Éxodo 20:3-5 La Biblia de las Américas (LBLA)

 

 

 

 

Los Diez Mandamientos

 

 

 

20 Y habló Dios todas estas palabras, diciendo:

Yo soy el Señor tu Dios, que te saqué de la tierra de Egipto, de la casa de servidumbre[a].

No tendrás otros dioses delante de[b] mí.

No te harás ídolo[c], ni semejanza alguna de lo que está arriba en el cielo, ni abajo en la tierra, ni en las aguas debajo de la tierra. No los adorarás[d] ni los servirás[e]; porque yo, el Señor tu Dios, soy Dios celoso, que castigo la iniquidad de los padres sobre los hijos hasta[f] la tercera y cuarta generación de los que me aborrecen, y muestro misericordia a millares, a los que me aman y guardan mis mandamientos.

No tomarás el nombre del Señor tu Dios en vano, porque el Señor no tendrá por inocente al que tome su nombre en vano.

Acuérdate del día de reposo para santificarlo. Seis días trabajarás y harás toda tu obra, 10 mas el séptimo día es día de reposo para el Señor tu Dios; no harás en él obra alguna, tú, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu siervo, ni tu sierva, ni tu ganado, ni el extranjero que está contigo[g]11 Porque en seis días hizo el Señor los cielos y la tierra, el mar y todo lo que en ellos hay, y reposó en el séptimo día; por tanto, el Señor bendijo el día de reposo y lo santificó.

12 Honra a tu padre y a tu madre, para que tus días sean prolongados en la tierra que elSeñor tu Dios te da.

13 No matarás[h].

14 No cometerás adulterio.

15 No hurtarás.

16 No darás falso testimonio contra tu prójimo.

17 No codiciarás la casa de tu prójimo; no codiciarás la mujer de tu prójimo, ni su siervo, ni su sierva, ni su buey, ni su asno, ni nada que sea de tu prójimo.

 

 

 

Un Encuentro Con la Palabra

 

Promesas – Cuando amas algo

Cuando amamos algo esto tiene valor para nosotros, y cuando algo tiene valor para nosotros pasamos tiempo a su lado, un tiempo disfrutándolo y cuidando de esto.

Los que en realidad aman la vida usan el tiempo al máximo. ¡Hacen que sus días cuenten en lugar de contar sus días!

 

 

2 Corintios 12:15
Y yo con el mayor placer gastaré lo mío,
y aún yo mismo me gastaré del todo
por amor de vuestras almas.

Romanos 12:10
Ámense los unos a los otros con amor fraternal, respetándose y honrándose mutuamente.

1 Pedro 4:8
Sobre todo, ámense los unos a los otros profundamente, porque el amor cubre multitud de pecados.

1 Corintios 13:4
El amor es paciente, es bondadoso; el amor no tiene envidia; el amor no es jactancioso, no es arrogante;

Proverbios 10:12
El odio suscita rencillas, pero el amor cubre todas las transgresiones.

Proverbios 17:9
El que cubre una falta busca afecto, pero el que repite el asunto separa a los mejores amigos.

Gálatas 5:22
Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fidelidad,

Efesios 4:32
Sed más bien amables unos con otros, misericordiosos, perdonándoos unos a otros, así como también Dios os perdonó en Cristo.

1 Pedro 4:8
Sobre todo, sed fervientes en vuestro amor los unos por los otros, pues el amor cubre multitud de pecados.

 

 

 

 

Un Encuentro Con la Palabra

REFLEXION

¿A QUÉ ESTÁS ATADO?
Devocionales, Reflexión

 

 

 



A lo largo de nuestra vida se van presentando oportunidades que pueden edificarnos o por el contrario dañarnos, y muchas veces sin darnos cuenta caemos en el error de alimentarnos con cosas que nos atan y nos vuelven esclavos por el resto de nuestras vidas.

No soy quién para juzgar qué debemos o qué no debemos comer, cómo debemos alimentar o no, el cuerpo, el alma y el espíritu; sólo tengo por decir que cualquier cosa que hagamos sea edificante o no para nuestro ser tendremos como consecuencia una victoria o una derrota y de ello rendiremos cuentas a Dios.

