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PALBRAS DE AUTORIDAD Y FE

MATEO 8:1-3

Y he aquí, se le acercó un leproso y se postró ante El[a], diciendo: Señor, si quieres, puedes limpiarme. Y extendiendo Jesús la mano, lo tocó, diciendo: Quiero; sé limpio. Y al instante quedó limpio de su lepra[b].

MATEO 8:5-13

Y cuando entró Jesús[c] en Capernaúm se le acercó un centurión suplicándole,y diciendo: Señor, mi criado[d] está postrado en casa, paralítico, sufriendo mucho[e]Y Jesús le dijo*: Yo iré y lo sanaré. Pero el centurión respondió y dijo: Señor, no soy digno de que entres bajo mi techo; mas solamente di la palabra[f] y mi criado[g] quedará sano. Porque yo también soy hombre bajo autoridad, con[h] soldados a mis órdenes[i]; y digo a éste: “Ve”, y va; y al otro: “Ven”, y viene; y a mi siervo: “Haz esto”, y lo hace. 10 Al oírlo Jesús, se maravilló y dijo a los que le seguían: En verdad os digo que en Israel[j] no he hallado en nadie una fe tan grande11 Y os digo que vendrán muchos del oriente y del occidente, y se sentarán[k] a la mesa con Abraham, Isaac y Jacob en el reino de los cielos. 12 Pero los hijos del reino serán arrojados a las tinieblas de afuera; allí será el llanto y el crujir de dientes. 13 Entonces Jesús dijo al centurión: Vete; así como has creído, te sea hecho. Y el criado[l] fue sanado en esa misma hora.

MATEO 8:14-17

14 Al llegar Jesús a casa de Pedro, vio a la suegra de éste[m] que yacía en cama[n] con fiebre. 15 Le tocó la mano, y la fiebre la dejó; y ella se levantó y le servía. 16 Y al atardecer, le trajeron muchos endemoniados; y expulsó a los espíritus con su palabra, y sanó a todos los que estaban enfermos, 

MATEO 8:25-27

 25 Y llegándose a El, le despertaron, diciendo: ¡Señor, sálvanos, que perecemos! 26 Y El les dijo*: ¿Por qué estáis amedrentados, hombres de poca fe? Entonces se levantó, reprendió a los vientos y al mar, y sobrevino una gran calma. 

MATEO 8:28-32

 30 A cierta distancia de ellos había una piara de muchos cerdos paciendo; 31 y los demonios le rogaban, diciendo: Si vas a echarnos fuera, mándanos a la piara de cerdos. 32 Entonces El les dijo: ¡Id! Y ellos salieron y entraron en los cerdos; y he aquí que la piara entera se precipitó por un despeñadero al mar, y perecieron en las aguas.

MATEO 9:1-8

Y subiendo Jesús en una barca, pasó al otro lado y llegó a su ciudad. Y[a] le trajeron un paralítico echado en una camilla; y Jesús, viendo la fe de ellos, dijo al paralítico: Anímate, hijo, tus pecados te son perdonados

Porque, ¿qué es más fácil, decir: “Tus pecados te son perdonados”, o decir: “Levántate, y anda”? Pues para que sepáis que el Hijo del Hombre tiene autoridad en la tierra para perdonar pecados (entonces dijo* al paralítico): Levántate, toma tu camilla y vete a tu casa.

MATEO 9:20-22

20 Y he aquí, una mujer que había estado sufriendo de flujo de sangre por doce años, se le acercó por detrás y tocó el borde de su manto;21 pues decía para sí: Si tan sólo toco su manto, sanaré[t]22 Pero Jesús, volviéndose y viéndola, dijo: Hija, ten ánimo, tu fe te ha sanado[u]. Y al instante[v] la mujer quedó sana[w].

MATEO 9:23-25

23 Cuando entró Jesús en la casa del oficial[x], y vio a los flautistas y al gentío en ruidoso desorden, 24 les dijo: Retiraos, porque la niña[y] no ha muerto, sino que está dormida. Y se burlaban de El. 25 Pero cuando habían echado fuera a la gente, El entró y la tomó de la mano; y la niña[z] se levantó[aa].

MATEO 9:27-30

28 Y después de haber entrado en la casa, se acercaron a El los ciegos, y Jesús les dijo*: ¿Creéis que puedo hacer esto? Ellos le respondieron*: Sí, Señor. 29 Entonces les tocó los ojos, diciendo: Hágase en vosotros según vuestra fe. 30 Y se les abrieron los ojos. 

