2 Reyes 6 :5-7

 

 

Eliseo y el hacha perdida

 

 

6 Y los hijos de los profetas dijeron a Eliseo: Mira[a], el lugar en que habitamos contigo[b] es muy estrecho para nosotros. Te rogamos que nos dejes ir al Jordán, para que cada uno de nosotros tome de allí una viga, y nos hagamos allí un lugar donde habitar. Y él dijo: Id. Entonces uno dijo: Te rogamos que consientas en ir con tus siervos. Y él respondió: Yo iré. Fue, pues, con ellos; y cuando llegaron al Jordán, cortaron árboles. Pero sucedió que cuando uno de ellos estaba derribando un tronco, el hierro del hacha se le cayó al agua; y gritó, y dijo: ¡Ah, señor mío, era prestado! Entonces el hombre de Dios dijo: ¿Dónde cayó? Y cuando le mostró el lugar, cortó un palo y lo echó allí, e hizo flotar el hierro. Y dijo: Tómalo. Y él extendió la mano y lo tomó.

 

 

 

Un Encuentro Con la Palabra

 

 

 

Promesas de Dios – Cuenta Tus Bendiciones



Promesas de Dios -> A veces estamos tan preocupados contando nuestros problemas que olvidamos contar nuestras bendiciones.

Efesios 5:15-16
Mirad, pues, con diligencia cómo andéis, no como necios sino como sabios,
aprovechando bien el tiempo, porque los días son malos.

Efesios 6:13
Por tanto, tomad toda la armadura de Dios, para que podáis resistir en el día malo, y habiéndolo hecho todo, estar firmes.

Colosenses 4:5
Andad sabiamente para con los de afuera, aprovechando bien el tiempo.

2 Tesalonicenses 1:3
Siempre tenemos que dar gracias a Dios por vosotros, hermanos, como es justo, porque vuestra fe aumenta grandemente, y el amor de cada uno de vosotros hacia los demás abunda más y más;

Romanos 1:8
En primer lugar, doy gracias a mi Dios por medio de Jesucristo por todos vosotros, porque por todo el mundo se habla de vuestra fe.

Efesios 5:20
dando siempre gracias por todo, en el nombre de nuestro Señor Jesucristo, a Dios, el Padre;

1 Tesalonicenses 1:2
Siempre damos gracias a Dios por todos vosotros, haciendo mención de vosotros en nuestras oraciones;

1 Tesalonicenses 4:1
Por lo demás, hermanos, os rogamos, pues, y os exhortamos en el Señor Jesús, que como habéis recibido de nosotros instrucciones acerca de la manera en que debéis andar y agradar a Dios (como de hecho ya andáis), así abundéis en ello más y más.

2 Tesalonicenses 2:1
Pero con respecto a la venida de nuestro Señor Jesucristo y a nuestra reunión con El, os rogamos, hermanos,

2 Tesalonicenses 2:13
Pero nosotros siempre tenemos que dar gracias a Dios por vosotros, hermanos amados por el Señor, porque Dios os ha escogido desde el principio para salvación mediante la santificación por el Espíritu y la fe en la verdad.

 

 

 

Un Encuentro Con la Palabra

 

 

 

REFLEXION

SUBIRÁS A LA TIERRA QUE FLUYE LECHE Y MIEL
Publicado por Devocionales

 

 



“SUBIRÁS A LA TIERRA QUE FLUYE LECHE Y MIEL…” (Éxodo 33:3)

Mientras que estaba en Egipto, el pueblo de Dios tenía que bombear agua del Nilo para regar los cultivos y poder sobrevivir.

¡Vaya cuadro! Trabajando como esclavos con una bomba de pie sólo para continuar viviendo.

Pero luego la situación cambió. Escucha: “…para que… entréis a poseer la Tierra… que fluye leche y miel…no es como la Tierra de Egipto… donde sembrabas tu semilla y regabas con tu pie…” (Deuteronomio 11:8b,9b,10b).

En tu camino espiritual hay un lugar donde puedes parar de “bombear” y entrar en “el caudal”; allí puedes dejar de sudar por todas tus preocupaciones porque la bondad de Dios fluye sencillamente en cada área de tu vida.

Sin embargo, ¡esta promesa es sólo para los obedientes! Escucha:

“Guardad, pues, todos los mandamientos que Yo os prescribo hoy, para que seáis fortalecidos y entréis a poseer la Tierra a la cual vais a pasar para tomarla…” (Deuteronomio 11:8).

Es como tener el código de acceso y el número de cuenta correctos.

Todo lo que tienes que hacer es sacar directamente del “cajero”, porque ahora estás caminando en armonía con Dios.

Todos queremos vivir en “el caudal” de las bendiciones de Dios, pero sólo un puñado de israelitas logró entrar en la Tierra prometida.

¿Quiénes eran?

(a) Aquellos que se atrevieron a seguir las instrucciones que Dios les había dado;

(b) Aquellos que estaban dispuestos a enfrentarse a los gigantes que daban miedo;

(c) Aquellos que rehusaron ser influenciados por las opiniones de otros;

(d) Aquellos cuya fe decía: “…el Eterno… nos llevará a esta Tierra y nos la entregará…,no… temáis” (Números 14:8,9).

¡Y tú puedes ser uno de ellos!