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Cantares 1:7  La Biblia de las Américas (LBLA)

La esposa habla a las hijas de Jerusalén

El cantar[a] de los cantares de[b] Salomón.

LA ESPOSA:

¡Que me bese con los besos de su boca!
Porque mejores son tus amores que el vino.
Tus ungüentos tienen olor agradable,
tu nombre es como ungüento purificado[c];
por eso te aman las doncellas[d].
Llévame en pos de ti y corramos juntos.
El rey me ha conducido a sus cámaras.

EL CORO:

Nos regocijaremos y nos alegraremos en ti,
exaltaremos[e] tu amor más que el vino.
Con razón te aman.

LA ESPOSA:

Soy morena[f] pero preciosa,
oh hijas de Jerusalén,
como las tiendas de Cedar,
como las cortinas de Salomón.
No os fijéis en que soy morena[g],
porque el sol me ha quemado.
Los hijos de mi madre se enojaron conmigo;
me pusieron a guardar las viñas,
y mi propia viña no guardé.
Dime, amado de mi alma:
¿Dónde apacientas tu rebaño?
¿Dónde lo haces descansar al mediodía?
¿Por qué he de ser yo como una que se cubre con velo[h]
junto a los rebaños de tus compañeros?

EL CORO:

Si tú no lo sabes,
¡oh la más hermosa de las mujeres!,
sal tras las huellas del rebaño,
y apacienta tus cabritas
junto a las cabañas de los pastores.

Diálogo entre los esposos

EL ESPOSO:

A mi yegua, entre los carros de Faraón,
yo te comparo, amada[i] mía.
10 Hermosas son tus mejillas entre los adornos,
tu cuello entre los collares.

EL CORO:

11 Adornos de oro haremos para ti,
con cuentas de plata.

LA ESPOSA:

12 Mientras el rey estaba a la mesa[j],
mi perfume[k] esparció su fragancia.
13 Bolsita de mirra es mi amado para mí,
que reposa toda la noche entre mis pechos.
14 Ramillete de flores de alheña es mi amado para mí
en las viñas de En-gadi.

EL ESPOSO:

15 Cuán[l] hermosa eres, amada mía,
cuán[m] hermosa eres.
Tus ojos son como palomas.

LA ESPOSA:

16 Cuán[n] hermoso eres, amado mío,
y tan placentero.
Ciertamente nuestro lecho es de exuberante verdor.
17 Las vigas de nuestras casas son cedros,
nuestros artesonados, cipreses[o].

 

 

 

UN ENCUENTRO CON LA PALABRA

 

REFLEXION

La Cruz Y La Resurrección de Cristo Según La Biblia
Publicado por: Pastor Carlos Vargas Valdez en Articulos Cristianos 0


La Resurrección y La Cruz de Jesús
Como cristianos, siempre consideramos la cruz y su significado para la salvación del mundo. Pienso que durante la primavera y la Pascua, la cruz y lo que representa se hace aún más fuerte en nuestras vidas. Es en este momento que reflexiono sobre la cruz y me siento humillado por el tremendo regalo que se nos da a todos a través de la crucifixión y resurrección de nuestro precioso Salvador y Rey Jesucristo.

La Situación Era Imposible
El pecado y sus consecuencias han contaminado la tierra desde el día en que Adán y Eva desobedecieron. Es interesante saber que Dios les dio sólo un mandamiento.

“Y mandó Jehová Dios al hombre, diciendo: De todo árbol del huerto podrás comer; mas del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás; porque el día que de él comieres, ciertamente morirás.” (Génesis 2:16-17).

Cada ser humano ha heredado esta pena de muerte por el pecado desde Adán. Antes de ese primer pecado, Adán y Eva vivían en un jardín perfecto. La Biblia dice caminaban con el SEÑOR y realmente tenían una ¡relación maravillosa con Él!

Desde entonces todos hemos pecado y estamos destituidos de la gloria de Dios (Romanos 3:23). Esto significa que como no somos perfectos no podemos estar en la presencia de nuestro Dios Santo en el Cielo.