MATEO 9:32-33

32 Y al salir ellos de allí, he aquí, le trajeron un mudo endemoniado. 33 Y después que el demonio había sido expulsado, el mudo habló;

MATEO 9:35

35 Y Jesús recorría todas las ciudades y aldeas, enseñando en las sinagogas de ellos, proclamando el evangelio del reino y sanando toda enfermedad y toda dolencia.

MATEO 10:7-8

 Y cuando vayáis, predicad diciendo: “El reino de los cielos se ha acercado.” Sanad enfermos, resucitad muertos, limpiad leprosos, expulsad demonios; de gracia[i] recibisteis, dad de gracia[j].

MATEO 11:2-6

Y al oír Juan en la cárcel de las obras de Cristo[b], mandó por medio de sus discípulos a decirle: ¿Eres tú el que ha de venir[c], o esperaremos a otro? Y respondiendo Jesús, les dijo: Id y contad a Juan lo que oís y veis: los ciegos reciben la vista y los cojos andan, los leprosos quedan limpios, los sordos oyen, los muertos son resucitados y a los pobres se les anuncia el evangelio[d]. Y bienaventurado es el que no se escandaliza de mí.

MATEO 12:10-13

10 Y he aquí, había allí un hombre que tenía una mano seca. Y para poder acusarle, le preguntaron, diciendo: ¿Es lícito sanar en el día de reposo? 11 Y El les dijo: ¿Qué hombre habrá de vosotros que tenga una sola oveja, si ésta se le cae en un hoyo en día de reposo, no le echa mano y la saca? 12 Pues, ¡cuánto más vale un hombre que una oveja! Por tanto, es lícito hacer bien en el día de reposo. 13 Entonces dijo* al hombre: Extiende tu mano. Y él la extendió, y le fue restaurada, sana como la otra. 

MATEO 12:28-29

28 Pero si yo expulso los demonios por el Espíritu de Dios, entonces el reino de Dios ha llegado a vosotros29 ¿O cómo puede alguien entrar en la casa de un hombre fuerte y saquear sus bienes, si primero no lo ata[q]? Y entonces saqueará su casa.

MATEO 14:29-31

 29 Y El dijo: Ven. Y descendiendo Pedro de la barca, caminó sobre las aguas, y fue hacia Jesús. 30 Pero viendo la fuerza del viento tuvo miedo, y empezando a hundirse gritó, diciendo: ¡Señor, sálvame! 31 Y al instante Jesús, extendiendo la mano, lo sostuvo y le dijo*: Hombre de poca fe, ¿por qué dudaste? 

MATEO 14:35-36

35 Y cuando los hombres de aquel lugar reconocieron a Jesús[q], enviaron a decirlo por toda aquella comarca de alrededor y le trajeron todos los que tenían algún mal. 36 Y le rogaban que les dejara tocar siquiera el borde de su manto; y todos los quelo tocaban quedaban curados.

MATEO 15:22-28

22 Y he aquí, una mujer cananea que había salido de aquella comarca, comenzó a gritar, diciendo: Señor, Hijo de David, ten misericordia de mí; mi hija está terriblemente endemoniada. 23 Pero El no le respondió palabra. Y acercándose sus discípulos, le rogaban, diciendo: Atiéndela[j], pues viene gritando tras nosotros. 24 Y respondiendo El, dijo: No he sido enviado sino a las ovejas perdidas de la casa de Israel. 25 Pero acercándose ella, se postró[k] ante El, diciendo: ¡Señor, socórreme! 26 Y El respondió y dijo: No está bien tomar el pan de los hijos, y echárselo a los perrillos. 27 Pero ella dijo: Sí, Señor; pero[l]también los perrillos comen de las migajas que caen de la mesa de sus amos.28 Entonces, respondiendo Jesús, le dijo: Oh mujer, grande es tu fe; que te suceda como deseas. Y su hija quedó sana desde aquel momento[m].

MATEO 15:30

30 Y vinieron a El grandes multitudes trayendo consigo cojos, lisiados, ciegos, mudos y muchos otros enfermos y los pusieron a sus pies y El los sanó;

MATEO 17:14-21

14 Cuando llegaron a la multitud, se le acercó un hombre, que arrodillándose delante de El, dijo: 15 Señor, ten misericordia de mi hijo, porque es epiléptico[g]y sufre terriblemente, porque muchas veces cae en el fuego y muchas en el agua. 16 Y lo traje a tus discípulos y ellos no pudieron curarlo. 17 Respondiendo Jesús, dijo: ¡Oh generación incrédula y perversa! ¿Hasta cuándo estaré con vosotros? ¿Hasta cuándo os tendré que soportar? Traédmelo acá. 18 Y Jesús lo reprendió y el demonio salió de él, y el muchacho quedó curado desde aquel momento[h].

