luz un hijo, y dijo: Por cuanto el Señor ha oído que soy aborrecida, me ha dado también este hijo. Así que le puso por nombre Simeón[q]. 34 Concibió otra vez y dio a luz un hijo, y dijo: Ahora esta vez mi marido se apegará a mí, porque le he dado tres hijos. Así que le puso por nombre Leví[r].35 Concibió una vez más y dio a luz un hijo, y dijo: Esta vez alabaré al Señor; así que le puso por nombre Judá[s]; y dejó de dar a luz.

 

 

UN ENCUENTRO CON LA PALABRA

REFLEXION

¿Cómo Ser Un Siervo De Todos? ¿Que Quiso Decir Jesús respecto al Servicio?
Publicado por: Devocionales en Preguntas y Respuestas Cristianas, Respuestas Cristianas 0

 

 


¿Cómo Ser Un Siervo De Todos En La Iglesia?

Jesús dijo que el más grande será el siervo de todos, así que ¿cómo te conviertes en siervo de todos?

Nosotros Somos Esclavos, No solo Siervos.

Una de los peores errores en las traducciones de la Biblia se encuentra en la palabra “siervo”. Esta palabra se traduce de la palabra griega, “doulos”, que no significa siervo sino esclavo. Jesús nos dice que debemos servir a otros, pero cuando Él está hablando a los creyentes, Él se refiere a ellos (como Pablo y otros) como esclavos y no siervos.

Los siervos sólo trabajan para alguien y pueden ir a casa después que su trabajo está terminado. Ellos pueden también poseer sus propias propiedades. El esclavo es propiedad de su amo y todo lo que posee no es suyo sino del amo. También hay una diferencia en la relación. El siervo es pagado por lo que hace y se va después de haber terminado de servir. El esclavo se queda con el amo y su familia y, con el tiempo, se convierte en parte de la familia.

Los esclavos se vuelven tan cercanos como uno de los miembros de la familia del amo. Pero aun así, no pueden hacer nada sin el permiso del amo. Ellos no pueden hacer nada fuera de la voluntad del amo. Su vida no es realmente suya porque están sujetos a la voluntad del amo. En ese sentido, nosotros que hemos nacido de nuevo somos ahora comprados por Cristo. Pablo dice “ustedes fueron comprados por precio” (1 Cor 6:20).

Haciendo Lo Que Otros No Quieren Hacer.

¿Cómo se convierte una persona en siervo de todos?

Por un lado, un siervo no es conocido por a quién sirve tanto como a cuántos sirve. Cuando llegué a la iglesia en la que servia, nunca sentí que estaba por debajo de mi dignidad (o de alguien) el limpiar los baños o limpiar la cocina o fregar los pisos. Una forma de convertirse en un “siervo de todos” es encontrar los trabajos de servicio que pocos, o nadie está dispuesto a hacer.

Nunca tuve problemas con personas tratando de hacer lo que estaba haciendo. Lo que también descubrí fue que cuando empecé hacer cosas que nadie más haría, inspiraría a otros a hacer lo mismo. Por supuesto, esa no es la razón para hacerlo. Lo hice porque tenía que hacerse. Nunca se lo conté a nadie; solo lo hice. Más tarde cuando alguien notó que los baños estaban limpios llegó a la luz lo que hice.

Cuando preguntaron quien lo hizo, y dije “Yo Lo hice”, todos me miraron. Sólo sonreí. Eso fue suficiente. Más tarde fui tomando responsabilidades mayores, hasta que un día mi pastor, un pastor mayor que yo en años, me dijo que nadie haría ciertas cosas si yo no las dirigia y así lo hice. ¿Por qué mirar para hacer cosas que nadie desea hacer?. La gente no estaba esperando en la fila para limpiar los inodoros, la cocina, o cambiar pañales, así que lo hice. Por supuesto, no quiero que pienses que era el “más grande de todos” sirviendo en estas áreas; Es sólo porque quería y sentía que sólo tenía que hacerlas. ¡Eso es todo!.

¿Siervo o Esclavo?

Ya he mencionado que la mayoría de las veces que leemos la palabra “siervo” en el Nuevo Testamento, en realidad es la palabra “esclavo” (doulos) y como hemos leído, esto hace una gran diferencia. Un ejemplo esta en el capítulo 14 de Mateo donde Jesús se refiere a sí mismo citando a al Profeta Isaías donde dice:

“He aquí mi siervo a quien he escogido, mi amado con quien mi alma se complace” (Mateo 12:18) la palabra siervo en el griego es “pais”, que significa siervo, pero en otros lugares, cuando se refiere a los creyentes, dice: “Mas los labradores, tomando a los siervos, a uno golpearon, a otro mataron, y a otro apedrearon”. (Mateo 21:35), es “doulos” Donde se usa la palabra “siervo” que significa realmente esclavo.

Dios nunca se refiere a Jesús como un esclavo ni se refiere a sí mismo como esclavo, pero la mayoría de las veces en el Nuevo Testamento que se usa la palabra siervo, se refiere a los creyentes como “esclavos”, y de nuevo, hay Una gran diferencia entre ser un siervo y ser un esclavo.

El amo tiene el poder de tomar la vida de los esclavos, pero no así con los siervos. Personalmente, creo que prefiero ser un esclavo de Cristo y no un siervo, porque si soy sólo un siervo, entonces no soy realmente propiedad del Maestro, Jesucristo.

