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1 Pedro 1:6-9 La Biblia de las Américas (LBLA)

Saludo

Pedro, apóstol de Jesucristo:

A los expatriados, de la dispersión en el[a] Ponto, Galacia, Capadocia, Asia y Bitinia, elegidos según el previo conocimiento de Dios Padre, por la obra santificadora del Espíritu, para obedecer a Jesucristo y ser rociados con su sangre[b]: Que la gracia y la paz os sean multiplicadas.

 

 

La esperanza viva del cristiano

 

 

 

Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, quien según su gran misericordia, nos ha hecho nacer de nuevo a una esperanza viva, mediante la resurrección de Jesucristo de entre los muertos, para obtener una herenciaincorruptible, inmaculada, y que no se marchitará, reservada en los cielos para vosotros, que sois protegidos[c] por el poder de Dios mediante la fe, para la salvación que está preparada para ser revelada en el último tiempo. En lo cual os regocijáis grandemente, aunque ahora, por un poco de tiempo si es necesario, seáis afligidos con diversas pruebas[d]para que la prueba[e] de vuestra fe, más preciosa que el oro que perece, aunque probado por fuego, sea hallada que resulta en alabanza, gloria y honor en la revelación de Jesucristo;a quien sin haberle visto, le amáis, y a quien ahora no veis, pero creéis en El,y os regocijáis grandemente con gozo inefable y lleno de gloria[f]obteniendo, como[g] resultado de vuestra fe, la salvación de vuestras[h] almas. 10 Acerca de esta salvación, los profetas que profetizaron de la gracia que vendría a vosotros, diligentemente inquirieron e indagaron, 11 procurando saber[i] qué persona o tiempo indicaba el Espíritu de Cristo dentro de ellos, al predecir los sufrimientos de Cristo y las glorias que seguirían[j]12 A ellos les fue revelado que no se servían a sí mismos, sino a vosotros, en estas cosas que ahora os han sido anunciadas mediante los que os predicaron[k] el evangelio por el Espíritu Santo enviado del cielo; cosas a las cuales los ángeles anhelan mirar[l].

 

 

 

 

 

 

Un Encuentro Con la Palabra

REFLEXION

El Poder De La Sangre de Cristo
Publicado por: Devocionales en Devocional Diario 0

 

 

“…LA SANGRE DE CRISTO… LIMPIARÁ VUESTRAS CONCIENCIAS…” (Hebreos 9:14)

El Señor planeó la sangre para dar oxígeno y nutrición a tus células; sin ella, tus extremidades y órganos mueren. Las células blancas están calificadas de una manera única para actuar como un ejército que ataca a las bacterias dañinas que de otro modo podrían matarte. Y tu cuerpo sirve de ejemplo para la función de la sangre de Jesús en la congregación, que es su cuerpo. Pablo dijo: “…así nosotros, siendo muchos, somos un cuerpo en Cristo, y todos miembros los unos de los otros” (Romanos 12:4-5). Independientemente de la ética, la madurez o la “categoría”, todos necesitamos el poder de la sangre que quita el pecado y nos da vida, y sin ella no tenemos ninguna prueba de que somos hijos de Dios. Tal y como un médico puede sacarte sangre para comprobar quién es tu padre terrenal, la sangre de Jesús nos hace hijos y herederos, y también herederos de Dios por medio de Cristo (Gálatas 4:7). ¡Fuerza, nutrición, toda promesa y bendición fluyen hoy hacia nosotros por medio de la sangre de Jesús! Y Satanás lo odia, porque ella no sólo nos redime, sino que “…limpia nuestras conciencias… para que sirvamos al Dios vivo…” (Hebreos 9:14). Un docente seguidor de Cristo escribió:

“Hemos atenuado la enseñanza sobre la Sangre… Hemos aprendido acerca del Espíritu, pero hemos fallado a la hora de impartir enseñanza con respecto a la Sangre. Por consiguiente, hemos producido una generación de creyentes que tienen poder por medio del Espíritu pero no se sienten perdonados… Están ejerciendo los dones espirituales pero están viviendo con culpabilidad… Es preciso que se predique enfatizando la Sangre, porque sin ella no tenemos vida. Así que, acentuemos su poder. ¿Que por qué? Pues, porque “…sin derramamiento de sangre no hay remisión” (Hebreos 9:22).


