Jeremías 5:7 La Biblia de las Américas (LBLA)

 

 

 

 

 

Corrupción de Jerusalén y Judá

 

 

 

Recorred las calles de Jerusalén,
y mirad ahora, e informaos;
buscad en sus plazas,
a ver si halláis algún hombre,
si hay quien haga justicia, que busque la verdad[a],
y yo la perdonaré.
Pues aunque digan: “Vive el Señor”,
de cierto juran falsamente.
Oh, Señor, ¿no buscan tus ojos la verdad[b]?
Tú los heriste,
mas no les dolió;
tú los consumiste,
mas ellos rehusaron recibir corrección.
Endurecieron sus rostros más que la roca[c],
rehusaron arrepentirse.

Entonces yo dije: Ciertamente estos sólo son gente ignorante,
son necios,
porque no conocen el camino del Señor
ni las ordenanzas de su Dios.
Me dirigiré a los grandes
y les hablaré,
porque ellos sí conocen el camino del Señor
y las ordenanzas de su Dios.
Pero también todos ellos a una habían quebrado el yugo
y roto las coyundas.
Por tanto los herirá el león de la selva,
el lobo de los desiertos los destruirá;
un leopardo acecha sus ciudades,
y todo el que salga de ellas será despedazado,
porque son muchas sus transgresiones,
y numerosas sus apostasías.

¿Por qué he de perdonarte por esto?
Tus hijos me han abandonado
y han jurado por lo que no es Dios.
Cuando los sacié, cometieron adulterio
y fueron en tropel a casa de las rameras.
Eran caballos cebados y fogosos,
cada cual relinchando tras la mujer de su prójimo.
¿No he de castigar a este pueblo[d]? —declara el Señor.
De una nación como ésta,
¿no he de vengarme?

10 Subid por entre sus hileras de vides y destruid,
mas no hagáis destrucción total;
arrancad sus sarmientos,
pues no son del Señor;
11 porque la casa de Israel y la casa de Judá
han obrado pérfidamente conmigo —declara el Señor.
12 Han mentido acerca del Señor;
dijeron: El no existe;
ninguna calamidad vendrá sobre nosotros,
y no veremos ni espada ni hambre.
13 Los profetas son como el viento,
y la palabra no está en ellos.
Que así se les haga a ellos.

14 Por tanto, así dice el Señor, Dios de los ejércitos:

Por cuanto han[e] hablado esta palabra,
he aquí, pongo mis palabras en tu boca por fuego
y a este pueblo por leña, y los consumirá.
15 He aquí, voy a traer de lejos una nación contra vosotros, oh casa de Israel —declara el Señor.
Es una nación fuerte,
es una nación antigua,
una nación cuya lengua no conoces,
y no podrás entender lo que hable.
16 Su aljaba es como sepulcro abierto,
todos ellos son valientes.
17 Devorará tu mies y tu pan,
devorará a tus hijos y a tus hijas,
devorará tus ovejas y tus vacas,
devorará tus viñas y tus higueras;
a espada destruirá tus ciudades fortificadas en que confías.

18 Sin embargo, aun en aquellos días —declara el Señor— no llevaré a cabo una destrucción total de vosotros. 19 Y[f] cuando te pregunten[g]: “¿Por qué el Señornuestro Dios nos ha hecho todo esto?” Les dirás: “Así como me dejasteis y servisteis a dioses extraños en vuestra tierra, así serviréis a extranjeros en una tierra que no es vuestra.”

20 Anunciad esto en la casa de Jacob
y proclamadlo en Judá, diciendo:
21 “Oíd ahora esto, pueblo necio e insensible[h],
que tienen ojos y no ven,
tienen oídos y no oyen.
22 “¿No me teméis?” —declara el Señor.
“¿No tembláis delante de mí,
que puse la arena como frontera del mar,
límite perpetuo que no traspasará?
Aunque se agiten las olas, no prevalecerán;
aunque rujan, no pasarán sobre ella.
23 “Pero este pueblo tiene un corazón terco y rebelde;
se han desviado y se han ido.
24 “Y no dicen en su corazón:
‘Temamos ahora al Señor nuestro Dios,
que da la lluvia a su tiempo,
tanto la lluvia de otoño como la de primavera,
y que reserva para nosotros
las semanas establecidas de la cosecha.’
25 “Vuestras iniquidades han alejado estas cosas,
y vuestros pecados os han privado del bien.
26 “Porque en mi pueblo se encuentran impíos
que vigilan como cazadores al acecho[i];
ponen trampa,
atrapan hombres.
27 “Como una jaula llena de pájaros,
así están sus casas llenas de engaño;
por eso se engrandecieron y se enriquecieron.
28 “Han engordado y se han puesto lustrosos.
También sobrepasan en[j] obras de maldad;
no defienden la causa,
la causa del huérfano, para que prospere,
ni defienden[k] los derechos del pobre.
29 “¿No he de castigar por esto?” —declara el Señor.
“De una nación como ésta
¿no he de vengarme?”

30 Algo espantoso y terrible
ha sucedido en la tierra:
31 los profetas profetizan falsamente,
los sacerdotes gobiernan por su cuenta[l],
y a mi pueblo así le gusta.
Pero ¿qué haréis al final de esto?

 

 

 

Un Encuentro Con la Palabra

REFLEXION

Jovenes Cristianos – ESTOY DEPRIMIDO 4

 

 

Pasaje clave: Isaías 61:1

 

 

 

Te contamos algunas razones por las cuales te deprimís para que aprendás a entender qué es lo que te sucede y por qué.

