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2 Samuel 12 :13 La Biblia de las Américas (LBLA)

 

 

 

Natán reprende a David

 

 

12 Entonces el Señor envió a Natán a David. Y vino a él y le dijo:

Había dos hombres en una ciudad, el uno rico, y el otro pobre.
El rico tenía muchas ovejas y vacas.
Pero el pobre no tenía más que una corderita
que él había comprado y criado,
la cual había crecido junto con él y con sus hijos.
Comía de su pan[a], bebía de su copa y dormía en su seno,
y era como una hija para él.
Vino un viajero al hombre rico
y éste no quiso[b] tomar de sus ovejas ni de sus vacas
para preparar comida para el caminante que había venido a él,
sino que tomó la corderita de aquel hombre pobre y la preparó para el hombre que había venido a él.

Y se encendió la ira de David en gran manera contra aquel hombre, y dijo a Natán: Vive el Señor, que ciertamente el hombre que hizo esto merece morir[c];y debe pagar cuatro veces por la cordera, porque hizo esto y no tuvo compasión.

Entonces Natán dijo a David: Tú eres aquel hombre. Así dice el Señor, Dios de Israel: “Yo te ungí rey sobre Israel y te libré de la mano de Saúl. “Yo también entregué a tu cuidado[d] la casa de tu señor y las mujeres de tu señor, y te di la casa de Israel y de Judá; y si eso hubiera sido poco, te hubiera añadido muchas cosas como éstas. “¿Por qué has despreciado la palabra del Señorhaciendo lo malo a sus ojos? Has matado[e] a espada a Urías hitita, y has tomado a su mujer para que sea mujer tuya, y lo has matado con la espada de los hijos de Amón. 10 “Ahora pues, la espada nunca se apartará de tu casa, porque me has despreciado y has tomado la mujer de Urías hitita para que sea tu mujer.” 11 Así dice el Señor: “He aquí, de tu misma casa levantaré el mal contra ti; y aun tomaré tus mujeres delante de tus ojos y las daré a tu compañero, y éste se acostará con tus mujeres a plena luz del día[f]12 “En verdad, tú lo hiciste en secreto, pero yo haré esto delante de todo Israel, y a plena luz[g] del sol.” 13 Entonces David dijo a Natán: He pecado contra el Señor. Y Natán dijo a David: El Señor ha quitado tu pecado[h]; no morirás. 14 Sin embargo, por cuanto con este hecho has dado ocasión de blasfemar a los enemigos del Señor, ciertamente morirá el niño que te ha nacido. 15 Y Natán regresó a su casa.

Y el Señor hirió al niño que la viuda[i] de Urías dio[j] a David, y se puso muy enfermo. 16 David rogó a Dios por el niño; y[k] ayunó, y fue y pasó la noche acostado en el suelo. 17 Y los ancianos de su casa se pusieron a su lado para levantarlo del suelo, mas él no quiso, y no comió pan[l] con ellos. 18 Sucedió que al séptimo día el niño murió; y los siervos de David temían informarle que el niño había muerto, pues se decían: He aquí, cuando el niño estaba todavíavivo, le hablábamos y no nos escuchaba[m]. ¿Cómo, pues, vamos a decirle que el niño ha muerto? Puede hacerse daño. 19 Pero viendo David que sus siervos susurraban entre sí, comprendió[n] que el niño había muerto, y[o] dijo a sus siervos: ¿Ha muerto el niño? Y ellos respondieron: Ha muerto. 20 Entonces David se levantó del suelo, se lavó, se ungió y se cambió de ropa; entró en la casa del Señor y adoró. Después vino a su casa y cuando pidió, le pusieron comida delante y comió. 21 Y sus siervos le dijeron: ¿Qué es esto que has hecho? Mientras[p] el niño vivía, ayunabas y llorabas, pero cuando el niño murió, te levantaste y comiste pan[q]22 Y él respondió: Mientras el niño aúnvivía, yo ayunaba y lloraba, pues me decía: “¿Quién sabe si el Señor tendrá compasión de mí y el niño viva?” 23 Pero ahora que ha muerto, ¿por qué he de ayunar? ¿Podré hacer que vuelva? Yo iré a él, pero él no volverá a mí.

24 Y David consoló a Betsabé su mujer, y vino a ella y se acostó con ella; y ella dio a luz un hijo; y él[r] le puso por nombre Salomón. Y el Señor lo amó, 25 y envió un mensaje por medio[s] del profeta Natán, y le puso el nombre de Jedidías[t], por causa del Señor.

 

 

 

Un Encuentro Con la Palabra

REFLEXION

 

 

 

Jovenes Cristianos – BUSCAR A JESUS

Pasaje clave: Lucas 7.

 

 

Tres relatos. Tres personas. Y tres encuentros con Jesús.

Un Centurión Romano

El centurión romano era un oficial militar al mando de 50 o 100 soldados. Tenía autoridad. Tenía poder. Estaba altamente entrenado para enfrentar y resolver situaciones de crisis. Qué podía necesitar de Jesús.

¿Qué lo movió a buscar a Jesús? (vs.1-10).

Este centurión necesitaba de Jesús para que su siervo sea sano.

