Isaías 60:5

 

 

 

 

 

 

Futura gloria de Jerusalén

 

 

 

60 Levántate, resplandece, porque ha llegado tu luz
y la gloria del Señor ha amanecido sobre ti.
Porque he aquí, tinieblas cubrirán la tierra
y densa oscuridad los pueblos;
pero sobre ti amanecerá el Señor,
y sobre ti aparecerá su gloria.
Y acudirán las naciones a tu luz,
y los reyes al resplandor de tu amanecer.

Levanta tus ojos en derredor y mira:
todos se reúnen, vienen a ti;
tus hijos vendrán de lejos,
y tus hijas serán llevadas en brazos[a].
Entonces lo verás y resplandecerás,
y se estremecerá y se regocijará[b] tu corazón,
porque vendrá sobre ti la abundancia del mar,
las riquezas de las naciones vendrán a ti.
Una multitud de camellos te cubrirá,
camellos jóvenes de Madián y de Efa;
todos los de Sabá vendrán,
traerán oro e incienso,
y traerán buenas nuevas de las alabanzas del Señor.
Todos los rebaños de Cedar serán reunidos para ti,
los carneros de Nebaiot estarán a tu servicio;
subirán como ofrenda agradable sobre mi altar,
y yo glorificaré[c] la casa de mi gloria[d].
¿Quiénes son éstos que vuelan como nubes,
y como palomas a sus ventanas[e]?
Ciertamente las costas me esperarán,
y las naves de Tarsis vendrán primero,
para traer a tus hijos de lejos,
y su plata y su oro con ellos,
por el nombre del Señor tu Dios,
y por el Santo de Israel que El te ha glorificado[f].

10 Extranjeros edificarán tus murallas,
y sus reyes te servirán;
porque en mi furor te herí,
pero en mi benevolencia he tenido compasión de ti.
11 Tus puertas estarán abiertas de continuo;
ni de día ni de noche se cerrarán,
para que te traigan las riquezas de las naciones,
con sus reyes llevados en procesión.
12 Porque la nación y el reino que no te sirvan, perecerán,
y esas naciones serán ciertamente destruidas.
13 La gloria del Líbano vendrá a ti,
el ciprés, el olmo y el boj a una,
para hermosear el lugar de mi santuario;
y yo haré glorioso el lugar de mis pies.
14 Vendrán a ti humillados los hijos de los que te afligieron,
se postrarán a las plantas de tus pies todos los que te despreciaban,
y te llamarán Ciudad del Señor,
Sion del Santo de Israel.

15 Por cuanto tú estabas abandonada y aborrecida,
sin que nadie pasara por ti,
haré de ti gloria eterna,
gozo de generación en generación.
16 Y mamarás la leche de las naciones,
al pecho de los reyes mamarás;
entonces sabrás que yo, el Señor, soy tu Salvador
y tu Redentor, el Poderoso de Jacob.
17 En vez de bronce, traeré oro,
en vez de hierro, traeré plata,
en vez de madera, bronce,
y en vez de piedras, hierro.
Pondré como tus administradores la paz,
y como tus gobernantes la justicia.
18 No se oirá hablar más de violencia en tu tierra,
ni de desolación, ni de destrucción dentro de tus límites;
sino que llamarás a tus murallas salvación y a tus puertas alabanza.
19 Ya el sol no será para ti luz del día,
ni el resplandor de la luna te alumbrará;
sino que tendrás al Señor por luz eterna,
y a tu Dios por tu gloria[g].
20 Nunca más se pondrá tu sol,
ni menguará tu luna,
porque tendrás al Señor por luz eterna,
y se habrán acabado los días de tu luto.
21 Entonces todos los de tu pueblo serán justos;
para siempre poseerán la tierra,
vástago de mi[h] plantío,
obra de mis manos,
para que yo me glorifique.
22 El más pequeño llegará a ser un millar[i],
y el más insignificante una nación poderosa.
Yo, el Señor, a su tiempo lo apresuraré.

 

 

 

 

Un Encuentro Con la Palabra

 

 

 

 

 

 

Promesas – En Desacuerdo?

 

 

 



Si debemos estar en desacuerdo, vamos a hacerlo sin ser desagradables.

Mateo 5:9
Bienaventurados los que procuran la paz, pues ellos serán llamados hijos de Dios.

Proverbios 15:1
Una respuesta suave calma el furor, una palabra hiriente aumenta la ira.

Romanos 12:18
En cuanto dependa de ustedes, traten de vivir en paz con todos.

Proverbios 3:30
No contiendas con nadie sin motivo, si no te ha hecho daño.

Mateo 5:24
deja tu ofrenda allí delante del altar, y ve, reconcíliate primero con tu hermano, y entonces ven y presenta tu ofrenda.

Marcos 9:50
sal es buena; pero si la sal se vuelve insípida, ¿con qué la sazonaréis? Tened sal en vosotros y estad en paz los unos con los otros.

Romanos 1:15
Así que, por mi parte, ansioso estoy de anunciar el evangelio también a vosotros que estáis en Roma.

Romanos 14:19
Así que procuremos lo que contribuye a la paz y a la edificación mutua.

Proverbios 26:17
Como el que toma un perro por las orejas, así es el que pasa y se entremete en contienda que no es suya.

 

 

 

Un Encuentro Con la Palabra

 

 

 

REFLEXION
4 Grandes ventajas de una vida cristiana centrada
Publicado por Devocionales 

 

 

 



“…SIGAMOS UNA MISMA REGLA…” (Filipenses 3:16)

Hay 4 grandes ventajas de una vida centrada:

(1) ¡La vida se simplifica!

Cuando desconoces tu propósito, intentas hacer demasiado – y eso causa estrés, fatiga y conflictos. 

Sólo tienes suficiente tiempo y energía para hacer la voluntad de Dios.

No conseguir hacer todo puede ser un indicador de que estás haciendo más de lo que Dios se propuso que hicieras. 

Una vida centrada lleva a un estilo de vida más sencillo y un horario más “saludable”. 

Escucha: “Tú guardarás en completa paz a aquel cuyo pensamiento en Ti persevera…” (Isaías 26:3).

(2) ¡Eres eficaz cuando eres selectivo!

Si quieres que tu vida tenga impacto, ¡céntrala!

No confundas actividad con productividad.

Una luz difusa tiene un impacto limitado, pero cuando está enfocada como un láser, puede atravesar el acero.

(3) ¡Te motiva!

Nada da más energía que un propósito claro. 

Es el trabajo sin sentido, no el exceso de trabajo, el que nos deja exhaustos. 

George Bernard Shaw escribió: “Esta es la verdadera felicidad de la vida: 

usarla para un propósito reconocido por uno mismo como importante, siendo una fuerza de la naturaleza en vez de un pequeño y egoísta coágulo de dolencias y gemidos, quejándote de que el mundo no se dedica a hacerte feliz”.

(4) ¡Te prepara para la eternidad!

La gente que dedica su vida intentando crear un legado duradero en la tierra, no se da cuenta de que con el tiempo todos los acontecimientos son sobrepasados, todos los recuerdos superados, toda fama desvanecida y todos los tributos olvidados. 

Finalmente, lo que más importa no es lo que otros digan de ti, sino lo que Dios dice. ¡Así que vive con esto en mente!