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2 Crónicas 29: 31 La Biblia de las Américas (LBLA)

Reinado de Ezequías

 

 

 

29 Ezequías comenzó a reinar cuando tenía veinticinco años, y reinó veintinueve años en Jerusalén. El nombre de su madre era Abías[a], hija de Zacarías. E hizo lo recto ante los ojos del Señor, conforme a todo lo que su padre David había hecho.

En el primer año de su reinado, en el mes primero, abrió las puertas de la casa del Señor y las reparó. Hizo venir a los sacerdotes y a los levitas y los reunió en la plaza oriental. Entonces les dijo: Oídme, levitas. Santificaos ahora, y santificad la casa del Señor, Dios de vuestros padres, y sacad lo inmundo del lugar santo. Porque nuestros padres han sido infieles y han hecho lo malo ante los ojos del Señor nuestro Dios, le han abandonado, han apartado sus rostros de la morada del Señor y le han vuelto[b] las espaldas.También han cerrado las puertas del pórtico y han apagado las lámparas, y no han quemado incienso ni ofrecido holocaustos en el lugar santo al Dios de Israel. Por tanto vino la ira del Señor contra Judá y Jerusalén, y El los hizo objeto de espanto, de horror y de burla, como lo veis con vuestros propios ojos. Porque he aquí, nuestros padres han caído a espada, y nuestros hijos y nuestras hijas y nuestras mujeres están en cautividad a causa de esto. 10 Ahorahe decidido en mi corazón hacer un pacto con el Señor, Dios de Israel, para que el ardor de su ira se aparte de nosotros. 11 Hijos míos, no seáis ahora negligentes, porque el Señor os ha escogido a fin de que estéis delante de El, para servirle y para ser sus ministros y quemar incienso.

12 Entonces se levantaron los levitas: Mahat, hijo de Amasai, y Joel, hijo de Azarías, de los hijos de los coatitas; y de los hijos de Merari, Cis, hijo de Abdi, y Azarías, hijo de Jehalelel; y de los gersonitas, Joa, hijo de Zima, y Edén, hijo de Joa; 13 de los hijos de Elizafán, Simri y Jeiel[c]; y de los hijos de Asaf, Zacarías y Matanías; 14 de los hijos de Hemán, Jehiel y Simei; y de los hijos de Jedutún, Semaías y Uziel. 15 Y éstos reunieron a sus hermanos, se santificarony entraron para limpiar la casa del Señor, conforme al mandamiento del rey según las palabras del Señor16 Entraron los sacerdotes al interior de la casa delSeñor para limpiarla, y sacaron al atrio de la casa del Señor todas las cosas inmundas que hallaron en el templo del Señor. Entonces los levitas las recogieron[d] para llevarlas fuera al torrente Cedrón. 17 Comenzaron la santificación[e] el primer día del mes primero, y el octavo día del mes entraron al pórtico del Señor; entonces santificaron la casa del Señor en ocho días, y terminaron el día dieciséis del mes primero. 18 Y fueron al rey Ezequías, y ledijeron: Hemos limpiado toda la casa del Señor, el altar del holocausto con todos sus utensilios, y la mesa del pan de la proposición con todos sus utensilios. 19 Además, todos los utensilios que el rey Acaz en su infidelidad había desechado durante su reino los hemos preparado y santificado, y he aquí, están delante del altar del Señor.

20 Entonces el rey Ezequías se levantó temprano y reunió a los príncipes de la ciudad y subió a la casa del Señor21 Y trajeron siete novillos, siete carneros, siete corderos y siete machos cabríos como ofrenda por el pecado del reino, por el santuario y por Judá. Y el rey ordenó a los sacerdotes, los hijos de Aarón, que los ofrecieran sobre el altar del Señor22 Mataron los novillos[f], y los sacerdotes recogieron[g] la sangre y la esparcieron sobre el altar. También mataron los carneros y esparcieron la sangre sobre el altar; asimismo mataron los corderos y esparcieron la sangre sobre el altar. 23 Después trajeron los machos cabríos de la ofrenda por el pecado del rey y de la asamblea, y pusieron sus manos sobre ellos. 24 Los sacerdotes los mataron y purificaron el altar con su sangre como expiación por todo Israel, porque el rey había ordenado el holocausto y la ofrenda por el pecado por todo Israel.