19 Entonces los discípulos, llegándose a Jesús en privado, dijeron: ¿Por qué nosotros no pudimos expulsarlo? 20 Y El les dijo*: Por vuestra poca fe; porque en verdad os digo que si tenéis fe como un grano de mostaza, diréis a este monte: “Pásate de aquí allá”, y se pasará; y nada os será imposible. 21 [i]Pero esta clase no sale sino con oración y ayuno.

MATEO 20:30-34

30 Y he aquí, dos ciegos que estaban sentados junto al camino, al oír que Jesús pasaba, gritaron, diciendo: ¡Señor, Hijo de David, ten misericordia de nosotros! 31 Y la gente los reprendía para que se callaran, pero ellos gritaban más aún, diciendo: ¡Señor, Hijo de David, ten misericordia de nosotros! 32 Deteniéndose Jesús, los llamó, y dijo:¿Qué queréis que yo haga por vosotros? 33 Ellos le dijeron*: Señor, deseamosque nuestros ojos sean abiertos. 34 Entonces Jesús, movido a compasión, tocó los ojos de ellos, y al instante recobraron la vista, y le siguieron.

MATEO 21:19-22

19 Y al ver una higuera junto al camino, se acercó a ella, pero no halló nada en ella sino sólo hojas, y le dijo*: Nunca jamás brote fruto de ti. Y al instante se secó la higuera. 20 Al ver esto, los discípulos se maravillaron y decían: ¿Cómo es que la higuera se secó al instante? 21 Respondiendo Jesús, les dijo: En verdad os digo que si tenéis fe y no dudáis, no sólo haréis lo de la higuera, sino que aun si decís a este monte: “Quítate y échate al mar”, así sucederá. 22 Y todo lo que pidáis en oración, creyendo, lo recibiréis.

SAN MARCOS 1:23-26

 23 Y he aquí[k]estaba en la sinagoga de ellos un hombre con un espíritu inmundo, el cual comenzó a gritar, 24 diciendo: ¿Qué tenemos que ver contigo[l], Jesús de Nazaret[m]? ¿Has venido a destruirnos? Yo sé quién eres: el Santo de Dios.25 Jesús lo reprendió, diciendo: ¡Cállate, y sal de él! 26 Entonces el espíritu inmundo, causándole convulsiones, gritó a gran voz y salió de él.

 

SAN MARCOS 1:38-39

38 Y El les dijo*:Vamos a otro lugar, a los pueblos vecinos, para que predique[q] también allí, porque para eso he venido. 39 Y fue por toda Galilea, predicando[r] en sus sinagogas y expulsando demonios.

SAN MARCOS 1:40-42

40 Y vino* a El un leproso rogándole, y arrodillándose le dijo[s]: Si quieres, puedes limpiarme. 41 Movido a compasión, extendiendo Jesús la mano, lo tocó, y le dijo*: Quiero; sé limpio. 42 Y al instante la lepra lo dejó y quedó limpio.

SAN MARCOS 2:3-5

Entonces vinieron* a traerle un paralítico llevado entre cuatro. Y como no pudieron acercarse[b] a El a causa de la multitud, levantaron el techo encima de donde El estaba; y cuando habían hecho una abertura, bajaron la camilla en que yacía el paralítico. Viendo Jesús la fe de ellos, dijo* al paralítico: Hijo, tus pecados te son perdonados.

SAN MARCOS 3:1-5

Otra vez entró Jesús en una sinagoga; y había allí un hombre que tenía una mano seca. Y le observaban para ver si lo sanaba en el día de reposo, para poder acusarle. Y dijo* al hombre que tenía la mano seca: Levántate y ponte aquí en medio. Entonces les dijo*: ¿Es lícito en el día de reposo hacer bien o hacer mal, salvar una vida o matar? Pero ellos guardaban silencio. Y mirándolos en torno con enojo, entristecido por la dureza de sus corazones, dijo* al hombre: Extiende tu mano. Y él la extendió, y su mano quedó sana[a].

SAN MARCOS 4:37-40

37 Pero se levantó* una violenta tempestad[j], y las olas se lanzaban sobre la barca de tal manera que ya se anegaba la barca. 38 El estaba en la popa, durmiendo sobre un cabezal[k]; entonces le despertaron* y le dijeron*: Maestro, ¿no te importa que perezcamos? 39 Y levantándose, reprendió al viento, y dijo al mar: ¡Cálmate[l], sosiégate[m]! Y el viento cesó, y sobrevino una gran calma. 40 Entonces les dijo: ¿Por qué estáis amedrentados? ¿Cómo no tenéis fe?

