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1 Corintios 15:3-4 La Biblia de las Américas (LBLA)

 

 

 

 

 

Síntesis del evangelio

 

 

 

15 Ahora os hago saber, hermanos, el evangelio que os prediqué[a], el cual también recibisteis, en el cual también estáis firmes, por el cual también sois salvos, si retenéis la palabra[b] que os prediqué[c], a no ser que hayáis creído en vano. Porque yo os entregué en primer lugar lo mismo que recibí: que Cristo murió por nuestros pecados, conforme a las Escrituras; que fue sepultado y que resucitó al tercer día, conforme a las Escrituras; que se apareció a Cefas y después a los doce; luego se apareció a más de quinientos hermanos a la vez, la mayoría de los cuales viven aún, pero algunos ya duermen; después se apareció a Jacobo[d], luego a todos los apóstoles, y al último de todos, como a uno nacido fuera de tiempo[e], se me apareció también a mí. Porque yo soy el más insignificante de los apóstoles, que no soy digno de ser llamado apóstol, pues perseguí a la iglesia de Dios. 10 Pero por la gracia de Dios soy lo que soy, y su gracia para conmigo no resultó vana; antes bien he trabajado mucho más que todos ellos, aunque no yo, sino la gracia de Dios en mí. 11 Sin embargo,haya sido yo o ellos, así predicamos y así creísteis.

 

 

 

 

 

 

Un Encuentro Con la Palabra

REFLEXION

¿Cómo Confrontar Tus Temores Según La Biblia?

 

 

“NO TEMAS, PORQUE YO ESTOY CONTIGO…” (Isaías 41:10)

 

 

Hay diversas clases de temor. Está el temor que te advierte que no te acerques al fuego. O el temor que te infunde respeto hacia Dios (Salmo 2:11). Oswald Chambers dijo: “Cuando temes a Dios, no tienes que temer ninguna otra cosa”. Está también el miedo que te hace sentir impotencia ante ciertas situaciones. A veces el temor tiene su raíz en la crítica de los padres o en las amenazas de los acosadores, y aunque no tiene fundamento real, todavía te atormenta. Está el miedo a fallar, el cual si no se trata hará precisamente que falles. Job dijo: “…Me ha acontecido lo que yo temía” (Job 3:25). También está el temor a lo desconocido, cuando tu imaginación se desboca. ‘¿Qué pasa si nunca encuentro al “hombre (o la mujer) de mi vida”, si pierdo el trabajo, si la biopsia da positivo?’

Una y otra vez en la Biblia Dios dice: “No temas, porque yo estoy contigo” (Isaías 41:10). Paul Tournier destaca: “La vida y la fe consisten en ir siempre hacia delante -y no se puede avanzar sin dejar algo atrás-. El trapecista de circo tiene que soltar uno de los trapecios en el momento preciso y volar en el vacío antes de agarrar el otro. La fe también nos pide que salgamos de lo que nos es familiar y cómodo. que aprendamos nuevas destrezas y ministremos de manera diferente”. Pero eso nos incomoda y pensamos: ‘¿Qué pasa si Dios me pide hacer algo que no puedo hacer?‘ O bien ‘No tengo suficientes fuerzas, o sabiduría, o fe’. Si confiaras en tus propios recursos, te meterías en problemas. Pero la realidad es que Dios eligió “…[te] conocía y [te] …” (1 Pedro 1:2 NTV). Cada vez que te enfrentas a un nuevo reto, Él te fortalece, demostrando así que no solamente te ha dado las herramientas necesarias para prosperar sino que también es responsable del resultado.

…NO… FUNDADA EN LA SABIDURÍA DE LOS HOMBRES, SINO EN EL PODER DE DIOS” (1 Corintios 2:5)

Uno de los mayores avances en la psicología moderna es la ley de Dollo (también llamada ley de la “reversibilidad evolutiva”). Según ésta, si te sientes de manera determinada actúas en consecuencia. Pero cuando a pesar de no tener ganas de hacer algo lo haces, esa misma dinámica crea un sentimiento que se pone de acuerdo con tus acciones. Dallas Willard lo expresó así: “Puedes vivir haciendo lo contrario de lo que profesas, pero no puedes vivir haciendo lo contrario de lo que crees. Tus creencias se manifiestan siempre en tu comportamiento”. Puesto que el temor es una reacción que aprendemos, también se puede “desaprender”. Hay dos tipos de valentía: la primera demanda acción. El antiguo presidente estadounidense Andrew Jackson dijo: “Tómate tiempo para deliberar, pero cuando llegue la hora de actuar, deja de pensar y hazlo. Un hombre con coraje se convierte en mayoría”.

