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1 Samuel 25:18 La Biblia de las Américas (LBLA)

David y Abigail

Y había un hombre en Maón que tenía sus bienes en Carmel; el hombre era muy rico[a] y tenía tres mil ovejas y mil cabras; y estaba en Carmel trasquilando sus ovejas. El hombre se llamaba Nabal, y su mujer se llamaba Abigail. Y la mujer era inteligente[b] y de hermosa apariencia, pero el hombre era áspero y malo en sus tratos, y era calebita. Y oyó David en el desierto que Nabal estaba trasquilando sus ovejas.Entonces David envió diez jóvenes, y les dijo[c]: Subid a Carmel, visitad[d] a Nabal y saludadle en mi nombre; y le diréis así: “Ten una larga vida[e], paz para ti, paz para tu casa y paz para todo lo que tienes.“He[f] oído que tienes esquiladores; ahora bien, tus pastores han estado con nosotros, y no los hemos maltratado, ni les ha faltado nada todos los días que estuvieron en Carmel. “Pregunta a tus mozos, y ellos te lodirán. Por tanto, permite que mis mozos hallen gracia ante tus ojos, porque hemos llegado en un día de fiesta[g]. Te ruego que de lo que tengas a mano, des a tus siervos y a tu hijo David.”

Cuando llegaron los jóvenes de David, dijeron a Nabal todas estas palabras en nombre de David; entonces esperaron. 10 Pero Nabal respondió a los siervos de David, y dijo: ¿Quién es David y quién es el hijo de Isaí? Hay muchos siervos hoy día que huyen de su señor. 11 ¿He de tomar mi pan, mi agua y la carne que he preparado[h] para mis esquiladores, y he de dárselos a hombres cuyo origen no conozco[i]?12 Entonces los jóvenes de David se volvieron por su camino, y regresaron; y llegaron y le comunicaron todas[j] estas palabras. 13 Y David dijo a sus hombres: Cíñase cada uno su espada. Y cada hombre se ciñó su espada. David también se ciñó su espada, y unos cuatrocientos hombres subieron tras David, mientras que doscientos se quedaron con el bagaje.

14 Mas uno de los mozos avisó a Abigail, mujer de Nabal, diciendo: He aquí, David envió mensajeros desde el desierto a saludar[k] a nuestro señor, y él los desdeñó. 15 Sin embargo, los hombres fueron muy buenos con nosotros; no nos maltrataron ni nos faltó nada cuando[l] andábamos con ellos, mientras estábamos en el campo. 16 Como muro fueron para nosotros tanto de noche como de día, todo el tiempo que estuvimos con ellos apacentando las ovejas. 17 Ahora pues, reflexiona[m] y mira lo que has de hacer, porque el mal ya está determinado contra nuestro señor y contra toda su casa, y él es un hombre tan indigno[n] que nadie puede hablarle.

18 Entonces Abigail se dio prisa y tomó doscientos panes, dos odres de vino, cinco ovejas ya preparadas, cinco medidas[o] de grano tostado, cien racimos de uvas pasas, y doscientas tortas de higos, y los puso sobre asnos. 19 Y dijo a sus mozos: Id delante de mí; he aquí, yo os seguiré. Pero nada dijo a su marido Nabal. 20 Y sucedió que cuando ella cabalgaba en su asno y descendía por la parte encubierta del monte, he aquí que David y sus hombres venían bajando hacia ella, y se encontró con ellos.21 Y David había dicho: Ciertamente, en vano he guardado todo lo que este hombre tiene en el desierto, de modo que nada se perdió de todo lo suyo; y él me ha devuelto mal por bien. 22 Así haga Dios a los enemigos de David, y aun más, si al llegar la mañana he dejado tan sólo un varón[p] de los suyos.

23 Cuando Abigail vio a David se dio prisa y bajó de su asno, y cayendo sobre su rostro delante de David, se postró en tierra. 24 Y se echó a sus pies y dijo: Señor mío, sólo sobre mí sea la culpa. Te ruego que permitas que tu sierva te hable[q], y que escuches las palabras de tu sierva.25 Ruego a mi señor que no haga caso a[r] este hombre indigno[s], Nabal, porque conforme a su nombre, así es. Se llama Nabal[t], y la insensatez está con él; mas yo tu sierva no vi a los jóvenes que tú, mi señor, enviaste. 26 Ahora pues, señor mío, vive el Señor y vive tu alma; puesto que el Señor te ha impedido derramar[u] sangre y vengarte[v] por tu propia mano, sean pues como Nabal tus enemigos y los que buscan el mal contra mi señor. 27 Y ahora permite que este presente[w] que tu sierva ha traído para mi señor se dé a los jóvenes que acompañan a[x]mi señor. 28 Te ruego que perdones la ofensa de tu sierva, porque el Señor ciertamente establecerá[y] una casa duradera para mi señor, pues mi señor pelea las batallas del Señor, y el mal no se hallará en ti en todos tus días. 29 Y si alguno se levanta para perseguirte y buscar tu vida[z], entonces la vida[aa] de mi señor será ligada en el haz de los que viven con el Señor tu Dios; pero El lanzará la vida de tus enemigos como de en medio de una honda. 30 Y sucederá que cuando el Señorhaga por mi señor conforme a todo el bien que El ha hablado de ti, y te ponga por príncipe sobre Israel, 31 esto no causará pesar ni remordimiento[ab] a mi señor, tanto por haber derramado sangre sin causa como por haberse vengado[ac] mi señor. Cuando el Señor haya hecho bien a mi señor, entonces acuérdate de tu sierva.