Siervos En La Iglesia.

Cuando la Biblia nos ordena ser siervos unos de otros, la palabra es verdaderamente “siervo” (“diakonos”) de la cual recibimos la palabra “diácono”. Un ejemplo de esto esta aquí: “Entonces él se sentó y llamó a los doce, y les dijo: Si alguno quiere ser el primero, será el postrero de todos, y el servidor (“diakonos”) de todos”.(Marcos 9:35), así que cuando debemos servir uno al otro, no es como un esclavo de Cristo, sino un siervo “diakonos”, o literalmente “un camarero, uno que sirve comida y bebida”.

Esta es la razón por la que la iglesia primitiva estableció el oficio de diácono. Los diáconos permitieron a los apóstoles predicar el evangelio y no “perder” su tiempo con servir a otros que podrían ser servidos mejor por otros en la iglesia. Dios nunca nos llama a ser esclavos unos de otros. Eso está reservado para los creyentes en su relación con Jesucristo, quien no sólo nos compró con su propia sangre, sino que nos posee porque Él dio su vida por rescate por nosotros (Marcos 9:45), Así que “si alguno quiere ser el primero, será el último de todos y el siervo de todos” (Marcos 9:35), incluyendo a cada uno de los miembros del cuerpo de Cristo, la iglesia.

Conclusión
Si quieres ser un siervo para todos, encuentra lugares donde los santos necesitan ser servidos. Teníamos un hombre que buscaba una casa donde dormir, y me preguntó: “¿Hay algo que pueda hacer por la iglesia?” Me impresionó la pregunta de este hombre, por que otro habría dicho: Necesito una casa donde dormir. El quería servir a la iglesia de alguna manera. De alguna manera sabía que era parte de la iglesia. La iglesia tiene muchos miembros y cada miembro tiene un propósito dado por Dios.

Cada persona está buscando encontrar su propósito en la iglesia. ¡Qué bendición fue este hombre para nosotros!, y yo creo que Dios lo bendecirá aún más por esta actitud. Ser un siervo de todos es encontrar un lugar para servir a todos. Todo lo que necesitas hacer es servir a la iglesia o a los santos. Necesitas mirar alrededor donde haya una necesidad y suplirla. Así es como se logra ser un siervo de todos. Y eso es lo que tu quieres, ser un un siervo de todos.

Jesús dijo: “cualquiera que quiera ser grande entre vosotros será vuestro siervo” (Mt 20:26).

 

 

UN ENCUENTRO CON LA PALABRA

REFLEXION

¡Salta!

 

 

Cuentan que hace años tuvo lugar en una ciudad de Inglaterra un incendio que afectó a muchos hogares, ya que en aquellos tiempos las casas se construían exclusivamente de madera.

En el piso superior de una de las casas incendiadas apareció un niño de unos seis años llorando con desesperación y gritando aterrorizado que subieran a salvarle. Pero era totalmente imposible, la escalera de la casa estaba destruida por el fuego, y las llamas que salían por las ventanas impedían apoyar una escalera de emergencia para ir en socorro del niño.

El único recurso era que el pequeño se lanzara a través del humo y las llamas, ya que nada le ocurría en su rápido descenso, y manos cariñosas estaban prontas a impedir que su cuerpo chocara con el suelo. ¿Pero cómo persuadir a un niño de seis años a tal acto de heroísmo?

Ante el silencio del público, impresionado por la escena, se levantó la voz del padre, ordenando y rogando al niño lanzarse sin temor y sin esperar un momento más.

El niño titubeó diciendo:

- ¡Papá! ¡Te oigo pero no te veo! ¿Dónde estás?
- Aquí, ¡Hijo mío! Pronto a atraparte. Lánzate, no temas.
- No veo más que humo, papá, no puedo verte.
- No importa, lánzate enseguida.
- Tengo miedo papá pero puesto que tú lo dices, me lanzo.

¡Sujétame!Así lo hizo el pequeño y unos instantes después estaba sano y salvo en los brazos de su padre.

En muchas ocasiones estamos como el niño, atrapados entre los problemas y dificultades, sin poder ver lo que hay detrás de ellos. Sin embargo, es en esos momentos cuando necesitamos saltar creyendo que nuestro Padre está presto a atraparnos, que no permitirá que nos lastimemos.

Dios ha prometido nunca abandonarnos y nos ha dejado muchas promesas que nos hablan de su cuidado y protección, recordándonos constantemente cuán importantes somos para Él y que somos como la niña de sus ojos.

Existen ocasiones en las que no hay lugar para confiar en nuestras fuerzas o conocimientos, simplemente debemos creer en lo que Dios nos dice y dar un paso de fe, creyendo que Él está ahí presto a sostenernos.

No esperes entender ni ver todo con tus ojos físicos para empezar a actuar, da un paso de fe.

“La fe es la confianza de que en verdad sucederá lo que esperamos; es lo que nos da la certeza de las cosas que no podemos ver”. Hebreos 11:1 (NTV)

Sin importar lo grandes que puedan ser los problemas o si no puedes ver una salida, camina con seguridad, confiando en que Dios está en control y cuida de ti.


Ana María Frege Issa
CVCLAVOZ