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Mateo 26:29 La Biblia de las Américas (LBLA)

 

 

Institución de la Cena del Señor

26 Mientras comían, Jesús tomó pan, y habiéndolo bendecido, lo partió, y dándoselo a los discípulos, dijo: Tomad, comed; esto es mi cuerpo. 27 Y tomando una copa, y habiendo dado gracias, se la dio, diciendo: Bebed todos de ella; 28 porque esto es mi sangre del nuevo[m] pacto, que es derramada por muchos para el perdón de los pecados. 29 Y os digo que desde ahora no beberé más de este fruto de la vid, hasta aquel día cuando lo beba nuevo con vosotros en el reino de mi Padre.

30 Y después de cantar un himno, salieron hacia el monte de los Olivos.

 

UN ENCUENTRO CON LA PALABRA

 

REFLEXION
Como flechas en la mano del guerrero, así son los hijos tenidos en la juventud. Salmo 127:4
Publicado por: Pastor Carlos Vargas Valdez en Devocional Diario 0


Como padre, nunca he educado a mis hijos para que sean como yo. En vez de eso, los anime, intimide y pedí a cada uno de ellos para que fueran mejores que yo. Ellos son las flechas, yo soy el arco, y el Señor es el viento y el poder bajo sus alas. Mientras ellos se elevan delante de mí en cada etapa de sus vidas, mi corazón ora por su viaje. Ora para que no tengan miedo o sean tímidos en las montañas que se interponen en su camino. Ora para que sigan adelante en fe sabiendo que Dios está con ellos dondequiera que vayan.

“¿Y quién sabe si no has venido al reino para un tiempo como este?”, le dijo Mardoqueo a Ester cuando temía acercarse al rey. Este es su tiempo y tenemos que ser conscientes de ello. Si tratamos de criar a nuestros hijos sólo para ganar dinero y vivir una vida cómoda, ellos pueden perder su propósito y vocación en Dios.

Si criamos a nuestros hijos para que vivan nuestros propios sueños, es posible que nunca sepan que la alegría y el descubrimiento de escuchar al Espíritu y los lleve a lugares desconocidos. Si educamos a nuestros hijos para que sólo vivan con seguridad en una protección segura, pueden perder su día de aventura asignado y el estiramiento de su fe en el Dios viviente.

¡No necesitamos más cobardes o amantes de sí mismos en estos tiempos de incertidumbre! Necesitamos gente joven, audaz y valiente de fe que se oponga a la marea de inmoralidad sexual y avaricia. Nuestros hijos de esta generación necesitan padres que los equipen con la palabra de la verdad para derribar fortalezas espirituales, emocionales y mentales.

Si amamos a nuestros hijos, los liberaremos al llamado individual de Dios sobre sus vidas. A medida que se alejan de nosotros hacia el propósito de Dios, los liberamos una eternidad de gozo y paz de lo que verdaderamente significa estar vivos en Jesucristo.

Oración:
Amado Señor, libero a mis hijos para que vayan más allá de lo que jamás imaginé yo ir. Son más tuyos que míos. Ayúdame a guiarlos hacia Ti. En el nombre de Jesús, amén.

 

 

 

UN ENCUENTRO CON LA PALABRA

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REFLEXION

Devocionales
Reflexiones cristianas diarias por CVCLAVOZ


¿Cuántos paracaídas empacaste hoy?

 

 

Charles Plumb, era piloto de un bombardero en la guerra de Vietnam. Después de muchas misiones de combate, su avión fue derribado por un misil. Plumb se lanzó en paracaídas, fue capturado y pasó seis años en prisión.

A su regreso a Estados Unidos, daba conferencias relatando su odisea y sus experiencias en el lugar de detención.

Un día estaba en un restaurante y un hombre lo saludó:

- Hola, usted es Charles Plumb, ex piloto en Vietnam y fue derribado por el enemigo, ¿verdad?

- Y usted, ¿cómo sabe eso?, le preguntó Plumb.

- Porque yo doblaba y empacaba los paracaídas de su división, y parece que el suyo funcionó bien.

- Claro que funcionó, si no hubiera funcionado, hoy yo no estaría aquí- Respondió Plumb emocionado y con mucha gratitud.

Aquella noche, Plumb no podía conciliar el sueño, se preguntaba cuántas veces había visto en el portaviones a aquel hombre y nunca le había dirigido un saludo, se dio cuenta de que había sido una persona arrogante y orgullosa frente a este humilde y servicial marinero.

Pensó también en todo el tiempo que aquel marinero pasó en el barco enrollando los hilos de seda de cada paracaídas, teniendo en sus manos la vida de personas que quizás no conocía.

Desde aquel día, Plumb comienza sus conferencias preguntando a su audiencia: ¿Quién empacó hoy tu paracaídas?

Esa es la misma pregunta que hoy debemos realizarnos: ¿Quién empacó nuestro paracaídas? ¿Estás empacando el paracaídas de alguien?

Muchas veces vemos a la gente, familiares, compañeros del trabajo, hermanos de la iglesia, amigos, conocidos del barrio y simplemente apenas los saludamos sin tener en cuenta que ellos podrían estar empacando nuestro paracaídas. Sus oraciones podrían ser las que cada día nos estén salvando de situaciones inesperadas.

¿Cuántos paracaídas empacaste hoy? Recuerda que la responsabilidad que se nos ha dado es enorme. En 1 Timoteo 2:2 encontramos que debemos interceder por nuestras autoridades, en Job 42:8 vemos cómo la oración de éste hombre por sus amigos obró a favor de ellos y podemos encontrar muchos ejemplos más.

“En cuanto a mí, ciertamente no pecaré contra el Señor al dejar de orar por ustedes. Y seguiré enseñándoles lo que es bueno y correcto”. 1 Samuel 12:23 (NTV)

¿Listo para seguir empacando paracaídas? Dios nos ha confiado la vida de muchas personas y es nuestra responsabilidad que sus paracaídas siempre estén listos.

 

 

 

Ana María Frege Issa
CVCLAVOZ