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2 Crónicas 20:35-37 La Biblia de las Américas (LBLA)

Victorias de Josafat

 

 

20 Y aconteció después de esto, que los hijos de Moab y los hijos de Amón, y con ellos algunos de los meunitas[a], vinieron a pelear contra Josafat. Entonces vinieron algunos y dieron aviso a Josafat, diciendo: Viene contra ti una gran multitud de más allá del mar, de Aram[b] y, he aquí, están en Hazezon-tamar, es decir, En-gadi. Y Josafat tuvo miedo y se dispuso a[c] buscar al Señor, y proclamó ayuno en todo Judá. Y se reunió Judá para buscar ayuda del Señor; aun de todas las ciudades de Judá vinieron para buscar al Señor.

Entonces Josafat se puso en pie en la asamblea de Judá y de Jerusalén, en la casa del Señor, delante del atrio nuevo, y dijo: Oh Señor, Dios de nuestros padres, ¿no eres tú Dios en los cielos? ¿Y no gobiernas tú sobre todos los reinos de las naciones? En tu mano hay poder y fortalezay no hay quien pueda resistirte. ¿No fuiste tú, oh Dios nuestro, el que echaste a los habitantes de esta tierra delante de tu pueblo Israel, y la diste para siempre a la descendencia[d] de tu amigo Abraham? Y han habitado en ella, y allí te han edificado un santuario a tu nombre, diciendo: “Si viene mal sobre nosotros, espada, juicio, pestilencia o hambre, nos presentaremos delante de esta casa y delante de ti (porque tu nombre está en esta casa), y clamaremos a ti en nuestra angustia, y tú oirás y nos salvarás.” 10 Y ahora, he aquí, los hijos de Amón y de Moab y del monte Seir, a quienes no permitiste que Israel invadiera cuando salió de la tierra de Egipto (por lo cual se apartaron de ellos y no los destruyeron), 11 mira cómo nos pagan, viniendo a echarnos de tu posesión, la que nos diste en heredad. 12 Oh Dios nuestro, ¿no los juzgarás? Porque no tenemos fuerza alguna delante de esta gran multitud que viene contra nosotros, y no sabemos qué hacer; pero nuestros ojos están vueltos hacia ti. 13 Y todo Judá estaba de pie delante del Señor, con sus niños, sus mujeres y sus hijos.

14 Entonces el Espíritu del Señor vino en medio de la asamblea sobre Jahaziel, hijo de Zacarías, hijo de Benaía, hijo de Jeiel, hijo de Matanías, levita de los hijos de Asaf, 15 y dijo: Prestad atención, todo Judá, habitantes de Jerusalén y , rey Josafat: así os dice el Señor: “No temáis, ni os acobardéis delante de esta gran multitud, porque la batalla no es vuestra, sino de Dios. 16 “Descended mañana contra ellos. He aquí ellos subirán por la cuesta de Sis, y los hallaréis en el extremo del valle, frente al desierto de Jeruel. 17 “No necesitáis pelear en esta batalla; apostaos y estad quietos, y ved la salvación del Señor con vosotros, oh Judá y Jerusalén.” No temáis ni os acobardéis; salid mañana al encuentro de ellos porque el Señor está con vosotros. 18 Y Josafat se inclinó rostro en tierra, y todo Judá y los habitantes de Jerusalén se postraron delante del Señor, adorando al Señor. 19 Y se levantaron los levitas, de los hijos de Coat y de los hijos de Coré, para alabar al Señor, Dios de Israel, en voz muy alta.

20 Se levantaron muy de mañana y salieron al desierto de Tecoa; y cuando salían, Josafat se puso en pie y dijo: Oídme, Judá y habitantes de Jerusalén, confiad en el Señor vuestro Dios, y estaréis seguros. Confiad en sus profetas y triunfaréis. 21 Y habiendo consultado con el pueblo, designó a algunos que cantaran al Señor y a algunos que le alabaran en vestiduras santas[e], conforme salían delante del ejército y que dijeran: Dad gracias al Señor, porque para siempre es su misericordia. 22 Y cuando comenzaron a entonar cánticos y alabanzas, el Señor puso emboscadas contra los hijos de Amón, de Moab y del monte Seir, que habían venido contra Judá, y fueron derrotados[f]. 23 Porque los hijos de Amón y de Moab se levantaron contra los habitantes del monte Seir destruyéndolos completamente, y cuando habían acabado con los habitantes de Seir, cada uno ayudó a destruir a su compañero.

