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Génesis 2:9 La Biblia de las Américas (LBLA)

 

El huerto del Edén

Estos son los orígenes[f] de los cielos y de la tierra cuando fueron creados, el día en que el Señor Dios hizo la tierra y los cielos. Y aún no había ningún arbusto del campo en la tierra, ni había aún brotado ninguna planta[g] del campo, porque el Señor Dios no había enviado lluvia sobre la tierra, ni había hombre para labrar[h] la tierra. Pero se levantaba de la tierra un vapor[i] que regaba toda la superficie[j] del suelo. Entonces el Señor Dios formó al hombre del polvo de la tierra, y sopló en su nariz el aliento de vida; y fue el hombre un ser[k] viviente.Y plantó el Señor Dios un huerto hacia el oriente, en Edén; y puso allí al hombre que había formado. Y el Señor Dios hizo brotar de la tierra todo árbol agradable a la vista y bueno para comer; asimismo, en medio del huerto, el árbol de la vida y el árbol del conocimiento[l] del bien y del mal.

10 Y del Edén salía un río para regar el huerto, y de allí se dividía y se convertía en otros cuatro ríos[m]. 11 El nombre del primero es Pisón; éste es el que rodea toda la tierra de Havila, donde hay oro. 12 El oro de aquella tierra es bueno; allí hay bedelio y ónice. 13 Y el nombre del segundo río es Gihón; éste es el que rodea la tierra de Cus. 14 Y el nombre del tercer río es Tigris[n]; éste es el que corre[o] al oriente de Asiria. Y el cuarto río es el Eufrates[p]. 15 Entonces el Señor Dios tomó al hombre y lo puso en el huerto del Edén, para que lo cultivara y lo cuidara. 16 Y ordenó el Señor Dios al hombre, diciendo: De todo árbol del huerto podrás comer, 17 pero del árbol del conocimiento[q] del bien y del mal no comerás[r], porque el día que de él comas, ciertamente morirás.

 

 

UN ENCUENTRO CON LA PALABRA

 

REFLEXION

¿O no sabéis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, que está en vosotros. 1 Corintios 6:19
Publicado por: Cristianos en Los Cristianos 0


Muchas personas gastan mucho dinero y tiempo para mantener sus cuerpos en forma. Es bueno cuidar nuestros cuerpos como buenos mayordomos de Dios mientras no empecemos a adorarlos. Puede ser necesario un cambio total de imagen del templo, pero comienza de adentro hacia afuera. Pruebe a utilizar los siguientes consejos a continuación como primer paso:

¿O no sabéis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, que está en vosotros. 1 Corintios 6:19.

Tiempo y energía para cultivar el hombre interior. Nuestros templos se desmoronan cada día. Renueva tu espíritu en Cristo cada día para propósitos eternos.

Alimentarse de acuerdo a la guía del Espíritu y no a los deseos de la carne. Necesitamos escuchar y obedecer la dirección del Espíritu para lo que debemos comer o no debemos comer. Ganaremos más control sobre la carne… un día a la vez.

Mantener tu templo con diligencia. La mayoría de nosotros no tenemos que caminar millas para obtener agua, buscar leña para el fuego, perseguir gallinas, o pasear vacas. Si lo hiciéramos, tendríamos el ejercicio necesario. Así que debemos añadir más actividad física a nuestra vida diaria., que está en vosotros.

Orar por un plan de estilo de vida balanceado que funcione para nosotros. Tenemos que dar el siguiente paso para aplicar ese conocimiento a nuestra vida diaria buscando la sabiduría de Dios.
Dejar ir las expectativas poco realistas. Dios nos ha llamado a la paz. Confía en Su guía y estarás satisfecho contigo mismo desde adentro hacia afuera.

Disfrutar de tu templo como un regalo de Dios. Debemos disfrutar de la vida que Dios nos ha dado mientras todavía tenemos aliento en nuestros cuerpos. Necesitamos experimentar el gozo de ello mientras dominamos el deseo de agradarnos a nosotros mismos más que agradar a Dios.

ORACIÓN:
Amado Señor, ayúdame a cuidar mi cuerpo de una manera que te de honor y gloria. Dame la fuerza para tomar decisiones sabias sobre mi cuidado. Amén.

 

 

 

UN ENCUENTRO CON LA PALABRA

 

REFLEXION

Devocionales
Reflexiones cristianas diarias por CVCLAVOZ


En equipo.

Cuentan que hace muchos años, un organista muy famoso fue a una gran ciudad para dar un doble concierto en la Sala del Palacio de la Música. Era en los días cuando los órganos tenían que moverse con las manos, con fuelles, por lo que se buscó a un muchacho muy fuerte para tal trabajo.

El músico dio su primer recital y el entusiasmo de los asistentes fue bien notado por sus fervorosos aplausos. Al concluir su saludo, el músico sintió que le tiraban de su levita y vio que era el muchacho de los fuelles quien, con una sonrisa le dijo:

- ¡Qué bien lo hicimos!
- ¿Qué estás diciendo? ¿Qué es esto de “bien lo hicimos”? ¿Qué has hecho tú?- le respondió el músico burlándose del joven.
- Ah, perdón, yo creía… - dijo el muchacho mientras se apartaba.

Al día siguiente llegó el segundo recital. El organista había guardado la mejor pieza para la despedida. Era la misma partitura queriendo expresar qué es una tempestad, y este era precisamente su nombre.

Pero cuando estaba tocando se dio cuenta de que los fuelles fallaban. El músico, enfadado, ladeó la cabeza y dijo al muchacho:

- ¡Por favor… sopla fuerte, chico!
- Bueno, soplaré más fuerte…. Pero el concierto lo hacemos ente los dos, ¿sí o no?
- ¡Sí, claro que sí! ¡Sopla, sopla… o estoy… estamos perdidos!

El recital fue un éxito extraordinario y el organista acabó por abrazar a su ayudante a la vista de todos.

Al igual que en este recital, sucede en la iglesia, donde somos un solo cuerpo y nadie es mayor que el otro, sino que todos tenemos una función que nos ha sido encomendada.

Así mismo, en muchas áreas de nuestra vida tratamos de ser como este famoso organista, queremos hacer las cosas solos, que la gente nos reconozca y alabe nuestro trabajo y olvidamos a los demás, a la gente que está respaldándonos, que forma parte del equipo.

No hay nadie que pueda salir adelante solo, todos tenemos personas que trabajan visiblemente con nosotros o que lo hacen en tras escena, otros en silencio, y quizás sin que lo sepamos, nos respaldan con sus oraciones.

Pero lo más importante es recordar que no podríamos hacer nada sin Dios, si pensamos dar el mejor recital de nuestra vida, sin considerarlo, lo único que encontraremos es un gran fracaso. Dios es quien mueve los fuelles para que podamos cumplir nuestro propósito y es de necios ignorar su palabra y pretender hacer todo por nuestra cuenta.

“Podemos hacer nuestros propios planes, pero la respuesta correcta viene del Señor. La gente puede considerarse pura según su propia opinión, pero el Señor examina sus intenciones. Pon todo lo que hagas en manos del Señor, y tus planes tendrán éxito.” Proverbios 16:1-3 (NTV)

Reconoce a Dios en todos tus caminos y permite que Él te guíe para puedas ver cómo todo lo que haces es prosperado y alcanzarás el propósito con el que fuiste creado.

Ana María Frege Issa
CVCLAVOZ