http://unencuentroconlapalabra1.jimdo.com/

http://unencuentroconlapalbra.blogspot.com.co/

https://www.facebook.com/unencuentroconlapalbra

http://www.amigosporisrael.org/

 

Génesis 21:22-32 La Biblia de las Américas (LBLA)

 

Pacto entre Abraham y Abimelec

 

 

22 Aconteció por aquel tiempo que Abimelec, con[n] Ficol, comandante de su ejército, habló a Abraham, diciendo: Dios está contigo en todo lo que haces; 23 ahora pues, júrame aquí por Dios que no obrarás falsamente conmigo, ni con mi descendencia, ni con mi posteridad, sino que conforme a la bondad que te he mostrado, así me mostrarás a mí y a la tierra en la cual has residido. 24 Y Abraham dijo: Yo lo juro. 25 Pero Abraham se quejó[o] a Abimelec a causa de un pozo de agua del cual los siervos de Abimelec se habían apoderado. 26 Y Abimelec dijo: No sé quién haya hecho esto, ni tú me lo habías hecho saber, ni yo lo había oído hasta[p] hoy. 27 Y Abraham tomó ovejas y vacas y se los dio a Abimelec. Y los dos hicieron un pacto. 28 Entonces Abraham puso aparte siete corderas del rebaño. 29 Y Abimelec dijo a Abraham: ¿Qué significan estas siete corderas que has puesto aparte? 30 Y él respondió: Tomarás estas siete corderas de mi mano para que esto me sirva de testimoniode que yo cavé este pozo. 31 Por lo cual llamó aquel lugar Beerseba[q], porque allí juraron los dos. 32 Hicieron, pues, un pacto en Beerseba; y se levantó Abimelec con Ficol, comandante de su ejército, y regresaron a la tierra de los filisteos. 33 Y Abraham plantó un tamarisco en Beerseba, y allí invocó el nombre del Señor, el Dios eterno. 34 Y peregrinó Abraham en la tierra de los filisteos por muchos días.

 

 

UN ENCUENTRO CON LA PALABRA

 

REFLEXION

Reverencia y Adoración Según La Biblia
Publicado por: Pastor Carlos Vargas Valdez en Preguntas y Respuestas Cristianas, Respuestas Cristianas 0


EXALTAD AL SEÑOR Y POSTRAOS ANTE EL ESTRADO DE SUS PIES (Salmo 99:5)

¿Qué Es La Reverencia y La Adoración?

Nunca pierdas tu capacidad de asombro, o perderás la motivación de adorar.

A menos que creas que Dios es Todopoderoso, Omnipresente y Accesible, vivirás en un estado de ansiedad pensando que todo depende de ti. Te retraerás de compartir tu fe por miedo a ser ridiculizado o a no encontrar las palabras adecuadas.

No serás generoso, porque tu fuente de seguridad eres tú mismo.

Evitarás confrontar a los que necesitan una exhortación porque sin la certeza de la aceptación de Dios, te haces esclavo de las opiniones de los demás.

Vivimos en una sociedad cínica que no potencia la reverencia.
Hemos coartado la capacidad de asombrarnos y maravillarnos, aunque en el fondo, lo sigamos anhelando. Cuando se empequeñece tu concepto de Dios para encajar en tu propio raciocinio, oras sin fe, trabajas sin pasión, sirves sin gozo y sufres sin esperanza.

Las consecuencias son el temor, el retroceso y la pérdida de visión. A pesar de eso, hay algo que sin duda te devolverá la comprensión de la magnitud y la magnificencia de Dios: la adoración.

Dios nos creó de tal manera que cuando vemos o experimentamos algo digno de admiración, necesitamos alabarlo, rodearlo con palabras bonitas.

No adoramos a Dios porque Él lo necesite, sino porque nosotros lo necesitamos.

Sin adoración, nuestra percepción de Él es incompleta, nos olvidamos de su grandeza, pasamos por alto nuestro llamamiento y nos volvemos egocéntricos.
Perderemos nuestra capacidad de asombro y de agradecimiento si pasamos por la vida como llevando orejeras que limitan nuestro campo de visión, y nos volvemos autosuficientes, testarudos y orgullosos.