SAN MARCOS 5:1-13

Y cuando El salió de la barca, enseguida vino a su encuentro, de entre los sepulcros, un hombre con un espíritu inmundo, que tenía su morada entre los sepulcros; y nadie podía ya atarlo ni aun con cadenas; porque muchas veces había sido atado con grillos y cadenas, pero él había roto las cadenas y destrozado los grillos, y nadie era tan fuerte como para dominarlo. Y siempre, noche y día, andaba entre los sepulcros y en los montes dando gritos e hiriéndose con piedras. Cuando vio a Jesús de lejos, corrió y se postró delante de El; y gritando a gran voz, dijo*: ¿Qué tengo yo que ver contigo[b], Jesús, Hijo del Dios Altísimo? Te imploro por Dios que no me atormentes. Porque Jesús le decía: Sal del hombre, espíritu inmundo. Y le preguntó: ¿Cómo te llamas? Y él le dijo*: Me llamo Legión, porque somos muchos. 10 Entonces le rogaba con insistencia que no los enviara fuera de la tierra. 11 Y había allí una gran piara de cerdos paciendo junto al monte. 12 Y los demonios le rogaron, diciendo: Envíanos a los cerdos para que entremos en ellos. 13 Y El les dio permiso. Y saliendo los espíritus inmundos, entraron en los cerdos; y la piara, unos dos mil, se precipitó por un despeñadero al mar, y en el mar se ahogaron[c]

SAN MARCOS 5:35-42

 

35 Mientras estaba todavía hablando, vinieron* de casa del oficial de la sinagoga, diciendo: Tu hija ha muerto, ¿para qué molestas aún al Maestro?36 Pero Jesús, oyendo lo que se hablaba, dijo* al oficial de la sinagoga: No temas, cree solamente[o]37 Y no permitió que nadie fuera con El sino sóloPedro, Jacobo[p] y Juan, el hermano de Jacobo[q]38 Fueron* a la casa del oficial de la sinagoga, y Jesús vio* el alboroto, y a los que lloraban y se lamentaban mucho. 39 Y entrando les dijo*: ¿Por qué hacéis alboroto y lloráis? La niña no ha muerto, sino que está dormida. 40 Y se burlaban de El. Pero El, echando fuera a todos, tomó* consigo al padre y a la madre de la niña, y a los que estaban con El, y entró* donde estaba la niña. 41 Y tomando a la niña por la mano, le dijo*: Talita cum (que traducido significa: Niña, a ti te digo, ¡levántate!). 42 Al instante la niña se levantó y comenzó a caminar, pues tenía doce años. Y al momento se quedaron completamente atónitos.

SAN MARCOS 6:7-12

Entonces llamó* a los doce y comenzó a enviarlos de dos en dos, dándoles autoridad sobre los espíritus inmundos; y les ordenó que no llevaran nada para el camino, sino sólo un bordón; ni pan, ni alforja[e], ni dinero en el cinto;sino calzados con sandalias. No llevéis dos túnicas[f] 10 —les dijo— y dondequiera que entréis en una casa, quedaos allí hasta que salgáis de la población[g]11 Y en cualquier lugar que no os reciban ni os escuchen, al salir de allí, sacudid el polvo de la planta[h] de vuestros pies en testimonio contra ellos.12 Y saliendo, predicaban[i] que todos se arrepintieran. 13 Y echaban fuera muchos demonios, y ungían con aceite a muchos enfermos y los sanaban.

SAN MARCOS 7:31-37

31 Volviendo a salir de la región de Tiro, pasó por Sidón y llegó al mar de Galilea, atravesando la región de Decápolis. 32 Y le trajeron* a uno que era sordo y que hablaba con dificultad, y le rogaron* que pusiera la mano sobre él.33 Entonces Jesús, tomándolo aparte de la multitud, a solas, le metió los dedos en los oídos, y escupiendo, le tocó la lengua con la saliva; 34 y levantando los ojos al cielo, suspiró profundamente y le dijo*: ¡Effatá!, esto es: ¡Abrete! 35 Y al instante se abrieron sus oídos, y desapareció[v] el impedimento[w] de su lengua, y hablaba con claridad. 36 Y Jesús les ordenó que a nadie se lo dijeran; pero mientras más se lo ordenaba, tanto más ellos lo proclamaban. 37 Y se asombraron en gran manera, diciendo: Todo lo ha hecho bien; aun a los sordos hace oír y a los mudos hablar.