El segundo tipo de valentía requiere paciencia: la tenacidad de perseverar después de haber dado lo mejor de ti y antes de ver los resultados. A menudo la única diferencia entre un héroe y un cobarde es que el héroe aguanta cinco minutos más. Cuando huyes de situaciones intimidantes, el temor se acrecienta y acaba controlando tu vida. Pero cuando enfrentas los problemas, “no en la sabiduría de los hombres sino en el poder de Dios”, aumenta tu confianza hasta alcanzar un punto en el que ya no estás controlado por el temor. William Cooper escribió el siguiente himno: “Dios se mueve de forma misteriosa buscando sus prodigios realizar; Sus huellas deja en la mar anchurosa y en la tormenta se ve cabalgar. Que tomen nuevas fuerzas los creyentes; las nubes que hoy infunden gran temor, llenas están de gran misericordia que manda sobre ellos en su amor”.

 

 

                    

 

 

 

Un Encuentro Con la Palabra

REFLEXION

 

Relámpagos

 

 

Por muy difícil que sea comprender aun en estos días los relámpagos siguen siendo “un tema de debate”, término usado para minimizar el hecho que la ciencia no tiene respuesta con relación a ese tema.

Algunas de las teorías más aceptadas dicen que este fenómeno natural es provocado por pequeñas partículas de polvo espacial que caen sobre las nubes dentro de la atmosfera terrestre y al acumularse cierta cantidad, la fricción entre ellas provoca el relámpago. Otros dicen que eso mismo puede pasar con el polvo expulsado por una erupción volcánica.

La teoría más aceptada, dice que un relámpago es provocado por el hielo con carga negativa, el cual cae a la tierra y al chocar con una superficie con carga positiva, provoca la descarga de energía guardada en la nube de la cual se desprendió. El relámpago dibuja la trayectoria que hizo el pequeño fragmento de hielo al caer.
La energía que se desprende de un relámpago puede llegar a una temperatura de 27.000 °C y alcanzar una velocidad de 200.000 km/h. Estas cifras son similares a las de una explosión nuclear.

La característica principal de un relámpago es el sonido que provoca; en ocasiones se oye distante y puede durar varios segundos, pero en otras es repentina, fuerte y perturbadora. A la distancia puede resultar un espectáculo maravilloso ver como esas líneas quebradizas de energía se forman casi de la nada entre el cielo y la tierra, pero cuando uno está en medio, el sonido y la potencia de iluminación que provocan es atemorizante.

Uno simplemente no puede dejar de sentir el miedo y el peligro, al encontrarse en medio de una tormenta eléctrica.

Algo similar les ocurrió a los Filisteos en cierta ocasión.

Estaba el profeta Samuel junto al pueblo de Israel reunidos en Mizpa clamando por el perdón de sus pecados, pero repentinamente se enteraron que los Filisteos se pusieron en campaña contra ellos y estaban por llegar a la ciudad, en ese momento todos tuvieron mucho temor pero también decidieron ir a la batalla. Uno de ellos le dijo al profeta que no cese de clamar a Jehová por los que irían a luchar.

Entonces Samuel tomó un cordero de leche y lo sacrificó entero en holocausto a Jehová, y clamó por Israel, y Jehová oyó ese clamor.

Lo que ocurrió fue que mientras Samuel sacrificaba el holocausto, los filisteos llegaron para pelear con los hijos de Israel. Más Jehová tronó aquel día con gran estruendo sobre ellos, y los atemorizó, y fueron vencidos delante de Israel. 1 Samuel 7:2-12.

Algunas versiones dicen que Dios envió un gran trueno contra ellos.
No podemos dejar de destacar algunos puntos importantes del relato bíblico; Mientras Israel clamaba por el perdón de sus pecados, parecía que la situación empeoraba porque los Filisteos vinieron a atacarlos, pero el pueblo de Dios esta vez hizo las cosas bien, ellos decidieron creer en el poder de Jehová y fueron a la batalla respaldados por la oración, y lograron vencer a sus enemigos.

1 Samuel 7:8 “y le dijeron a Samuel: No dejes de rogar al Señor nuestro Dios por nosotros, para que nos salve...” Versión Dios Habla Hoy.

Quizás nunca sepamos el origen real de los relámpagos, pero siempre que veas uno, recuerda que Dios lo usó para atemorizar a los enemigos de su pueblo mientras ellos oraban, y cuando fueron a la batalla, consiguieron una victoria.

 

 

 

Héctor Colque
CVCLAVOZ