Números 14:18

 

 

 

 

 

 

 

El pueblo se rebela

 

 

 

 

14 Entonces toda la congregación levantó la voz y clamó[a], y el pueblo lloró aquella[b]noche. Y murmuraron contra Moisés y Aarón todos los hijos de Israel; y les dijo toda la congregación: ¡Ojalá hubiéramos muerto en la tierra de Egipto! ¡Ojalá hubiéramos muerto en este desierto! ¿Y por qué nos trae el Señor a esta tierra para caer a espada? Nuestras mujeres y nuestros hijos[c] vendrán a ser presa. ¿No sería mejor que nos volviéramos a Egipto? Y se decían unos a otros: Nombremos un jefe y volvamos a Egipto.

Entonces Moisés y Aarón cayeron sobre sus rostros en presencia de toda la asamblea de la congregación de los hijos de Israel. Y Josué, hijo de Nun, y Caleb, hijo de Jefone, que erande los que habían reconocido la tierra, rasgaron sus vestidos; y hablaron a toda la congregación de los hijos de Israel, diciendo: La tierra por la que pasamos para reconocerla es una tierra buena en gran manera. Si el Señor se agrada de nosotros, nos llevará a esa[d]tierra y nos la dará; es una tierra que mana leche y miel. Sólo que no os rebeléis contra elSeñor, ni tengáis miedo de la gente de la tierra, pues serán presa[e] nuestra. Su protección[f]les ha sido quitada, y el Señor está con nosotros; no les tengáis miedo. 10 Pero toda la congregación dijo que los apedrearan[g]. Entonces la gloria del Señor apareció en la tienda de reunión a todos los hijos de Israel.

11 Y el Señor dijo a Moisés: ¿Hasta cuándo me desdeñará este pueblo? ¿Y hasta cuándo no creerán en mí a pesar de todas las señales que he hecho en medio de ellos? 12 Los heriré con pestilencia[h] y los desalojaré, y a ti te haré una nación más grande y poderosa que ellos.

13 Pero Moisés respondió al Señor: Entonces lo oirán los egipcios, pues tú sacaste a este pueblo de en medio de ellos con tu poder, 14 y se lo dirán a los habitantes de esta tierra. Estos han oído que tú, oh Señor, estás en medio de tu pueblo, porque tú, oh Señor, eres visto cara a cara[i] cuando tu nube está sobre ellos; y tú vas delante de ellos de día en una columna de nube, y de noche en una columna de fuego. 15 Pero si tú destruyes a este pueblo como a un solo hombre, entonces las naciones que han oído de tu fama, dirán[j]:16 “Porque el Señor no pudo introducir a este pueblo a la tierra que les había prometido con juramento, por eso los mató en el desierto.” 17 Pero ahora, yo te ruego que sea engrandecido el poder del Señor, tal como tú lo has declarado, diciendo: 18 “El Señor es lento para la ira y abundante en misericordia, y perdona la iniquidad y la transgresión; mas de ninguna manera tendrá por inocente al culpable; sino que castigará la iniquidad de los padres sobre los hijos hasta[k] la tercera y la cuarta generación.” 19 Perdona, te ruego, la iniquidad de este pueblo conforme a la grandeza de tu misericordia, así como has perdonado a este pueblo desde Egipto hasta aquí.

20 Entonces el Señor dijo: Los he perdonado según tu palabra; 21 pero ciertamente, vivo yo, que toda la tierra será llena de la gloria del Señor22 ciertamente todos[l] los que han visto mi gloria y las señales que hice en Egipto y en el desierto, y que me han puesto a prueba estas diez veces y no han oído mi voz, 23 no verán la tierra que juré a sus padres, ni la verá ninguno de los que me desdeñaron. 24 Pero a mi siervo Caleb, porque ha habido en él un espíritu distinto y me ha seguido plenamente, lo introduciré a la tierra donde entró, y su descendencia[m] tomará posesión de ella. 25 Ahora bien, los amalecitas y los cananeos moran en los valles. Mañana volveos y partid para el desierto, camino del mar Rojo[n].