SAN MARCOS 8:22-26

22 Llegaron* a Betsaida, y le trajeron* un ciego y le rogaron* que lo tocara.23 Tomando de la mano al ciego, lo sacó fuera de la aldea; y después de escupiren sus ojos y de poner las manos sobre él, le preguntó: ¿Ves algo? 24 Y levantando[m] la vista, dijo: Veo a los hombres, pero los veo[n] como árboles que caminan. 25 Entonces Jesús puso otra vez las manos sobre sus ojos, y él miró fijamente y fue restaurado; y lo veía todo con claridad. 26 Y lo envió a su casa diciendo: Ni aun en la aldea entres.

SAN MARCOS 11-12-14

12 Al día siguiente, cuando salieron de Betania, Jesús tuvo hambre. 13 Y viendo de lejos una higuera con hojas, fue a ver si quizá pudiera hallar algo en ella; cuando llegó a ella, no encontró más que hojas, porque no era tiempo de higos.14 Y Jesús, hablando[d] a la higuera, le dijo: Nunca jamás coma nadie fruto de ti. Y sus discípulos le estaban escuchando.

SAN MARCOS 11-20-26

20 Por la mañana, cuando pasaban, vieron la higuera seca desde las raíces.21 Entonces Pedro, acordándose, le dijo*: Rabí, mira, la higuera que maldijiste se ha secado. 22 Y Jesús respondió*, diciéndoles: Tened fe en Dios. 23 En verdad os digo que cualquiera que diga a este monte: “Quítate y arrójate al mar”, y no dude en su corazón, sino crea que lo que dice va a suceder, le será concedido.24 Por eso os digo que todas las cosas por las que oréis y pidáis, creed que ya las habéis recibido, y os serán concedidas. 25 Y cuando estéis[g] orando, perdonad si tenéis algo contra alguien, para que también vuestro Padre que está en los cielos os perdone vuestras transgresiones. 26 [h]Pero si vosotros no perdonáis, tampoco vuestro Padre que está en los cielos perdonará vuestras transgresiones.

SAN LUCAS 4:33-35

33 Y estaba en la sinagoga un hombre poseído por el espíritu[n] de un demonio inmundo, y gritó a gran voz: 34 Déjanos ¿Qué tenemos que ver contigo[o], Jesús de Nazaret[p]? ¿Has venido a destruirnos? Yo sé quién eres: el Santo de Dios. 35 Jesús entonces lo reprendió, diciendo: ¡Cállate y sal de él! Y después que el demonio lo derribó en medio de ellos, salió de él sin hacerle ningún daño.

SAN LUCAS 5:4-5

Cuando terminó de hablar, dijo a Simón: Sal a la parte más profunda[b] y echad vuestras redes para pescar[c]Respondiendo Simón, dijo: Maestro, hemos estado trabajando toda la noche y no hemos pescado[d] nada, pero porque tú lo pides[e], echaré las redes.

SAN LUCAS 9:1-6

Reuniendo a los doce, les dio poder y autoridad sobre todos los demonios y para sanar enfermedades. Y los envió a proclamar el reino de Dios y a sanar a los enfermos. Y les dijo: No toméis nada para el camino, ni bordón, ni alforja[a], ni pan, ni dinero; ni tengáis dos túnicas cada uno. En cualquier casa donde entréis, quedaos allí, y sea de allí vuestra salida. Y en cuanto a los que no os reciban, al salir de esa ciudad, sacudid el polvo de vuestros pies en testimonio contra ellos. Entonces salieron, e iban por las aldeas anunciando el evangelio y sanando por todas partes.

SAN LUCAS 9:37-42

37 Y aconteció que al día siguiente, cuando bajaron del monte, una gran multitud le salió al encuentro. 38 Y he aquí, un hombre de la multitud gritó, diciendo: Maestro, te suplico que veas a mi hijo, pues es el único que tengo[u],39 y sucede que un espíritu se apodera de él, y de repente da gritos, y el espíritu le hace caer con convulsiones, echando[v] espumarajos; y magullándole, a duras penas se aparta de él. 40 Entonces rogué a tus discípulos que lo echaran fuera, y no pudieron. 41 Respondiendo Jesús, dijo: ¡Oh generación incrédula y perversa! ¿Hasta cuándo he de estar con vosotros y os he de soportar? Trae acá a tu hijo. 42 Cuando éste se acercaba, el demonio lo derribó y lo hizo caer con convulsiones. Pero Jesús reprendió al espíritu inmundo, y sanó al muchacho y se lo devolvió a su padre43 Y todos estaban admirados de la grandeza[w] de Dios.