1. Por los CAMBIOS de tu cuerpo.

2. Por aspectos relacionados con el SEXO y la SEXUALIDAD.

3. Por estar en el MEDIO.

Ya no sos un nene, pero tampoco sos un adulto, y este “estar en el medio”, muchas veces te crea angustias. Luchás por tomar tus propias decisiones y luchás para que ellas sean respetadas por los adultos.

Quisieras vivir sin tener que darle cuentas a nadie. Sin que nadie te este diciendo lo que tenés o no que hacer y cómo hacerlo… Pero al mismo tiempo sentís la necesidad de que te quieran, te orienten y te muestren hacia dónde ir, pero que no te presionen. Que te den libertad, pero que estén cerca, bien cerca, por si algo sale mal. Que te acompañen, te escuchen y te comprendan. Que te permitan equivocarte, pero sin dejar que te lastimes. Pero cuando estas cosas faltan, te sentís desamparado, desprotegido, inseguro; entonces te deprimís. Te sentís no amado, dejado a un lado. Sentís que no te dedican el tiempo o la atención necesaria. Y todo esto te deprime aún más.

Otras veces “estas en el medio” de las discusiones de tus padres, de los problemas económicos que ellos tienen que enfrentar, de sus preocupaciones. Te sentís sin poder hacer nada y se te acumulan más tristezas.

¿Qué podés hacer?

A. ¡No te encerrés en vos mismo! Enojarte contra todos, ponerte rebelde, llorar todo el día, sólo empeorará las cosas. Te sentirás peor que antes y los que te rodean no sabrán qué hacer. Compartí tus sentimientos con otros que puedan escucharte y ayudarte a comprender cómo son las cosas.

B. ¿Están tus padres equivocados en todo lo que te dicen? Pensá que muchas veces sos vos el equivocado y no ellos. Aunque no sea fácil, tratá por un momento de ponerte en el lugar de ellos: ¿cómo se sienten?, ¿qué desean?, ¿qué esperan de vos?. Ellos no pueden darte lo que no tienen o lo que nunca han recibido. Aún así hay algo que vos sí podés hacer y darles a ellos: Tu respeto, tu honra, tu obediencia. Esto es lo que enseña la Biblia en Efesios 6:1-3. ¡Para que te vaya bien en toda tu vida! Pensálo.

C. Hablále al Señor acerca de cómo te sentís. Él es tu Papá. Él te ama. Él te acepta. Él te escucha. Él esta allí muy cerca tuyo, esperándote. Esta es la verdad más grande que podés creer y hacer parte de tu vida: Él es tu Padre, tu nuevo PAPA. No dejés que Satanás te engañe. Y disfrutar a Dios como PAPA te va a permitir valorar más a tus padres.

D. No te pasés todo el día pensando solamente en el problema. Esto es darle lugar al diablo para que sus mentiras gobiernen tu mente y emociones. Hay muchas cosas útiles y agradables en las que podés pensar y que podés hacer. ¡Hacélas!.

Fijáte en Filipenses 4:8 y 9, y en Colosenses 3:17.

Además sería muy bueno que le dieras gracias al Señor por 10 cosas positivas que encontrés en tus padres y en tu hogar. ¡Basta de criticarlos! Dale gracias a Dios por ellos. Comienza a madurar.

 

 

(CONTINÚA…)

Extracto del libro: “Verdades Que Sanan”. (Editorial Logos).

Por Edgardo Tosoni

 

 

Un Encuentro Con la Palabra

REFLEXION

 

 

Cierra tus ojos y escúchalo

 

 

Desde que el pecado entró al corazón del ser humano, éste tiene la tendencia de ser totalmente independiente y de tomar decisiones por su propia cuenta; muy pocas veces considera los consejos que se le da, prefiere experimentar por sí mismo el resultado de sus propios actos, aunque estos le causen dolor. Son pocas las personas que antes de tomar una decisión, la consultan con Dios, tal vez porque la mayoría sabe y está consciente, que Élno estaría de acuerdo con su proceder.

Es fácil caminar por una senda cuando no hay nada que te impida ver por dónde tienes ir y dónde detenerte. Pero si te vendan los ojos, no es tan sencillo llegar sano y salvo a tu destino, porque existe mayor probabilidad de que te extravíes en el camino o te caigas en algún lugar.

La Palabra de Dios dice que la fe nos da la certeza de las cosas que no podemos ver. Es como si cerraras tus ojos porque confías en que Dios va delante de ti y guía cada uno de tus pasos. Él conoce el camino mejor que nadie y te llevará con seguridad a donde necesitas llegar. No tienes por qué dudar ni temer, sólo tienes que escuchar su voz y seguir sus indicaciones para no tropezar y caer.

Pero ustedes no me creen, porque no me siguen ni me obedecen. Mis seguidores me conocen, y yo también los conozco a ellos. Son como las ovejas, que reconocen la voz de su pastor, y él las conoce a ellas. Mis seguidores me obedecen. Juan 10:26-27 (TLA)

Si te perdiste y no sabes cómo regresar al camino o tal vez te caíste y ya no tienes fuerzas para continuar porque estás lastimado, recuerda que tu Pastor puede ir en busca de ti y salvarte, solo necesitas reconocer que solo no puedes continuar y que requieres de su auxilio. Él en ningún momento te negará su ayuda porque te ama incondicionalmente.

Quizás tu no te perdiste ni te caíste y estás yendo por el camino correcto pero estás considerando tomar rutas alternas, aun sabiendo que no son las más seguras, porque quieres llegar más rápido. ¡Detente y no des un paso más! Escucha la voz de Dios y sigue sus instrucciones, pon toda tu confianza en Él y no en lo mucho que sabes, porque podría estar librándote de algo trágico.
Sólo siendo obediente y con la fe puesta en Dios podrás hará llegar a tu destino final.

 

 

Brisna Bustamante
CVCLAVOZ