24 Cuando Judá llegó a la atalaya[g] del desierto, miraron hacia la multitud, y he aquí, sólo había cadáveres tendidos por tierra, ninguno había escapado. 25 Al llegar Josafat y su pueblo para recoger el botín, hallaron mucho entre ellos, incluyendo mercaderías, vestidos[h] y objetos preciosos que tomaron para sí, más de lo que podían llevar. Y estuvieron tres días recogiendo el botín, pues había mucho. 26 Al cuarto día se reunieron en el valle de Beraca; porque allí bendijeron al Señor. Por tanto llamaron aquel lugar el Valle de Beraca[i] hasta hoy. 27 Y todos los hombres de Judá y de Jerusalén regresaron, con Josafat al frente de ellos, regresando a Jerusalén con alegría, porque el Señor les había hecho regocijarse sobre sus enemigos. 28 Entraron en Jerusalén, en la casa del Señor, con arpas, liras y trompetas. 29 Y vino el terror de Dios sobre todos los reinos de aquellas tierras cuando oyeron que el Señor había peleado contra los enemigos de Israel. 30 El reino de Josafat estuvo en paz, porque su Dios le dio tranquilidad por todas partes.

31 Y reinó Josafat sobre Judá. Tenía treinta y cinco años cuando comenzó a reinar, y reinó veinticinco años en Jerusalén. Y el nombre de su madre era Azuba, hija de Silhi. 32 Y anduvo en el camino de su padre Asa, y no se apartó de él, haciendo lo recto ante los ojos del Señor. 33 Sin embargo, los lugares altos no fueron quitados, pues el pueblo no había vuelto aún su corazón al Dios de sus padres. 34 Los demás hechos de Josafat, los primeros y los postreros, he aquí, están escritos en los anales de Jehú, hijo de Hananí, que están mencionados en el libro de los reyes de Israel.

35 Después de esto Josafat, rey de Judá, se alió con Ocozías, rey de Israel. Al hacer esto obró impíamente. 36 Y se alió con él para hacer naves que fueran a Tarsis, y construyeron las naves en Ezión-geber.37 Entonces Eliezer, hijo de Dodava de Maresa, profetizó contra Josafat, diciendo: Por cuanto te has aliado con Ocozías, el Señor ha destruido tus obras. Y las naves fueron destruidas y no pudieron ir a Tarsis.

 

 

 

UN ENCUENTRO CON LA PALABRA

 

REFLEXION

¿Cómo Tomar La Vida Con Más Calma Según La Biblia?
Publicado por: Pastor Carlos Vargas Valdez en Preguntas y Respuestas Cristianas, Respuestas Cristianas 0


LLEVAD MI YUGO SOBRE VOSOTROS Y APRENDED DE MÍ (Mateo 11:29)

Muchos somos como aquél que dijo: “Cuando descanso, me oxido”. Últimas noticias: ¡Siempre habrá algo por hacer! Si lo que te empuja son “las necesidades urgentes”, acabarás quemándote y no cumplirás el llamado que Dios te ha dado. A continuación veamos algunas sugerencias prácticas que te ayudarán a llevar un ritmo de vida más calmado.

1) Cambia tus hábitos alimenticios.
La Biblia dice: “Comer mucha miel no es bueno” (Proverbios 25:27). No se te ocurriría poner azúcar en el depósito de gasolina, así que sé moderado con el dulce y aprende a llevar una dieta equilibrada.

2) Decide adónde quieres ir en la vida.
Márcate metas específicas y elabora un plan y un calendario para alcanzarlas; no seas esclavo de la rutina.

3) En lugar de hacer caso omiso a los problemas, resuélvelos.
Actúa antes de que se conviertan en algo crónico y agoten tus energías.

4) No vegetes delante del televisor.
Ver demasiada televisión te embrutece y te conduce al aletargamiento “mas los que esperan en el Señor tendrán nuevas fuerzas”(Isaías 40:31).

5) Si tienes exceso de trabajo, no aceptes más.
No digas que sí por un sentimiento de culpabilidad, falsa responsabilidad o la necesidad de sentirte útil.

6) Tómate un descanso.
¿Cuándo fue la última vez que saliste de vacaciones? Un cambio de ritmo o de paisaje son excelentes remedios para recargar las baterías.

7) Acuéstate más temprano.
Cuando la vela se gaste por los dos extremos, tú serás el que resulte quemado. Y no digas: “Pero si lo estoy haciendo por el Señor” Fíjate lo que dice el Señor: “Por demás es que os levantéis de madrugada y vayáis tarde a reposar” pues que a su amado dará Dios el sueño (Salmo 127:2).

