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Génesis 26:18-22 La Biblia de las Américas (LBLA)

Bendición de Dios sobre Isaac

 

 

12 Y sembró Isaac en aquella tierra, y cosechó[g] aquel año ciento por uno. Y el Señor lo bendijo. 13 Y el hombre se enriqueció[h], y siguió engrandeciéndose hasta que llegó a ser muy poderoso[i]; 14 pues tenía rebaños de ovejas y vacadas y mucha servidumbre, y los filisteos le tenían envidia. 15 Y todos los pozos que los siervos de su padre habían cavado en los días de Abraham su padre, los filisteos los cegaron llenándolos[j] de tierra. 16 Entonces Abimelec dijo a Isaac: Vete de aquí[k], porque tú eres mucho más poderoso que nosotros. 17 Isaac partió de allí, acampó en el valle[l] de Gerar y se estableció[m] allí.

18 Isaac volvió a cavar los pozos de agua que habían sido cavados[n] en los días de su padre Abraham, porque los filisteos los habían cegado después de la muerte de Abraham, y les puso los mismos nombres[o]que su padre les había puesto[p]. 19 Cuando los siervos de Isaac cavaron en el valle encontraron allí un pozo de aguas vivas. 20 Entonces riñeron los pastores de Gerar con los pastores de Isaac, diciendo: El agua es nuestra. Por eso él llamó al pozo Esek[q], porque habían reñido con él.21 Cavaron otro pozo, y también riñeron por él; por eso lo llamó Sitna[r].22 Y se trasladó de allí y cavó otro pozo, y no riñeron por él; por eso lo llamó Rehobot[s], porque dijo: Al fin[t] el Señor ha hecho lugar[u] para nosotros, y prosperaremos en la tierra.

23 De allí subió a Beerseba. 24 Y el Señor se le apareció aquella misma noche, y le dijo:

Yo soy el Dios de tu padre Abraham;
no temas, porque yo estoy contigo.
Y te bendeciré y multiplicaré tu descendencia[v],
por amor de mi siervo Abraham.

25 Y él construyó allí un altar e invocó el nombre del Señor y plantó allí su tienda; y allí abrieron los siervos de Isaac un pozo.

 

 

UN ENCUENTRO CON LA PALABRA

RFLEXION

¿Cómo Salir Del Bloqueo Emocional Según La Biblia?
Publicado por: Devocionales en Preguntas y Respuestas Cristianas, Respuestas Cristianas 0

 

JERICÓ ESTABA CERRADA, BIEN CERRADA (Josué 6:1)
La Biblia dice: Jericó estaba cerrada, bien cerrada nadie entraba ni salía (Josué 6:1). ¿Has oído hablar del “síndrome de Jericó”? Es cuando tienes un bloqueo emocional. Te da miedo salir de ti mismo o dejar que alguien se te acerque. Has levantado un muro alrededor de ti para que no te vuelvan a herir. Ten cuidado, porque ese muro se puede convertir en tu prisión y la de los que te rodean. En ese Jericó que has construido podrás casarte, decir los votos matrimoniales, llevar el traje de boda, intercambiar los anillos, ir de luna de miel, pero seguir metido dentro de los muros. Tal vez pienses así: Si me deja, no importa, tengo una cuenta bancaria de la que él no sabe. Tengo un plan de contingencia en caso de que esto no funcione. Jesús dijo: El hombre se unirá a su mujer (Mateo 19:5). ¿Cómo vas entonces a unirte si no se puede llegar a ti por culpa del muro de amargura, temor y desconfianza que has levantado?.