SAN LUCAS 9:49-50

 49 Y respondiendo Juan, dijo: Maestro, vimos a uno echando fuera demonios en tu nombre, y tratamos de impedírselo porque no anda con nosotros. 50 Pero Jesús le dijo: No se lo impidáis; porque el que no está contra vosotros, está con vosotros.

SAN LUCAS 10:1-12

10 Después de esto, el Señor designó a otros setenta[a], y los envió de dos en dos delante de El, a toda ciudad y lugar adonde El había de ir. Y les decía: La mies es mucha, pero los obreros pocos; rogad, por tanto, al Señor de la mies que envíe obreros a su mies. Id; mirad que os envío como corderos en medio de lobos. No llevéis bolsa, ni alforja[b], ni sandalias; y a nadie saludéis por el camino. En cualquier casa que entréis, decid primero: “Paz a esta casa.” Y si hay allí un hijo de paz, vuestra paz reposará sobre él; pero si no, se volverá a vosotrosPermaneced entonces en esa casa[c], comiendo y bebiendo lo que os den[d]; porque el obrero es digno de su salario. No os paséis de casa en casa.En cualquier ciudad donde entréis y os reciban, comed lo que os sirvan;sanad a los enfermos que haya en ella, y decidles: “Se ha acercado a vosotros el reino de Dios.” 10 Pero en cualquier ciudad donde entréis, y no os reciban, salid a sus calles, y decid: 11 “Hasta el polvo de vuestra ciudad que se pega a nuestros pies, nos lo sacudimos en protesta contra vosotros; empero sabed esto: que el reino de Dios se ha acercado.” 12 Os digo que en aquel día será más tolerable el castigo para Sodoma que para aquella ciudad. 13 ¡Ay de ti Corazín! ¡Ay de ti Betsaida! Porque si los milagros[e] que se hicieron en vosotras hubieran sido hechos en Tiro y Sidón, hace tiempo que se hubieran arrepentido sentados en cilicio y ceniza. 14 Por eso, en el juicio será más tolerable el castigo para Tiro y Sidón que para vosotras. 15 Y tú, Capernaúm, ¿acaso serás elevada hasta los cielos? ¡Hasta el Hades[f] serás hundida! 16 El que a vosotros escucha, a mí me escucha, y el que a vosotros rechaza, a mí me rechaza; y el que a mí me rechaza, rechaza al que me envió.

SAN LUCAS 10:17-20

17 Los setenta[g] regresaron con gozo, diciendo: Señor, hasta los demonios se nos sujetan en tu nombre. 18 Y El les dijo: Yo veía a Satanás caer del cielo como un rayo. 19 Mirad, os he dado autoridad para hollar sobre serpientes y escorpiones, y sobre todo el poder del enemigo, y nada os hará daño. 20 Sin embargo, no os regocijéis en esto, de que los espíritus se os sometan, sino regocijaos de que vuestros nombres están escritos en los cielos.

SAN LUCAS 10:9-10

Y yo os digo: Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá.10 Porque todo el que pide, recibe; y el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá.

SAN LUCAS 10:17-20

17 Pero conociendo El sus pensamientos, les dijo: Todo reino dividido contra sí mismo es asolado; y una casa dividida contra sí misma[o], se derrumba. 18 Y si también Satanás está dividido contra sí mismo, ¿cómo permanecerá en pie su reino? Porque vosotros decís que yo echo fuera demonios por Beelzebú. 19 Y si yo echo fuera demonios por Beelzebú, ¿por quién los echan fuera vuestros hijos? Por consiguiente, ellos serán vuestros jueces. 20 Pero si yo por el dedo de Dios echo fuera los demonios, entonces el reino de Dios ha llegado a vosotros.

SAN JUAN 5:1-17

 

Después de esto, se celebraba[a] una fiesta[b] de los judíos, y Jesús subió a Jerusalén. Y hay en Jerusalén, junto a la puerta de las ovejas, un estanque que en hebreo[c] se llama Betesda[d] y que tiene cinco pórticos. En éstos yacía una multitud de enfermos, ciegos, cojos y paralíticos [e]que esperaban el movimiento del agua; porque un ángel del Señor descendía de vez en cuando al estanque y agitaba el agua; y el primero que descendía al estanque después del movimiento del agua, quedaba curado de cualquier enfermedad que tuviera. Y estaba allí un hombre que hacía treinta y ocho años que estaba enfermo[f]Cuando Jesús lo vio acostado allí y supo que ya llevaba mucho tiempo en aquella condición, le dijo*: ¿Quieres ser sano? El enfermo le respondió: Señor, no tengo a nadie que me meta en el estanque cuando el agua es agitada; y mientras yo llego, otro baja antes que yo. Jesús le dijo*:Levántate, toma tu camilla y anda. Y al instante el hombre quedó sano, y tomó su camilla y echó a andar.