“…SOIS… CONCIUDADANOS…” (Efesios 2:19)

¿Alguna vez notaste que cuando alguien peca o se queda corto en algún área con la cual nosotros nos relacionamos, somos muy rápidos para dar gracias porque la sangre de Jesús nos limpia de todos nuestros pecados? Pero si resulta que aquella persona falla en un área en la cuál nos sentimos fuertes, a menudo nuestra primera inclinación es de creernos moralmente superiores y querer negarle el poder purificador de la Sangre.

El pecado nos afecta a cada uno de nosotros de distintas maneras, según nuestra educación y disposición. Pero independientemente de los síntomas, es la misma “enfermedad” y sólo hay un remedio: la sangre de Jesús. Sin ella, todos tenemos problemas, da igual si somos negros, blancos, ricos, pobres, homosexuales, heterosexuales, drogadictos o alcohólicos. La sangre de Jesús es la única cosa que hace posible el perdón y un “borrón y cuenta nueva”, no importa lo que hayamos hecho. La Biblia dice que Jesús te creó “…un… nuevo hombre, haciendo la paz…” (Efesios 2:15), para “…mediante la cruz reconciliar con Dios a ambos en un solo cuerpo, matando en ella las enemistades. Y… por medio de Él los unos y los otros tenemos entrada… Por eso, ya no sois extranjeros ni forasteros, sino conciudadanos de los santos y miembros de la familia de Dios, edificados…, siendo la principal piedra del ángulo Jesucristo mismo” (versículos 16-20).

No pienses ni un segundo que tú tienes un acceso ilimitado a la misericordia y al perdón del Señor, para luego negar el mismo acceso a tu hermano/a en Cristo. La Biblia dice: “…si alguno es sorprendido en alguna falta,… restauradlo con espíritu de mansedumbre, considerándote a ti mismo…” (Gálatas 6:1). ¿Que por qué? Porque “…no sea que tú también seas tentado” (versículo 1b). En otras palabras, no “quemes el puente” que tú tal vez tengas que utilizar algún día. Si hoy estás albergando en secreto una actitud intransigente acerca de los fracasos de alguien, arrepiéntete y permite que la sangre de Jesús te limpie de este pecado.

 

 

 

Un Encuentro Con la Palabra

REFLEXION

¡No desvíes la vista!

 

 

 

Cuando queremos lograr algo puede parecer muy difícil porque cada vez vemos más grandes las pruebas o problemas.

Una manera de superar los obstáculos es saber que vendrán. Debemos estar consientes de que pasaremos muchas aflicciones y circunstancias difíciles y para poder seguir firmes a pesar de ello debemos repasar las metas que nos hemos propuesto, recordar qué es lo que anhelamos
Ahora bien ¿qué obstáculos pueden imposibilitar que alcances tus metas? Hay impedimentos fáciles de eliminar.

Si tu meta es hacer ejercicio y no tienes los zapatos adecuados, ese es un obstáculo pero puedes eliminarlo comprando las zapatillas que te sean más cómodas. Sin embargo, algunos obstáculos no son tan fáciles de superar. Algunos tienen limitaciones físicas, sociales o económicas que no pueden ser eliminadas fácilmente. En esos casos debemos recordar que la perseverancia no significa eliminar los obstáculos sino continuar buscando la meta a pesar de ellos.

El apóstol Pablo es un ejemplo perfecto que ilustra esta verdad. Tenía numerosas limitaciones que lo hubieran desanimado de perseguir su propósito en la vida. Por eso rogó a Dios que le ayudara. “Y me ha dicho: Bástate mi gracia; porque mi poder se perfecciona en la debilidad. Por tanto, de buena gana me gloriaré más bien en mis debilidades, para que repose sobre mí el poder de Cristo.” 2 Corintios 12:9 (RVR-1960) ¿Qué aprendemos de Pablo? Él siempre vio el obstáculo desde la perspectiva divina. Consideraba sus impedimentos insuperables como una motivación para confiar en Dios, en vez de depender de sus habilidades propias.
Todos enfrentamos circunstancias que no podemos cambiar y que tratarán de impedir que alcancemos nuestras metas, pero está en nuestras manos el escoger cómo vamos a responder a ellas. Podemos darnos por vencidos o empezar a ver esos problemas como oportunidades para confiar en el Señor.

Quita los ojos del obstáculo o del problema y vuelve a poner tu mirada en la meta, el propósito y el sueño al que deseas llegar, no estás solo, tienes el poder de Cristo de tu lado.

 

 

 

Telma Céspedes 
CVCLAVOZ