http://unencuentroconlapalabra1.jimdo.com/

facebook un encuentro con la palabra

http://www.amigosporisrael.org/

 

 

 

Juan 14:6 La Biblia de las Américas (LBLA)

 

 

 

 

 

Palabras de consuelo y dirección

 

 

 

14 No se turbe vuestro corazón; creed[a] en Dios, creed también en mí. En la casa de mi Padre hay muchas moradas; si no fuera así, os lo hubiera dicho; porque voy a preparar un lugar para vosotros. Y si me voy y preparo un lugar para vosotros, vendré otra vez y os tomaré conmigo; para que donde yo estoy,allí estéis también vosotros. Y conocéis el camino adonde voy[b]Tomás le dijo*: Señor, si no sabemos adónde vas, ¿cómo vamos a[c] conocer el camino?Jesús le dijo*: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre sino por mí. Si me hubierais conocido, también hubierais conocido a mi Padre; desde ahora le conocéis y le habéis visto. Felipe le dijo*: Señor, muéstranos al Padre, y nos basta. Jesús le dijo*: ¿Tanto tiempo he estado con vosotros, ytodavía no me conoces, Felipe? El que me ha visto a mí, ha visto al Padre; ¿cómo dices tú: “Muéstranos al Padre”? 10 ¿No crees que yo estoy en el Padre, y el Padre en mí? Las palabras que yo os digo, no las hablo por mi propia cuenta, sino que el Padre que mora en mí es el que hace las[d] obras.11 Creedme que yo estoy en el Padre, y el Padre en mí; y si no, creed por las obras mismas. 12 En verdad, en verdad os digo: el que cree en mí, las obras que yo hago, él las hará también; y aun mayores que éstas hará, porque yo voy al Padre. 13 Y todo lo que pidáis en mi nombre, lo haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo. 14 Si me pedís algo en mi nombre, yo lo haré.

 

 

 

 

 

 

Un Encuentro Con la Palabra

REFLEXION


¿Preocupado por el Dinero?

 

 

“EN EL DÍA QUE TEMO, YO EN TI CONFÍO” (Salmo 56:3)

La solución a las preocupaciones financieras no es necesariamente tener más dinero. De hecho, cuanto más tienes más tienes que perder. Y la idea de perderlo te angustiará más, no menos. Es un círculo vicioso. Buscar seguridad en el dinero es como atar un barco al muelle. Cuando se desencadene una gran tempestad se romperán las amarras y el barco será arrastrado al mar. Entonces, puesto que todos sabemos que vendrán otras tormentas financieras, ¿cuál es la solución? ¿Más amarras? ¿Amarras más resistentes? ¿Unos nudos más fuertes? No, ¡eso te da nudos en el estómago!

Vamos a considerar algunas respuestas bíblicas a las preocupaciones monetarias.
La primera es: Confronta tus temores.

El salmista dijo: “En el día que temo, yo en ti confío” (Salmo 56:3). Ahora bien, puesto que David era rey seguramente no tenía problemas de dinero. Pero temía que sus enemigos lo persiguieran, lo capturaran y lo mataran. Cada uno de nosotros tiene diferentes áreas de preocupación, y las que nos controlan son lo que llamamos “preocupaciones viscerales”. A veces puedes hacer que no te afecten; otras, te controlan, te consumen y te hacen actuar de modos de los que no estás orgulloso. El asesor financiero cris tiano Ron Blue comenta que durante años estuvo atrapado por el miedo a no tener suficiente dinero o a perder lo que tenía. Quienes lo rodeaban no lo sabían pero eso era lo que dirigía su vida. Hoy es escritor de libros éxitos de ventas y asesor financiero a multitudes. Pero para llegar allí tuvo que confrontar ese temor visceral, y confiar más en Dios que en sí mismo. Lo mismo tendrás que hacer tú.

Preocupación Por Dinero

“DIOS NO NOS HA DADO ESPÍRITU DE TEMOR…” (2 Timoteo 1:7 DHH)

Para sobreponerte a la angustia financiera, tienes que:

1) Entender de dónde viene tu ansiedad.

