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Salmos 66:1-2 La Biblia de las Américas (LBLA)

Himno a Dios por su poderosa liberación

 

Para el director del coro. Cántico. Salmo.

66 Aclamad con júbilo a Dios, toda la tierra;
cantad la gloria de su nombre;
haced gloriosa su alabanza.
Decid a Dios: ¡Cuán portentosas son tus obras!
Por la grandeza de tu poder, tus enemigos fingirán obedecerte[a].
Toda la tierra te adorará,
y cantará alabanzas a ti,
cantará alabanzas a tu nombre. (Selah[b])

Venid y ved las obras de Dios,
admirable[c] en sus hechos a favor de los hijos de los hombres.
Convirtió el mar en tierra seca;
cruzaron el río a pie;
regocijémonos allí en El.
El domina con su poder para siempre;
sus ojos velan sobre las naciones;
no se enaltezcan los rebeldes. (Selah)

Bendecid, oh pueblos, a nuestro Dios,
y haced oír la voz de su alabanza.
El es quien nos guarda con vida[d],
y no permite que nuestros pies resbalen[e].
10 Porque tú nos has probado, oh Dios;
nos has refinado como se refina la plata.
11 Nos metiste en la red;
carga pesada pusiste sobre nuestros lomos.
12 Hiciste cabalgar hombres sobre nuestras cabezas;
pasamos por el fuego y por el agua,
pero tú nos sacaste a un lugar de abundancia.
13 Entraré en tu casa con holocaustos;
a ti cumpliré mis votos,
14 los que pronunciaron mis labios
y habló mi boca cuando yo estaba en angustia.
15 Te ofreceré holocaustos de animales engordados,
con sahumerio[f] de carneros;
haré una ofrenda de toros[g] y machos cabríos. (Selah)

16 Venid y oíd, todos los que a Dios teméis[h],
y contaré lo que El ha hecho por mi alma.
17 Con mi boca clamé a El,
y ensalzado fue con[i] mi lengua.
18 Si observo iniquidad en mi corazón,
el Señor no me escuchará[j].
19 Pero ciertamente Dios me ha oído;
El atendió a la voz de mi oración.
20 Bendito sea Dios,
que no ha desechado mi oración,
ni apartado de mí su misericordia.

 

 

 

 

UN ENCUENTRO CON LA PALABRA

 · 

REFLEXION

Pero a medianoche, orando Pablo y Silas, cantaban himnos a Dios
Publicado por: Devocionales en Devocional Diario 0


Pero a medianoche, orando Pablo y Silas, cantaban himnos a Dios… Hechos 16:25

En 2009, la banda cristiana, Casting Crowns, compuso la canción Praise You in the Storm (Alabarte en la tormenta). Recuerdo compartir con mis compañeros de oración cómo esa canción era difícil de cantar. Era hacer una pausa para alabar a Dios antes de que las tormentas de la vida vengan sobre nosotros. La realidad de la vida es que todos, sean creyentes o no, tendrán tormentas. La diferencia primordial es que aquellos que pertenecen a Cristo tendrán Su presencia con ellos a través de las tormentas.

Aunque es mejor tener a Cristo con nosotros que estar solos, aún es difícil especialmente cuando las pruebas y las tragedias están a nuestro alrededor. ¿Cómo podemos alabar a Dios en la tormenta? Aquí te doy 6 claves para permanecer firmes:

1) Colocando nuestro enfoque más en Cristo que en la tormenta. (1 Pedro 5:7)
Cuando estamos pasando por algo difícil, es tentador pensar en la situación todo el tiempo. Sin embargo, si echamos esta carga sobre Jesús, quitará el peso de nuestros hombros.

2) Permaneciendo fieles donde Dios nos ha llamado. (1 Corintios 4:2)
Es importante que sigamos haciendo lo que sabemos que es correcto. Si nos alejamos de nuestro llamado, seremos un blanco facíl para Satanás atacarnos con su desaliento.

