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Proverbios 24:17  La Biblia de las Américas (LBLA)

 

 

24 No tengas envidia de los malvados,
ni desees estar con ellos;
porque su corazón trama violencia,
y sus labios hablan de hacer mal.

Con sabiduría se edifica una casa,
y con prudencia se afianza;
con conocimiento se llenan las cámaras
de todo bien preciado y deseable.

El hombre sabio es fuerte[a],
y el hombre de conocimiento aumenta[b] su poder.
Porque con dirección sabia harás la guerra[c],
y en la abundancia de consejeros está la victoria[d].

Muy alta está la sabiduría para el necio,
en la puerta no abre su boca.

Al que planea hacer el mal,
lo llamarán intrigante.
El tramar necedad es pecado,
y el escarnecedor es abominación a los hombres.

10 Si eres débil en día de angustia,
tu fuerza es limitada.

11 Libra a los que son llevados a la muerte,
y retén a los que van con pasos vacilantes a la matanza.
12 Si dices: Mira, no sabíamos esto.
¿No lo tiene en cuenta el que sondea[e] los corazones?
¿No lo sabe el que guarda tu alma?
¿No dará[f] a cada hombre según su obra?

13 Come miel, hijo mío, porque es buena;
sí, la miel del panal es dulce a tu paladar.
14 Sabe que así es la sabiduría para tu alma;
si la hallas, entonces habrá un futuro[g],
y tu esperanza no será cortada.

15 No aceches, oh impío, la morada del justo,
no destruyas su lugar de descanso;
16 porque el justo cae siete veces; y vuelve a levantarse,
pero los impíos caerán en la desgracia.

17 No te regocijes cuando caiga tu enemigo,
y no se alegre tu corazón cuando tropiece;
18 no sea que el Señor lo vea y le desagrade[h],
y aparte de él su ira.

19 No te impacientes a causa de los malhechores,
ni tengas envidia de los impíos,
20 porque no habrá futuro[i] para el malo.
La lámpara de los impíos será apagada.

21 Hijo mío, teme[j] al Señor y al rey,
no te asocies con los que son inestables;
22 porque de repente se levantará su desgracia,
y la destrucción que vendrá de ambos, ¿quién la sabe?

23 También estos son dichos de los sabios:
Hacer acepción de personas[k] en el juicio no es bueno.
24 Al que dice al impío: Justo eres,
lo maldecirán los pueblos, lo aborrecerán las naciones;
25 mas los que lo reprenden tendrán felicidad,
y sobre ellos vendrá abundante bendición.
26 Besa los labios
el que da una respuesta correcta[l].

27 Ordena tus labores de fuera,
y tenlas listas para ti en el campo;
y después edifica tu casa.

28 No seas, sin causa, testigo contra tu prójimo,
y no engañes con tus labios.
29 No digas: Como él me ha hecho, así le haré;
pagaré[m] al hombre según su obra.

30 He pasado junto al campo del perezoso,
y junto a la viña del hombre falto de entendimiento[n],
31 y he aquí, estaba todo lleno de cardos,
su superficie cubierta de ortigas,
y su cerca de piedras, derribada.
32 Cuando lo vi, reflexioné[o] sobre ello;
miré, y recibí instrucción.
33 Un poco de dormir, un poco de dormitar,
un poco de cruzar las manos para descansar,
34 y llegará tu pobreza como ladrón[p],
y tu necesidad como hombre armado[q].

 

 

 

 

UN ENCUENTRO CON LA PALABRA

 

REFLEXION

OBEDECER TAMBIÉN ES HONRAR.

 

 

“El primer mandamiento que contiene una promesa es éste: Honra a tu padre y a tu madre” Efesios 6:2 (DHH).

Es tan importante obedecer las reglas que hay en casa, ya que éstas ayudan al propio bienestar familiar. Y si hablamos de honrar a nuestros padres, podemos hacerlo de muchas formas y una de ellas es obedeciendo las normas que ellos establecen, las cuales nos ayudan a cumplir con nuestras obligaciones para vivir en mutuo respeto y tranquilidad. No obstante, si optamos por la rebeldía, debemos ser conscientes que esto traerá dolor a nuestros padres y consecuencias para nuestras vidas.

Quizá no aceptes ciertas normas en tu hogar pero recuerda que están allí para tu propio bien. Recuerda también que la mejor manera de mostrar honra a nuestros padres es por medio del amor y la obediencia.

Giovana Aleman
CVCLAVOZ

 

 

 

UN ENCUENTRO CON LA PALABRA

 

DIOS TE OYE.

 

 

“Y esta es la confianza que tenemos en él, que si pedimos alguna cosa conforme a su voluntad, él nos oye. Y si sabemos que él nos oye en cualquiera cosa que pidamos, sabemos que tenemos las peticiones que le hayamos hecho.” 1 Juan 5:14-15 (RVR1960)

Muchas veces pensamos que nuestras oraciones fueron a un saco roto, porque no vemos respuesta alguna, pero ¿te has puesto a pensar en el por qué? Analiza en cómo está tu confianza en Dios, ¿pides de acuerdo a su voluntad? Porque si tu confianza está puesta en Él, es hora de demostrarlo y si pides de acuerdo a su voluntad, sin duda, el Padre será glorificado. Juan 14:13 dice: “Y todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre, lo haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo.” Confía en Dios, Él oye tu clamor.

Ruth Mamani
CVCLAVOZ