“LLEVAD MI YUGO SOBRE VOSOTROS Y APRENDED DE MÍ (Mateo 11:29)

Dijo Galileo: “Me niego a creer que el mismo Dios que nos ha dotado de sentido común, razón e intelecto no quiera que hagamos uso de esas cualidades”.

Cuando Jesús dijo: “Mi yugo es fácil y ligera mi carga”(Mateo 11:30), su intención era que descubrieras su voluntad para tu vida, y desarrollaras el potencial y los dones que te ha dado, sacaras fuerzas de su poder a diario, usaras tu sentido común y no vivieras estresado.

Para ello, tienes que cambiar de actitud. ¿Has notado cómo algunas personas en la montaña rusa cierran los ojos, aprietan los dientes y esperan a que acabe el recorrido, mientras que los amantes de la aventura van con los ojos abiertos y disfrutan de cada subida y bajada?

Ambos hacen el mismo viaje, pero con distintas actitudes. No siempre podrás controlar lo que te pasa, pero puedes escoger cómo reaccionar ante las circunstancias. Por ejemplo, decide ver los problemas como oportunidades para crecer y desarrollarte en lugar de como situaciones que te dejan sin fuerzas.

También necesitas estar en buena forma física. “…El ejercicio físico trae algún provecho” (1 Timoteo 4:8 NVI).
No tienes que conducir 40 minutos para ir a un gimnasio, luego esperar otros 30 minutos para usar la cinta de correr durante 20 minutos; simplemente ¡empieza a caminar! Una caminata rápida te hará sentir mucho mejor física y mentalmente. ¡Vamos, muévete!

Por último, tienes que acceder al poder de la Palabra de Dios. Practica la afirmación bíblica “La palabra de Cristo habite en abundancia en vosotros” (Colosenses 3:16). Pero antes de que eso ocurra, tienes que alimentar tu mente con las Escrituras y luego meditar en ellas hasta que echen raíces y crezcan dentro de ti. De esa forma, podrás echar mano de ellas cuando las necesites.

 

 

 

UN ENCUENTRO CON LA PALABRA

 

REFLEXION

Devocionales
Reflexiones cristianas diarias por CVCLAVOZ


Ejemplo transformador.

Cuentan que un niño fue una vez a una escuela de chicos de escasos recursos; en el lugar le lavaron la cara y al volver a su casa la madre, viendo el rostro tan limpio del pequeño, no pudo menos que creer que el suyo estaba bastante sucio, así que se lavó también.

Cuando el padre vio las dos caras limpias; se lavó igualmente. Luego comparó desfavorablemente el cuarto en el que vivían con las caras limpias, de manera que la madre se puso a fregar y limpiar el polvo.

Otra mujer que vivía en otro cuarto en la misma casa, viendo el cambio de sus vecinos, se decidió a emplear los mismos medios de limpieza. Pero el cambio no se limitó a estas dos familias sino que toda la vecindad se reformó. Y todo esto fue el resultado de haber lavado la cara a un pequeño.

Lavarle el rostro a un pequeño puede parecer una acción casi insignificante, podríamos creer que más allá de evitar enfermedades y de que se vea bien no hará ningún otro cambio significativo, lo cual es una gran mentira.

Cada una de nuestras acciones tiene repercusiones y muchas veces no llegaremos a conocer el alcance que tuvieron, pero sin duda habrán afectada la vida de una o más personas. Nunca olvides que aún la cosa más mínima que hagas puede cambiar la vida de alguien, edificándola o destruyéndola. Y lo mismo sucede con nuestras palabras, todo aquello que digamos repercutirá en los demás.

Las familias en las que hay amor y respeto tienen niños que tratan de la misma forma a los demás; y aquellas en las que la violencia física o verbal está presente tienen miembros agresivos con otros y esto tiende a ser una cadena en crecimiento.

Procuremos que nuestras palabras y acciones transformen la vida de los demás, que puedan verse en nosotros como en un espejo, que podamos inquietarlos a cambiar y a ser mejores, a corregir sus caminos y ayudar a otros.

“Por lo tanto, imiten a Dios en todo lo que hagan porque ustedes son sus hijos queridos. Vivan una vida llena de amor, siguiendo el ejemplo de Cristo. Él nos amó y se ofreció a sí mismo como sacrificio por nosotros, como aroma agradable a Dios”. Efesios 5: 1, 2 (NTV)

Busquemos que en todo tiempo ser buenos imitadores de Dios, que nuestras vidas reflejen su amor y podamos ser agentes de cambio de personas, familias y hasta comunidades.


Ana María Frege Issa
CVCLAVOZ