http://unencuentroconlapalabra1.jimdo.com/

http://unencuentroconlapalbra.blogspot.com.co/

https://www.facebook.com/unencuentroconlapalbra

http://www.amigosporisrael.org/

https://montesioncolombia.org/

 

1 Juan 4:7-8  La Biblia de las Américas (LBLA)

 

Dios es amor

Amados, amémonos unos a otros, porque el amor es[f] de Dios, y todo el que ama es nacido[g] de Dios y conoce a Dios. El que no ama no conoce a Dios, porque Dios es amor. En esto se manifestó el amor de Dios en nosotros[h]: en que Dios ha enviado a su Hijo unigénito[i] al mundo para que vivamos por medio de Él. 10 En esto consiste[j] el amor: no en que nosotros hayamos amado[k] a Dios, sino en que Él nos amó a nosotros y envió a su Hijo como propiciación por nuestros pecados. 11 Amados, si Dios así nos amó, también nosotros debemos amarnos unos a otros. 12 A Dios nadie le ha visto jamás. Si nos amamos unos a otros, Dios permanece en nosotros y su amor se perfecciona en nosotros. 13 En esto sabemos que permanecemos en Él y Él en nosotros: en que nos ha dado de su Espíritu. 14 Y nosotros hemos visto y damos testimonio de que el Padre envió al Hijo para ser el Salvador del mundo. 15 Todo aquel que confiesa que Jesús es el Hijo de Dios, Dios permanece en él y él en Dios. 16 Y nosotros hemos llegado a conocer y hemos creído el amor que Dios tiene para[l] nosotros. Dios es amor, y el que permanece en amor permanece en Dios y Dios permanece en él. 17 En esto se perfecciona el amor en nosotros, para que tengamos confianza en el día del juicio, pues como Él es, así somos también nosotros en este mundo. 18 En el amor no hay temor, sino que el perfecto amor echa fuera el temor, porque el temor involucra[m] castigo, y el que teme no es hecho perfecto en el amor. 19 Nosotros amamos[n], porque Él nos amó primero. 20 Si alguno dice: Yo amo a Dios, y aborrece a su hermano, es un mentiroso; porque el que no ama a su hermano, a quien ha visto, no puede[o] amar a Dios a quien no ha visto. 21 Y este mandamiento tenemos de Él: que el que ama a Dios, ame también a su hermano.

 

 

UN ENCUENTRO CON LA PALABRA

 

REFLEXION

EL PERDÓN DE DIOS.

 

 

“(…) Entonces Jesús le dijo: Ni yo te condeno; vete, y no peques más” Juan 8: 11 (RVR 1960).

¿Alguna vez sentiste que no hay perdón para ti? ¿O que cometiste demasiados errores para que Dios vuelva a perdonarte? Pues déjame decirte que la muerte expiatoria de Jesús pagó toda la deuda, por lo cual, ya nada tenemos que pagar.

La culpa buena nos lleva al arrepentimiento, a volver a tener gozo y disfrutar de la presencia de Dios; en cambio la culpa mala, trae serias consecuencias, como ser: remordimiento, temor a ser rechazado por Dios, angustia, autocastigo, inseguridad, pérdida del sentido de valía, enfermedades físicas y algo muy importante, no se puede desarrollar una relación con Dios. No aceptar el perdón de Dios sería como pensar que la muerte de Jesús fue en vano o al menos no suficiente para que puedas ser perdonado, pero sabemos que esto es una mentira del enemigo, porque Jesús ocupó nuestro lugar en la cruz del calvario para que ya no tengamos que llevar nosotros la carga de la culpa. Por todo esto, acércate a Dios con humildad y confiesa tus pecados, confiando que Dios no te condena, más Él te perdona.

Neyda Cruz
CVCLAVOZ

 

UN ENCUENTRO CON LA PALABRA

REFLEXION

Devocionales
Reflexiones cristianas diarias por CVCLAVOZ


Gratitud, un ingrediente indispensable.

 

 

 

A lo largo de nuestras vidas nos topamos con diferentes tipos de situaciones que, de acuerdo a cómo las enfoquemos, nos ayudarán a crecer o nos llevarán a un retroceso.

Para una persona adulta, después de Dios y su familia, su fuente de trabajo ocupa un lugar de bastante importancia; mismo que visto como una obligación, suele quitar el entusiasmo y hasta tal vez las ganas de desarrollarse, lo que repercute en falta de crecimiento laboral, posibles llamadas de atención e incluso en despidos.

Esto puede deberse a que el trabajo sólo se ve como una fuente de ingreso económico y no como una forma de provisión de Dios.

“Yo he visto el trabajo que Dios ha dado a los hijos de los hombres para que se ocupen en él.” Eclesiastés 3: 10 (RVR1960).

Para un creyente, tomar conciencia de que su trabajo es el medio por el cual el Señor lo sustenta, es fundamental, puesto que de esta forma se reconoce las bendiciones y cuidados que tiene Dios para su vida.

Ser agradecidos por esa fuente de empleo es importante, no sólo por lo que significa ante Dios, sino también, porque nos lleva disfrutar la labor y a realizarla con excelencia; es decir, nos cambia la forma de verlo o apreciarlo; de acuerdo al apóstol Pablo nuestro desempeño debe ser el mejor.

“Trabajen con entusiasmo, como si lo hicieran para el Señor y no para la gente.” Efesios 6:7 (NTV).

Si hasta el momento has visto tu trabajo como una carga, te animo a cambiar de enfoque, comienza a agradecer a Dios por este, observa el cambio que se originará en ti y posteriormente en tu entorno.

Cesia Serna
CVCLAVOZ