El amor es paciente no guarda rencor El amor jamás se extingue (1 Corintios 13:4-8 NVI). El amor no funciona si tu filosofía de la vida es: “Busca lo mejor, pero espera lo peor”. ¡Es hora de cambiar radicalmente esa forma de pensar! Tienes que echar fuera de ti todos esos fantasmas del pasado para poder esperar un buen futuro juntos. Perdonar cuando te han herido es una de las cosas más difíciles que tienes que hacer, pero debes perdonar y seguir perdonando hasta que el resentimiento no te controle. Se le acercó Pedro y le dijo: Señor, ¿cuántas veces perdonaré a mi hermano? ¿Hasta siete? Jesús le dijo: No. hasta setenta veces siete (Mateo 18:21-22). Deja de darle vueltas al pasado y entrégaselo al Señor. Él es el que puede derribar los muros, restaurar la comunicación y aumentar tu autoestima; Él es el sanador de las relaciones y los corazones rotos. Si se lo permites, te ayudará a vivir y a amar de nuevo.

 

 

UN ENCUENTRO CON LA PALABRA

REFLEXION

La espada

Cuentan que hace muchos años, llegó un misionero a una región de la selva donde el mensaje de salvación era completamente desconocido. Mientras viajaba pensó en qué debía predicar para producir el mejor resultado posible. Parecía que una voz en su corazón le susurraba: “No les prediques otra cosa que no sea las escrituras”

Pronto llegó a su destino. El jefe de la tribu invitó a sus amigos a ir al pueblo. Con la ayuda de intérpretes el misionero leyó el capítulo uno de Romanos donde se encuentra la declaración de Dios acerca del corazón regenerado.

Casi desde el principio el jefe de la tribu se puso muy inquieto. Posó su mano en el puño de la espada que llevaba. Cuando el misionero estaba ya muy avanzado en su lectura, el indígena dio un paso hacia adelante y empuñando su daga, que relucía con los rayos vespertinos del sol, le gritó: “Cállese ya”. Como es natural, el misionero quiso saber la razón del cambio tan brusco.

- Está bien que usted nos hable acerca de su nueva religión. Pero lo que no me gusta es que haya puesto usted espías que me vigilen y sepan lo que yo hago.El misionero negó que esto fuera cierto.
- Entonces- prosiguió el indígena - ¿cómo es que sabe usted todo lo que yo hago?

¿No te ha sucedido lo mismo alguna vez? Muchas veces vamos a la iglesia y el mensaje del pastor parece estar dirigido a nosotros, como si alguien le hubiera contado nuestros problemas. En otras ocasiones recibimos devocionales, artículos y mensajes que describen nuestra situación, un mensaje en la radio o en la televisión que aparenta estar hecho para nosotros e inclusive, sin importar cuánto tiempo tengas como cristiano, ni cuántas veces hayas leído la Biblia, lo cierto es que siempre encontramos un pasaje que habla a nuestras vidas, en ocasiones son versículos que los hemos leído más de una vez pero parecen hablarnos de forma diferente.

Y eso es lo que hace la Palabra de Dios, penetra en nuestras almas y deja al descubierto hasta lo más íntimo de nuestros corazones.
“Pues la palabra de Dios es viva y poderosa. Es más cortante que cualquier espada de dos filos; penetra entre el alma y el espíritu, entre la articulación y la médula del hueso. Deja al descubierto nuestros pensamientos y deseos más íntimos”. Hebreos 4:12 (NTV)

Quizás esa es una de las razones por las que tanta gente se opone a leer la Biblia, no soportan hablar ni escuchar acerca de las verdades que contiene porque los confronta y no todos están dispuestos a admitir sus errores ni a reconocer el poder que existe en estas palabras de verdad y mucho menos a cambiar de actitud.
Busca a Dios, lee la Biblia pero hazlo con un corazón rendido, humillado, con la disposición de detectar y cambiar aquellas cosas que están dañando tu vida, que no te dejan alcanzar la libertad que necesitas y que te privan de las bendiciones de Dios. Permite que, a través de su palabra, Dios pueda remover aquellas cosas que solamente hacen tu viaje más pesado y te alejan de tu destino.

 

 


Ana María Frege Issa
CVCLAVOZ