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Apocalipsis 3:14  La Biblia de las Américas (LBLA)

Mensaje a la iglesia de Laodicea

14 Y escribe al ángel de la iglesia en Laodicea:

“El Amén, el Testigo fiel y verdadero, el Principio[m] de la creación de Dios, dice esto: 15 ‘Yo conozco tus obras, que ni eres frío ni caliente. ¡Ojalá fueras frío o caliente! 16 ‘Así, puesto que eres tibio, y no frío ni caliente, te vomitaré de mi boca. 17 ‘Porque dices: “Soy rico, me he enriquecido y de nada tengo necesidad”; y no sabes que eres un miserable y digno de lástima, y pobre, ciego y desnudo, 18 te aconsejo que de mí compres oro refinado por fuego para que te hagas rico, y vestiduras blancas para que te vistas y no se manifieste la vergüenza de tu desnudez, y colirio para ungir tus ojos para que puedas ver. 19 ‘Yo reprendo y disciplino a todos los que amo; sé, pues, celoso y arrepiéntete. 20 ‘He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él y él conmigo. 21 ‘Al vencedor[n], le concederé sentarse conmigo en mi trono, como yo también vencí y me senté con mi Padre en su trono. 22 ‘El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias.’”

 

 

 

UN ENCUENTO CON LA PALABRA

 

REFLEXION

Devocionales Cristianos – Uma noite maravilhosa.

Publicado por: Pastor Carlos Vargas Valdez en Devocional Cristiano, Devocional Diario, Devocionales Biblicos 6 Comentarios


Devocionales Cristianos – Uma noite maravilhosa

Estábamos cerca de Vitòria. El capitán anunció: “Señores pasajeros, Gol agradece su preferencia y anuncia que dentro de 11 minutos aterrizaremos en la ciudad de Vitòria. El tiempo es bueno y –con ese típico acento brasileiro– tenemosuma noite maravilhosa“.

Me pregunté por qué tendría que ser una noche maravillosa. Comencé a orar. El Señor ha tenido algo especial para mí cada día, y ahora estaba expectante por saber qué había preparado. El avión aterrizó, las puertas se abrieron y un viento cálido me dio la bienvenida. Mientras me dirigía a recoger mis maletas, me encontré con el senador Magno, nos saludamos con un abrazo y compartimos algo en portuñol (comprendí que Dios me ha abierto una puerta grande en Brasil). Salí, me encontré con el pastor Ely, ¡qué alegría volver a verlo!

–A Igreja da Molina está bem?, me preguntó.

–¡Estamos bendecidos!, sua familia como esta?, repliqué.

Mientras salíamos del aeropuerto, comenzó la noche maravillosa. El pastor Ely me preguntó si estaba cansado, le respondí que no; entonces me preguntó si podíamos pasar por el templo antes de ir a casa, le respondí que sí, ¡no bien baje del avión, directo a una vigilia de oración! La Iglesia Desafios se había propuesto celebrar siete vigilias semanales, y me tocó llegar para cerrar la última, ¡qué increíble!


Llegué al templo emocionado. Salude a todos. Comencé a orar: ¿Qué has preparado Señor? Después de un rato, llegó el momento de la lectura bíblica:

“E então disse à multidão: Aquele que quiser acompanhar-me , deve esquecer-se a si próprio, carregar com a sua cruz em cada dia, e siga-me de perto!” Lucas 9:23

“Entonces le dijo a la multitud: Aquel que quisiera acompañarme, debe olvidarse de sí mismo, cargar con su cruz cada día, y ¡seguirme de cerca!”Lucas 9:23

Presta atención: en español dice “seguirme“, pero en portugués dice “acompañarme“. Acompañar es más fuerte que seguir. Se puede seguir de lejos, pero la única manera de acompañar implica estar cerca. Acompañar no es cualquier cosa, para comenzar no basta con declararlo o desearlo; hay que ser intencional. Acompañar implica acción, intención, movimiento.

Hasta ahora, he venido preguntándome por qué los cristianos de Brasil son más comprometidos que nosotros. Creo haber encontrado una respuesta: Ellos acompañan a Jesús, nosotros simplemente lo seguimos.

Seguir tiene varias posibilidades: de lejos, a media distancia, de cerca, con entusiasmo, con apatía, por obligación o por amor, etc. Piensa: A Jesús lo seguían multitudes… pero después lo abandonaron; mientras caminaba hacia el Gólgota, toda la ciudad lo siguió. Hasta los fariseos siguieron a Jesús, ¡para criticarlo!

Acompañar es más fuerte: hay que ir por dónde él va, hacer lo que él hace y continuar mientras él continúe. Lo mismo, pero en palabras de Jesús: Negarse a sí mismo, tomar su cruz, y seguirle.