3) Aceptar que no estamos solos en la tormenta. (Hebreos 13:5)
A veces, en medio de la tormenta, nos sentimos como los únicos que atraviesan dificultades. Debemos saber, que muchos creyentes han ido delante de nosotros y Dios nunca nos dejará.

4) Inculcar esperanza en nuestros corazones a través de la palabra de Dios. (Isaías 55:11)
La palabra de Dios es verdadera, real, y nunca fallará. Cada día debemos renovar la esperanza si queremos meditar y abrazar su palabra.

5) Buscando la gracia de Dios para darnos fuerzas para seguir adelante. (2 Corintios 12:9)
La gracia de Dios es lo que necesitamos cada momento de nuestras vidas. Por Su gracia y misericordia podemos hacer todas las por medio de Cristo que nos fortaleza.

6) Esperar en paz que el Señor cumpla Sus promesas. (Josué 21:45)
Dios no es como nosotros y Él nunca miente. El Señor guarda cada una de Sus promesas a Sus hijos. Así que debemos tener fe en Él con todo nuestro corazón.

Oración:
Amado Dios, a veces siento que esta tormenta me va a destruir. Pero, te alabo de todas maneras porque sé que Tú me tienes a salvo en Tus brazos. En el nombre de Jesús, amén.

 

 

UN ENCUENTRO CON LA PALABRA

REFLEXION

Fe Viva.

 

Cuentan que un joven rico de Roma había sanado de una enfermedad grave. Estaba tan lleno de gratitud en su corazón que exclamó: “¡Oh, Creador Todopoderoso! Si el hombre te pudiera recompensar, de buen agrado te daría yo todos mis bienes”
Lo escuchó Hermas, el pastor, y le dijo: “Todo don bueno viene de arriba, a donde nada puedes enviar. Ven conmigo”

Hermas lo condujo a una choza donde sólo se veía la mayor miseria. Yacía enfermo el padre, lloraba la madre y los hijos andaban casi desnudos pidiendo pan. Y le dijo Hermas: “He aquí un altar para tus sacrificios; he aquí los hermanos y representantes del Señor”

El joven los socorrió generosamente, y los pobres le llamaban “Ángel de Dios”. Sonrió Hermas, y dijo: “Dirige siempre tu rostro agradecido primero al cielo y luego a la tierra”.

Si bien es cierto que las obras no nos salvan, éstas son una demostración práctica del amor, la misericordia, la compasión que Jesús nos enseñó. En Santiago 2: 14-17 dice: “Amados hermanos, ¿de qué le sirve a uno decir que tiene fe si no lo demuestra con sus acciones? ¿Puede esa clase de fe salvar a alguien? Supónganse que ven a un hermano o una hermana que no tiene qué comer ni con qué vestirse y uno de ustedes le dice: «Adiós, que tengas un buen día; abrígate mucho y aliméntate bien», pero no le da ni alimento ni ropa. ¿Para qué le sirve? Como pueden ver, la fe por sí sola no es suficiente. A menos que produzca buenas acciones, está muerta y es inútil”. (NTV)

No necesitas tener mucho dinero para poder ayudar a otros, brindar nuestro tiempo y compañía muchas veces son los recursos más valiosos que podemos dar. Podrías brindarte como voluntario en un asilo u orfanato, quizás visitando enfermos, cocinando para alguien que no puede hacerlo, ayudando con las tareas de un niño, colaborando en la reparación de algo, poniendo tu profesión al servicio de los demás y hay mil formas más de ayudar, lo importante es la disposición de tu corazón.

Existe mucha gente con diversas necesidades y aunque quizás nosotros mismos tenemos carencias, el brindar nuestra ayuda a los necesitados demuestra nuestra confianza en Dios, en que sabemos que Él se encargará de nuestras necesidades.

Recuerda que si tu corazón está dispuesto a ayudar Dios se encargará de mostrarte las necesidades de los demás y te dará los recursos y la sabiduría necesaria para hacerlo.

¿Qué esperas para poner tu fe y agradecimiento en acción? Demuestra de forma práctica ambas cosas y muéstrale al mundo que eres un verdadero seguidor de Jesús.

 

 


Ana María Frege Issa
CVCLAVOZ