26 Y habló el Señor a Moisés y a Aarón, diciendo: 27 ¿Hasta cuándo tendré que sobrellevar aesta congregación malvada que murmura contra mí? He oído las quejas de los hijos de Israel, que murmuran contra mí. 28 Diles: “Vivo yo” —declara el Señor— “que tal como habéis hablado a mis oídos, así haré yo con vosotros. 29 “En este desierto caerán vuestros cadáveres, todos vuestros enumerados[o] de todos los[p] contados de veinte años arriba, que han murmurado contra mí. 30 “De cierto que vosotros no entraréis en la tierra en la cual juré[q] estableceros, excepto Caleb, hijo de Jefone, y Josué, hijo de Nun. 31 “Sin embargo, vuestros pequeños, de quienes dijisteis que serían presa del enemigo a ellos los introduciré, y conocerán la tierra que vosotros habéis despreciado. 32 “Pero en cuanto a vosotros, vuestros cadáveres caerán en este desierto. 33 “Y vuestros hijos serán pastores por cuarenta años en el desierto, y sufrirán[r] por vuestra infidelidad[s], hasta que vuestros cadáveres queden[t] en el desierto. 34 “Según el número de los días que reconocisteis la tierra, cuarenta días, por cada día llevaréis vuestra culpa[u] un año, hasta cuarenta años, y conoceréis mi enemistad[v]35 “Yo, el Señor, he hablado; ciertamente esto haré a toda esta perversa congregación que se han juntado contra mí. En este desierto serán destruidos, y aquí[w] morirán.”

36 En cuanto a los hombres a quienes Moisés envió a reconocer la tierra, y que volvieron e hicieron a toda la congregación murmurar contra él dando un mal informe acerca de la tierra,37 aquellos hombres que dieron el mal informe acerca de la tierra, murieron debido a una plaga delante del Señor38 Pero Josué, hijo de Nun, y Caleb, hijo de Jefone, sobrevivieron de entre aquellos hombres que fueron a reconocer la tierra.

39 Y cuando Moisés habló estas palabras a todos los hijos de Israel, el pueblo lloró[x]mucho. 40 Y muy de mañana se levantaron y subieron a la cumbre del monte, y dijeron[y]: Aquí estamos; subamos al lugar que el Señor ha dicho, porque hemos pecado. 41 Mas Moisés dijo: ¿Por qué, entonces, quebrantáis el mandamiento[z] del Señor, si esto no os saldrá bien?42 No subáis, no sea que seáis derribados delante de vuestros enemigos, pues el Señor no está entre vosotros. 43 Pues los amalecitas y los cananeos estarán allí frente a vosotros, y caeréis a espada por cuanto os habéis negado a seguir al Señor. Y el Señor no estará con vosotros. 44 Pero ellos se obstinaron en subir a la cumbre del monte; mas ni el arca del pacto del Señor ni Moisés se apartaron del campamento. 45 Entonces descendieron los amalecitas y los cananeos que habitaban en la región montañosa, y los hirieron y los derrotaron[aa] persiguiéndolos hasta Horma.

 

 

 

 

Un Encuentro Con la Palabra

 

 

 

 

 

 

 

REFLEXION

TENER FE PARA NO RENDIRSE

 

 

 

 



Todo tenemos diferentes luchas que libramos diariamente, mi lucha tal vez no sea la tuya, quizá no se parezca o no tenga desde tu perspectiva la misma importancia que para mi tiene. 

Al igual tu lucha para muchos de nosotros puede parecer fácil pero para ti a lo mejor es muy difícil de sobrellevar y sin embargo no te das por vencido, ¡Bien por ti!

Realmente a veces sentimos que lo más fácil es dejar todo, renunciar a nuestro esfuerzo y dejarnos hundir, pero aun cuando eso sea lo que parezca más fácil nosotros no somos de los que nos rendimos ni retrocedemos, la Biblia dice:

“Pero nosotros no somos de los que retroceden para perdición, sino de los que tienen fe para preservación del alma.” Hebreos 10:39 (Reina-Valera 1960).

Me gusta mucho la frase de este versículo que dice:

“sino de los que tienen fe”, y es que se necesita fe para poder seguir adelante en la vida cristiana, sin fe no podemos agradar a Dios.