Parece una situación imposible, ¡todos vamos a morir! Es verdad que todos moriremos y dejaremos este cuerpo mortal, pero la pregunta es, ¿qué viene después? ¡Me alegro de que lo preguntes!

Alguien tuvo que pagar el precio
Esa pena de muerte está sobre todo ser humano. Significa que nacemos rumbo hacia un lugar fuera de la gloria de Dios. Ese lugar se llama Infierno y la sentencia se ejecuta allí para todos los que mueren, a menos que la pena se pague antes de nuestra muerte física.

Aunque Dios es un Dios justo y nos permite ser castigados por nuestros pecados, también es un Dios amoroso. De hecho, Él nos ama tanto que nos dio un precioso perdón a través de Su Hijo unigénito, Jesús. De hecho, la Biblia dice:

“Al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en él.” 2 Corintios 5:21

Dios permitió que Su Hijo Jesús sin pecado bajara de Su trono en el Cielo para tomar nuestro lugar y pagar ese precio por nuestros pecados. Y aunque esto es increíble, se pone aún mejor cuando se considera que Jesús “el que por el gozo que le fue puesto delante soportó la cruz...” (Hebreos 12:2).

¿Por qué la Cruz?
Cuando Jesús bajó del cielo para ministrar en la tierra (Juan 1:1-14), compartió con mucha gente las palabras de Dios y el plan de salvación.

Él vino para ser el Libertador por el cual los hebreos esperaban y oraban. Aún así, los líderes de ese tiempo fueron amenazados por el mensaje de Jesús y erróneamente le acusaron de crímenes que le hicieron recibir una “sentencia de muerte”. Entonces, Jesús estaba destinado a morir y en ese tiempo la manera en que ejecutaban a la gente era por la muerte de cruz – crucifixión.

La Biblia dice que Jesús fue crucificado en un lugar llamado Calvario que estaba en una colina fuera de la ciudad. Jesús aceptó Su muerte sin quejarse (Marcos 15:5). Y así se cumplió la profecía”

“Angustiado él, y afligido, no abrió su boca; como cordero fue llevado al matadero; y como oveja delante de sus trasquiladores, enmudeció, y no abrió su boca.” Isaías 53:7

Sufrió y murió por nosotros. ¡Por mí! Por ti! Su sangre fue derramada para salvarnos a todos porque la Biblia dice que “sin derramamiento de sangre no hay remisión” (Hebreos 9:22). Pero el plan de Dios no se detuvo aquí.

Victoria sobre la muerte
Jesús murió en esa cruz en el Calvario – fue un evento histórico atestiguado por muchos. Pero no sólo murió, sino que después de morir y ser sepultado resucitó de los muertos.

La noticia de Su resurrección fue dada a los discípulos por María Magdalena y la otra María que recibió la noticia de Su resurrección de un ángel. De hecho, en los días que siguieron a la resurrección de Jesús, antes de ascender al Cielo, Él se apareció varias veces a varias personas.

Cuando creemos que Jesús ciertamente tomó nuestro lugar y pagó por nuestros pecados, podemos tener victoria sobre la muerte. No la muerte física, porque estos cuerpos mortales pasarán a la tierra algún día. La victoria sobre la muerte es el cambio en nuestro destino eterno.

Cuando creemos en lo que Jesús hizo por nosotros – y lo hacemos personal, no seremos condenados, sino que estamos rumbo al Cielo para pasar la eternidad en la gloria de Dios y de Jesús.

No puedes cambiar tu destino eterno por ti mismo. Ningún versículo bíblico que diga que si eres bueno puedes ir al Cielo.

También no existen versículos bíblicos que digan que usted puede ganar el camino al Cielo por obras. Yo soy el camino, la verdad y la vida: nadie viene al Padre, sino por mí”. (Juan 14:6)

Una promesa es una promesa
Cuando reflexiono sobre la cruz y la resurrección, me sorprende el gran amor que Dios me tiene. Eso ya lo sé:

A causa de esa cruz algún día veré a Jesús cara a cara en el Cielo.
Debido a esa cruz no tengo que preocuparme si puedo o no ser lo suficientemente bueno para ir al Cielo.
Debido a esa cruz TÚ también puedes saber CON SEGURIDAD que estarás con Jesús cuando dejes la tierra.

