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Éxodo 1:12 La Biblia de las Américas (LBLA)

 

 

 

 

Opresión de los israelitas en Egipto

 

 

Estos son los nombres de los hijos de Israel que fueron a Egipto con Jacob; cada uno fue con[a] su familia: Rubén, Simeón, Leví y Judá; Isacar, Zabulón y Benjamín;Dan, Neftalí, Gad y Aser. Todas las personas[b] que descendieron[c] de Jacob fueron setenta[d] almas. Pero José estaba ya en Egipto. Y murió José, y todos sus hermanos, y toda aquella generación. Pero los hijos de Israel fueron fecundos y aumentaron mucho[e], y se multiplicaron y llegaron a ser poderosos[f] en gran manera, y la tierra se llenó de ellos.

Y se levantó sobre Egipto un nuevo rey que no había conocido a José; y dijo a su pueblo: He aquí, el pueblo de los hijos de Israel es más numeroso y más fuerte que nosotros. 10 Procedamos, pues, astutamente con él no sea que se multiplique, y en caso de guerra[g], se una también con los que nos odian y pelee contra nosotros y se vaya[h] de la tierra. 11 Entonces pusieron sobre ellos capataces[i] para oprimirlos con duros trabajos[j]. Y edificaron para Faraón las ciudades de almacenaje, Pitón y Ramsés. 12 Pero cuanto más los oprimían, más se multiplicaban y más se extendían[k], de manera que los egipcios llegaron a temer a los hijos de Israel. 13 Los egipcios, pues, obligaron a los hijos de Israel a trabajar duramente, 14 y les amargaron la vida con dura servidumbre en hacer barro[l] y ladrillos y en toda clase de trabajo del campo; todos sus trabajos se los imponían[m] con rigor.

15 Y el rey de Egipto habló a las parteras de las hebreas, una de las cuales se llamaba Sifra, y la otra Puá, 16 y les dijo: Cuando estéis asistiendo a las hebreas a dar a luz, ylas veáis sobre el lecho del parto[n], si es un hijo, le daréis muerte, pero si es una hija, entonces vivirá. 17 Pero las parteras temían[o] a Dios, y no hicieron como el rey de Egipto les había mandado[p], sino que dejaron con vida a los niños. 18 El rey de Egipto hizo llamar a las parteras y les dijo: ¿Por qué habéis hecho esto, y habéis dejado con vida a los niños? 19 Respondieron las parteras a Faraón: Porque las mujeres hebreas no son como las egipcias, pues son robustas y dan a luz antes que la partera llegue a ellas. 20 Y Dios favoreció a las parteras; y el pueblo se multiplicó y llegó a ser muy poderoso[q]21 Y sucedió que por haber las parteras temido[r] a Dios, El prosperó sus[s]familias[t]22 Entonces Faraón ordenó a todo su pueblo, diciendo: Todo hijo que nazca[u] lo echaréis al Nilo, y a toda hija la dejaréis con vida.

 

 

 

 

 

Un Encuentro Con la Palabra

REFLEXION

La Preocupación Y La Ansiedad
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“NO OS INQUIETÉIS POR NADA…” (Filipenses 4:6 CST)

Identifica el origen de tus preocupaciones. ¿Creciste en una familia con muchos miedos? ¿Te sentiste inseguro, pensando que no dabas la talla, o nunca escuchaste palabras que te afirmaron o animaron? ¿Haces caso a los fatalistas y a los que sólo hablan de lo mal que está todo y lo peor que se va a poner? ¿De dónde te viene la angustia? ¿Qué alimenta tu preocupación? No podrás ahuyentar tus temores hasta que no los definas. Al llamarlos por su nombre los desnudas; y desnudos parecen tontos y débiles.

En la novela de Yann Martel La vida de Pi, el protagonista Pi se encuentra a la deriva en el mar en un bote tras un naufragio, con un tigre de Bengala de más de doscientos kilos como única compañía. Mientras está en el bote, Pi comienza a analizar sus miedos, tanto del mar como del tigre. Después de haber pasado todo da este consejo: “Tienes que luchar con fuerza para expresar tus miedos. Tienes que hacer grandes esfuerzos para arrojar la luz de las palabras sobre ellos. Porque si no lo haces, y tu temor se convierte en una oscuridad sin nombre que evitas a toda costa, y que hasta incluso logras olvidar, te estarás convirtiendo en el blanco de nuevos ataques de pánico, puesto que nunca fuiste capaz de enfrentarte al oponente que te derrotó”.