Quizá estos días tus luchas se han acrecentado y has experimentado un sentimiento de impotencia ante tu realidad y has pensado incluso en rendirte, en tirar la toalla, en ya no seguir más en tu lucha, sin embargo hoy quiero recordarte que tienes a Dios de tu lado y si Él va de tu lado no tienes porque rendirte, puesto que Él te ha ayudado, te está ayudando y te seguirá ayudando para no rendirte.

A pesar que hoy tengas sentimientos encontrados que te quieran hacer pensar que no podrás, la realidad es que sí podrás porque Dios está de tu lado.

La Biblia dice:

“Mas Jehová está conmigo como poderoso gigante; por tanto, los que me persiguen tropezarán, y no prevalecerán; serán avergonzados en gran manera, porque no prosperarán; tendrán perpetua confusión que jamás será olvidada.” Jeremías 20:11 (Reina-Valera 1960).

Es momento de activar la fe, de confiar plenamente en lo que Dios hará y en no fijarte en lo que en este momento esta pasando, ni mucho menos en lo mal que te puedas sentir, sino ver más allá de eso, confiar en que las cosas van a mejorar porque de tu lado está Dios quien ha prometido no dejarte solo nunca.

Hoy quiero invitarte a sacar fuerzas de donde pareciera que no hay, a volver tu mirada al cielo, a recordar que en otros tiempos también te sentiste mal y siempre hubo una respuesta divina que calmo tu angustia y hoy no será la excepción.

Hoy Dios quiere ver en ti la fe que tienes para creer que Él mejorará tu panorama y que pintara un mejor cuadro en tu vida. 

Hoy Dios quiere que le muestres a tus dificultades el tamaño de tu fe, porque Dios te mostrará a ti a través de una hermosa respuesta el tamaño de su poder.

¡NO PIERDAS LA FE, DEPOSITA TU CONFIANZA EN EL SEÑOR Y NO TE RINDAS!

Autor: Enrique Monterroza

 

 

 

 

 

Un Encuentro Con la Palabra

 

 

 

 

 

 

 

REFLEXION


“…CON VUESTROS PIES CALZADOS Y CON EL BASTÓN EN LA MANO…” (Éxodo 12:11)

 

 

 

 



Como Cristiano acepta bien los cambios

El lema de los Boys Scouts es “siempre preparado”, y es un buen lema. 

En Éxodo, Dios les dijo a los israelitas: “…Comer así: ceñidos con un cinto, con vuestros pies calzados y con el bastón en la mano…” (Éxodo 12:11).

En otras palabras:

‘Estad listos para moveros en cuanto yo os lo pida’.

A lo mejor hay un área de tu vida en la que Dios te está diciendo que ha llegado la hora de moverse, pero el temor te está deteniendo.

¡No te quedes donde estás! 

El cambio es indicio de crecimiento; lo que funcionó ayer podría ser la fórmula de desastre para mañana. Nunca llegarás a cumplir tu destino si te quedas estancado.

John Patterson dijo: “Los únicos que no cambian son los necios y los muertos…

Los necios no quieren y los muertos no pueden”.

No consideres los cambios como enemigos. 

Cuando te veas a ti mismo como alguien en un proceso de aprendizaje que busca formas de crecer y mejorar, los cambios serán tus aliados.

Aprende de las personas que te rodean, embárcate en nuevas avenidas, estrategias y fórmulas que te hagan salir de lo conocido y familiar.
Según Jim Penner:

“Nuestros cuerpos cambian, por mucho ejercicio que hagamos… nuestras casas cambias a medida que nuestras necesidades se modifican; nuestros lugares de trabajo cambian forzados por las tendencias económicas, las cuales conllevan nuevas oportunidades…

las amistades cambian conforme las necesidades familiares o el trabajo nos separan de algunos…

Aunque muchos cambios son muy agradables… otros son dolorosos. 

No importa en qué etapa de cambio te encuentres ahora… siempre encontrarás alivio en las palabras de Malaquías 3:6: “…Yo, el Señor, no cambio…” Sus misericordias duran para siempre… y te da gran seguridad saber que Él te ama y te dirige, así como dirigió a miles de personas antes de ti”.