“Está escrito: Tan cierto como que yo vivo dice el Señor, ante mí se doblará toda rodilla y toda lengua confesará a Dios” Romanos 14:11 (Nueva Versión Internacional). 

Dios siempre desea que seamos victoriosos pero Él no puede elegir por nosotros, la elección es nuestra responsabilidad.

Te has preguntado alguna vez ¿A qué estás atado? 

¿Qué atadura has dejado entrar en tu vida y le has permitido que se quede viviendo contigo?

En los últimos años Dios me ha venido mostrando una serie de ataduras que yo nunca imaginé tener en mi vida, ataduras que me estaban destruyendo y robando la felicidad que Dios me tenía guardada. ¡Tenía una forma de pensar y de ver la vida tan equivocada¡ solía ensimismarme en el pasado y trataba de construir algo diferente pero sin soltarme de aquello que me había lastimado y que aún en medio de mi negación seguía causándome dolor.

Es increíble la capacidad de control y dominio que tenía sobre esa situación, la racionalización me llevaba a negarme la posibilidad de expresar con libertad el dolor que realmente había en mi corazón y todo lo solía controlar de esta manera.

Estaba viviendo una mentira, en mis fuerzas trataba de cambiar las cosas y tal vez en muchas ocasiones lo logré pero realmente en lo profundo de mi ser la cosas seguían igual, la sanidad de mi corazón era superficial y todo esto debido a las ataduras que habían en mi mente.

Sólo ahora puedo decir que soy libre de ataduras a las que estaba sometida, de las que era esclava; gracias al entendimiento que Dios me ha dado he podido despojarme de cadenas que me tenían amarrada y no me dejaban ser la persona libre que soy ahora, gracias a la libertad que Dios me ha dado.

Sin embargo, todavía existen ataduras de las que Dios tiene que liberarme, lo bueno es que he decidido obtener esa libertad y lo estoy logrando porque Dios me está ayudando. ¿Te gustaría experimentar lo mismo?

A veces nos vamos refugiando en cosas que nos dañan y que vemos como naturales sólo porque así las queremos ver, las vemos como un escape pero es una falsa puerta que poco a poco te va llevando a la destrucción. 

Por ejemplo, existen personas en este momento con ataduras como el pasado, el dinero, el poder, la drogadicción, el alcoholismo, el tabaco o cigarrillo, la pornografía, la homosexualidad, el conocimiento y el trabajo, el adulterio, una persona, las convicciones y pensamientos, el mal genio, la ansiedad, el consumismo, la vanidad, las deudas, etc.

Hay tantas ataduras, pero sabes cómo identificarlas: mírate en un espejo y observa tu alma, tu corazón, tu cuerpo y lo que veas y pienses en ese momento acerca de ti mismo es lo que eres.

Desnuda tu alma ante el Señor y muéstrale realmente lo que eres y lo que tienes, cuando haces esto empiezas a descubrirte y Él comienza a mostrarte todo aquello a lo que has estado atado durante todo este tiempo.

Lo más hermoso de esta experiencia es que una vez reconoces tus ataduras Él te libera por su Gracia y tu vida empieza a ser diferente.

Te advierto, no hagas esto en tus propias fuerzas porque no va a funcionar, entrégale este tiempo a Dios porque sólo Él te puede dar la libertad que necesitas.

No sigas racionalizando, ya no sigas negando la atadura que hay en tu vida, por qué seguir aferrado a algo que te causa daño, por qué somos tan necios cuando nos creemos tan inteligentes. Piensa en los que te están viendo, tu eres ejemplo para ellos ¿acaso quieres dejarles por herencia tus ataduras? reflexiona, es hora de tomar decisiones al respecto quizá mañana puede ser demasiado tarde.

“Cristo nos dio libertad para que seamos libres. Por lo tanto, manténganse ustedes firmes en esa libertad y no se sometan otra vez al yugo de la esclavitud”

Gálatas 5:1 (Dios Habla Hoy)
Autora: Marisela Ocampo Otálvaro