Era imposible para él. Ante esta situación, su entrenamiento militar no le servía para nada. Su preocupación por su siervo enfermo lo llevó a buscar a Jesús.

¿Amas a los que te rodean? ¿Te preocupas por sus vidas? ¿Buscas a Jesús, orando por ellos, para que sean sanados, protegidos, bendecidos y en todo les vaya bien?

Una Viuda

¿Qué movió a esta viuda para buscar a Jesús? (vs.11-17).

¡Era viuda! Había perdido a su esposo, y ahora perdía a su único hijo. La vida no es justa. Lo tenía todo y ahora lo perdía todo.

Su dolor, su soledad, su gran tristeza, la llevaron a confiar en Jesús.

“No llores”, le dijo a la madre. Y el dolor se convirtió en gozo.

“Levántate”, le dijo al hijo muerto. Y la muerte se volvió vida.

¿Con qué calmas tu dolor? ¿Qué haces con tu soledad? ¿Qué buscas para tapar tu tristeza? Busca a Jesús y confía en él.

Una Mujer Pecadora

¿Qué impulsó a esta mujer a buscar a Jesús? (vs.36-50).

¿Sabes por qué la etiquetan como “mujer pecadora”? Porque era la manera de identificar a las prostitutas. Sí, ésta mujer era una prostituta. Su pecado era venderle su cuerpo a los hombres por dinero.

Y fue su doble necesidad que la llevó a buscar a Jesús.

1º. Su necesidad de perdón. Ella necesitaba ser perdonada.

¿Pero qué hacían las personas con ella? O la rechazaban tratándola como a una basura, o la usaban como un juguete para su propio placer sexual.

¿Pero qué hizo Jesús con ella? (vs.47-48, 50).

¿Ves lo grande que es Jesús? Él acepta donde otros rechazan, perdona donde otros condenan y sana donde otros abusan y enferman.

2º. Su necesidad de valoración. Ella necesitaba sentirse valorada.

La gente la despreciaba, hablaban mal de ella. Era mal vista y estaba en boca de todos.

¿Pero cómo la trató Jesús? (vs.44-46).

Jesús le tapó la boca a Simón el fariseo y a todos los que despreciaban a la mujer creyéndose mejores que ella.

Públicamente la valorizó. Delante de todos habló bien de la actitud de honra y adoración que tuvo la mujer. Sin ningún temor dijo que ella, con su actitud de arrepentimiento, amó mucho.

¿Cómo había expresado su arrepentimiento la mujer? (vs.37-38).

Piénsalo.

Tres relatos. Tres personas. Y tres encuentros con Jesús.

¿Y cuál es tu historia? ¿Cuál es tu necesidad?

¿Estás preocupado por alguien? ¿Por tus padres o por tus amigos?

¿Estás triste o te sientes solo?

¿Necesitas ser perdonado o valorado?

Búscalo a Jesús. Él sabe qué hacer con tú necesidad.

 

 

 

Extracto del libro: “Desafíos Para Jóvenes y Adolescentes: Lucas”

Por Edgardo Tosoni

 

 

 

 


Un Encuentro Con la Palabra

REFLEXION

 

 

El propósito del dolor

 

 

 

Las perlas están formadas por nácar, que es una sustancia que se produce en el interior de las ostras. La perla es el resultado una reacción ante el dolor provocado por la presencia de una partícula de material extraño, como puede ser un grano de arena dentro del cuerpo blando del molusco.

La perla, por así decirlo, produce una lágrima ante la irritación que va gradualmente envolviendo el grano de arena. Esta lágrima va redondeando y poco a poco cubriendo aquello que provoca dolor hasta que forma una preciosa esfera con un brillo hermoso. Después de un cierto tiempo aquello que empezó como un cruel dolor se convierte en una piedra de gran valor.

Cuando pasamos situaciones dolorosas, momentos difíciles, no logramos entender el por qué llegamos ahí o cuál es la razón de la misma; entonces tenemos la tendencia a enojarnos o querer culpar a Dios por lo sucedido, sin embargo, si leemos Romanos 8:28, nos dice “Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados. "

Es decir que a pesar de lo doloroso que pueda ser lo que estamos pasando, si nuestras vidas están bajo el cuidado de Dios, entonces existe un propósito de bien para lo que nos está sucediendo, Él quiere hacer algo con nosotros, tal vez sea en nuestro carácter, en nuestra vida misma, nuestros pensamientos, etc. porque sabemos que nuestra naturaleza está llena de mal y es bueno saber que por medio del dolor, vamos siendo moldeados y transformados.

Jesús experimentó el dolor al morir en aquella cruz, tuvo que pasar por aquella situación de sufrimiento pero lo que pasó hizo que la humanidad obtuviera la salvación y vida eterna; ese dolor se transformó en bendición.

Aunque el dolor toma formas diferentes y tiene duraciones distintas, el sufrimiento viene siempre con un objetivo mayor que nuestra comodidad, nuestro placer o nuestras metas personales. Si buscamos el propósito del Señor para el dolor, descubriremos tanto su paz como su profundo amor por nosotros.

 

 

 

Claudia Carvajal
CVCLAVOZ