Génesis 3:8 La Biblia de las Américas (LBLA)

 

 

 

Sentencia por el pecado y promesa de redención

 

 

Y oyeron al[d] Señor Dios que se paseaba en el huerto al fresco[e] del día; y el hombre y su mujer se escondieron de la presencia del Señor Dios entre los árboles del huerto.Y el Señor Dios llamó al hombre, y le dijo: ¿Dónde estás? 10 Y él respondió: Te oí[f] en el huerto, y tuve miedo porque estaba desnudo, y me escondí. 11 Y Dios le dijo: ¿Quién te ha hecho saber que estabas desnudo? ¿Has comido del árbol del cual te mandé que no comieras? 12 Y el hombre respondió: La mujer que tú me diste por compañera[g] me dio del árbol, y yo comí. 13 Entonces el Señor Dios dijo a la mujer: ¿Qué es esto que has hecho? Y la mujer respondió: La serpiente me engañó, y yo comí. 14 Y el Señor Dios dijo a la serpiente:

Por cuanto has hecho esto,
maldita serás[h] más que todos los animales,
y más que todas las bestias del campo;
sobre tu vientre andarás,
y polvo comerás
todos los días de tu vida.
15 Y pondré enemistad
entre tú y la mujer,
y entre tu simiente y su simiente;
él te herirá en[i] la cabeza,
y tú lo herirás en el calcañar.

16 A la mujer dijo:

En gran manera multiplicaré
tu dolor en el parto[j],
con dolor darás a luz los hijos;
y con todo, tu deseo será para tu marido,
y él tendrá dominio sobre ti.

17 Entonces dijo a Adán: Por cuanto has escuchado la voz de tu mujer y has comido del árbol del cual te ordené, diciendo: “No comerás de él”,

maldita será[k] la tierra por tu causa;
con trabajo[l] comerás de ella
todos los días de tu vida.
18 Espinos y abrojos te producirá,
y comerás de las plantas[m] del campo.
19 Con el sudor de tu rostro
comerás el pan
hasta que vuelvas a la tierra,
porque de ella fuiste tomado;
pues polvo eres,
y al polvo volverás.

20 Y el hombre le puso por nombre Eva[n] a su mujer, porque ella era la madre de todos los vivientes. 21 Y el Señor Dios hizo vestiduras de piel para Adán y su mujer, y los vistió.

 

 

 

 

Un Encuentro Con la Palabra

 

 

Promesas – Lo Mejor está por Venir

Todo hombre tiene momentos de entusiasmo. Algunos lo poseen por treinta minutos, otros por treinta días, pero el que lo posee por treinta años es el que triunfa en la vida.

Mire siempre delante y hacia las alturas. Sus mayores contribuciones hacia la vida, sus mejores entregas, sus mejores cuidados, lo mejor de su amor, ¡aún está por darse!

Corramos con paciencia la carrera
que tenemos por delante.
Hebreos 12:1


Romanos 13:12
La noche está muy avanzada, y el día está cerca. Por tanto, desechemos las obras de las tinieblas y vistámonos con las armas de la luz.

1 Corintios 9:24
¿No sabéis que los que corren en el estadio, todos en verdad corren, pero sólo uno obtiene el premio? Corred de tal modo que ganéis.

1 Corintios 9:26
Por tanto, yo de esta manera corro, no como sin tener meta; de esta manera peleo, no como dando golpes al aire,

Gálatas 2:2
Subí por causa de una revelación y les presenté el evangelio que predico entre los gentiles, pero lo hice en privado a los que tenían alta reputación, para cerciorarme de que no corría ni había corrido en vano.

Efesios 4:22
que en cuanto a vuestra anterior manera de vivir, os despojéis del viejo hombre, que se corrompe según los deseos engañosos,

 

 

Un Encuentro Con la Palabra

REFLEXION

No duermas en tus cuatro paredes

 

 



Hace poco se realizó una campaña en las calles, que tenía como uno de sus fines el que las personas pudieran conocer una iglesia que recién se está levantando y en la cual podrían escuchar la palabra de Dios.

Lastimosamente no pude colaborar como deseaba, debido a las ocupaciones que presentaba ese momento, pero grande fue mi sorpresa al ver a tantos adolescentes y jóvenes nuevos que ese día recibieron al Señor.

Fue ahí que me di cuenta que me estaba perdiendo de lo más importante: ¡No estaba donde Dios quería que esté!

Y al ver las multitudes, tuvo compasión de ellas; porque estaban desamparadas y dispersas como ovejas que no tienen pastor. 

Entonces dijo a sus discípulos: A la verdad la mies es mucha, más los obreros pocos. Mateo 9:36-37

Jesús salió a las calles a predicar la palabra de Dios y al ver a tanta gente necesitada tuvo compasión de ella, porque no tenían alguien que los guíe. 

Él menciona que hay mucho trabajo pero que lamentablemente los obreros son pocos.

Referente a esto en una ocasión observé un gráfico en el que personas, fuera de una iglesia, mostraban letreros que decían: “¡Cristianos afuera! ¡Cristianos afuera!” Al principio no lo entendí bien, hasta que finalmente leí la parte final que decía “Se necesita que los cristianos no estén encerrados en cuatro paredes, nosotros quisiéramos escucharlos”.

Existe una frase muy conocida: “ojos que no ven, corazón que no siente” Si nosotros como iglesia permanecemos encerrados en nuestras cuatro paredes, siguiendo sólo nuestra propia agenda, rutina, actividades, etc., continuaremos siendo insensibles a las necesidades de los de afuera, he ahí la necesidad urgente de salir. Es necesario primero ver para luego sentir. Jesús veía y en su corazón nacía compasión por los demás.

En las calles hay mucha gente necesitada como los encarcelados, huérfanos, pobres, enfermos, atribulados y la lista podría continuar. Sin embargo, son pocos los que entienden y hacen algo por ellos mientras que la mayoría de las personas están totalmente ocupadas en sus actividades.

Alguna vez te has preguntado ¿qué haría el Señor Jesús si estuviera en la tierra?, ¿estaría encerrado en cuatro paredes?

Creo que sabemos la respuesta. No es malo estar ocupados en actividades dentro la iglesia, el error está en sólo preocuparnos por nosotros mismos y olvidarnos que los demás necesitan escuchar la buena noticia que un día también nosotros recibimos.

Si tú eres un discípulo de Jesús, hazte la siguiente pregunta: ¿A cuántas personas les hablé de Jesús? 

Querido amigo, si Jesús salía a las calles, nosotros también debemos seguir ese ejemplo.



Shirley Chambi
CVCLAVOZ