32 Entonces David dijo a Abigail: Bendito sea el Señor, Dios de Israel, que te envió hoy a encontrarme, 33 bendito sea tu razonamiento, y bendita seas tú, que me has impedido hoy derramar sangre[ad] y vengarme[ae] por mi propia mano. 34 Sin embargo, vive el Señor, Dios de Israel, que me ha impedido hacerte mal, que si tú no hubieras venido pronto a encontrarme, ciertamente, para la luz del alba, no le hubiera quedado a Nabal ni un varón[af]. 35 Recibió David de su mano lo que ella había traído y le dijo: Sube en paz a tu casa. Mira, te he escuchado[ag] y te he concedido tu petición[ah].

 

 

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REFLEXION

7 Razones Para Orar con Osadía
Publicado por: Cristianos en Articulos Cristianos, Devocional Diario 4 Comentarios


7 Razones para ser “atrevidos” al orar a Dios.

Todos puedan orar confiadamente ante Dios. Algunos se ven afectados por la duda, el miedo, y tienen miedo de preguntar porque hay una falta de confianza en que Dios responderá como lo deseen. Sin embargo, como creyentes, nos vemos obligados por las Sagradas Escrituras para buscar audazmente la mano de la liberación de Dios en nuestras vidas.
Cuando aprendemos a orar con valentía, con sabiduría, nuestra fe se aumenta y no podemos hacer otra cosa que seguir adelante con mayores peticiones delante de Dios. Él quiere que oremos con audacia y confianza. ¿Por qué deberían los creyentes orar de esta manera? Aquí les dejo 7 Razones para hacerlo:

1) Podemos orar osadamente porque Dios escucha nuestras oraciones
“Pero en cuanto a mí, veo con esperanza en el Señor, espero a Dios mi Salvador y mi Dios me escuchará” (Miqueas 7:7).
¿Alguna vez has sentido el alivio increíble cuando por fin alguien te oye? Es un tremendo sentido de la afirmación. El Señor escucha todas y cada una de nuestras oraciones desde la más pequeña hasta la más grande. Nunca se ha distraído o esta demasiado ocupado para aquellos que ponen su confianza en él. Debemos mantenernos firmes en la confianza, incluso cuando nos sentimos solos, porque Dios escucha cada palabra. Los creyentes tienen el privilegio increíble de tener el oído de Dios en todo momento.

2) Podemos orar con osadía, porque nuestras oraciones hacen una diferencia
“La oración del justo es poderosa y eficaz” (Santiago 5:16).
No todos los medicamentos son creados iguales. Cuando estamos enfermos y en el dolor sabemos lo que funciona y lo que no funciona en nuestro alivio y sanidad. La oración es la forma más eficaz en que los creyentes pueden hacer una diferencia en sus familias, matrimonios, iglesia, trabajo y vecindad. Hay una diferencia cuando oramos y somos testigos de la intervención divina de Dios en nuestros asuntos de la vida. Nuestras oraciones e intercesiones saltan de una fuerte fe en Dios para mostrar poderosamente su bondad.

3) Podemos orar con osadía, porque somos hechos justos a través de Cristo
“El Señor está lejos de los impíos, pero escucha la oración de los justos” (Proverbios 15:29).
No tenemos justicia propia por eso podemos reposar confiadamente ante Dios en la oración. Nuestra justicia viene del sacrificio de Jesucristo. Cuando ponemos nuestra confianza en el nacimiento, la muerte y resurrección de Jesús se nos hace justos ante Dios. Gracias a Jesús podemos orar sin ser obstaculizados por el pecado. Su justicia despeja el camino de la oración directamente al Padre que está en los cielos. Somos por esto animados a orar valientemente por lo imposible a través de Jesucristo.

4) Podemos orar con osadía, porque nuestras peticiones están en línea con la voluntad de Dios
“Esta es la confianza que tenemos en ÉL (Dios): que si pedimos alguna cosa conforme a su voluntad, él nos oye. Y si sabemos que él nos oye en cualquiera cosa que pidamos, sabemos que tenemos lo que le hemos pedido “(1 Juan 5:14-15).
Al leer y estudiar a fondo la Palabra de Dios, llegamos a estar íntimamente comprometidos con lo que es su voluntad. Nuestras oraciones serán sobrenaturalmente aliniadascon las enseñanzas de las Escrituras. Nos encontraremos anhelando y pidiendo lo mejor en nuestras vidas a Dios, incluso si no recibimos lo que pedimos en un principio. La mayor dimensión de la fe aguarda a los que valientemente oran la voluntad de Dios sin tener en cuenta sus propios intereses personales.

