Jeremías 31:9 La Biblia de las Américas (LBLA)

 

 

 

 

 

 

Gozo en lugar de duelo

 

 

 

31 En aquel tiempo —declara el Señor— yo seré el Dios de todas las familias de Israel, y ellos serán mi pueblo. Así dice el Señor:

Ha hallado gracia en el desierto
el pueblo que escapó[a] de la espada,
Israel, cuando iba en busca de su reposo.
Desde lejos el Señor se le[b] apareció, diciendo:
Con amor eterno te he amado,
por eso te he atraído con misericordia.
De nuevo te edificaré, y serás reedificada,
virgen de Israel;
de nuevo tomarás[c] tus panderos,
y saldrás a las danzas con[d] los que se divierten.
De nuevo plantarás viñas
en los montes de Samaria;
los plantadores las plantarán
y las disfrutarán[e].
Porque habrá un día en que clamarán los guardas
en la región montañosa de Efraín:
“Levantaos y subamos a Sion,
al Señor nuestro Dios.”

Porque así dice el Señor:

Gritad con alegría por Jacob,
y dad voces por la primera de las naciones;
proclamad, dad alabanza, y decid:
“Oh Señor, salva a tu pueblo,
al remanente de Israel.”
He aquí, yo los traigo del país del norte,
y los reuniré de los confines de la tierra,
entre ellos los ciegos y los cojos,
la mujer encinta y también la que está dando a luz;
una gran compañía[f] volverá acá.
Con llanto vendrán,
y entre súplicas los guiaré;
los haré andar junto a arroyos de aguas,
por camino derecho en el cual no tropezarán;
porque soy un padre para Israel,
y Efraín es mi primogénito.

10 Oíd, naciones, la palabra del Señor,
anunciad en las costas lejanas,
y decid: El que dispersó a Israel lo reunirá,
y lo guardará como un pastor a su rebaño.
11 Porque el Señor ha rescatado a Jacob,
y lo ha redimido de manos más fuertes que él.
12 Vendrán y gritarán de júbilo en lo alto de Sion,
y radiarán de gozo por la bondad del Señor:
por el grano, por el vino y por el aceite,
y por las crías de las ovejas y de las vacas.
Su alma será como huerto regado,
y nunca más languidecerán.
13 Entonces la virgen se alegrará en la danza,
y los jóvenes y los ancianos a una;
cambiaré su duelo en gozo,
los consolaré y los alegraré de su tristeza.
14 Y llenaré[g] con abundancia[h] el alma de los sacerdotes,
y mi pueblo se saciará de mi bondad —declara el Señor.

15 Así dice el Señor:

Se oye una voz en Ramá,
lamento y llanto amargo.
Raquel llora por sus hijos;
rehúsa ser consolada, por sus hijos
que ya no existen.

16 Así dice el Señor:

Reprime tu voz del llanto,
y tus ojos de las lágrimas;
hay pago para tu trabajo —declara el Señor—,
pues volverán de la tierra del enemigo.
17 Y hay esperanza para tu porvenir —declara el Señor—,
los hijos volverán a su territorio.
18 Ciertamente he oído a Efraín lamentarse:
“Me has castigado, y castigado fui
como becerro indómito.
Hazme volver para que sea restaurado,
pues tú, Señor, eres mi Dios.
19 “Porque después que me aparté[i], me arrepentí,
y después que comprendí, me di golpes en el muslo;
me avergoncé y también me humillé,
porque llevaba el oprobio de mi juventud.”
20 ¿No es Efraín mi hijo amado?
¿No es un niño encantador?
Pues siempre que hablo contra él,
lo recuerdo aún más;
por eso mis entrañas se conmueven por él,
ciertamente tendré de él misericordia —declara el Señor.

21 Levanta para ti señales,
coloca para ti majanos;
presta atención[j] a la calzada,
al camino que anduviste.
Vuelve, virgen de Israel,
vuelve a estas tus ciudades.
22 ¿Hasta cuándo andarás errante,
hija infiel?
Porque el Señor ha creado algo nuevo en la tierra:
la mujer rodeará al hombre.

23 Así dice el Señor de los ejércitos, el Dios de Israel: Otra vez hablarán esta palabra en la tierra de Judá y en sus ciudades, cuando yo restaure su bienestar[k]:

“El Señor te bendiga, morada de justicia,
monte santo.”

24 Y morarán juntamente en ella Judá y todas sus ciudades, los labradores y los que van con los rebaños. 25 Porque yo he de satisfacer al alma cansada y he de saciar[l] a toda alma atribulada. 26 En esto me desperté y miré, y mi sueño me resultó agradable.

 

 

 

 

Un Encuentro Con la Palabra

 

 

Si Dios es tu socio,
puedes hacer
grandes planes.

 

Filipenses 4:13
Todo lo puedo en Cristo que me fortalece.

Corintios 12:9
Y El me ha dicho: Te basta mi gracia, pues mi poder se perfecciona en la debilidad. Por tanto, muy gustosamente me gloriaré más bien en mis debilidades, para que el poder de Cristo more en mí.

Efesios 3:16
que os conceda, conforme a las riquezas de su gloria, ser fortalecidos con poder por su Espíritu en el hombre interior;

Colosenses 1:11
fortalecidos con todo poder según la potencia de su gloria, para obtener toda perseverancia y paciencia, con gozo

1 Timoteo 1:

 

 

 

Un Encuentro Con la Palabra

 

REFLEXION

¿Creer en Dios o Creer a Dios?
Publicado por: Pastor Carlos Vargas Valdez en Devocional Cristiano


¿Creer en Jesús o Creer a Jesús?

Creyó Abraham a Dios,y le fue contado por justicia. Romanos 4:3.

Si recibimos el testimonio de los hombres, mayor es el testimonio de Dios. 1 Juan 5:9.

–Creo en Dios, me decía una amiga, pero me hago toda clase de preguntas. –Crees en Dios, le contesté, pero ¿crees a Dios? –¿Cuál es la diferencia?, me preguntó ella.

–Creer en Dios significa primeramente creer en su existencia.

Es creer que todo no es cuestión de casualidad, sino que hay una voluntad en el origen de todo. 

En las Escrituras “creer en Dios” significa aún más.

Es aceptar que Dios es el Dios vivo que existe, obra y juzgará a cada uno. 

Pero creer en Dios no basta para ser salvo, sino que para estar en regla con Dios, es necesario creer a Dios.

–Entonces, ¿qué quiere decir creer a Dios? –Creer a Dios es confiar en Él cuando habla, es aceptar que lo que Él dice es la verdad, y reconocer su autoridad. 

Él habla en la Biblia y me afirma que soy un pecador perdido, pero que Él desea salvarme por medio de Jesucristo. 

Creer esto conduce al arrepentimiento y a ser consciente de que mis faltas me separan de Dios. 

Esto también conduce a clamar a Él para ser liberado y recibir gratuitamente su perdón y su amor.

Entonces también puedo creer a Dios para vivir cada día en relación con Él. 

Plenamente persuadida de que Dios dice la verdad en su Palabra, puedo confiar en sus promesas. 

Esta confianza orienta toda mi vida, cambia mis pensamientos y me da completa paz.