 

SAN JUAN 5:19-27

19 Por eso Jesús, respondiendo, les decía: En verdad, en verdad os digo que el Hijo no puede hacer nada por su cuenta, sino lo que ve hacer al Padre; porque todo lo que hace el Padre[g], eso también hace el Hijo de igual manera. 20 Pues el Padre ama al Hijo, y le muestra todo lo que El mismo hace; y obras mayores que éstas le mostrará, para que os admiréis. 21 Porque así como el Padre levanta a los muertos y les da vida, asimismo el Hijo también da vida a los que El quiere.

SAN JUAN 9:1-11

Al pasar Jesús, vio a un hombre ciego de nacimiento. Y sus discípulos le preguntaron, diciendo: Rabí[a], ¿quién pecó, éste o sus padres, para que naciera ciegoJesús respondió: Ni éste pecó, ni sus padres; sino que está ciego para que las obras de Dios se manifiesten en él. Nosotros debemos[b]hacer las obras del que me envió mientras es de día; la noche viene cuando nadie puede trabajar. Mientras estoy en el mundo, yo soy la luz del mundo.Habiendo dicho esto, escupió en tierra, e hizo barro con la saliva y le untó el barro en los ojos, y le dijo: Ve y lávate en el estanque de Siloé (que quiere decir, Enviado). El fue, pues, y se lavó y regresó viendo. Entonces los vecinos y los que antes le habían visto que era mendigo, decían: ¿No es éste el que se sentaba y mendigaba? Unos decían: El es; y otros decían: No, pero se parece a él. El decía: Yo soy. 10 Entonces le decían: ¿Cómo te fueron abiertos los ojos?11 El respondió: El hombre que se llama Jesús hizo barro, lo untó sobre mis ojos y me dijo: “Ve al Siloé y lávate.” Así que fui, me lavé y recibí la vista. 

SAN JUAN 11:1-44

38 Entonces Jesús, de nuevo profundamente conmovido en su interior, fue* al sepulcro. Era una cueva, y tenía una piedra puesta sobre ella. 39 Jesús dijo*:Quitad la piedra. Marta, hermana del que había muerto, le dijo*: Señor, ya hiede, porque hace cuatro días que murió. 40 Jesús le dijo*: ¿No te dije que si crees, verás la gloria de Dios? 41 Entonces quitaron la piedra. Jesús alzó los ojos a lo alto, y dijo: Padre, te doy gracias porque me has oído. 42 Yo sabía que siempre me oyes; pero lo dije por causa de la multitud que me rodea, para que crean que tú me has enviado. 43 Habiendo dicho esto, gritó con fuerte voz:¡Lázaro, ven fuera! 44 Y el que había muerto salió, los pies y las manos atadoscon vendas, y el rostro envuelto en un sudario. Jesús les dijo*: Desatadlo, y dejadlo ir.

HECHOS 3:1-10

Y había un hombre, cojo desde su nacimiento[b], al que llevaban y ponían diariamente a la puerta del templo llamada la Hermosa, para que pidiera limosna a los que entraban al templo. Este, viendo a Pedro y a Juanque iban a entrar al templo, les pedía limosna. Entonces Pedro, junto con Juan, fijando su vista en él, le dijo: ¡Míranos! Y él los miró atentamente[c], esperando recibir algo de ellos. Pero Pedro dijo: No tengo plata ni oro, mas lo que tengo, te doy: en el nombre de Jesucristo el Nazareno, ¡anda[d]! Y asiéndolo de la mano derecha, lo levantó; al instante sus pies y tobillos cobraron fuerza, y de un salto[e] se puso en pie y andaba. Entró al templo con ellos caminando, saltando y alabando a Dios.

HECHOS 9:32-35

32 Y[k] mientras Pedro viajaba por todas aquellas regiones, vino también a los santos que vivían en Lida. 33 Allí encontró a un hombre llamado Eneas, que había estado postrado en cama por ocho años, porque estaba paralítico. 34 Y Pedro le dijo: Eneas, Jesucristo te sana; levántate y haz tu cama. Y al instante se levantó35 Todos los que vivían en Lida y en Sarón lo vieron, y[l] se convirtieron al Señor.