Cuando usted cree que Jesús murió en esa cruz por usted y acepta este precioso regalo de Dios, así como Jesús se levantó de la muerte al 3er día, usted también tendrá victoria sobre la muerte y vida eterna.

Usted no necesita saber todo sobre la Biblia para comenzar su relación con Jesús.

Cuando usted cree en lo que Él hizo por usted, Dios le dará su Espíritu Santo para ayudarle a aprender y entender la Biblia (Efesios 1:12-14).

El Espíritu Santo incluso le ayudará a hablar con Dios cuando usted no sepa las palabras correctas para hablar (Romanos 8:26-27).

“Y si el Espíritu de aquel que levantó de los muertos a Jesús mora en vosotros, el que levantó de los muertos a Cristo Jesús vivificará también vuestros cuerpos mortales por su Espíritu que mora en vosotros.” (Romanos 8:11).

¿Sabias qué? La Biblia dice que podemos tener victoria sobre la muerte por lo que Jesús hizo en esa cruz. Y que por el poder del Espíritu Santo podemos vencer a la muerte!

¿Conoces a Jesús?

 

 

UN ENCUENTRO CON LA PALABRA

 

REFLEXION

Devocionales
Reflexiones cristianas diarias por CVCLAVOZ


Dios es quien te sostiene

Cuentan que el evangelista Henry Moorhouse tenía una hijita paralítica. Un día llegó a su casa con un paquete en la mano y la niñita, que estaba sentada en su silla, le dijo:

- Mamá está arriba. Dame el paquete y yo se lo voy a llevar.

El padre sorprendido le preguntó cómo iba a hacer ella, que no podía caminar, para llevarle el paquete a la madre. Entonces la niña le respondió:

- Tú, papá, me darás el paquete. Yo lo llevaré en mis manos, y tú me llevarás a mí.
Levantándola en sus brazos, la llevó hasta la presencia de la madre; y mientras lo hacía pensó: “Es justamente lo que me sucede a mí. Yo llevo mis preocupaciones y mis cargas, pero Dios es quien me lleva a mi”

En muchas oportunidades pareciera que nuestros problemas son una carga muy difícil de llevar, que las fuerzas no nos van a alcanzar y pensamos que estamos sólo en ese viaje.

La única forma de hallar paz y descansar es entregando nuestras cargas a Dios pero al momento de hacerlo y aun antes, cuando intentamos desesperadamente hacer todo por nuestra cuenta, Él está ahí sosteniéndonos, ayudándonos a dar un paso más, nunca nos abandona.

Normalmente, es después de las pruebas y de los tiempos difíciles que solemos pensar “No sé de dónde saqué las fuerzas” y observando bien todo lo ocurrido llegamos a la conclusión de que fue Dios quien nos sostuvo.

Lleva todas tus preocupaciones ante Dios, entrégaselas y descansa en Él porque no hay mejor lugar que su Presencia y no hay nadie más que tenga una mejor respuesta, ni nadie que te ame más.

“Pongan todas sus preocupaciones y ansiedades en las manos de Dios, porque él cuida de ustedes”. 1 Pedro 5:7 (NTV)

Puede ser que la respuesta llegue ese momento o quizás demore más de lo que deseamos pero la paz de Dios que sobrepasa todo entendimiento llenará nuestros corazones y nos permitirá seguir adelante.

“No se preocupen por nada; en cambio, oren por todo. Díganle a Dios lo que necesitan y denle gracias por todo lo que él ha hecho. Así experimentarán la paz de Dios, que supera todo lo que podemos entender. La paz de Dios cuidará su corazón y su mente mientras vivan en Cristo Jesús” Filipenses 4:6,7 (NTV)

Dile a Dios qué necesitas y mientras llega la respuesta descansa en Él porque no te ha soltado ni lo va a hacer, te sostiene todo el tiempo, sólo confía en que sus planes son de bien y que te ama como nunca nadie lo hará.

Ana María Frege Issa
CVCLAVOZ