http://unencuentroconlapalabra1.jimdo.com/

facebook un encuentro con la palabra

http://www.amigosporisrael.org/

 

2 Reyes 17:13 La Biblia de las Américas (LBLA)

Causas de la caída del reino de Israel

 

 

17 En el año doce de Acaz, rey de Judá, Oseas, hijo de Ela, comenzó a reinar sobre Israel en Samaria, y reinó nueve años. E hizo lo malo ante los ojos del Señor, aunque no como los reyes de Israel que habían sido antes de él. Subió contra él Salmanasar, rey de Asiria, y Oseas fue hecho su siervo, y le pagaba tributo. Pero el rey de Asiria descubrió una conspiración de[a] Oseas, quien había enviado mensajeros a So, rey de Egipto, y no había pagado tributo al rey de Asiria como había hecho año tras año; por tanto el rey de Asiria lo detuvo y lo encadenó en la cárcel.Entonces el rey de Asiria invadió todo el país y subió a Samaria, y le puso sitio por tres años. En el año noveno de Oseas, el rey de Asiria tomó Samaria y se llevó a Israel al destierro en Asiria, y los puso en Halah y en Habor, río de Gozán, y en las ciudades de los medos.

Esto[b] sucedió porque los hijos de Israel habían pecado contra el Señorsu Dios, que los había sacado[c] de la tierra de Egipto de bajo la mano de Faraón, rey de Egipto, y habían reverenciado a otros dioses; y anduvieron en las costumbres[d] de las naciones que el Señor había arrojado de delante de los hijos de Israel, y en las costumbres de los reyes de Israel que ellos habían introducido[e]. Y los hijos de Israel secretamente hicieron cosas[f] que no eran rectas contra el Señor su Dios. Además se edificaron lugares altos en todas sus ciudades, desde las torres de atalaya hasta las ciudades fortificadas. 10 Se erigieron pilares sagrados y Aseras[g] sobre toda colina alta y bajo todo árbol frondoso, 11 y quemaron incienso allí en todos los lugares altos, como las naciones que el Señor se había llevado al destierro de delante de ellos; e hicieron cosas malas provocando al Señor. 12 Y sirvieron a ídolos, acerca de los cuales el Señor les había dicho: Vosotros no haréis esto. 13 Y elSeñor amonestaba a Israel y a Judá por medio de todos sus profetas yde todo vidente, diciendo: Volveos de vuestros malos caminos y guardad mis mandamientos, mis estatutos conforme a toda la ley que ordené a vuestros padres y que os envié por medio[h] de mis siervos los profetas.14 Sin embargo, ellos no escucharon, sino que endurecieron su cerviz como[i] sus padres, que no creyeron en el Señor su Dios. 15 Desecharon sus estatutos y el pacto que El había hecho con sus padres, y sus advertencias con las cuales los había amonestado. Y siguieron la vanidady se hicieron vanos, y fueron en pos de las naciones que los rodeaban, respecto de las cuales el Señor les había ordenado que no hicieran como ellas. 16 Y abandonaron todos los mandamientos del Señor su Dios, y se hicieron imágenes fundidas de dos becerros; hicieron una Asera[j], adoraron a todo el ejército de los cielos y sirvieron a Baal. 17 Hicieron pasar por el fuego a sus hijos y a sus hijas, practicaron la adivinación y los augurios, y se entregaron a[k] hacer lo malo ante los ojos del Señor, provocándole. 18 Y el Señor se airó en gran manera contra Israel y los quitó de su presencia; no quedó sino sólo la tribu de Judá.

19 Tampoco Judá[l] guardó los mandamientos del Señor su Dios, sino que anduvieron en las costumbres[m] que Israel había introducido[n]. 20 Y elSeñor desechó a toda la descendencia[o] de Israel, y los afligió y los entregó en mano de saqueadores, hasta que los echó de su presencia.21 Cuando El arrancó a Israel de la casa de David, ellos hicieron rey a Jeroboam, hijo de Nabat. Entonces Jeroboam apartó a Israel de seguir alSeñor, y les hizo cometer[p] un gran pecado. 22 Y los hijos de Israel anduvieron en todos los pecados que había cometido Jeroboam; no se apartaron de ellos, 23 hasta que el Señor quitó a Israel de su presencia, como El había hablado por medio[q] de todos sus siervos los profetas. E Israel fue llevado de su propia tierra al destierro, a Asiria, hasta hoy.

