Apocalipsis 21:2 La Biblia de las Américas (LBLA)

 

 

 

 

 

 

Un cielo nuevo y una tierra nueva

 

 

 

21 Y vi un cielo nuevo y una tierra nueva, porque el primer cielo y la primera tierra pasaron, y el mar ya no existe. Y vi la ciudad santa, la nueva Jerusalén, que descendía del cielo, de Dios, preparada como una novia ataviada para su esposo. Entonces oí una gran voz que decía desde el trono: He aquí, el tabernáculo de Dios está entre los hombres, y El habitará entre ellos y ellos serán su pueblo[a], y Dios mismo estará entre ellos[b]El enjugará toda lágrima de sus ojos, y ya no habrá muerte, ni habrá más duelo, ni clamor, ni dolor, porque las primeras cosas han pasado. Y el que está sentado en el trono dijo: He aquí, yo hago nuevas todas las cosas. Y añadió*: Escribe, porque estas palabras son fieles y verdaderas. También me dijo: Hecho está[c]. Yo soy el Alfa y la Omega, el principio y el fin. Al que tiene sed, yo le daré gratuitamente de la fuente del agua de la vida. El vencedor[d] heredará estas cosas, y yo seré su Dios y él será mi hijo. Pero los cobardes, incrédulos[e], abominables, asesinos, inmorales, hechiceros, idólatras y todos los mentirosos tendrán su herencia[f] en el lago que arde con fuego y azufre, que es la muerte segunda.

 

 

 

 

Un Encuentro Con la Palabra

REFLEXION

 

 

 

Jovenes Cristianos – TRES TENTACIONES

Pasaje clave: Mateo 4.

 

 

 

“Ser tentado” significa: “ser puesto a prueba”, y también “ser inducido o provocado a pecar”. Satanás en persona trato de hacerlo pecar a Jesús.

¿Cuál fue su primer tentación? (4:3-4).

Jesús enfrentó la tentación del hambre. Después de 40 días de ayunar, ¡tenía hambre! ¡Muchísima hambre! Su cuerpo le pedía satisfacer su urgente necesidad. Y por si todo esto fuera poco, las palabras del diablo ponían en tela de juicio la relación de Jesús con su Padre. “Si eres el Hijo de Dios…”. “¿Serás realmente hijo de Dios? Demuéstramelo”.

¿Cuándo fue la última vez que tu cuerpo te pidió satisfacer una urgente necesidad?

“Tengo que masturbarme, no aguanto más”. “Si no le hago el amor a mi novia voy a explotar”. “Necesito una cerveza, ahora”. “Estoy desesperado por conseguir un poco de merca”. “Dale, loco, dame un porro“. Y mientras tu cuerpo te pide, Satanás te mete dudas: “Me parece que Dios se olvidó de ti”. “Mira tu heladera… vacía, estás de última”. “Apenas te alcanza la plata,

 

 ¿no será que te creíste que eres hijo de Dios pero en realidad no eres hijo de nadie?”

 

“¿No estás perdiendo el tiempo en la iglesia?”

 

 “¿Si realmente Dios te ama no te tendrían que ir mejor las cosas?”

 

¿Cuál fue la segunda tentación a la que lo expuso Satanás? (4:5-7).

Jesús enfrentó la tentación de obrar fuera de la voluntad de Dios.

¿Qué hace Satanás?

 

Lo tienta en cuanto a la presencia de Dios y a la confianza depositada en Él. “Tírate. Los ángeles de Dios te cuidarán”. “Hazlo, no te va a pasar nada”.

“Dios es tan bueno que si pecas no pasa nada”. “Hazlo y después pide perdón”. “Juega, y si ganas, das el diezmo. No tiene nada de malo”. “Si tienes control y no te emborrachas, no tiene nada de malo tomar unas cuantas cervezas”. “Dios sabe que se aman y se van a casar, ¿por qué no aprovechan ahora y tienen sexo?” “Es un buen chico, aunque no vaya a la iglesia. Voy a salir con él”. Actuar así es creerle a Satanás, ser vencido por sus tentaciones y ponerte en contra de la voluntad de Dios.

¿Cuál fue la tercera tentación que enfrentó Jesús? (4:8-11).

Jesús enfrentó la tentación de la gloria y el poder.

Todo lo que te ofrece Satanás siempre tiene un precio. “Te doy lo que quieres, pero me entregas tu voluntad”. Jesús escogió entregarle su voluntad al Padre, adorar al Padre y morir en una cruz, en lugar de adorar a Satanás, esclavizarse a Él y perder el propósito.

¿A quién estás adorando?

 

 ¿Detrás de quién estás yendo?

 

 ¿Qué propuestas estás oyendo?

 

 ¿A quién estás sirviendo?

 

¿Cuánto de tu vida y de tu tiempo le entregas a Dios?

 

 

 

Extracto del libro: “Desafíos Para Jóvenes y Adolescentes: Mateo”

Por Edgardo Tosoni

 

 

 

 

Un Encuentro Con la Palabra

REFLEXION

 

 

El gran ciervo

 

 

Hace un tiempo leí una historia acerca de un grupo de cazadores fuertes y valientes de una aldea que esperaban ansiosos alguna señal del gran ciervo que había regresado por ese lugar.

Una mañana muy temprano se escuchó el gran grito de batalla y todos montaron sus poderosos caballos y acompañados de sus perros fueron en busca del gran ciervo. Su objetivo era capturarlo con vida porque se decía que quien lo hiciera podría dejar un legado de poder, sabiduría y riqueza indecible a las próximas generaciones.

Cruzaron el bosque, valles, colinas, desiertos y no podían alcanzar al gran ciervo. En un momento determinado uno de ellos vio que algo se movía a su derecha entre la niebla. Seguro de que era el gran ciervo salió a toda velocidad y se separó del grupo. Grande fue su decepción cuando logró alcanzar al animal y se percató de que sólo se trataba de una pequeña zorra.

Cuando quiso emprender el regreso no sabía dónde estaba ni cómo hallar a los otros, así que empezó a cabalgar hasta que cayó la noche y sin darse cuenta él y su caballo terminaron atrapados en un pantano sin poder moverse por el lodo.


El cazador había perdido su tiempo, energías, se había distanciado mucho de su meta y ahora se encontraba atrapado.

Muchos de nosotros empezamos el año como los cazadores ansiosos por atrapar al gran ciervo. Tenemos planes, expectativas, nos preparamos entusiastamente para ir tras el gran animal y en medio del camino nos perdemos. Todas las metas y objetivos que fijamos para el nuevo año quedan abandonados en el primer trimestre, semestre o quizás a las semanas de iniciado el año.

Quizás la zorra que te desvió fue una oportunidad que parecía más prometedora y que no fue más que una ilusión, posiblemente alguna herida del pasado te estancó en el lodo, la depresión nubló tu vista o las mil ocupaciones hicieron que pusieras tu tiempo y energías en lo urgente pero no de lo realmente importante.

Sin importar si lograste todas las metas que te propusiste para este año o si es que corriste tras una pequeña zorra que te desvió del camino, que este año que se inicia tu vista esté puesta en el gran ciervo.

Encomienda a Dios tus planes y objetivos, confía en su perfecta voluntad y verás cómo este nuevo año trae consigo 365 oportunidades para tu vida.
“Entrega al Señor todo lo que haces; confía en él, y él te ayudará” Salmos 37:5 (NTV)

 

 

Ana María Frege Issa
CVCLAVOZ