Para evitarlo, hagamos una pausa todos los días para decir con el salmista: “Exaltad al Señor nuestro Dios y postraos ante el estrado de sus pies” (Salmo 99:5).

 

 

 

 

UN ENCUENTRO CON LA PALABRA

 

REFLEXION

Cuando Dios escribe el Final

 

 

El Libro de Ester relata la historia de Mardoqueo, un judío, primo de la Reina Ester, quien había rehusado a inclinarse ante Amán, a quien el rey había engrandecido.

A causa de la actitud de Mardoqueo, Amán se había enfurecido tanto que logró que el rey hiciera un decreto para que, no sólo Mardoqueo, sino todos los judíos del reino murieran. Además de eso, mandó a construir una horca de 50 codos, para colgar a Mardoqueo, para que así todos fueran testigos del castigo que recibiría por no haberlo honrado.

La historia dice que aquella noche, antes de que colgaran a Mardoqueo, se le fue el sueño al rey, y pidió que le trajesen el libro de las memorias, las crónicas, y fueron leídas delante del rey.

Y se halló escrito en él que Mardoqueo había declarado contra Bigtán y Teres, dos eunucos del rey, guardias de la puerta, que habían conspirado para quitar la vida al rey Asuero.

Después de leer esto el rey preguntó: ¿Qué honra o qué distinción se le hizo a Mardoqueo por esto? Y sus servidores le respondieron: Nada se ha hecho por él.

Entonces el rey preguntó: ¿Quién está en el patio?

Amán había entrado al patio exterior del palacio real para pedir al rey que hiciese colgar a Mardoqueo en la horca que tenía preparada para él. Cuando los sirvientes le respondieron que era Amán el que estaba afuera el rey lo mandó a llamar.

Amán entró, y el rey le preguntó: ¿Qué se hará al hombre a quien el rey desea honrar? Amán pensó en su corazón: “¿A quién más deseará honrar el rey, sino a mí?”

Entonces Amán respondió al rey: Para el hombre a quien el rey desea honrar, que traigan la vestidura real con que se haya vestido el rey y el caballo en que haya cabalgado el rey, y pónganle una corona real sobre su cabeza.

Que entreguen la vestidura y el caballo por medio de alguno de los oficiales más nobles del rey, y que vistan a aquel hombre a quien el rey desea honrar. Haz que lo paseen a caballo por la plaza de la ciudad y proclamen delante de él: “¡Así se hace con el hombre a quien el rey desea honrar!”

Entonces el rey dijo a Amán: ¡Date prisa, toma la vestidura y el caballo, como has dicho, y haz eso con el judío Mardoqueo que se sienta junto a la puerta real. No omitas nada de todo lo que has dicho.

Después de haber hecho como el rey ordenó, Mardoqueo volvió a la puerta real y Amán se apresuró a su casa, apesadumbrado y con la cabeza cubierta.

Y la historia no termina ahí, sino que Amán fue ahorcado ese día en la horca que había preparado para Mardoqueo.
¿No te parece increíble cómo Dios cambia todo para nuestro bien? No importa lo poderosa o influyente que sea una persona ni lo que sea que haya tramado en tu contra, Dios te librará de aquello y te exaltará. Sólo esfuérzate y sé muy valiente y no te apartes de la ley de Dios.

Nada está oculto a los ojos de Dios y no hay nada que Él no pueda transformar para tu beneficio.

El final de Mardoqueo tal vez hubiera sido la horca, todo apuntaba a eso, pero Dios intervino a su favor y cambió el final.
Dios ha prometido grandes cosas para ti, no temas a aquellos que planean cosas en tu contra porque Dios ya determinó bendecirte y nada de lo que hagan para dañarte prosperará. Tu final está en las manos de Dios y Él tiene control de tu vida.
“Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados”. Romanos 8:28

 

 

Ana María Frege Issa
CVCLAVOZ