24 Y el rey de Asiria trajo hombres de Babilonia, de Cuta, de Ava[r], de Hamat y de Sefarvaim, y los puso en las ciudades de Samaria en lugar de los hijos de Israel. Y tomaron posesión de Samaria y habitaron en sus ciudades. 25 Y aconteció que como al principio de habitar ellos allí, no temieron al Señor, el Señor envió leones entre ellos que mataron amuchos de ellos. 26 Entonces hablaron al rey de Asiria, diciendo: Las naciones que has llevado al destierro a las ciudades de Samaria, no conocen la costumbre del dios de la tierra; por eso él ha enviado leones entre ellos, y he aquí, los leones los matan porque ellos no conocen la costumbre del dios de la tierra.

27 Y el rey de Asiria ordenó, diciendo: Llevad allá a uno de los sacerdotes que llevasteis al destierro[s], y que él vaya y habite[t] allí; y que les enseñe la costumbre del dios de la tierra. 28 Y vino uno de los sacerdotes que habían llevado al destierro desde Samaria, y habitó en Betel, y les enseñó cómo habían de temer al Señor. 29 Pero cada nación continuó haciendo sus propios dioses, y los pusieron en las casas de los lugares altos que los samaritanos habían hecho, cada nación en las[u] ciudades en que habitaban. 30 Y los hombres de Babilonia hicieron a Sucot-benot; los hombres de Cuta hicieron a Nergal; los hombres de Hamat hicieron a Asima; 31 y los aveos hicieron a Nibhaz y a Tartac; y los de Sefarvaim quemaban a sus hijos en el fuego como ofrenda a Adramelec y Anamelec, dioses de Sefarvaim. 32 También temían al Señor y nombraron de entre sí[v] sacerdotes de los lugares altos, que oficiaban por ellos en las casas de los lugares altos. 33 Temían al Señor y servían a sus dioses conforme a la costumbre de las naciones de donde habían sido llevados al destierro.

34 Hasta el día de hoy siguen haciendo conforme a sus antiguas costumbres. No temen al Señor, ni siguen[w] sus estatutos ni sus ordenanzas ni la ley ni el mandamiento que el Señor había ordenado a los hijos de Jacob, a quien puso el nombre de Israel, 35 con los cuales elSeñor hizo un pacto y les ordenó, diciendo: No temeréis a otros dioses ni os inclinaréis ante ellos, no los serviréis ni les ofreceréis sacrificios.36 Sino que al Señor, que os hizo subir de la tierra de Egipto con gran poder y con brazo extendido, a El temeréis y ante El os inclinaréis y a El ofreceréis sacrificios. 37 Y los estatutos, las ordenanzas, la ley y el mandamiento que El os escribió, cuidaréis de cumplirlos siempre, y no temeréis a otros dioses. 38 Y el pacto que he hecho con vosotros, no lo olvidaréis, ni temeréis a otros dioses. 39 Sino que al Señor vuestro Dios temeréis, y El os librará de la mano de todos vuestros enemigos. 40 Pero ellos no escucharon, sino que hicieron conforme a su antigua costumbre.41 Y aunque estas naciones temían al Señor, también servían a sus ídolos[x]; y de la misma manera que hicieron sus padres, así hacen hasta hoy sus hijos y sus nietos.

 

 

UN ENCUENTRO CON LA PALABRA

REFLEXION

¿Cómo Vivir Por El Poder Del Espíritu Santo?
Publicado por: Devocionales en Preguntas y Respuestas Cristianas, Respuestas Cristianas 0

 

“SON DOS FUERZAS QUE LUCHAN EN NUESTRO INTERIOR” (Gálatas 5:17, Castilian)

No importa cuánto tiempo hayamos caminado con Dios, nuestra carne por sí sola nunca mejora; jamás llegará a parecerse más a su Espíritu con el paso del tiempo. Por eso se nos dice que debemos crucificarla y caminar a diario por el poder del Espíritu del Señor que mora en nosotros. Escucha: “Que vuestra conducta sea conforme al Espíritu Santo, y que no obedezcáis a los impulsos de nuestra naturaleza pecadora. Porque nosotros, por naturaleza, nos inclinamos al mal, y con ello nos oponemos al Espíritu Santo; como también los deseos del Espíritu Santo se oponen a nuestros propios deseos naturales. Son dos fuerzas que luchan en nuestro interior, aparte de nuestra propia voluntad. En cambio, cuando el Espíritu Santo dirige nuestra vida, produce en nosotros frutos de amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre y templanza. (Gálatas 5:16-17, 22-23, Castilian).