25 Luego situó a los levitas en la casa del Señor con címbalos, con arpas y con liras, conforme al mandamiento de David y de Gad, el vidente del rey, y del profeta Natán; porque el mandamiento procedía del Señor por medio[h] de sus profetas. 26 Los levitas se colocaron con los instrumentos musicales de David, y los sacerdotes con las trompetas. 27 Entonces Ezequías mandó ofrecer el holocausto sobre el altar. Cuando el holocausto comenzó, también comenzó el canto al Señor con las trompetas, acompañado por[i] los instrumentos de David, rey de Israel. 28 Mientras toda la asamblea adoraba, también los cantores cantaban y las trompetas sonaban; todo esto continuó hasta que se consumió el holocausto.

29 Después de consumido el holocausto, el rey y todos los que estaban con él se inclinaron y adoraron. 30 Entonces el rey Ezequías y los oficiales ordenaron a los levitas que cantaran alabanzas al Señor con las palabras de David y del vidente Asaf. Cantaron alabanzas con alegría, y se inclinaron y adoraron. 31 Y Ezequías habló[j], y dijo: Ahora que vosotros os habéis consagrado[k] al Señor, acercaos y traed sacrificios y ofrendas de gratitud a la casa del Señor. Y la asamblea trajo sacrificios y ofrendas de gratitud, y todos los que quisieron[l] trajeronholocaustos. 32 El número de los holocaustos que la asamblea trajo fue de setenta bueyes, cien carneros y doscientos corderos; todos estos fueron para el holocausto al Señor33 Y las cosas consagradas fueron seiscientos bueyes y tres mil ovejas. 34 Pero los sacerdotes eran pocos, y no pudieron desollar todos los holocaustos; por eso sus hermanos los levitas los ayudaron hasta que se acabó la obra y hasta que los otros sacerdotes se hubieron santificado. Porque los levitas fueron más cuidadosos[m] para santificarse que los sacerdotes. 35 Y hubotambién holocaustos en abundancia con grosura de las ofrendas de paz y con libaciones para los holocaustos. Así quedó restablecido el servicio de la casa delSeñor36 Entonces se regocijó Ezequías con todo el pueblo por lo que Dios había preparado para el[n] pueblo, pues todo[o] sucedió rápidamente.

 

 

Un encuentro con la palabra

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REFLEXION

Tomando Responsabilidad Personal
Publicado por: Devocionales en Devocionales 0

SI ERES SABIO, PARA TI LO ERES… (Proverbios 9:12)

Para que puedas mostrar la clase de responsabilidad que hace que triunfes en la vida, debes:

(1) Reconocer que para obtener éxito necesitas practicar la autodisciplina.
Cada vez que no hagas lo que no deberías hacer y comiences a hacer lo que deberías, estás aumentando tu capacidad de ser responsable y las recompensas que esto conlleva.

(2) Terminar lo que empieces.
Hay dos categorías de personas: las que harán cosas y las que podrían hacerlas. La gente responsable las lleva a cabo, y así es cómo los demás la evalúan.

(3) No esperar que otros lo hagan por ti.
Pablo escribió: “…cada uno cargará con su propia responsabilidad” (Gálatas 6:5). Dirigiendo la palabra a estudiantes en la universidad de Carolina del Sur (EE.UU.), el juez supremo Alexander Saunders dijo: “Cuando te den mucha responsabilidad, no supone que otra persona vaya a llevar las cargas más grandes, que otra persona deje constancia de las principales condenas, que otra persona haga propaganda por ti, que se ocupe de los pobres, que visite a los enfermos, que proteja los derechos civiles, que implemente la ley, que transmita los valores y que defienda la libertad. Lo que tú no valores, no será valorado, lo que tú no recuerdes, no será recordado, lo que tú no cambies, no será cambiado, lo que tú no hagas, no se hará. Si quieres, puedes crear una sociedad cu yo s líderes sean menos obsesivos con el ansia de tener mucho dinero. No es una cuestión de qué hacer, sino simplemente la voluntad de hacerlo”.

Algunas veces no nos responsabilizamos porque creemos que otros están más calificados. No, los que hacen la diferencia en la vida no la hacen porque estén mejor calificados sino simplemente porque decidieron intentar hacer algo. Además, Dios no llama a los capacitados, ¡Él capacita a los que son llamados!