HECHOS 9:36-41

39 Entonces Pedro se levantó y fue con ellos. Cuando llegó, lo llevaron al aposento alto, y todas las viudas lo rodearon llorando, mostrando todas las túnicas y ropas que Dorcas solía hacer cuando estaba con ellas. 40 Mas Pedro, haciendo salir a todos, se arrodilló y oró, y volviéndose al cadáver, dijo: Tabita, levántate. Y ella abrió los ojos, y al ver a Pedro, se incorporó. 41 Y él le dio la mano y la levantó; y llamando a los santosy a las viudas, la presentó viva.

HECHOS 13:4-12

 Pero Elimas, el mago (pues así se traduce su nombre), se les oponía, tratando de desviar de la fe al procónsul. Entonces Saulo, llamado también Pablo, lleno del Espíritu Santo, fijando la mirada en él,10 dijo: Tú, hijo del diablo, que estás lleno de todo engaño y fraude, enemigo de toda justicia, ¿no cesarás de torcer los caminos rectos del Señor? 11 Ahora, he aquí, la mano del Señor está sobre ti; te quedarás ciego y no verás el sol por algún tiempo. Al instante niebla y oscuridad cayeron sobre él, e iba buscando quien lo guiara de la mano. 

HECHOS 14:8-11

Y había en Listra un hombre que estaba sentado, imposibilitado de los pies, cojo desde el seno de su madre y que nunca había andado. Este escuchaba hablar a Pablo, el cual, fijando la mirada en él, y viendo que tenía fe para ser sanado[e]10 dijo con fuerte voz: Levántate derecho sobre tus pies. Y él dio un salto y anduvo. 11 Cuando la multitud vio lo que Pablo había hecho, alzaron la voz, diciendo en el idioma de Licaonia: Los dioses se han hecho semejantes a hombres y han descendido a nosotros.

HECHOS 16:16-19

16 Y sucedió que mientras íbamos al lugar de oración, nos salió al encuentro una muchacha esclava que tenía espíritu de adivinación, la cual daba grandes ganancias a sus amos, adivinando. 17 Esta, siguiendo a Pablo y a nosotros, gritaba diciendo: Estos hombres son siervos del Dios Altísimo, quienes os proclaman el[k] camino de salvación. 18 Y esto lo hacía por muchos días; mas desagradando esto a Pablo, se volvió y dijo al espíritu: ¡Te ordeno, en el nombre de Jesucristo, que salgas de ella! Y salió en aquel mismo momento[l].

19 Pero cuando sus amos vieron que se les había ido[m] la esperanza de su ganancia, prendieron a Pablo y a Silas, y los arrastraron hasta la plaza, ante las autoridades;

HECHOS 19:10-16

 10 Esto continuó por dos años, de manera que todos los que vivían en Asia[c] oyeron la palabra del Señor, tanto judíos como griegos. 11 Y Dios hacía milagros[d] extraordinarios por mano de Pablo, 12 de tal manera que incluso llevaban pañuelos o delantales de su cuerpo a los enfermos, y las enfermedades los dejaban y los malos espíritus se iban de ellos. 13 Pero también algunos de los judíos, exorcistas ambulantes, trataron de invocar el nombre del Señor Jesús sobre los que tenían espíritus malos, diciendo: Os ordeno por Jesús, a quien Pablo predica. 14 Y siete hijos de un tal Esceva, uno de los principales sacerdotes judíos, eran los que hacían esto. 15 Pero el espíritu malo respondió, y les dijo: A Jesús conozco[e], y sé quién es Pablo, pero vosotros, ¿quiénes sois? 16 Y el hombre en quien estaba el espíritu malo se lanzó sobre ellos, y los[f] dominó y pudo más que ellos, de manera que huyeron de aquella casa desnudos y heridos. 

HECHOS 20:9-12

 y estaba sentado en la ventana un joven llamado Eutico; y como Pablo continuaba hablando, Eutico fue cayendo en un profundo sueño hasta que, vencido por el sueño, cayó desde el tercer piso y lo levantaron muerto. 10 Pero Pablo bajó y se tendió sobre él, y después de abrazarlo, dijo: No os alarméis[d], porque está vivo[e]. 11 Y volviendo arriba, después de partir el pan y de comer[f], conversó largamente con ellos hasta el amanecer, y entonces se marchó. 12 Y se llevaron vivo al muchacho, y quedaron grandemente[g] consolados.