Vivir Por el Poder.

¿Es posible llevar ese estilo de vida? Sí, pero tienes que hacer cuatro cosas:
1) Reconoce que eres el blanco del enemigo, y protégete con la Palabra del Señor y la oración.
2) Deshazte del pecado que te derrota una y otra vez: “…Despojémonos de todo peso y del pecado que nos asedia…” (Hebreos 12:1).
3) Sé continuamente lleno del poder del Espíritu de Dios. Sin él, no ganarás nunca.
4) Permanece en la fuerza del Señor y no en la tuya propia.
¿De qué manera? Luchando hasta que experimentes la victoria. Su fuerza, unida a tu decisión de obedecer y seguir luchando ¡te conducirá siempre a una victoria clara y permanente!

 

 

UN ENCUENTRO CON LA PALABRA

REFLEXION

Bandera Blanca

 

 

El castillo de Cortegana era una fortaleza medieval española levantada en el siglo XII en la línea fronteriza con Portugal, cuya finalidad era la de resguardar su soberanía territorial. La armada de España constantemente enviaba soldados a ese lugar y, con el tiempo, se convirtió en un pueblo que existe hasta nuestros días.
Una historia en torno a este castillo cuenta que en una ocasión gran parte de los escuadrones españoles se puso en marcha a esta zona con el propósito de revisar toda la línea fronteriza, terminar los trabajos de construcción de la fortaleza, levantar casas para que vivan las familias de los soldados destinados y comenzar con trabajos de agricultura.

Mientras ellos estaban en camino, el vigía vio que por el otro lado se acercaba un gran contingente de caballos de guerra y soldados de a pie, levantando banderas de guerra. De inmediato el soldado advirtió sobre el inminente peligro a sus superiores, quienes enviaron un jinete para pedir refuerzos.

Los soldados enemigos llegaron primero y acamparon a poca distancia del castillo, y como era costumbre, enviaron un emisario a solicitar su rendición o de lo contrario, al amanecer del día siguiente, atacarían y no dejarían a nadie con vida.

El pánico se apoderó de todos. Pocas horas después llegó el mensajero que fue enviado diciendo que la ayuda llegaría al amanecer del día siguiente, pero para que esos soldados tomaran una estrategia ofensiva o defensiva, debían levantar una bandera blanca en la sima del castillo.

Al amanecer del día del ataque, una bandera blanca ondeaba en el mástil de la torre más alta de la fortaleza. Los soldados enemigos se acercaron creyendo que se habían rendido, dejaron sus lanzas y envainaron sus espadas, soltaron sus escudos y caminaron con calma para saquear todo lo que podían. En ese momento, una lluvia de flechas cayó sobre ellos matando a muchos y mientras los que aún quedaron en pie estaban pasmados, una línea de hombres a caballo los rodeó y en pocos minutos, arrasaron con todos.
Algo similar pasa en nuestra vida. Las dificultades siempre suelen llegan antes que las soluciones y en ocasiones, esas dificultades son inmensamente superiores a las fuerzas de cualquiera. Seamos realistas, muchos de esos problemas definitivamente exceden cualquier capacidad humana. Quizás la solución es rendirse, y aunque normalmente eso significa que todo ha terminado, en la vida cristiana no es así.

La bandera blanca del castillo de Cortegana no fue puesta como señal de derrota, sino que hondeaba en la sima del mástil para que la ayuda llegara. Como cristianos sabemos que por un lado nuestro adversario se levanta amenazante, pero por el otro está Dios quien quiere ayudarnos. Levanta la bandera blanca para rendirte ante Dios, por que decir “no puedo más”, es permitir que sea Él quien pelee por ti.

“Porque yo Jehová soy tu Dios, quien te sostiene de tu mano derecha, y te dice: No temas, yo te ayudo.” Isaías 41:13 Versión Reina Valera 1960
Ríndete ante Dios, exprésale tu problema y deja que Su Poder tome el control.

 

 


Héctor Colque
CVCLAVOZ