CADA UNO SEGÚN EL DON QUE HA RECIBIDO, MINÍSTRELO A LOS OTROS…(1 Pedro 4:10)

Cuando hagas una decisión seria, te conviertas en una persona más responsable. Los que tienen éxito no culpan a otros, se hacen responsables de sus acciones y de sus actitudes. Ellos muestran una capacidad de responder la habilidad para escoger una respuesta correcta sin importar qué situación afrentan. En cada ocasión, la responsabilidad significa saber elegir, y sólo tú puedes hacerlo. Si ser responsable nunca ha sido una de tus puntos fuertes, entonces, empieza a serlo poco a poco. No puedes comenzar desde ninguna otra situación que desde aquélla en la que te encuentres ahora mismo.

¿Qué áreas de responsabilidad son las más difíciles para ti?

(1) ¿Dar seguimiento, asumiendo responsabilidad para terminar lo que hayas empezado?

Si tienes la tendencia a “tirar la toalla”, ponte unos objetivos más bien pequeños que requieren que te expandas. Empieza por las áreas que más te importan y luego, con algunas victorias “debajo del brazo”, comienza a abordar otros campos de acción.

(2) ¿Encargarte de los asuntos pequeños?

¿Cada cuánto tiempo olvidas de hacer las cosas pequeñas?, las cuales son grandes para los demás, como por ejemplo: olvidar aniversarios y cumpleaños, no fregar los platos, no sacar la basura, no ir a ver a tu hijo cuando juegue un partido de fútbol o no pasarlo bien con él, etc. Dice el Señor: “Así alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras y glorifiquen a vuestro Padre…” (Mateo 5:16).

(3) ¿Dar un paso adelante sin esperar que otro lo haga por ti?

Muchos de nosotros estamos ante una decisión difícil y seguimos aplazándolo. ¿Cuál es la tuya? ¿Por qué no actúas? Apunta tus motivos para que comprendas claramente cuáles son. Ahora, escribe las ventajas de tomar una decisión. Una vez que sepas en tu corazón lo que debes hacer, pídele a Dios que te dé fuerzas, realízalo y mantente fiel a ello. Esto es tener responsabilidad personal.

 

 

Un encuentro con la palabra

 

 

REFLEXION

El espejo abandonado

Hoy antes de salir a clases, trabajo o cualquier actividad cientos y cientos de personas estarán frente a un espejo poniéndose más bellas y guapos, viendo si la ropa que se pusieron les queda bien o no. En fin, este instrumento está presente en cada hogar y es muy usado, aunque más por las mujeres que los varones.

Wikipedia menciona que los espejos como utensilios de tocador y objeto manual fueron muy usados en las civilizaciones egipcia, griega, etrusca y romana. Fue usado en la cultura hebrea, era parte de la fuente de metal que estaba a la entrada del Tabernáculo de la Reunión. Al lavarse los sacerdotes, podían ver sus imperfecciones (Éxodo 38:7-9; 30:18; escrito aproximadamente en el 1447 a. C).

Como hijos de Dios también tenemos un espejo que muchas veces está abandonado y no es usado como se debería: la Biblia; y sin duda un instrumento que revela y refleja nuestra condición real a los ojos de Dios.
La diferencia de verse ante un espejo y ante la Biblia es que la Palabra puede transformarnos por el gran Poder que tiene, y más aún cuando la recibimos con un corazón humilde; Hebreos 5:12-14 (NTV) dice: “Hace tanto que son creyentes que ya deberían estar enseñando a otros. En cambio, necesitan que alguien vuelva a enseñarles las cosas básicas de la palabra de Dios. Son como niños pequeños que necesitan leche y no pueden comer alimento sólido. Pues el que se alimenta de leche sigue siendo bebé y no sabe cómo hacer lo correcto. El alimento sólido es para los que son maduros, los que a fuerza de práctica están capacitados para distinguir entre lo bueno y lo malo.”

La madurez en la Palabra es una exigencia de Dios, que debe ser considerada como primordial. ¿Cuántas vidas han sido confrontadas y han sido transformadas por su poderoso mensaje? Millones y millones de personas y ¿tú eres una de ellas?

Si hemos abandonado nuestro espejo espiritual hagamos un compromiso de corazón para que cada día leamos, estudiemos y meditemos en sus enseñanzas, dejemos el conformismo y demos paso a la obra del Espíritu Santo por medio de la Palabra.

¡No abandonemos nuestro espejo espiritual!

 

 

 

 

 

Soraida Fuentes
CVCLAVOZ