1 Pedro 3

 

 

 

 

Sufriendo por la justicia

 

 

 

13 ¿Y quién os podrá hacer daño si demostráis tener celo por lo bueno? 14 Pero aun si sufrís por causa de la justicia, dichosos sois. Y no os amedrenteis por temor a ellos[g] ni os turbeis, 15 sino santificad a Cristo como Señor en vuestros corazones, estando siempre preparados para presentar defensa ante todo el que os demande razón de[h] la esperanza que hay en vosotros, pero hacedlo con mansedumbre y reverencia[i]; 16 teniendo buena conciencia, para que en aquello en que sois calumniados, sean avergonzados los que difaman vuestra buena conducta en Cristo. 17 Pues es mejor padecer por hacer el bien, si así es la voluntad de Dios, que por hacer el mal. 18 Porque también Cristo murió[j] por los pecados una sola vez, el justo por los injustos, para llevarnos a Dios, muerto en la carne pero vivificado en el espíritu[k]; 19 en el cual también fue y predicó a los espíritus encarcelados, 20 quienes en otro tiempo fueron desobedientes cuando la paciencia de Dios esperaba en los días de Noé, durante la construcción del arca, en la cual unos pocos, es decir, ocho personas, fueron salvadas por medio del agua. 21 Y correspondiendo a esto, el bautismo ahora os salva (no quitando la suciedad de la carne, sino como una petición a Dios de una buena conciencia) mediante la resurrección de Jesucristo, 22 quien está a la diestra de Dios, habiendo subido[l] al cielo después de que le habían sido sometidos ángeles, autoridades y potestades.

 

 

 

Un Encuentro Con la Palabra

 

 

 

REFLEXION

Protege tu reputación según la Biblia
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“MÁS VALE EL BUEN NOMBRE QUE LAS MUCHAS RIQUEZAS…” (Proverbios 22:1)

Un día, un profesor de escuela dominical que se creía un cristiano maravilloso, le preguntó a sus alumnos de primer curso:

“¿Por qué creéis que la gente dice que soy un buen cristiano?”.

Después de un silencio largo y embarazoso, se oyó una vocecita que dijo:

“Quizás es porque no le conocen”. ¡Ay!

John Wayne simbolizó por muchos años la fuerza y el patriotismo americano. Sin embargo, una mirada más cercana al hombre nos revela que:

(a) denunciaba a los que se negaron a combatir en Vietnam mientras él mismo no sirvió en la Segunda Guerra Mundial con el fin de centrarse en su carrera;

(b) la estrella de innumerables sagas ecuestres en realidad odiaba a los caballos;

(c) este “Hijo del Oeste” ¡había nacido en Iowa [en el este] con el nombre de Marion Morrison!

Hoy en día esperamos que las estrellas tengan sus “dobles”; es parte del negocio.

Pero no debería ser así en los creyentes; ¡debemos ser en la realidad
lo que aparentamos ser!

Tu reputación determina tu impacto, tanto positiva como negativamente. Escucha:

“más vale el buen nombre que las muchas riquezas…” (Proverbios 22:1).

Esto significa que cuando tengas que elegir entre beneficio e integridad – ¡elige integridad!

Siempre puedes ganar más dinero, pero ni siquiera con todas las acciones de la Bolsa podrías devolver tu buen nombre cuando lo has perdido.

¡La integridad lo es todo!

Cuando digas que vas a hacer algo –

¡hazlo! Aunque mantener tu palabra signifique sacrificio, mantenla y ¡Dios te honrará y bendecirá!

 

 

 

 

Un Encuentro Con la Palabra

 

 

 

 

REFLEXION

Como quebrantar el espíritu de fracaso – Parte 1
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“MAESTRO, TODA LA NOCHE HEMOS ESTADO TRABAJANDO Y NADA HEMOS PESCADO…” (Lucas 5:5)

Las cosas no marchaban bien para los discípulos.

Lo que antes funcionaba, ahora ya no era así.

Escucha: “Maestro, toda la noche hemos estado trabajando y nada hemos pescado…” (Lucas 5:5).

¿Es esto lo que te pasa a ti?

“Señor, lo intenté con todas mis fuerzas, pero mira mi matrimonio, mi economía, y mi carrera.

He sido maltratado e ignorado.

A lo mejor la gente lleva razón acerca de mí; quizás se supone que no sea bendecido”.

Fíjate, Pedro, Juan y Jacobo estaban lavando sus redes; eso es lo último que hacen los pescadores antes de dejarlo t
odo e irse a casa.

No tenía ningún sentido intentarlo de nuevo.

Muchas veces, el Señor espera hasta que hayamos sido humillados por el fracaso; entonces, Él entra en la escena con una palabra que cambia nuestras vidas.

Al principio es una palabra que nos cuesta aceptar, porque estamos tratando con el espíritu de fracaso.

Nos ponemos a la defensiva y pensamos:

‘Tú no sabes por lo que yo he pasado’.

Cuando Dios habla, es el momento de “todo o nada”.

Si te dejas guiar por tus sentimientos, perderás lo que Él tiene para ti; pero si dejas paso a la fe, el momento de tu mayor fracaso puede convertirse en el de mayor triunfo.

Afortunadamente, Pedro decidió responder en fe.

Escucha: ”…pero en tu palabra echaré la red” (Lucas 5:5b).

¡Eso cambió todo! Hoy puedes estar dolido, dudando o amedrentado, pero si sólo miras a Jesús y dices: “…pero en tu palabra echaré la red” (Lucas 5:5b), Él cambiará las cosas para ti. Esa mañana, los discípulos pescaron más que nunca.

La verdad es que la bendición que Dios tiene guardada para ti es mucho más grande de lo que te puedas imaginar.