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Números 11:5 La Biblia de las Américas (LBLA)

El pueblo se queja contra el Señor

 

 

11 Y el pueblo comenzó a quejarse en[a] la adversidad a oídos del Señor; y cuando el Señor lo oyó, se encendió su ira, y el fuego del Señor ardió entre ellos y consumió un extremo del campamento.Entonces clamó el pueblo a Moisés, y Moisés oró al Señor y el fuego se apagó[b]. Y se le dio a aquel lugar el nombre de Tabera[c], porque el fuego del Señor había ardido entre ellos.

Y el populacho que estaba entre ellos tenía un deseo insaciable[d]; y también los hijos de Israel volvieron a llorar, y dijeron: ¿Quién nos dará carne para comer? Nos acordamos del pescado que comíamos gratis en Egipto, de los pepinos, de los melones, los puerros, las cebollas y los ajos; pero ahora no tenemos apetito[e]. Nada hay para nuestros ojos excepto este maná. Y el maná era como una semilla de cilantro, y su aspecto como el del bedelio. El pueblo iba, lo recogía y lo molía entre[f]dos piedras de molino, o lo machacaba en el mortero, y lo hervía en el caldero y hacía tortas con él; y tenía el sabor de tortas cocidas con[g]aceite. Cuando el rocío caía en el campamento por la noche, con[h] él caía el maná.

10 Y Moisés oyó llorar al pueblo, por sus familias, cada uno a la puerta de su tienda; y la ira del Señor se encendió en gran manera, y a Moisés no le agradó[i]. 11 Entonces Moisés dijo al Señor: ¿Por qué has tratado tan mal a tu siervo? ¿Y por qué no he hallado gracia ante tus ojos para que hayas puesto la carga de todo este pueblo sobre mí? 12 ¿Acaso concebí yo a todo este pueblo? ¿Fui yo quien lo dio a luz para que me dijeras: “Llévalo en tu seno, como la nodriza[j] lleva al niño de pecho, a la tierra que yo juré[k] a sus padres”? 13 ¿De dónde he de conseguir carne para dar a todo este pueblo? Porque claman a mí, diciendo: “Danos carne para que comamos.” 14 Yo solo no puedo llevar a todo este pueblo, porque es mucha carga[l] para mí. 15 Y si así me vas a tratar, te ruego que me mates si he hallado gracia ante tus ojos, y no me permitas ver mi desventura.

16 Entonces el Señor dijo a Moisés: Reúneme a setenta hombres de los ancianos de Israel, a quienes tú conozcas como los ancianos del pueblo y a sus oficiales, y tráelos a la tienda de reunión y que permanezcan allí contigo. 17 Entonces descenderé y hablaré contigo allí, y tomaré del Espíritu que está sobre ti y lo pondré sobre ellos, y llevarán contigo la carga del pueblo para que no la lleves tú solo. 18 Y di al pueblo: “Consagraos para mañana, y comeréis carne, pues habéis llorado a oídos del Señor, diciendo: ‘¡Quién nos diera a comer carne! Porque nos iba mejor en Egipto.’ El Señor, pues, os dará carne y comeréis. 19 “No comeréis un día, ni dos días, ni cinco días, ni diez días, ni veinte días,20 sino[m] todo un mes, hasta que os salga por las narices y os sea aborrecible, porque habéis rechazado al Señor, que está entre vosotros, y habéis llorado delante de El, diciendo: ‘¿Por qué salimos de Egipto?’”21 Pero Moisés dijo: El pueblo, en medio del cual estoy, llega aseiscientos mil de a pie; y tú has dicho: “Les daré carne a fin de que coman, por todo un mes.” 22 ¿Sería suficiente degollar para ellos las ovejas y los bueyes? ¿O sería suficiente juntar para ellos todos los peces del mar? 23 Y el Señor dijo a Moisés: ¿Está limitado el poder[n] del Señor? Ahora verás si mi palabra se te cumple o no.

24 Salió Moisés y dijo al pueblo las palabras del Señor. Reunió después a setenta hombres de los ancianos del pueblo y los colocó alrededor de la tienda. 25 Entonces el Señor descendió en la nube y le habló; y tomó del Espíritu que estaba sobre él y lo colocó sobre los setenta ancianos. Y sucedió que cuando el Espíritu reposó sobre ellos, profetizaron; pero no volvieron a hacerlo más.

26 Pero dos hombres habían quedado en el campamento; uno se llamaba Eldad, y el otro[o] se llamaba Medad. Y el Espíritu reposó sobre ellos(ellos estaban entre los que se habían inscrito, pero no habían salido a la tienda), y profetizaron en el campamento. 27 Y un joven corrió y avisó a Moisés, diciendo: Eldad y Medad están profetizando en el campamento.28 Entonces respondió Josué, hijo de Nun, ayudante de Moisés desde su juventud, y dijo: Moisés, señor mío, detenlos. 29 Pero Moisés le dijo: ¿Tienes celos por causa mía? ¡Ojalá todo el pueblo del Señor fuera profeta, que el Señor pusiera su Espíritu sobre ellos! 30 Después Moisés volvió al campamento, y con él los ancianos de Israel.