A menos que tu nombre sea Bill Gates, lo más probable es que en algún momento de tu vida experimentes algún tipo de preocupación financiera. Pero cuando el temor se convierte en tu estado de ánimo normal, algo va mal; es hora de destapar la caja. El temor puede ser hereditario, pasado de generación en generación, y te puede atrapar en un ciclo muy difícil de romper. ¡Pero puedes romperlo! Gedeón destruyó el altar donde sus familiares habían adorado a ídolos durante generaciones, aunque éstos se enfadaron con él cuando lo hizo (Jueces 6:25-30). Gedeón sabía que para poder triunfar en la vida no podía confiar en nadi e más que en Dios.

2) Sobreponte a tus fracasos pasados.

¿Hiciste malas inversiones y ahora tienes temor a arriesgarte? ¿Estás acumulando para contrarrestar futuras pérdidas? El problema es que quien no arriesga no gana. En el fútbol, los jugadores que marcan más goles también son aquellos que más fallan. Pero siguen insistiendo, porque si no tiran a la portería nunca van a ganar. Un granero lleno de semillas no produce una cosecha. Es más, cuando el agricultor planta sus semillas es posible que la sequía o las heladas o una plaga puedan aniquilarlas. Pero si no las planta el fracaso está asegurado. ¿Te das cuenta?
3) Espera en la bondad de Dios.

A medida que te vas haciendo mayor eres más reacio a arriesgarte y más propenso a buscar inversiones seguras. Eso se entiende, pero no dejes que el temor te controle. Escribió David: “Ciertamente, el bien y la misericordia me seguirán todos los días de mi vida…” (Salmo 23:6). Si esperas en la bondad de Dios, “ciertamente” la obtendrás.

 

 

 

 

 

Un Encuentro Con la Palabra

REFLEXION

 

 

Libre

 

 

 

El diccionario define la libertad como la facultad natural que tiene el hombre de pensar, de hablar y de obrar, con plena autonomía.

Aunque en el tiempo pasado la libertad estaba condicionada a varios factores que hacían a algunos privilegiados y a otros destinados a servidumbre, hoy en día es una capacidad reconocida por los gobiernos del mundo y por Dios, a través del libre albedrio.

Para que esa libertad sea una garantía absoluta, toda nación cuenta con leyes que protegen al individuo para que ejerza ese derecho dentro de los límites que le impidan irrumpir en la libertad de otro o de sí mismo.

Por ejemplo: toda persona tiene derecho a la vida, pero cuando otra persona lo priva de éste derecho cometiendo asesinato, esas mismas leyes que garantizan la libertad lo hacen culpable y lo condenan a pagar por sus culpas.

Algo similar pasa con el reino de los cielos. Dios estableció leyes con el fin de garantizar la libertad que Jesús ya ganó para nosotros en la Cruz del Calvario.


Pero el pensamiento errado de hacer a Dios un ser alejado y sin conocimiento de la realidad humana, ha provocado que se crea que toda ley divina está puesta con el fin de evitar que el hombre no disfrute de una verdadera libertad.

El filósofo griego Diógenes se refirió a Alejandro Magno, diciéndole: “Vos sois el siervo de mis siervos. Yo he conquistado al miedo, la lujuria, y la ira; Alejandro todavía sirve a estos maestros. A pesar de haber conquistado el mundo exterior, todavía sigue siendo esclavo.”

Las leyes de Dios nos garantizan una libertad absoluta, no sólo hablando de la convivencia entre personas como lo describe el Salmo 133:1, sino también de fuerzas espirituales superiores a nosotros y con capacidad de esclavizar a cualquiera.

La ley de Dios, no se escribió para condenar a ninguno hombre, sino para poner al descubierto las maquinaciones del pecado, de la carne y de satanás, las cuales buscan hacernos esclavos.

Cuando la Biblia establece límites, puedes estar seguro que están puestos allí con el fin de hacerte un hombre o una mujer completamente libre.

Gálatas 5:1 dice: “Estad, pues, firmes en la libertad con que Cristo nos hizo libres, y no estéis otra vez sujetos al yugo de esclavitud.” Versión Reina-Valera 1960
¿Quieres ser verdaderamente libre? Acércate a Jesús.

 

 

 

 

Héctor Colque
CVCLAVOZ