Apocalipsis 7:11 La Biblia de las Américas (LBLA)

 

 

Los redimidos de todas las naciones

 

 

 

Después de esto miré, y vi[b] una gran multitud, que nadie podía contar, de todas las naciones, tribus, pueblos y lenguas, de pie delante del trono y delante del Cordero, vestidos con vestiduras blancas y con palmas en las manos. 10 Y clamaban[c] a gran voz, diciendo:

La salvación pertenece a nuestro Dios que está sentado en el trono, y al Cordero.

11 Y todos los ángeles estaban de pie alrededor del trono y alrededor de los ancianos y de los cuatro seres vivientes, y cayeron sobre sus rostros delante del trono, y adoraron a Dios, 12 diciendo:

¡Amén! La bendición, la gloria, la sabiduría, la acción de gracias, el honor, el poder y la fortaleza, sean a nuestro Dios por los siglos de los siglos. Amén.

13 Y uno de los ancianos habló[d] diciéndome: Estos que están vestidos con vestiduras blancas, ¿quiénes son y de dónde han venido? 14 Y yo le respondí[e]: Señor mío, tú lo sabes. Y él me dijo: Estos son los que vienen de la gran tribulación, y han lavado sus vestiduras y las han emblanquecido en la sangre del Cordero. 15 Por eso están delante del trono de Dios, y le sirven día y noche en su templo[f]; y el que está sentado en el tronoextenderá su tabernáculo sobre ellos. 16 Ya no tendrán hambre ni sed, ni el sol los abatirá[g], ni calor alguno, 17 pues el Cordero en medio del trono los pastoreará y los guiará a manantiales de aguas de vida, y Dios enjugará toda lágrima de sus ojos.

 

 

 

Un Encuentro Con la Palabra

REFLEXION

Jovenes Cristianos – ¡¿QUE HACES?!

 

Pasaje clave: Levíticos 5 al 6:7.

 

 

La ofrenda por las TRANSGRESIONES.

 

Cuando Dios y las personas que están en autoridad te ponen límites lo hacen para tu bien. Te dicen “hasta acá puedes llegar”. Pero cuando tú decides hacer tu propia voluntad y cruzas esos límites estás transgrediendo esa orden. En otras palabras: estás cruzando los límites y al hacerlo, pecas. Una transgresión es cruzar el límite, rebelarte contra la orden. Las transgresiones son el resultado del pecado que está en nosotros. Cada vez que transgredimos con malos pensamientos, malas actitudes, comentarios fuera de lugar o reacciones impulsivas, pecamos y necesitamos nuevamente buscar a Dios para ser perdonados y restaurados.

Los cuatro tipos de transgresiones son:

 

A.    No testificar de algo que viste o sabes (5:1).

B.     

¿Cuántas veces “ves”, “escuchas” o “te enteras” de lo que otros hacen mal y cierras tu boca y lo ocultas porque no quieres denunciarlos?

Al tener esta actitud, tú estás participando del pecado de ellos. Es como si estuvieras pecando con ellos. Eres cómplice al esconderlo. No tienes que actuar como un chismoso contándoselo a todo el mundo (porque no todos deben enterarse de eso que tú sabes), pero sí tienes la responsabilidad de hablar con las personas que están en autoridad y decírselo a ellas para que quedar libre de ese pecado.

¿O cuántas veces sentiste miedo o vergüenza de contarles a otros acerca de tu relación personal con Jesús sabiendo que Dios te pide que seas testigo de su amor y salvación? Esto también es transgredir porque no estás dando testimonio de lo que sabes.

 

C.     Tocar el cadáver de un animal inmundo (5:2).

 

¿Cuántas veces “oyes” cosas relacionadas con la muerte? ¿Cuántas veces “matas” tu vida espiritual y tu relación con Dios oyendo las críticas negativas, los comentarios malintencionados o las palabras mentirosas contra los líderes y pastores o en contra de otros hermanos? Al escucharlas es como si tocaras un cadáver. Hay personas que son como cadáveres: están llenos de muerte. Son amargados, resentidos, vengativos, y todo lo que hablan o dicen es para destruir a otros. Cuando pasas mucho tiempo oyendo a esas personas te contagias de la muerte que hay en ellos. ¡No pierdas el tiempo escuchándolos! ¡Huelen a cadáver de muchos años de putrefacción! ¡Aléjate de ellos! ¡Manténte limpio y vivo en tu corazón!