Negarse a sí mismo: Implica olvidarse de los planes y sueños propios, para apropiarse de los planes y sueños de Dios. Esto tiene que ver con la voluntad. Para ser más claro: con dejar de hacer tu voluntad, con volverte siervo y aceptar que la voluntad de Dios es la primera y la única a considerar ¿Acompañas o sigues a Jesúsí
Tomar su cruz: Esto tiene que ver con el escándalo de ser cristiano: en vez de buscar ser el primero, ser feliz siendo el último; en vez de vengarte, poner la otra mejilla; en vez de disfrutar, servir; en vez de buscar el oro, buscar el reino de Dios. Tomar la cruz implica vivir contra corriente. En otras palabras: Ser diferente. ¿Acompañas o sigues a Jesúsí
Seguirle: Palabra de uso militar. Me imagino la siguiente escena: Un capitán le dice a su tropa: –Hay una misión riesgosa, ¿quiénes van conmigo? Los soldados se miran entre sí, y uno responde: ¡Yo, Señor! –Entonces, quédate cerca de mí, ordena el capitán. Sólo siguen a Jesús los que asumen la misión, los que consideran que el propósito de la vida implica ir por todo el mundo y hacer discípulos. Siguen a Jesús los cristianos comprometidos, los que están cerca a su corazón, concentrados en servir más que en ser servidos. ¿Acompañas a Jesúsí
¡Tremenda revelación! Con mi corazón y mente llenos de esta verdad, volvimos a casa. Dormí tranquilo y en la mañana, después de saludar a Alice y los chicos, fuimos a Praia do Canto. Allí nos encontramos con dos parejas de pastores, nos sentamos en círculo y mientras tomábamos agua de coco, comenzamos a adorar a Dios, ¡Qué precioso es adorar a Dios en la calle!

El tiempo de adoración dio lugar a una larga conversación sobre lo que la iglesia necesita. Mientras ellos hablaban, la voz del Señor me confirmaba todas las ideas que rondan por mi cabeza. Es tiempo de renovación. Piensa en esto: La vida cristiana es mucho más que portarse bien; tiene que ser una experiencia continua con el Dios que hace maravillas ¡Tenemos que vivir esa experiencia!

Quienes estén listos a buscar esa renovación, ¡es hora de acompañar a Jesús! Quienes prefieran seguirle sin mucho compromiso, ¡es hora de levantarse del sueño!

El que lee, entienda lo que dice el Señor

En el amor de Jesús,

Pastor Miguel Bardales

 

 

 

UN ENCUENTRO CON LA PALABRA

 

 

REFLEXION

Devocionales
Reflexiones cristianas diarias por CVCLAVOZ


¿Alguna vez has sentido envidia?

Una persona siente envidia cuando se compara a otros, teniendo un sentimiento de inferioridad. Por esta razón, algunas características de las personas envidiosas son: autoestima dañada, compararse constantemente, desear el mal de los demás, burlarse de otros, hacer falsos halagos, etc.

La envidia es un sentimiento humano, por lo que es posible que tú lo hayas sentido en alguna oportunidad; sin embargo, se convierte en un problema cuando te entristeces constantemente por el bien ajeno y sufres como si se tratara de una desgracia ¿Te ha pasado?

“Porque antes también nosotros éramos insensatos y rebeldes; andábamos perdidos y éramos esclavos de toda clase de deseos y placeres. Vivíamos en maldad y envidia, odiados y odiándonos unos a otros.

Pero Dios nuestro Salvador mostró su bondad y su amor por la humanidad, y, sin que nosotros hubiéramos hecho nada bueno, por pura misericordia nos salvó lavándonos y regenerándonos, y dándonos nueva vida por el Espíritu Santo.” (DHH) Tito 3:3-5

Si aún el sentimiento de envidia está gobernando tu vida, es posible que no hayas conocido la nueva vida que el Señor quiere darte. Por esta razón, te animo a pedirle que Dios sane tu corazón, de esta manera puedas disfrutar del propósito que tiene para ti, y dejar de sufrir por lo que otros tienen.

Por último quisiera darte algunos consejos para superar la envidia: Si un ser querido o amigo tuyo recibiera un premio estarías feliz, así mismo debes mirar a las personas que te rodean: ¡como hermanos!; entonces podrás alegrarte por ellos e incluso felicitarlos por su éxito.

No mires a la persona por la que sientes envidia como un enemigo, de lo contrario querrás ser mejor y competir, produciendo solamente amargura en tu interior. Cambia de mentalidad y míralo como parte necesaria en tu equipo de trabajo; además, declara la admiración que tienes por él o ella.

Si quieres ser feliz deberás superar la envidia, abandonar la competencia y amarte tal como eres ¡Acércate a Jesús y permite que sane tu interior y te muestre el plan valioso para tu vida!

Shirley Chambi
CVCLAVOZ