Entonces, corre la cortina y expón tus temores, todos y cada uno de ellos. Como si fueran vampiros, no podrán aguantar la luz. Ya se trate de preocupaciones financieras, de problemas en las relaciones, de aprensión en el ámbito laboral, de asuntos de seguridad física, nómbralos uno a uno en oración. Sácalos a la luz y ponlos delante de Dios. ¿Cómo se hace? “No os inquietéis por nada; más bien, en toda ocasión, con oración y ruego, presentad vuestras peticiones a Dios… Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, cuidará vuestros corazones y vuestros pensamientos…” (Filipenses 4:6-7 CST)


“…NO OS PREOCUPÉIS POR VUESTRA VIDA…” (Mateo 6:25 CST)

Jesús dijo: “Dejad de estar continuamente preocupados y angustiados por vuestra vida…” (Mateo 6:25 parafraseado). Ahora bien, no es que el Señor te esté condenando por tener una preocupación genuina acerca de tus responsabilidades; lo que condena es que tengas una mentalidad que le deja a Él fuera, o que acude a Él sólo como último recurso. La ansiedad destructiva borra a Dios del futuro, se enfrenta a la incertidumbre sin fe, calcula cuáles van a ser los retos de hoy y de mañana y se olvida de incluir las promesas de Dios y su fidelidad. Jesús les dijo a sus discípulos: “…No se preocupen por la vida diaria, si tendrán suficiente…” (Mateo 6:25 NTV). Notemos la expresión “tener suficiente”. Eso es lo que nos angustia ¿verdad? Miedo a la escasez, la enfermedad, los despidos laborales y los reveses económicos.

Los discípulos sintieron esa clase de preocupación cuando se vieron obligados a alimentar a cinco mil personas. Felipe se echó cuentas rápidamente: “Ni con el salario de ocho meses podríamos comprar suficiente pan para darle un pedazo a cada uno…” (Juan 6:7 NVI). ¿Cómo crees que se sintió Jesús en ese momento? Junto a ellos estaba la solución a sus problemas, pero no acudieron a Él hasta que no se encontraron en un callejón sin salida y sin ninguna solución. En las manos de los apóstoles, cinco panes y dos peces no les parecía nada. Pero en las manos de Jesús fueron más que suficientes para alimentar a las multitudes y resolver el problema. A medida que se multiplicaba el pan, seguro que llegaron a un punto en que dijeron: ‘Señor, ¿por qué dudamos de ti?’ Deja que tus problemas te lleven a los brazos de Jesús. Y cuando llegues, ¡permanece ahí!

 

 

 

 

Un Encuentro Con la Palabra

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REFLEXION

Sin previo aviso

 

 

 

 

Mateo 25:1-12 narra que el reino del cielo será como diez damas de honor que tomaron sus lámparas y salieron para encontrarse con el novio. Cinco de ellas eran necias y cinco sabias. Las necias no llevaron suficiente aceite para sus lámparas, pero las otras cinco fueron tan sabias que llevaron aceite extra. Como el novio se demoró, a todas les dio sueño y se durmieron. A la medianoche, se despertaron ante el grito de: “¡Miren, ya viene el novio! ¡Salgan a recibirlo!”.

Todas las damas de honor se levantaron y prepararon sus lámparas. Entonces las cinco necias les pidieron a las otras: “Por favor, dennos un poco de aceite, porque nuestras lámparas se están apagando”. Sin embargo, las sabias contestaron: “No tenemos suficiente para todas. Vayan a una tienda y compren un poco para ustedes”.

Pero durante el lapso en que se fueron a comprar aceite, llegó el novio. Entonces las que estaban listas entraron con él a la fiesta de bodas y se cerró la puerta con llave. Más tarde, cuando regresaron las otras cinco, se quedaron afuera, y llamaron: “¡Señor, señor! ¡Ábrenos la puerta!”.

-Él les respondió: “Créanme, ¡no las conozco!”.

¡Tengan cuidado! No pasen el tiempo pensando en banquetes y borracheras, ni en las muchas cosas que esta vida les ofrece. Porque el fin del mundo podría sorprenderlos en cualquier momento, y ustedes serán como un animal que, de pronto, se ve atrapado en una trampa. Por eso, estén siempre alerta. Oren en todo momento, para que puedan escapar de todas las cosas terribles que van a suceder. Así podrán estar conmigo, el Hijo del hombre. Lucas 21:34-36 (TLA)
Ese día este tipo de remordimientos no servirán de nada: ”Si hubiera orado”, “si hubiera leído la Biblia, “si hubiera ido a la iglesia”, “si hubiera cambiado mi estilo de vida”, etc. Hoy debes renunciar a todo lo que el mundo te ofrece, arrepiéntete de todos tus pecados, pide perdón y perdona. Determina vivir de manera distinta, que Dios sea el centro de tu vida, ten una relación más íntima y personal con Él porque solo de esa manera llegarás a conocer su voluntad y los planes que tiene para ti, además recibirás la corona de la vida después de haber soportado y superado con paciencia diferentes pruebas y tentaciones.

Si sientes que te estás quedando con poco aceite o quizás tu lámpara ya se ha apagado, es el momento preciso para que le pidas al Espíritu Santo que te llene una vez más de su presencia para que estés preparado para el regreso de nuestro Salvador. No permitas que los afanes de este mundo te quiten el privilegio de sentarte a la mesa y participar de las Bodas del Cordero.

¡Ustedes también deben estar alerta! Pues no saben cuándo regresará el amo de la casa: si en la tarde, a medianoche, durante la madrugada o al amanecer. Que no los encuentre dormidos cuando llegue sin previo aviso. Les digo a ustedes lo que digo a todos: ¡Manténganse despiertos esperándolo a él! Marcos 13:35-37 (NTV)

 

 

 

Brisna Bustamante 
CVCLAVOZ