31 Y salió de parte del Señor un viento que trajo codornices desde el mar y las dejó caer junto al campamento, como un día de camino de este lado, y un día de camino del otro lado, por todo alrededor del campamento, y como dos codos[p] de espesor sobre la superficie de la tierra. 32 Y el pueblo estuvo levantado todo el día, toda la noche, y todo el día siguiente, y recogieron las codornices (el que recogió menos, recogió diez homeres[q]), y las tendieron para sí por todos los alrededores del campamento. 33 Pero mientras la carne estaba aún entre sus dientes, antes que la masticaran, la ira del Señor se encendió contra el pueblo, y el Señor hirió al pueblo con una plaga muy mala. 34 Por eso llamaron a aquel lugar Kibrot-hataava[r], porque allí sepultaron a los que habían sido codiciosos. 35 Y de Kibrot-hataava el pueblo partió para Hazerot, y permaneció[s] en Hazerot.

 

 

 

UN ENCUENTRO CON LA PALABRA

 

REFLEXION

Echad Vuestras Redes Para Pescar. Lucas 5:4
Publicado por: Cristianos en Devocional Diario 0


Pedro dejó caer su red en las profundidades del agua bajo la instrucción de Jesús, aunque pescaron toda la noche sin resultados. Pedro confió en Jesús y en Su palabra a pesar de su propio entendimiento. Como resultado, había más peces de los que podían cargar y Pedro entregó su corazón a Jesús. Pedro tuvo la oportunidad de dejar ir su propio conocimiento y experiencia para dejar que Dios actuara en el camino.

Lucas 5:4 Echad vuestras redes para pescar
Muchas veces luchamos con 2 actitudes, el soltar y el dejar obrar a Dios. Nos aferramos a la gente y las cosas hasta que no queda nada. Puede ser difícil dejar ir a la gente, un estilo de vida o cosas que disfrutamos porque nuestro deseo son días mejores y esperanzas mayores.

Queremos seguir haciendo lo que es cómodo y a lo que estamos acostumbrados. Sin embargo, eso no siempre sucede de la manera que nosotros queremos, y Dios no nos promete vidas cómodas y predecibles. Llega un momento en que debemos dejar operar a Dios.

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Si decidimos dejar obrar a Dios como Pedro, hay un riesgo. Dios puede sacudir las cosas tanto que ni siquiera recordaremos lo que teníamos en nuestras manos antes que Él entrará en acción.

Esto es exactamente lo que debe suceder para que podamos experimentar una relación mayor con Dios. Debemos aprender a soltar las cosas que importan a este mundo y aferrarnos a la cruz de Jesucristo. Nuestros afectos por la gente y las cosas tendrán que ocupar un segundo lugar detrás de nuestros deseos para el Señor.

A veces cuando soltamos, Dios nos devuelve esas cosas. Pero a veces, cuando las soltamos, se acaban para siempre. De cualquier manera, el Señor es glorificado cuando soltamos y aprendemos a confiar en Él con todo nuestro corazón. No tengas miedo de dejar obrar a Dios. Experimentarás una confianza más profunda en Cristo.

Oración
Amado Señor, lucho cada día con soltar estas cosas que no edifican mi vida. Necesito Tu fortaleza y valor para dejarte obrar y dejarte ser el Señor de mi vida en todo sentido. Amén.

 

 

 

UN ENCUENTRO CON LA PALABRA

 

REFLEXION

Devocionales
Reflexiones cristianas diarias por CVCLAVOZ


Cuando Dios dice “NO”

El hombre fue creado con la capacidad de soñar y anhelar, si nos damos la tarea de preguntar a las personas que en este momento están transitando las calles sobre si tienen sueños y metas, la gran mayoría responderá con un rotundo SI.

Muchos de nosotros queremos alcanzar grandes cosas y algunos ya estamos trabajando para lograrlo, pero olvidamos que si bien conocemos la dirección a la que queremos llegar es Dios quién tiene la llave de la puerta. “Los planes son del hombre; la palabra final la tiene el Señor” Proverbios 16:1 Dios Habla Hoy (DHH)

Imagina que estás a punto de dar el primer paso para conseguir aquello que anhelas y Dios te dice en ese momento “NO” ¿cuál sería tu reacción? ¿Seguirías amándole y sirviéndole igual?

Samuel Hernández en su canción “Dios me dijo que no” dice:

Yo le dije al señor, que sanara a mi madre 
y me dijo que no, es un proceso que tenemos que pasar 
a mi tiempo yo obraré, entiéndelo Samuel 
porque yo soy Jehová.

El NO de Dios es una respuesta que no esperamos e incluso que no queremos oír, porque es la negativa a lo que queremos y esto nos lleva a pensar ¿Dios no quiere darme lo que anhelo y sueño?

Él quiere lo mejor para ti, sus planes son perfectos para tu vida porque te soñó y te trajo a la existencia con un propósito “Incluso antes de haber hecho el mundo, Dios nos amó y nos eligió en Cristo para que seamos santos e intachables a sus ojos” Efesios 1:4 (NTV).

Quizás en ese momento no comprendas el NO, pero ten por seguro que esa respuesta no es el resultado de un capricho o del azar sino que es parte de un plan.

Al finalizar la canción que mencionamos dice lo siguiente:

Al fin he comprendido, hacer tu voluntad
Que eres mi dueño y mi guía lo eres tú...
Lo que el Espíritu diga eso se hará...
Porque aquí en ti y en mi
Manda Jehová.

No hay nadie en esta tierra y fuera de ella que nos conozca a la perfección, solamente Dios y Él sabe lo que realmente necesitamos, si te dijo “NO” no te desesperes, no te enojes y no te frustres porque su voluntad es agradable y perfecta.

 

 

Judith Quisbert
CVCLAVOZ