Malaquías 3:3-4 La Biblia de las Américas (LBLA)

 

 

 

El día del juicio

 

 

He aquí, yo envío a mi mensajero[a], y él preparará[b] el camino delante de mí. Y vendrá de repente a su templo el Señor a quien vosotros buscáis; y el mensajero[c] del pacto en quien vosotros os complacéis, he aquí, viene —dice elSeñor de los ejércitos. ¿Pero quién podrá soportar el día de su venida? ¿Y quién podrá mantenerse en pie cuando El aparezca? Porque El es como fuegode fundidor y como jabón de lavanderos. Y El se sentará como fundidor y purificador de plata, y purificará a los hijos de Leví y los acrisolará como a oro y como a plata, y serán los que presenten ofrendas[d] en justicia al Señor.Entonces será grata al Señor la ofrenda[e] de Judá y de Jerusalén, como en los días de antaño y como en los años pasados. Y me acercaré a vosotros para el juicio, y seré un testigo veloz contra los hechiceros, contra los adúlteros, contra los que juran en falso y contra los que oprimen al jornalero en su salario, a la viuda y al huérfano, contra los que niegan el derecho del extranjero[f] y los que no me temen[g] —dice el Señor de los ejércitos. Porque yo, el[h] Señor, no cambio; por eso vosotros, oh hijos de Jacob, no habéis sido consumidos[i].

 

 

 

 

Un Encuentro Con la Palabra

REFLEXION

 

 

Jovenes Cristianos – TIENES VALOR PARA MI

Pasaje clave: Deuteronomio 15.

 

 

 

La nueva generación debería aprender a valorarse y a valorar a sus hermanos. El otro, sin importar su edad, tribu o clase social, debería ser tratado con interés, respeto y amor.

Por ejemplo:

¿Que harían cada 7 años con sus hermanos deudores? (15:1-3).

¿Cuál era el propósito de hacer remisión? (15:4 y 5).

¿Te das cuenta cómo Dios cuida hasta el último detalle aún en los aspectos concernientes a las relaciones entre las personas?

Dado que existía la posibilidad de que alguno “patease en contra” y se negara a perdonar todas las deudas de sus hermanos al séptimo año, Dios les deja bien en claro que la bendición sería doble: Por un lado no habría mendigos en el pueblo, y por el otro, “el perdonador” sería abundantemente bendecido.

¿Cómo tendrían que tratar a los hermanos pobres (menesterosos)? (15:7 al 11).

¿Prestaste atención a la advertencia del versículo 9?

¿Qué considera Dios como pecado?

Si Dios determina que algo es pecado, es pecado y punto. No valen los argumentos o razonamientos que queramos presentar para justificarnos o para evadir nuestra responsabilidad.

¿Qué actitud deberían tener con aquellos hermanos que fueran sus sirvientes o que trabajaran para ellos? (15:12 al 15, 18).

¿Qué harían con el hermano que no quisiera dejar de servirlos o de trabajar para ellos? (15:16 y 17).

¡Esto es espectacular! No bastaba con decirle al criado: “Bueno, flaco, ahora estás libre. Que te vaya bien. Disfruta la vida”. ¡No!

La despedida tenía que ir acompañada de ovejas, vacas, frutos, vino, cosechas, ¡y todo aquello con lo que el patrón hubiese sido bendecido y prosperado! Porque aquella persona no era solamente “un esclavo”, primeramente ¡era su hermano! y debía tratarlo como tal, bendecirlo y ayudarlo. De la misma manera en la que tú y yo tenemos que valorarnos hoy.

 

 

Extracto del libro: “Desafíos Para Jóvenes y Adolescentes: Números/Deuteronomio”

 

 

Por Edgardo Tosoni

 

 

 

 

Un Encuentro Con la Palabra

REFLEXION

 

 

No pierdas tu Primer Amor

 

 

 

A todos nos gusta recibir un reconocimiento o ser promovidos por nuestro trabajo, por el tiempo y el esfuerzo que dedicamos al realizar una determinada actividad. Nadie se siente bien cuando es despedido, pero esta medida disciplinaria es necesaria cuando uno no ha cumplido con las responsabilidades que le fueron asignadas.

De la misma manera Dios procederá con aquellas personas que no cumplieron el propósito con el cual fueron creadas, o lo hicieron al principio pero al pasar el tiempo permitieron que el amor y la pasión por Él fuera menguando, de modo que sus intenciones e intereses cambiaron. Nadie más que Dios conoce nuestro corazón y nuestras verdaderas intenciones; Él es nuestro Creador, a Él no podemos mentirle ni engañarle; Él es Omnisciente, lo sabe todo.

Yo conozco tus obras, y tu arduo trabajo y paciencia; y que no puedes soportar a los malos, y has probado a los que se dicen ser apóstoles, y no lo son, y los has hallado mentirosos; y has sufrido, y has tenido paciencia, y has trabajado arduamente por amor de mi nombre, y no has desmayado. Pero tengo contra ti, que has dejado tu primer amor. Recuerda, por tanto, de dónde has caído, y arrepiéntete, y haz las primeras obras; pues si no, vendré pronto a ti, y quitaré tu candelero de su lugar, si no te hubieres arrepentido. Apocalipsis 2:2-3 (RVR 1960)

Si hoy estamos con vida es solo por su misericordia y bondad. Seamos sinceros con Dios y con nosotros mismos, analicemos cuáles son las verdaderas razones que nos llevan a servirlo. Si hemos dejado nuestro “Primer Amor” y solo lo estamos cumpliendo nuestro trabajo por obligación, es mejor que por un tiempo dejemos de hacerlo porque a Dios hay que servirle con excelencia y por gratitud.

Hoy es un buen día para arrepentirnos, confesar nuestro pecado, volver a los brazos de nuestro Padre Celestial y comprometernos a servirle como Él se merece. Dejemos de enfocar nuestra vista en las cosas de este mundo que son pasajeras, que nuestro objetivo sea la eternidad y nuestra prioridad vivir en santidad. Cuidemos con temor y temblor nuestra salvación para no perderla porque el regreso de nuestro Señor está muy cerca.

Todos debemos estar conscientes que cada día representa una lucha espiritual y que no podremos ganarla en nuestras propias fuerzas. Necesitamos la ayuda del Espíritu Santo, quien es nuestro consolador, consejero y compañero de toda la vida; solo depende de nosotros ser cada día más sensibles a su voz y a su presencia, de modo que nos dejemos guiar por Él en cada momento y lugar hasta que Jesús vuelva.

 

 

La actitud correcta para servir a Dios es con gozo, gratitud y amor.

 

 


Brisna Bustamante
CVCLAVOZ