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UN ENCUENTRO CON LA PALABRA

 

 

Hechos 2:14-21 La Biblia de las Américas

 

 

Primer sermón de Pedro

 

 

14 Entonces Pedro, poniéndose en pie con los once, alzó la voz y les declaró: Varones judíos y todos los que vivís en Jerusalén, sea esto de vuestro conocimiento y prestad atención a mis palabras, 15 porque estos no están borrachos como vosotros suponéis, pues apenas es la hora tercera[l] del día; 16 sino que esto es lo que fue dicho por medio del profeta Joel:

17 sucederá en los Últimos días —dice Dios—
que derramaré de mi Espíritu sobre toda carne
;
y vuestros hijos y vuestras hijas profetizarán
,
vuestros jóvenes verán visiones
,
y vuestros ancianos soñarán sueños
;
18 y aun sobre mis siervos y sobre mis siervas
derramaré de mi Espíritu en esos días
,
y profetizarán.
19 mostraré prodigios arriba en el cielo
y señales abajo en la tierra
:
sangre, fuego y columna
[m] de humo.
20 El sol se convertirá en tinieblas
y la luna en sangre
,
antes que venga el día grande y glorioso
[n] del Señor.
21 sucederá[o] que todo aquel que invoque el nombre del Señor será salvo.

22 Varones israelitas, escuchad estas palabras: Jesús el Nazareno, varón confirmado[p] por Dios entre vosotros con milagros[q], prodigios y señales[r] que Dios hizo en medio vuestro a través de Él, tal como vosotros mismos sabéis, 23 a este, entregado por el plan predeterminado y el previo conocimiento[s] de Dios, clavasteis en una cruz por manos de impíos[t] y le matasteis, 24 a quien Dios resucitó, poniendo fin a la agonía[u] de la muerte, puesto que no era posible que Él quedara bajo el dominio de ella. 25 Porque David dice de Él:

Veía siempre al Señor en mi presencia;
pues está a mi diestra para que yo no sea conmovido
.
26 Por lo cual mi corazón se alegró y mi lengua se regocijó;
y aun hasta mi carne descansará en esperanza
;
27 pues tú no abandonarás mi alma en el Hades[v],
ni permitirás
[w] que tu Santo vea corrupción.
28 Me has hecho conocer los caminos de la vida;
me llenarás de gozo con tu presencia
.

29 Hermanos[x], del patriarca David os puedo decir confiadamente que murió y fue sepultado, y su sepulcro está entre nosotros hasta el día de hoy. 30 Pero siendo profeta, y sabiendo que Dios le había jurado sentar a uno de sus descendientes[y] en su trono, 31 miró hacia el futuro y habló de la resurrección de Cristo[z], que no fue abandonado en el Hades[aa]ni su carne sufrió[ab] corrupción. 32 A este Jesús resucitó Dios, de lo cual todos nosotros somos testigos. 33 Así que, exaltado a[ac] la diestra de Dios, y habiendo recibido del Padre la promesa del Espíritu Santo, ha derramado esto que vosotros veis y oís. 34 Porque David no ascendió a los cielos, pero él mismo dice:

Dijo el Señor a mi Señor:
«Siéntate a mi diestra,
35 hasta que ponga a tus enemigos por estrado de tus pies».

36 Sepa, pues, con certeza toda la casa de Israel, que a este Jesús a quien vosotros crucificasteis, Dios le ha hecho Señor y Cristo[ad].

 

 

UN ENCUENTRO CON LA PALABRA

 

 

 

REFLEXION

Dios está incluso en la enfermedad

Reflexiones cristianas diarias por CVCLAVOZ

 

 

 

 

 

En algún momento de nuestra vida llegamos a sentir molestias en nuestra salud, visitamos a los médicos y nos dan un diagnóstico que nos causa temor, ya que debemos someternos a tratamientos y, de un modo u otro, nuestra vida cambia.

A pesar de todo lo que podemos pasar por ello, hay que tener presente que Dios está con nosotros incluso en la enfermedad.

Hay esperanza en medio de la enfermedad

La enfermedad no era parte de los planes de Dios para la humanidad, sin embargo, todo empezó a causa del pecado, por la desobediencia del hombre que abrió la puerta a este mal.

Pese a ello, Dios nos da esperanza no solo para sanar las enfermedades físicas sino también el sanar todo nuestro ser del pecado y lo que nos trae dolor.

Ciertamente llevó él nuestras enfermedades, y sufrió nuestros dolores; y nosotros le tuvimos por azotado, por herido de Dios y abatido. Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados.

Isaías 53:4-5 (RVR 1960).

Confía que Dios está contigo

A pesar del dolor o molestias que causan las enfermedades, que nuestra fe en Dios no mengue, al contrario, que sea motivo para aferrarnos y pedirle de todo corazón que nos sane, según su voluntad y propósito.

Sáname, oh Jehová, y seré sano; sálvame, y seré salvo; porque tú eres mi alabanza.

Jeremías 17:14 (RVR 1960).

Dios está contigo aún en la enfermedad, aunque no veas o sientas esto, no dejes de creer, porque en el momento menos esperado recibirás aquello que anhelas.

Recuerda que tu vida está en sus manos, y Él nunca falla.

Mas a Jehová vuestro Dios serviréis, y él bendecirá tu pan y tus aguas; y yo quitaré toda enfermedad de en medio de ti. No habrá mujer que aborte, ni estéril en tu tierra; y yo completaré el número de tus días.

Éxodo 23:25-26 (RVR 1960).

Soraida Fuentes

CVCLAVOZ