 

D.    Tocar la inmundicia de un hombre (5:3).

 

Son muchas las cosas inmundas de las personas sin Cristo, pero una de las más graves es la fornicación. Fornicar es tener relaciones sexuales con alguien. Tener sexo sin estar casado con esa persona. Pero ¿sabías que también fornicas cuando te calientas la cabeza con alguien que te gusta? ¿O cuando miras pornografía o programas eróticos? ¿O cuando tu mente vuela con música sugerentemente erótica? Todo esto es como tocar inmundicia.

 

E.     Jurar a la ligera (5:4).

 

Jurar a la ligera es hablar por hablar. Es hablar sin necesidad, apresuradamente, de cosas buenas o malas. Se refiere a todo lo que hablas que no edifica y no bendice, aún cuando no sea malo. Son puras palabras y nada más. Especialmente cuando opinas de personas o cosas sin conocerlas bien.

¿Qué debía hacer la persona que transgredía en alguna de estas maneras? (5:5 al 13).

Confiésales tu pecado a Dios y a las personas contra las que transgrediste en alguna de estas maneras para ser perdonado. Y pon la Palabra de Dios en tu mente y corazón para ser sanado.

Extracto del libro: “Desafíos Para Jóvenes y Adolescentes: Éxodo/Levítico”

 

Por Edgardo Tosoni

                   

 

 

Un Encuentro Con la Palabra

REFLEXION

 

 

Diferentes

 

 

Se cuenta que cierto famoso filántropo incrédulo, ordenó a sus empleados un sábado, que el domingo por la mañana fuesen al puerto a descargar un buque recién llegado. Un joven amanuense suyo contestó tranquilamente:


- Señor G., no puedo trabajar los domingos.


- Ya conoce usted el reglamento - contestó el filántropo.


- Sí señor, lo conozco, y aunque soy el sostén de mi anciana madre, no puedo trabajar los domingos.

 

- Bueno, en ese caso, suba al despacho y el cajero le entregará su cheque- dijo el señor G. Después de ser despedido, por el espacio de tres semanas, el joven estuvo buscando trabajo.

 

Cierto día un banquero se presentó al famoso filántropo, preguntándole si podía recomendarle persona honrada y fiel para cajero de un banco que iba a abrirse. El hombre mencionó al joven que había despedido, recomendándolo como la persona indicada para el puesto.

 

- Pero usted lo despidió, contestó sorprendido el banquero.

 

- Sí señor, respondió el filántropo, lo despedí porque no quería trabajar los domingos. Pero un hombre que puede perder su puesto por no violentar su conciencia, servirá bien de cajero de confianza. En el mundo en el que estamos viviendo, cada vez se ven menos personas honestas, fieles a sus principios, que sepan cumplir su palabra, que no se vendan por cualquier beneficio material que se les ofrezca y, lamentablemente, son las que más se necesitan.

 

Como personas que conocen del amor y la fidelidad de Dios, no debemos permitir que nada ni nadie nos haga actuar contra nuestros principios. Sin importar las circunstancias, si permanecemos fieles a Dios, veremos nuestra fe recompensada y la gente sabrá que somos diferentes y puede confiar en nosotros.

 

“Entonces aquellos que no son creyentes respetarán la manera en que ustedes viven, y ustedes no tendrán que depender de otros”. 1 Tesalonicenses 4:12 (NTV)
No permitas que ninguna circunstancia te haga perder tu testimonio, que todos los que te rodean sepan que eres una persona con valores fuertes y que pueden confiar en ti. ¡Marca la diferencia!

 

 

Ana María Frege Issa
CVCLAVOZ