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Mateo 19:9 La Biblia de las Américas (LBLA)

 

 

 

Enseñanza de Jesús sobre el divorcio

 

 

Y se acercaron a El algunos fariseos para probarle, diciendo: ¿Es lícito a un hombre divorciarse de[a] su mujer por cualquier motivo? Y respondiendoJesús, dijo: ¿No habéis leído que aquel que los creó, desde el principio los hizo varon y hembray añadió: “Por esta razon el hombre dejara a su padre y a su madre y se unira a su mujery los dos seran una sola carne”? Por consiguiente, ya no son dos, sino una sola carne. Por tanto, lo que Dios ha unido, ningún hombre lo separe. Ellos le dijeron*: Entonces, ¿por qué mandó Moisés darle carta de divorcio y repudiarlaEl les dijo*: Por la dureza de vuestro corazón, Moisés os permitió divorciaros de[b] vuestras mujeres; pero no ha sido así desde el principio. Y yo os digo que cualquiera que se divorcie de[c] su mujer, salvo por infidelidad, y se case con otra, comete[d] adulterio[e]10 Los discípulos le dijeron*: Si así es la relación del hombre con su mujer, no conviene casarse.11 Pero El les dijo: No todos pueden aceptar este precepto, sino sólo aquellos a quienes les ha sido dado. 12 Porque hay eunucos que así nacieron desde el seno de su madre, y hay eunucos que fueron hechos eunucos por los hombres, ytambién hay eunucos que a sí mismos se hicieron eunucos por causa del reino de los cielos. El que pueda aceptar esto, que lo acepte.

 

 

 

 

Un Encuentro Con la Palabra

REFLEXION

 

 

Jovenes Cristianos – ESCUCHARTE NOS BENDICE

Pasaje clave: Génesis 50.

 

 

Llegamos al final de Génesis, y también al final de las vidas de Jacob y de José. ¡Qué final fantástico!

Es que si te dejas llevar por Dios el final siempre será mejor que el comienzo. Jacob el estafador/engañador y José el soberbio y orgulloso no existen más. Jacob y José vivieron las últimas décadas de sus vidas como hombres espirituales, bendecidos y muy prosperados. Hombres capaces de dar y recibir bendición.

Escucharte nos bendice… es lo que seguramente sintieron y pensaron los hermanos de José al escucharlo a José. Ellos todavía arrastraban viejos sentimientos de culpa, a tal punto, que cuando murió Jacob se desesperaron pensando que José se vengaría de ellos. El miedo a una posible represalia de José todavía los controlaba.

Son muchas las maneras en que puedes bendecir a los demás. Las siguientes son solo unos pocos ejemplos de los muchos que puedes encontrar si tienes una actitud dispuesta a dar:

Bendice…

Con actitudes respetuosas, humildes y comprensivas.
Corrigiendo los errores y no encubriendo los pecados.
Ayudando de diferentes maneras según tus posibilidades.
Compartiendo lo que tienes o recibes.
Alentando con palabras, con un beso o un abrazo.
Poniéndote en el lugar del otro e intentando comprenderlo.

Eres un joven y adolescente EN Cristo. Tu pasado no importa. Importa este presente que vives y el futuro que tienes por delante. Puedes construir cosas nuevas. Eres capaz de hacerlo. Eres libre para no repetir los errores de tus padres y construir un proyecto de vida nuevo. Tienes al Señor de tu lado. No tengas miedo. Puedes enfrentar tus circunstancias. Vas a ser vencedor. Tienes dones y talentos, tienes ganas, fuerzas y vida.

Si vives con Jesús de tu lado vas a ser vencedor hoy y siempre. Si vives con sus palabras muy metidas en tu corazón no habrá mentira que pueda sacudirte ni moverte de tu lugar de convicción. Si vives en comunión con él verás su mano sobre tu vida en todo momento. Él no es deudor de nadie. Si estás dispuesto a pagar el precio de la santidad, él te recompensará y te usará más de lo que tú puedas imaginar. Más de lo que puedes ver ahora.

Tenerte en el grupo y en la iglesia nos motiva, pero que te dejes llevar por Dios nos entusiasma más. El Señor te levantará y te usará. Prosperará tu camino y te formará a la semejanza de Jesús. Lo que hoy no comprendas, mañana te será claro. Vemos en ti a un/a líder, a un/a profeta, a un/a maestro, a un/a evangelista. A un/a muy buen/a estudiante, a un excelente músico. Te vemos comprometido/a con Jesús, bendecido/a y aplastándole la cabeza a Satanás.

 

 

 

Extracto del libro: “Desafíos Para Jóvenes y Adolescentes: Génesis”

Por Edgardo Tosoni

 

 

Un Encuentro Con la Palabra

REFLEXION

 

 

A pesar de todo

 

 

Un niño de doce años, que miraba desde la ventana, se fijó en que sólo la boya (señal flotante que se coloca sobre el agua, sujetándola al fondo, para marcar un lugar, señalar un sitio peligroso o un objeto sumergido) flotaba serenamente en aquel turbulento mar y se mantenía en su lugar a pesar de los vientos fuertes.

El niño comentó con los demás que la boya era la única cosa que había allí afuera que parecía no tener miedo, porque aunque se hundía de vez en cuando, siempre volvía a subir sin daño y en el mismo lugar.

Entonces el papá les explicó que la boya se mantenía firme a pesar del viento fuerte porque estaba amarrada a un ancla en el fondo del mar.


Al igual que la boya, que, a pesar de los vientos y movimiento de las aguas, permanece en su lugar. Cuando nuestra confianza en Dios está anclada en Cristo, podemos enfrentar cualquier dificultad que se aproxime; sin temor; y con la paz que él nos da. Sean tiempos de sufrimiento, de desesperanza, junto a él, podremos permanecer en pie.

El apóstol Pablo pasó por situaciones adversas, fue encarcelado, azotado, perseguido, por tan sólo predicar el evangelio, y sin embargo, su fe nunca menguó, al contrario, él decía: para mí el vivir es Cristo y el morir es ganancia. Pablo tenía la plena convicción de que debía vivir confiando en el Señor a pesar de los impertinencias de la vida. Y tal era la paz que sentía pues sabía en quién había creído y en quién estaba puesta su fe.

Juan 16:33 también nos dice “Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo.” Jesús nos enseña que las aflicciones son parte de la vida, que habrá tiempos de dolor pero que en esos momentos debemos confiar en Él y disfrutar de la paz que proviene de él.

Aunque estemos por desfallecer sigamos confiando porque no existe mayor bendición como la de una perfecta confianza en el Señor.

 

 

Claudia Carvajal 
CVCLAVOZ