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Hechos 27:35 La Biblia de las Américas (LBLA)

La tempestad en el mar

 

 

 

 

Cuando ya había pasado mucho tiempo y la navegación se había vuelto peligrosa, pues hasta el Ayuno[f] había pasado ya, Pablo los amonestaba,10 diciéndoles: Amigos[g], veo que de seguro este viaje va a ser con perjuicio y graves pérdidas, no sólo del cargamento y de la nave, sino también de nuestras vidas. 11 Pero el centurión se persuadió más por lo dicho por el piloto y el capitán[h] del barco, que por lo que Pablo decía. 12 Y como el puerto no era adecuado para invernar, la mayoría tomó la decisión de hacerse a la mar desde allí, por si les era posible arribar a Fenice, un puerto de Creta que mira hacia el nordeste y el sudeste[i], y pasar el invierno allí. 13 Cuando comenzó a soplar un moderado[j] viento del sur, creyendo que habían logrado su propósito, levaron anclas y navegaban costeando a Creta. 14 Pero no mucho después, desde tierra[k] comenzó a soplar[l] un viento huracanado que se llama Euroclidón[m],15 y siendo azotada[n] la nave, y no pudiendo hacer frente al viento nos abandonamos a él y nos dejamos llevar a la deriva. 16 Navegando[o] al abrigo de una pequeña isla llamada Clauda[p], con mucha dificultad pudimos sujetar el esquife. 17 Después que lo alzaron, usaron amarras[q] para ceñir la nave; y temiendo encallar en los bancos de Sirte, echaron el ancla flotante[r] y[s] se abandonaron a la deriva. 18 Al día siguiente, mientras éramos sacudidos furiosamente por la tormenta, comenzaron a arrojar la carga[t]; 19 y al tercer día, con sus propias manos arrojaron al mar los aparejos de la nave. 20 Como ni el sol ni las estrellas aparecieron por muchos días, y una tempestad no pequeña se abatía sobre nosotros, desde entonces fuimos abandonando toda esperanza de salvarnos. 21 Cuando habían pasado muchos días sin comer[u], Pablo se puso en pie en medio de ellos y dijo: Amigos[v], debierais haberme hecho caso[w] y no haber zarpado de Creta, evitando[x] así este perjuicio y pérdida. 22 Pero ahora os exhorto a tener buen ánimo, porque no habrá pérdida de vida entre vosotros, sino sólo del barco. 23 Porque esta noche estuvo en mi presencia un ángel del Dios de quien soy y a quien sirvo, 24 diciendo: “No temas, Pablo; has de comparecer ante el César; y he aquí, Dios te ha concedido todos los que navegan contigo.” 25 Por tanto, tened buen ánimoamigos[y], porque yo confío en Dios, que acontecerá[z] exactamente como se me dijo. 26 Pero tenemos que encallar en cierta isla.

27 Y llegada la decimocuarta noche, mientras éramos llevados a la deriva en el mar Adriático, a eso de la medianoche los marineros presentían que se estaban acercando a tierra[aa]. 28 Echaron la sonda y hallaron que había veinte brazas; pasando un poco más adelante volvieron a echar la sonda y hallaron quince brazas de profundidad. 29 Y temiendo que en algún lugar fuéramos a dar contra los escollos[ab], echaron cuatro anclas por la popa y ansiaban que amaneciera[ac]. 30 Como los marineros trataban de escapar de la nave y habían bajado el esquife al mar, bajo pretexto de que se proponían echar las anclas desde la proa, 31 Pablo dijo al centurión y a los soldados: Si éstos no permanecen en la nave, vosotros no podréis salvaros. 32 Entonces los soldados cortaron las amarras del esquife y dejaron que se perdiera. 33 Y hasta que estaba a punto de amanecer, Pablo exhortaba a todos a que tomaran alimento, diciendo: Hace ya catorce días[ad] que, velando continuamente, estáis en ayunas, sin tomar ningún alimento. 34 Por eso os aconsejo que toméis alimento, porque esto es necesario para vuestra supervivencia; pues ni un solo cabello de la cabeza de ninguno de vosotros perecerá. 35 Habiendo dicho esto, tomó pan y dio gracias a Dios en presencia de todos; y partiéndolo, comenzó a comer.36 Entonces todos, teniendo ya buen ánimo, tomaron también alimento. 37 En total éramos en la nave doscientas setenta y seis personas[ae]. 38 Una vez saciados, aligeraron la nave arrojando el trigo al mar. 39 Cuando se hizo de día, no reconocían la tierra, pero podían distinguir una bahía que tenía playa, y decidieron[af] lanzar la nave hacia ella[ag], si les era posible. 40 Y cortando las anclas, las dejaron[ah] en el mar, aflojando al mismo tiempo las amarras de los timones; e izando la vela de proa al viento, se dirigieron hacia la playa. 41 Pero chocando contra un escollo[ai] donde se encuentran dos corrientes[aj], encallaron la nave; la proa se clavó y quedó inmóvil, pero la popa se rompía por la fuerzade las olas. 42 Y el plan de los soldados era matar a los presos, para que ninguno de ellos escapara a nado; 43 pero el centurión, queriendo salvar a Pablo, impidió su propósito, y ordenó que los que pudieran nadar se arrojaran primero por la borda y llegaran a tierra, 44 y que los demás siguieran, algunos en tablones, y otros en diferentes objetos de la nave. Y así sucedió que todos llegaron salvos a tierra.