5) Podemos orar osadamente porque obedecemos las Escrituras
“Que tu mano estará listo para que me ayude, porque he escogido tus mandamientos” (Salmo 119:173).
Es posible tener conocimiento de la palabra de Dios y nunca realmente vivir de acuerdo a ella. Sin embargo, los que viven dentro de la verdad de la Palabra de Dios tienen las mayores experiencias de oraciones contestadas. Una actitud audaz supera a los que tienen la confianza de ser un hacedor de las Escrituras y no sólo un oidor. El Padre bendice a sus hijos obedientes con confianza en pedir lo imposible.

6) Podemos orar con osaía, porque se nos manda a hacerlo
“Oren en el Espíritu en todo momento con todo tipo de peticiones y ruegos. Con esto en mente, estar alerta y perseveren en oración por todo el pueblo del Señor “(Efesios 6:10).
Cuando una inesperada crisis golpea nuestra vida, muchas personas tratan de entrar en acción sin oración. Sin embargo, para los creyentes su primera respuesta es responder inmediatamente con oraciones de confianza a Dios. Se nos manda a hacer guardia y estar alerta en las oraciones de intercesión por su pueblo. Cuando no sabemos cómo pedir para orar en una situación, podemos pedir al Espíritu Santo para que nos de el discernimiento correcto.

7) Podemos orar osadamente porque sabemos que Él es capaz de hacer más de lo que pedimos
“Y a aquel que es capaz de hacer mucho más abundantemente de lo que pedimos o entendemos, según el poder que actúa en nosotros, a él sea gloria en la iglesia y en Cristo Jesús por todas las generaciones, por los siglos de los siglos! Amén “(Efesios 3:20-21).

Los que viven sin Dios tienen limitaciones de lo que pueden hacer o pedir a los demás. En contraste, los que conocemos a Dios sabemos que nuestro Dios puede hacer lo imposible! Nuestra fe se llena de osadía porque sabemos lo mucho que Dios nos ama y quiere lo mejor para todos nosotros. Las oraciones tienen una dimensión más alta de las expectativas cuando oramos confiadamente sabiendo que nuestro Dios va a hacer más de lo que pedimos.

Sé valiente!.

Es nuestro derecho legal por nacimiento espiritual el orar con la confianza en la capacidad de nuestro Padre celestial para intervenir en cualquier situación. Él quiere que oremos con confianza y valor, no solo para que lo tengamos todo, sino para que Él nos sustente en todo.

Esté preparado la próxima vez que usted este llamado a orar con confianza que tu Dios es capaz de hacer más de lo que pedimos de él!

 

 

 

UN ENCUENTRO CON LA PALABRA

 

REFLEXION

Devocionales
Reflexiones cristianas diarias por CVCLAVOZ


¿Quíeres que tu oración sea escuchada por Dios?

Muchas personas que oran y no reciben respuesta a su petición, posiblemente no están orando como está escrito en la Palabra de Dios.

“Aconteció que después de muchos días murió el rey de Egipto, y los hijos de Israel gemían a causa de la servidumbre, y clamaron; y subió a Dios el clamor de ellos con motivo de su servidumbre. Y oyó Dios el gemido de ellos, y se acordó de su pacto con Abraham, Isaac y Jacob.” Éxodo 2:23-24 (RVR 1960)

En este pasaje el pueblo de Dios estaba siendo castigado duramente por Egipto, por lo cual clamó al Señor y recibió misericordia. En diferentes partes de la Biblia se muestra cómo Israel clamaba a Dios por ayuda, con gemido y llanto, entonces Él escuchaba sus súplicas y levantaba un libertador.

La mayoría piensa que orar y clamar es lo mismo; sin embargo, existe una gran diferencia: orar es hablar y dialogar, pero clamar es pedir con desesperación en el corazón, tener angustia y aflicción por la petición, aquella que sale de lo más profundo de nuestro ser.

La promesa de ser oídos por Dios y ser librados está estrictamente reservada para los justos que claman, ellos estarán día y noche doblando rodillas, llorando y gimiendo delante del Señor hasta recibir respuesta.

“Ella con amargura de alma oró a Jehová, y lloró abundantemente. E hizo voto, diciendo: Jehová de los ejércitos, si te dignares mirar a la aflicción de tu sierva, y te acordares de mí, y no te olvidares de tu sierva, sino que dieres a tu sierva un hijo varón, yo lo dedicaré a Jehová todos los días de su vida, y no pasará navaja sobre su cabeza.” 1 Samuel 1:10-11 (RVR 1960)

Ana era una mujer que no podía tener hijos, pero pidió la bendición de Jehová con desesperación y llanto, entonces el Señor escuchó su oración y le concedió este deseo.

Muchos tenemos un pedido en el corazón, pero pareciera que no le damos importancia o nos falta fe porque no estamos clamando; por ejemplo, si me interesa que mi familia se salve lo demostraré suplicando por sus almas, llorando de día y noche, lo mismo si deseo recibir sanidad, trabajo o bendición económica. La pregunta es: ¿existe clamor en tus oraciones?

 

 

Shirley Chambi
CVCLAVOZ