 

 

 

 

UN ENCUENTRO CON LA PALBRA

REFLEXION

Vivir o Morir Por Cristo

 

 


Publicado por: Pastor Carlos Vargas Valdez en Devocionales 0

“Porque para mí el vivir es Cristo, y el morir es ganancia.” – Filipenses 1:21
Cuando Pablo escribió acerca del Vivir o morir a la Iglesia de Filipos el estaba preso. A pesar de estar encarcelado esta carta está escrita con mucha alegría a una iglesia muy generosa en ofrendas y amor. Este primer capítulo de su carta es más personal y Él va a compartir la paradoja que creo que muchos creyentes enfrentan hoy en día. Parece como si estuviéramos atrapados entre dos mundos … éste en el que tenemos mucho trabajo por hacer por Cristo y el otro, donde estaremos siempre estar con el Señor. Él dice en un pasaje posterior “Porque de ambas cosas estoy puesto en estrecho, teniendo deseo de partir y estar con Cristo, lo cual es muchísimo mejor; pero quedar en la carne es más necesario por causa de vosotros”. (Filipenses 1:23-24)

Creo que puedo entender lo que está diciendo Pablo. Conforme pasa el tiempo y paso más tiempo en este mundo espero con ansias el Cielo. Sueño con ver a Jesús cara a cara. Espero que no exista más llanto y una ¡visión perfecta de Él! Sin dolores de cabeza solo coronas en la cabeza. Tengo muchos deseos de cantar con los ángeles y echar esas coronas a los pies de mi Salvador.

Pero también tengo ganas de pasar tiempo con mis hermanos y hermanas aquí en la tierra – incluso con mis hijos y sus hijos. Espero momentos en que pueda sentarme para leer la Biblia a mis nietos y enseñarles canciones de adoración a Dios. Espero momentos en que pueda adorar en la iglesia con mis hijos mayores y escuchar sus dulces voces cantando en voz alta porque aman al Señor. Me encanta tener buenos recuerdos y planificar para el futuro.

Debemos desear las cosas del Cielo, mientras pasamos tiempo aquí en nuestra morada temporal. Y cuanto más cerca caminas con el Señor, más esperamos y más cerca estamos del Cielo. Es como vivir con nostalgia ya que como creyentes estamos “obligados” a estar en este lugar imperfecto, deseando ese lugar perfecto donde nuestro Padre vive – Nuestra casa.
Vivimos para Cristo porque Él murió por nosotros. Qué apropiado es entonces que Pablo haga esta declaración tan maravillosa. Cristo es la vida y cuando estamos en Cristo tenemos toda la ganancia que necesitamos.
Aquí algunas Cosas para pensar y hacer:

1.     Piense en cómo gasta su tiempo aquí en la tierra. Anote 3 maneras en las que usted puede ser un embajador eficaz de Cristo
2. Cante una canción cristiana que le haga pensar en el Cielo.
3. Considere esto … si tuviera que elegir vivir para sí mismo o morir por Jesús, ¿Cual elijaras?. En serio … ¿Que Escogerías?

 

 

 

UN ENCUENTRO CON LA PALBRA

REFLEXION

En Dios Confiamos

 

 

 

Una reseña cuenta que en 1861, cuando los Estados Unidos se hallaba en medio de la crisis de la Guerra Civil, el secretario del Tesoro escribió al director de la Casa de la Moneda de Filadelfia y le dijo: “No hay ninguna nación que pueda ser fuerte, excepto bajo la defensa de Dios. Recomiendo que la confianza de nuestro pueblo en Dios sea declarada en nuestras monedas. Prepare un emblema para expresar el reconocimiento nacional de Dios y nuestra confianza en Él”

El primer lema preparado decía: “Dios es nuestra confianza” Pero éste después fue cambiado por: “En Dios confiamos”, que todavía puede leerse en los billetes de esa nación.

Si este año fue muy bueno o si sigues enfrentando una guerra en tu familia, en el trabajo, con tus finanzas, problemas de salud o de cualquier otra índole, no olvides que sin importar lo dura que sea la batalla tu victoria está asegura si confías en Dios.

Todos tenemos sueños, metas, propósitos para el próximo año y ninguno de nosotros piensa en el fracaso cuando consideramos que empieza un nuevo año, por el contrario, tendemos a verlo con esperanza, como una nueva oportunidad.

Sin importar cómo estás terminando este año, te invito a adoptar el mismo lema que aún se usa en la moneda Norte Americana: “En Dios confiamos”. Si tu confianza está puesta en Él no importa la situación política o económica de tu país, si surgen problemas familiares, laborales, de salud, ni ninguna otra dificultad que enfrentes porque nada podrá vencerte, sino que podrás ver la mano de Dios obrando a tu favor siempre.

“Pero benditos son los que confían en el Señor y han hecho que el Señor sea su esperanza y confianza. Son como árboles plantados junto a la ribera de un río con raíces que se hunden en las aguas. A esos árboles no les afecta el calor ni temen los largos meses de sequía. Sus hojas están siempre verdes y nunca dejan de producir fruto”. Jeremías 17:7,8 (NTV)
¡Confía en Dios, permite que pelee tus batallas y te defienda porque no hay nada imposible para Él!

 

 

 

 

Ana María Frege Issa
CVCLAVOZ